Kimi kara Uketsugu Brave Chronicle – Capítulo 4 (2/2)

Parte 6

Sintiendo el poder cercano, Yukihime instantáneamente retrocedió. El suelo cambió de forma como si una gran cantidad de espadas cortaran a través de él.

Un escalofrió recorrió la columna de Yukihime, y en su mente vio su cuerpo siendo despedazado por esas espadas. Sin un simple pensamiento, su cuerpo instintivamente se movió hacia atrás al filo del cráter.

Miedo. Miedo sobrecogedor que sobrepasaba cualquier otra clase de miedo que ella había sentido antes. ¿Qué… es esto?  Cerca del centro del cráter, justo al lado de Elemia, Yukihime sintió una extraña presencia.

Ella observó hacia abajo y vio a un hombre de cabello plateado tocando a Elemia (NT: en el buen sentido eh). Grietas aparecieron en el hielo que la aprisionaban y pronto, se rompió.

«Me disculpo sinceramente por terminar en un estado tan lamentable, justo en la derrota… aceptare cualquier castigo.» Elemia regeneró su parte inferior, luego se arrodilló ante aquel hombre.

Una voz tan afilada como una espada resonó. «Solo asegúrate de permanecer viva, y descansa por ahora.» Después de mostrar esta pizca de misericordia, el hombre se enfocó en la otra persona presente.

Yukihime estaba en su mira ahora. Solo sentir sus ojos sobre ella era suficiente para enviar otro escalofrío a subir por su espina.

Una milésima de segundo después, el hombre con el cabello plateado apareció en frente de ella. Recogido por una cinta plateada, su cabello plateado lucía tan afilado como un grupo de espadas amontonadas. Él era atractivo, con una hermosa piel blanca, y su cuerpo alto estaba forrado por un uniforme militar. A pesar de cuan delgado lucía, Yukihime podría decir cuan entrenados estaban los músculos escondidos debajo de ese traje.

«No puedo creer que te las arreglaras para derrotar a Elemia,» balbuceó suavemente. Sus movimientos lucían extraños, como si parte de sus pasos fueran invisibles.

«¿Eres tú… el Emperador Oscuro de Khaos Schwartz?» a pesar de cuan obvio parecía, Yukihime aun así hizo la pregunta.

Este era el líder de Khaos Schwartz, y aquel que lideraba a los siete caballeros oscuros – Redge, el hombre que había intentado secuestrar a Towa… y el poder estelar de Elemia parecía nada comparado con el suyo.

«En realidad, el emperador oscuro es como ellos me llaman. Y tú eres la reina de Azur Étoile, ¿cierto?»

«Llamarme reina no sería acertado.»

«Eres el más poderoso ser en Azur Étoile, ¿no? Encuentro difícil de creer que haya muchos en este mundo que puedan pelear en condición de iguales con mis subordinados.»

Redge miró alrededor, luego fijo sus ojos en Yukihime una vez más. Su mirada la hacía sentirse como si espadas estuvieran cortando su garganta – pero ella no tenía tiempo de sentir temor.

«Si te derroto, esta guerra terminará,» dijo Yukihime.

«Humorístico. ¿Acaso estas intentando decirme que a pesar de que estamos tan cerca, aun no puedes sentir mi poder? ¿O acaso los Azur Étoilianos encuentran sentido en creer cosas imposibles?»

«¿Supongo que eso significa que no puedo convencerte de que te rindas, huh?»

«Una pregunta tonta. Tengo el deber de proteger a mi gente, y no tengo intenciones de regresar con las manos vacías.»

«Bueno, yo tengo el deber de proteger a mi gente también.»

«Ningún gobernante está autorizado a retirarse. Si un rey cae, su reino cae. Si marchar al frente requiere sacrificios, él no debe tratar de evitarlos… incluso si esto significa contender con otro gobernante con el deber de proteger su propio reino. Eso es lo que significa gobernar.»

«Sí… vamos a comenzar entonces?» Yukihime apretó su mano alrededor de Snowbloom.

«Sí, lo que un campo de batalla necesita no son palabras, sino espadas.» Redge blandió su espada gigantesca. «Dado que estás sentada en el trono de tu mundo, seguramente debes conocer como iniciar una batalla apropiadamente.»

Yukihime permaneció derecha en su puesto y grito. «¡Soy Yukihime Yukigane, la Directora que protegerá Azur Étoile!»

«Y yo soy Redge Ferimento, el Emperador Oscuro quien gobierna Khaos Schwartz. Yukihime, ¿así era? Esta es tu chance para poner todo en tu espada… y aprender que hay algunos niveles que nunca alcanzarás sin importar cuanto te arriesgues.»

Yukihime apuntó su espada hacia Redge – pero solo cortó aire, justo antes de eso, Redge balanceó su propia espada hacia abajo, pero sus armas no se encontraron. Redge había desaparecido, también

Yukihime se dio la vuelta para observar a Redge permaneciendo en diagonal detrás de ella. ¿Acaso es así de rápido? No, esto no tiene nada que ver con la velocidad… no pude ver ningún tipo de movimiento. ¿Qué fue eso de ahora? ¿Acaso desapareció en el momento en que apunte mi espada hacia él?

Yukihime giró alrededor y balanceó su espada hacia Redge. Repentinamente, sangre fresca salió disparada desde múltiples puntos de su cuerpo. Ella no había sido golpeada, aun así, pudo sentir cortes sobre todo su cuerpo. Redge aún no había movido ni un dedo.

Si esta es alguna clase de magia estelar, entonces ¿cómo funciona? No tiene sentido… Mientras Yukihime estaba absorta en sus pensamientos, sus heridas solo incrementaron. Ella intentó retroceder. El daño paró. ¿Significa esto que di un paso fuera del rango de su magia estelar? De cualquier manera, no puedo dejarme acercarme hacia el de nuevo.

Yukihime balanceó su brazo izquierdo y disparó una docena de carámbanos. Instantáneamente, ellos fueron todos destrozados, como si una espada hubiese pasado a través de cada uno de ellos. Ni uno solo alcanzó a Redge.

¿¡Es un elemental de viento!? Ella pensó en Sakito Nagasaki, el tercero más fuerte en la Academia Puerta Estelar. Él tambien podía usar viento para crear cortes invisibles similares a los que había experimentado. Pero entonces ¿porqué no hay ningún viento soplando? ¿Cómo podía un elemental de viento hacer algo sin viento?

El viento tampoco explicaba la teleportación de Redge, para la cual parecía no necesitar movimientos de preparación. Estaba la posibilidad de que poseyese un elemento único, pero parecía que viento estaba fuera de cuestión. Después de todo, no había evidencia de que estuviese usando magia estelar de viento.

Otro pensamiento surgió en la mente de Yukihime. Existía un elemento abstracto conocido como ‘espacio’, el cual había sido utilizado por un mago de Khaos Schwartz para pulverizar a los Azur Étoilianos durante la primera y segunda Guerra de Otherworld. Eso explicaría sus movimientos imposibles

«Si… Spatial control (control del espacio).» En el momento en que Yukihime musitó esas palabras, ella vio un atisbo de emoción aparecer en el rostro de Redge – casi lucía como furia. Viendo eso, Yukihime supo que estaba equivocada. Pero si esa no era la respuesta… entonces ¿cuál podría ser?

Como si se sacudiera la confusión, Yukihime dejó salir un poderoso corte y dio un paso al frente. En el momento que ella lanzó el corte, Redge instantáneamente se teletransportó más allá.

Miedo – Yukihime había sentido esta emoción muchas veces, pero el miedo de pelear con alguien más fuerte que ella era algo virtualmente desconocido para Yukihime. Ella no había sabido cuan poderosa era Elemia hasta que pelearon, pero desde el principio, su instinto le había dicho que ganaría. Había estado ahí cuando peleó contra Kokuya y Towa… pero el mismo instinto estaba callado ahora.

Aun así, Yukihime se rehusaba a rendirse. «Solo espera, estarás sudando muy pronto,» ella dijo. Inquebrantable, sus ojos azules se volvieron más entrecerrados como si observase a su contrincante.

«Tienes una fuerte mirada,» dijo Redge, mientras Yukihime comenzaba a correr hacia él. «Pero ahora estas en mi rango.»

Instantáneamente, el poder estelar de Redge explotó hacia afuera. Rebanando el aire, la arena y los escombros que cubrían el suelo, y lo que quedaba del hielo de Yukihime. Tambien cortó a Yukihime – o así se veía, inicialmente.

«¿Oh?» Redge musitó silenciosamente.

Justo antes que el poder estelar de Redge tocara el cuerpo de Yukihime y lo cortara, un glacial poder estelar resplandeció alrededor de su cuerpo. Yukihime había activado una magia estelar de defensa automática, y como resultado, una multitud de paredes de hielo hexagonales pequeñitas se habían formado.

Sonidos de ruptura resonaron alrededor de ella mientras las pequeñas paredes de hielo se despedazaban, pero Yukihime continúo corriendo hasta que se acercó lo suficiente para acercar su espada.

«Sabiendo lo que sabes, ¿aun te atreves a entrar a mi rango? Eres valiente y profundamente terca. Pero si insistes en pelear conmigo en un rango corto, entonces estaré alegre de seguirte la corriente.» Una gran sonrisa se vislumbró en los labios de Redge mientras levantaba su gigantesca espada.

A lo largo de la gran espada, Yukihime pudo ver una segunda, una espada más pequeña que había sido adherida. Su empuñadura era además inusualmente larga. Una espada de la mitad de tamaño hubiera sido suficiente para ser una espada larga, pero por alguna razón, esa era el doble.

El acerco chilló mientras la espada azul de Yukihime chocaba con la monstruosa arma de Redge. Sangre fresca salpicó desde las nuevas heridas en el cuerpo de Yukihime.

Mi magia estelar no es perfecta… y dado que intento retener tanto poder estelar como sea posible cuando creo las paredes de hielo, ellas no pueden protegerme completamente de sus ataques. Rápidamente, Yukihime pensó en otro hechizo: uno que podía instantáneamente crear una pared de hielo en el momento que el poder estelar del oponente la tocara. Es una fina venda a mi falta de defensa apropiada, pero eso no importa. Estoy en un rango corto ahora, lo que significa que no tengo que seguir corriendo en círculos como una idiota.

Desesperada, Yukihime sujetó fuertemente su espada. Pero ¿cuan más desesperada necesito ponerme con la finalidad de ganar? Esto no tiene sentido… y no hay un final a la vista. Pero eso no importa ahora. Solo necesito mantener mis ojos en lo que está en frente de mí.

«Absolute Azure: Slashdance – Dancing Mad Blades
(NT: Frío Absoluto: Danza de corte – Danza de las Espadas locas)

Ésta era una variación del hechizo que Yukihime había usado para detener a Elemia, donde ella había congelado todo a la vista. En un instante, ella se vio rodeada por un montón de espadas de hielo. Yukihime había tomado la cantidad de poder estelar necesaria para congelar un área entera, pero en lugar de congelarla usó ese poder estelar para crear estas nuevas armas.

Yukihime utilizó toda la energía que pudo imbuir en Snowbloom y lanzó ataques, haciendo retroceder a Redge. Entonces, ella arrojó su armamento estelar alto en el cielo. Mientras seguían subiendo, comenzaron a girar.

Una pelea de espadas de alta velocidad había comenzado.

Primero, Yukihime cogió las dos espadas más cercanas y las lanzó hacia Redge. Después de eso, ella sujetó dos más y se movió al frente de Redge con una serie de golpes rápidos. Él tenía una espada muy grande, y ciertamente la superaba en términos de poder, pero ella esperaba abordarlo con una gran cantidad de ataques.

Cortes hacia abajo, estocadas, golpes. Redge bloqueó todos los ataques con el costado de su espada. Aun así, Yukihime continúo empujándolo hacia atrás. Las dos espadas que ella había arrojado habían aterrizado al lado de los pies de Redge y un paso atrás de su posición actual. La que había sido apuntada hacia él había sido destrozada antes de siquiera alcanzarlo, mientras la otra ahora perforaba el punto exacto donde ella había deseado que aterrizara.

Parecía que la habilidad de Redge de cortar todo a su alrededor afectaba a un radio específico cuando él lo emanaba, pero cuando estaba concentrado peleando con Yukihime, su efecto desaparecía. Por supuesto, parecía que Redge podía tambien concentrarse en ciertas direcciones, como si lo estuviera haciendo con el fin de bloquear los ataques de Yukihime. Era por eso por lo que la otra espada que Yukihime no había arrojado en dirección a Redge apropósito no había sido destrozada.

La técnica con la espada de Redge hacía lucir a Elemia como una aficionada, pero de nuevo, Elemia nunca había sido vista como una verdadera espadachín. Yukihime podía decir que Redge estaba extremadamente bien entrenado cuando se volvió un espadachín – como si su extraña habilidad no fuera lo suficientemente mala, solo su técnica física era suficiente para hacerlo un oponente monstruoso.

Yukihime recogió a Snowbloom, sujetó otra espada de hielo cercana, luego corrió tras Redge. Ella cruzó sus espadas mientras se aproximaba, y le atrapó frente a frente.

Ahora. Yukihime afirmó sus pies en el suelo, y un delgado carámbano salió de la espada de hielo que ella había arrojado detrás de Redge. Lo habría apuñalado directo en la espalda – pero ella no tuvo tal suerte, porque Redge no continuaba parado allí. Él se había teletransportado una vez más.

Rápidamente, Yukihime arrojó a Snowbloom al cielo de nuevo y recogió dos espadas más de hielo. Ella pudo sentir el intenso poder estelar viniendo desde detrás, pero ella estaba lista.

«Tú pierdes, » dijo Redge, mientras él balanceaba su espada plateada.

«Azure Wall

Mientras la irrompible pared de Yukihime bloqueaba su ataque, ella musitó algo más sin darse la vuelta, y un hechizo diferente se activó.

«Tú pierdes.»

Yukihime desactivó la pared de hielo y giró alrededor. Ambas de sus espadas de hielo fueron rápidamente hacia el cuello y el pecho de Redge, pero fueron instantáneamente cortadas en una docena de piezas. Entonces, algo cayó desde el cielo.

Yukihime se levantó y atrapó a su amada Snowbloom. «Absolute Azure: Slashdance – Flashdance

Tan pronto como ella dijo eso, la hoja de Snowbloom se expandió, cubierta en un hielo tan fuerte como cualquier otra Azure Wall. Ahora se había convertido en una espada la cual nadie podía romper, y Yukihime la balanceó en un parpadeo.

El ataque azul salió dirigido hacia Redge – y él lo atrapó. La espada de Yukihime chocó contra la espada de Redge, y ellos terminaron en otro estancamiento.

Bien. Esto era exactamente lo que estaba esperando.

Conjurar muchos hechizos rápidos sucesivamente había distraído los ojos de Redge de las verdaderas intenciones de Yukihime, y ahora ella tenía su espada situada detrás de la indestructible arma que había creado con Flashdance.

Usé un montón de poder estelar en mi batalla con Elemia… no seré capaz de luchar otra larga batalla. ¡Necesito terminar esto ahora!

«Pensé que habías dicho que yo iba a perder,» dijo Redge burlándose.

«Lo harás, justo ahora.»

Finalmente, era tiempo de revelar el otro hechizo que Yukihime había activado atrás cuando ella bloqueó el ataque de Redge con su Azure Wall y en su condición actual, no había forma en la que pudiera escapar.

«Azure Judgment.»

Yukihime había puesto tanto trabajo en la pelea de corto rango con Redge, con el fin de que mantenga sus ojos en lo que estaba en frente, distrayéndolo de lo que estaba sobre él. La razón por la que ella arrojó a Snowbloom al cielo no era solo para que así pudiera usar dos espadas de hielo, sino también para que los ojos de Redge se concentraran en eso y no en el círculo estelar en el cielo. Ella tambien se había asegurado de hacer el círculo estelar más pequeño que cuando lo usó contra Elemia. El pedazo de hielo que había arrojado era más pequeño también, lo que disminuiría su rango, pero tenía que ser de ese tamaño con la finalidad de que Redge no se diera cuenta. Adicionalmente, manteniendo a Redge en un lugar con sus ataques con las espadas, Yukihime había sido capaz de compensar la pérdida de cobertura. Con el objetivo de derrotar a un enemigo como este, ella necesitaba quitar todos los altos, y dado que no podía seguir arrastrando esta batalla, esta era su mejor opción.

Y así, Azure Judgment descendió de los cielos una vez más. En el momento en que el trozo de hielo dejó el círculo estelar, un ensordecedor boom resonó a través del cielo. Para el momento en que Redge se dio cuenta del peligro aproximándose sobre su cabeza, era demasiado tarde. El gigantesco bloque de hielo iba cayendo en picada a una velocidad impactante.

A pesar de que parecía estar a segundos de su muerte, Redge solo le mostró a Yukihime una gran sonrisa, luego comenzó a hablar en una deleitosa voz. «Supongo que te debo una disculpa, Yukihime. Eres de hecho una poderosa guerrera. No hay duda de que fuiste capaz de derrotar a Elemia. Definitivamente tienes lo que se necesita para gobernar.»

Redge se teletransportó 10 pasos lejos de Yukihime. Parecía que no tenia intenciones de huir. Si no hay límites para el movimiento de esa teletransportación, entonces mi plan terminará en un total fracaso. Juzgando por la forma en la que se ha movido hasta ahora, parece que solo puede moverse tan lejos como diez pasos en cada teletransportación

Redge bajó su enorme espada a un costado, y comenzó a tomar un resplandor plateado. Yukihime pudo sentir una increíble cantidad de poder estelar dentro de la espada, instantáneamente alcanzando un nivel que ella nunca había visto antes.

«No hay nada que mi espada no pueda cortar. Ante mi espada, toda la creación no es mas resistente que un pedazo de papel.»

Tienes que estar bromeando… Yukihime palideció. No me digas que él en realidad esta pensando en destruir Azure Judgment… ¡Es imposible! Azure Judgment estaba compuesto de un hielo especial producido por un hechizo de magia estelar. No era tan resistente como una Azure Wall, pero era mucho mas fuerte que un hielo normal. Incluso si se las arreglaba para cortar algunas capaz de la superficie, eso no significaría nada. Solo dejémosle golpearlo

Yukihime estaba lista para crear una Azure Wall. Ella estaba incluso preparada para desplegarla por cualquier movimiento así ambos quedarían atrapados, solo lo suficiente para evitar que Redge se escape. Mientras tanto, Redge balanceó su espada plateada hacia el gran trozo de hielo en el cielo.

Un corte plateado voló hacia arriba. Se estrelló justo en el centro del hielo – y siguió moviéndose, cortando perfectamente el bloque de hielo en dos. Pero el espectáculo no termino allí. Cortar el hielo a la mitad no era nada mas que un truco, y así Redge continúo balanceando su espada, como si quisiera cortar el mismísimo cielo.

Cortes plateados volaron hacia arriba uno detrás de otro, tan rápidos como la luz. Mientras observaba, Yukihime apenas podía creer lo que estaba viendo. Cada corte dividía el hielo, hasta que no hubo mas que un montón de granizo.

Si hubiera sido una pelea normal, este hubiera sido el punto donde Yukihime caía de rodillas y se desplomaba como un cadáver. Ella pudo haber manchado su honor. Pudo haber llorado como un bebé. Pudo haber rogado por misericordia. Pudo haberse dado la vuelta y escapado. Pudo incluso poner su propia espada contra su cuello y silenciosamente suicidarse. Lo que era tan ridículamente loco como esta situación.

Pero este era un caso especial, y Yukihime Yukigane no le daría la espalda por su orgullo o su honor, incluso si significaba morir ante la mano de un dios.

«No… ¡No puedo perder aquí!» Yukihime se dirigió hacia Redge y violentamente balanceó su espada de un costado a otro. Era el corte más habilidoso que alguna vez había ejecutado – pero ni eso fue suficiente para alcanzarlo.

La gran espada de Redge se movió rápidamente, y Snowbloom fue cortada. Esa espada azul fue girando en el aire, esta vez sin el resto de la espada y la empuñadura.

«Im… posible…»

Snowbloom era tan fuerte como una Azure Wall, la cual nunca nadie había penetrado, aun así, Redge la había cortado como a la mantequilla. La durabilidad habría decaído cuando estaba en forma de espada en lugar de pared, pero en este punto, eso sonaba nada más a excusa.

«La única diferencia entre valiente y testaruda es cuando se vence o no al final. No cometiste ningún error… excepto convertirte en mi oponente.» Redge levantó su espada plateada una vez más.

Una nueva forma de desesperación se cernió sobre Yukihime. «¡Azure Wall!»

Mientras él observaba su indecisión, el respeto por ella que había comenzado a mostrar en sus ojos fue reemplazado con decepción. El débil intento de resistirse probó su inutilidad, para Redge cortar a través de su última defensa era fácil.

El golpe sonó tan limpio y puro, era el sonido de su propia desesperación.

Redge tenía razón. No había nada que no pudiera cortar. La irrompible defensa de Yukihime dejó de serlo, y ya no había nada que pudiera permanecer en el camino de la espada de Redge.

Una herida que iba desde el hombro de Yukihime hasta su cintura fue abierta, decorada con salpicaduras de sangre. El dolor ardió, pero gracias a la Azure Wall, la herida fue superficial. Ella había apenas escapado de la muerte instantánea. Si hubiera tomado el impacto de lleno de esa espada, fácilmente podría haber cercenado su torso.

¿Voy a perder? Mientras el dolor la llevaba al filo de la inconciencia, un solo pensamiento apareció en la mente de Yukihime. En esta guerra, perder significa morir.

«Kokuya… Lo siento.»

¿Porque me estoy disculpando? ¿Por perder? ¿Fallar en proteger a todos?

Yukihime poseía dos hechizos de magia estelar nivel 1 prohibidos. El primero era Azure Judgment: Starpiercer, mientras que el segundo era algo que podría matarla si lo usaba en un estado debilitado. No, estoy segura de que podría matarme si lo uso ahora.

Era un suicidio seguro, pero sería mejor que morir silenciosamente.

Redge se puso en posición para un último golpe. Si eso la golpeaba, seguramente significaría la muerte.

En respuesta, Yukihime desató un producto de la magia estelar abstracta – el hechizo mas poderoso que ella poseía.

«Absolute Zero

El tiempo continuaba. En términos simples, Yukihime había congelado el tiempo por sí mismo.

En buenas condiciones, ella podría mantener este hechizo activo por diez segundos, pero actualmente, solo podría mantenerlo por cinco. Esta era la magia estelar que ella había usado para derrotar a Kokuya y a la Ruinmaker – la mejor magia estelar, la cual podía sobrepasar el poder de la Diosa de la ruina.

Hielo se deslizó fuera del punto donde se rompió Snowbloom, recreando la hoja. No era tan resistente como una Azure Wall, pero no importaba llegado a este punto. Primero necesitaría ser capaz de defenderse a si misma antes de preocuparse por romper otra arma.

Yukihime levantó su espada de hielo hacia Redge. Quien tenía una amplia abertura.

Ella nunca se arrepintió de no usar esto desde el principio. Absolute Zero siempre sería peligroso, sin importar el estado en el que se encontrase. Después de gastar una considerable cantidad de poder estelar en su batalla contra Elemia, ella había renunciado completamente a usarlo.

Yukihime balanceó su espada hacia abajo e instantáneamente, su mente se acobardó. Se tambaleó, y su espada titubeó. La herida era muy superficial.

Yukihime intentó balancear su espada de nuevo. Repentinamente, la mano derecha de Redge tomó su espada y se la arrebató.

¿Cómo? No han pasado cinco segundos todavía. ¿Debí usar más poder estelar? ¿Hice un error al calcular el tiempo–

«Aún no lo entiendes, ¿verdad?» Redge rompió la espada que sujetaba con sus manos.

«No hay nada que no pueda cortar… eso incluye al tiempo mismo.»

«¡Si eso es verdad, ¿cómo hiciste para hacerlo después de que congelé el tiempo?!»

«Justo antes de que activaras esa magia estelar para detener el tiempo, sentí un tipo de poder estelar diferente. Yo simplemente emití algo de mi propio poder estelar en sincronía con ese, y lo imité.»

Redge había creado una magia estelar que automáticamente reaccionaba a la de sus oponentes, lo que le permitía contraatacar magia estelar abstracta con mímica, era tan ridículo que Yukihime ni siquiera podía sentir ningún impacto. Ella había jugado su última carta, y lo había dado todo ahora. No, era más como si todas y cada una de sus cartas hubiesen sido despedazadas en incontables e irreconocibles trocitos. El estaba en un nivel completamente diferente, y sin duda alguna la había derrotado.

«Muy bien, Yukihime. Me has recordado cuan edificante puede ser una verdadera batalla. Estoy orgulloso de saber que la gloria de Khaos Schwartz ha alcanzado nuevas alturas gracias a guerreros como tú.»

Elogiando la batalla, Redge levantó su espada plateada (una vez más), luego la llevó hacia abajo una última vez.

Pero justo antes de que la espada pudiera abrirse paso a través del cuerpo de Yukihime–

«¡No lo creo!»

Un chico de cabello negro apareció y envió un golpe tan rápido como la luz directo hacia Redge. Antes de que colisionara, Redge retiró su espada de su curso y desvió el golpe, que envió al Emperador Oscuro derrapando hacia atrás lejos de su presa.

Claramente, esta batalla estaba lejos de terminar.

 

Parte 7

Justo después de derrotar a Grom, me dirigí de regreso a la habitación de monitoreo. Mientras veía a Yukihime peleando con Elemia en la pantalla, sucede que me di cuenta de que otro punto rojo apareció cerca. Era más grande que el de Elemia, Grom e incluso que el de Yukihime.

«Qué clase de monstruo es ese?» No solo poseía una descomunal cantidad de poder estelar, tambien se dirigía hacia Yukihime.

«¡Towa, necesito ir donde Yukihime!»

«…Yo voy también.»

«Pero…»

«¿Recuerdas lo que dije? Voy a unirme esta vez. Yukihime dijo que no puedo dudar cuando el momento llegue. ¡Y ese momento es ahora!» Ella claramente no tenía intenciones de retroceder.

«Bien… ¡Vamos!»

*

Con un violento golpe, me las arreglé para hacer retroceder al hombre con la desproporcionada cantidad de poder estelar. Probablemente no le habría herido nada, sin embargo.

Towa estaba escondida en las sombras detrás de mí. Necesitaba darle un golpe sólido y luego rescatar a Yukihime, así no tendría que usar los impredecibles poderes de Towa.

Me las arreglé para salvar a Yukihime, pero…

«¡Hey, Yukihime! ¡¿Quién es este tipo?! ¡Nunca había visto a nadie con tanto poder estelar!»

«Yo conozco a alguien… tú, cuando usas el poder de Towa.»

«¿Quieres decir que él es tan fuerte como la Ruinmaker?»

Por un momento pensé que el era el que blandía a la Ruinmaker de su mundo, pero ellos están aquí con la finalidad de robarnos la nuestra, así que eso no tenía sentido.

«Ese es su líder…» Yukihime musitó. «Redge, el Emperador Oscuro de Khaos Schwartz… Kokuya, escucha cuidadosamente.»

Yukihime rápidamente me explicó lo que había pasado. Teletransportación, cortes invisibles, y poderosos ataques que podían incluso cortar a través de una Azure Wall y anular el efecto de Absolute Zero.

«Pero eso no es justo…»

«Eso no importa ahora. ¡Necesitamos derrotarle, o nunca ganaremos esta guerra!

«¿Entonces él es el jefe final, huh?» Di un paso hacia adelante. «Descansa un poco.»

Tanto como pudo decir, Yukihime había usado de alguna manera demasiado poder estelar. No había ninguna forma en que pudiera seguir peleando, y el hombre con el cabello plateado llamado Redge se estaba dirigiendo hacia nosotros.

«Creo que sentí el poder estelar de Grom disiparse,» él dijo.

«Sí, justo acabo de luchar con él.»

«…¿Y tu nombre es?»

«Kokuya Kurono. Soy el segundo mas fuerte en el mundo, después de ella.» Yo apunté hacia Yukihime con mi pulgar derecho.

«Entonces no tienes esperanzas de derrotarme.»

«Algunas veces las personas necesitan pelear, incluso si no tienen ninguna esperanza.» Yo sabía que no tenía oportunidad contra él, pero tambien sabía que no podía solo escapar. «Aquí vamos…»

En el momento que comencé a correr hacia Redge, el desapareció. ¡¿Es esto lo que ella quería decir con teletransportación?!

De repente, el apareció justo enfrente de mí. Balanceé mi puño derecho – y lo perdí. Redge se teletransportó de nuevo. Esta vez apareció a mi derecha, con su espada levantada en alto.

La resplandeciente espada plateada vino zumbando hacia abajo. Escuche un corte limpio, luego miré mientras cortaba a través de mi hombro derecho. Mi antebrazo cayó al suelo con un ruido sordo.

«El fin.»

Redge rápidamente recuperó su espada y luego la balanceó hacia uno de mis costados. Frenéticamente, giré mi espada doble en mi brazo izquierdo y retrocedí tan pronto aceleré mi mente. Él era demasiado rápido. Encima de eso, había de alguna manera cercenado mi brazo derecho. Si era lo suficientemente fuerte para destruir una Azure Wall, eso significaba que no había manera de que me defendiese contra él. Yo tendría que esquivarle en cada ataque que me lanzara.

Pero ¿cómo? Sin mi brazo derecho, tenía pocos recursos de ataque. Además, había usado la mayoría de mi poder estelar en la batalla contra Grom. Si continuaba de esta manera, yo tambien me quedaría completamente sin poder estelar, o mi cuerpo alcanzaría el límite. ¿Había alguna forma de derrotarle con lo poco que me quedaba?

…No. No puedo derrotarlo.

Entonces, justo cuando comenzaba a aceptar mi derrota–

«¡Hermano!» Towa corrió hacia mí.

«¡Retrocede, tonta!»

«¡Tú eres el tonto, hermano!»

Ella tenía razón. No tenía nada que replicar.

Towa se acercó a mí. «Deja de dudar. ¡Rápido!»

«…Okay.»

Presioné el interruptor en mi hombro, removiendo lo que quedaba de mi brazo protésico. Mientras que la parte que quedaba de mi brazo derecho caía al suelo, comencé el hechizo que convertiría a mi hermanita en un arma.

«Liberation – Ruinmaker

El cuerpo de Towa empezó a resplandecer, luego desapareció. Su luz se reunió alrededor de mi hombro y se transformó en un nuevo brazo plateado.

Apreté mi puño derecho una vez más. «Vamos a hacer esto.»

«Okay

Detrás de mí. Una Aparición fantasmal de Towa surgió. Tan pronto como Redge vio esto, sus ojos se ampliaron.

«La Ruinmaker de Azur Étoile…»

Él estaba observando fijamente mi brazo derecho. Cuando chocamos por primera vez, parecía como si fuera muy calmado, compuesto, y poderoso, pero mientras observaba la sed de sangre que se filtraba fuera de sus ojos ahora, comencé a sentir como si hubiera hecho una impresión errónea.

«Entonces… tú asesinaste a mi mentor…»

Incluso si reunías todo el odio y resentimiento que llenaba cada parte del infierno, aun habría sido más débil que el enfurecido miasma que se regaba fuera de las frías y determinadas palabras de Redge.

¿Mentor? ¿Yo? No tenia idea acerca de lo que estaba hablando. Pero no se podía negar la genuina emoción que yo podía sentir en la voz de Redge. Ciertamente yo o Towa, o incluso ambos, estábamos claramente conectados a su mentor de alguna manera.

Este hombre era de Khaos Schwartz… y el había cambiado en el momento en que vio a Towa convertirse en mi brazo derecho.

Repentinamente, una posibilidad surgió en mi cabeza – en el momento en que lo hizo, entendí porque se había vuelto tan trastornado, y sentí mi propia ira brotando desde mi interior.

Me esforcé por mantener el control y abrir mi boca. «Diez años atrás, un hombre y una mujer fueron asesinados en un laboratorio aquí en Azur Étoile… ustedes estaban allí cuando paso, ¿no es así?»

Redge rió. Era una risa muy vacía, como si dijera. ‘Sí, estaré feliz de continuar con tu pequeña farsa’.

Él me observó fijamente con indiferencia y asintió. «Sí… eso significa que tu debes ser el que usó a la Ruinmaker en ese entonces.»

Confirmado formalmente. Nuestra conexión era clara ahora.

«…Eso es correcto, lo soy.»

Pasó un momento, y luego habló de nuevo. «Diez años… He estado esperando diez años por esto.»  Emociones lentamente comenzaron a asomar en su cara. Odio, ira y regocijo. «¡Ahora, finalmente puedo matarte con mis propias manos, y vengar a mi mentor!»

En ese momento, él había dejado de ser un gobernante, él estaba blandiendo su espada por razones puramente personales. Eso demostraba cuanto me odiaba.

Mi sonrisa probablemente lucía tan vacía como la suya. Me esforcé por mantener mi risa abajo, y más bien erupcioné en un incontrolable arranque de ira.

«¡Ustedes invadieron nuestro mundo, asesinaron a mis padres, ¿y ahora tienes el descaro para decir eso?!»

Él fue el que los mató. Él fue el que robó toda la felicidad de nuestras vidas. Él fue el que colocó un cruel destino sobre Towa. «¡¿Que pudo haberte hecho pensar si quiera que tienes algún derecho de vengarte?!»

Podía sentir mi cabeza ahogándose, sumergiéndose en un color más oscuro que cualquier otro tono de negro, llenándose con ira asesina. Era el mismo sentimiento que había tenido esa noche, cuando mis padres murieron ante mis ojos.

Asesina. Aquella voz resonó en mi cabeza de nuevo.

Pateé el suelo e instantáneamente me aceleré. Solo ese movimiento fue más rápido que cualquier otro que haya ejecutado alguna vez. Fue más rápido que alguna vez he sido, porque tenía acceso a mucho más poder estelar. Yo estaba como una persona completamente diferente.

Balanceé mi espada larga hacia abajo, y Redge la bloqueó. El desató su poder estelar mientras tanto, y sentí múltiples cortes haciéndose paso a través de mi cuerpo. Asi que estos son los cortes invisibles de los que Yukihime hablaba

Retrocedí. Él parecía mas capaz que yo cuando se trataba de peleas a corto rango, pero esta era la única opción que tenía.

Giré mi espada a la izquierda. Creo que he ideado una forma de superar esos cortes invisibles suyos

Girando mi espada doblé hacia la izquierda ralentizaba el tiempo. Usualmente, no tenía ningún uso para esto, pero ahora que tenía el poder de Towa, podía enviar mi magia estelar mas allá de mi propio cuerpo.

Disparé mi poder estelar a la atmosfera, ralentizando el tiempo alrededor de Redge, entonces corrí hacia él de nuevo. Sus cortes invisibles ahora parecían ser más lentos, y Redge por sí mismo también se había ralentizado.

Desenvainé mi espada larga. Redge me recibió con el costado de su gran espada, así que rápidamente ataqué de nuevo y ataqué de nuevo. Esta vez, apunté a su cuello, y se sintió como si fuera a lograrlo – pero entonces Redge de repente normalizó su velocidad y lo bloqueó con su enorme espada de nuevo.

No, el no se normalizó. Sangre brotó de diferentes lugares de mi cuerpo. El curso del tiempo acababa de volver a la normalidad.

La deceleración normalmente duraba cinco segundos, pero esta vez, no había sido capaz de siquiera mantenerlo por tres. Absolute Zero tampoco había funcionado con él, así que en cierta forma tenía sentido de que la desaceleración no fuera una excepción.

Retrocedí fuera de su rango, mientras Redge balanceaba su espada hacia los lados. Estaba reluciendo con un aurea plateada, y como si un rayo cruzara el aire, un corte plateado salió disparado. Redge y yo estábamos parados a cerca de diez metros de distancia, pero su luz plateada con forma de luna creciente cubrió la distancia entera. Inmediatamente, imbuí poder estelar en mi espada doble hasta que comenzó a brillar con una luz dorada. Mientras el corte se aproximaba, balanceé mi espada reluciente y creé un corte dorado para enfrentarlo. Era un ataque de larga distancia, el cual nunca hubiera sido capaz de usar sin Towa.

Mi corte dorado colisionó con el corte plateado de Redge. Una luz cegadora precedida por un ensordecedor boom mientras los dos cortes se cancelaban el uno al otro.

Inmediatamente, balanceé mi daga y envié otro corte dorado volando hacia Redge. Como para burlarse de mí, Redge perezosamente balanceó su espada con una mano y deshizo mi corte en dos.

A este ritmo esto nunca terminará. Dudé si me quedaría sin poder estelar en este estado, pero no había forma de decir cuando mi cuerpo se rendiría. Yo solo no estaba hecho para batallas largas, lo que significaba que necesitaba terminar esto rápido.

Pero ¿cómo? ¿Qué debería hacer? Por la forma en la que va esto, voy a perder de seguro. ¡No pude ni siquiera derrotar a Yukihime con Towa, y ella perdió contra este sujeto! No hay forma en la sea capaz de ganarle.

Parecía imposible – lo que significaba que yo simplemente tenía que hacer lo imposible. Recordé lo que Yukihime me había dicho. Redge había anulado Absolute Zero, pero ella aun había sido capaz de atacarle. Había sido un golpe superficial, e incapaz de derrotarle, pero, aunque parecía que Redge podía anular la manipulación del tiempo, aun le tomó algo de tiempo hacerlo.

Si puedo detener el tiempo, entonces puedo atacarle.

A pesar de que yo era un elemento tiempo, detener el tiempo no era una tarea sencilla. Usualmente, dado que yo no podía afectar nada más que a mí mismo con mi maga estelar, era absolutamente imposible. Aparentemente, mi papá sabía como hacerlo, pero dado que requería demasiado poder estelar, impedía que se usara alguna otra magia estelar después. Además, ponía bajo una increíble tensión a su cuerpo, y solo podía mantenerla por un segundo.

Lo hacía toser sangre, impidiendo que usara cualquier otra magia estelar, y por solo un segundo. Así de difícil era detener el tiempo. Hacía que me diera cuenta de cuan increíble era Yukihime.

No hay forma en que sea capaz de detener el tiempo. No es el tipo de hechizo que puedes conjurar de inmediato… pero desacelerando el tiempo… si yo pudiera ralentizar el tiempo a un grado ridículamente bajo, sería capaz de emular la sensación de detener el tiempo. ¡Solo tendría que mantenerme desacelerando el tiempo, hasta que no pueda aguantarlo!

Giré mi espada doble hacia la izquierda. Una, dos, tres veces… solo la mantuve girando. Sin la ayuda de Towa, ya me habría quedado sin poder estelar.

Mi poder estelar colisionó con el de Redge, y pude sentir el mío siendo anulado. A pesar de esto, continué enviando mi magia estelar para desacelerar el tiempo hacia él, entonces, giré mi espada doble una vez hacia la derecha y ataqué de frente.

¡Detente, detente, detente! Supliqué una y otra vez mientras continuaba desatando mi hechizo. ¡Más! ¡Rápido! ¡Más, más! Simultáneamente, aceleré mi propio cuerpo. Me moví tan cerca como pude, luego lancé un corte dorado.

Por supuesto, Redge lo bloqueó. Pero justo después de eso, solo por un momento, él se ralentizo. Me moví directo hacia él y ataqué con mi espada larga hacia adelante. Él lo bloqueo con su espada, así que retiré mi espada y ataqué con la daga desde abajo, él la bloqueó, tambien, pero no estaba preocupado. Usé el momento que me dio cuando esquivó mi espada y la giré a la izquierda. Hasta ese punto, fui forzado a desacelerar el tiempo, con total indiferencia del estrés que ponía en mi cuerpo.

¡Solo detente!

En el instante siguiente, sentí silencio. El tiempo no se había detenido, pero mi magia estelar había funcionado, y las cosas se habían ralentizado a un increíble grado. Redge seguramente anularía esto pronto, pero mientras tuviera esta pequeña chance de atacarle, podría funcionar.

«Progress Boost

Liberé el poder estelar que había estado almacenando en mi brazo derecho desde el comienzo de la batalla y lancé un solo ataque. Mientras pueda golpearlo, habrá valido la pena.

Lancé mi puño, y el momento en que lo conectó, mi magia estelar se acabó. El cuerpo de Redge fue azotado violentamente hacia atrás, y rebotó en el suelo unas cuantas veces antes de que se detuviera.

Jadeé pesadamente. Había estado usando una irrazonable cantidad de magia estelar sin parar incluso desde mi batalla con Grom. Todo lo que podía saborear en mi boca no era nada mas que carne, cubierta de sangre.

Mi ataque final había asestado a su objetivo. Si Redge se levantaba ahora, estaré acabado.

Mientras mi visión se volvía borrosa, caí sobre mis rodillas. A pesar de mi fatiga, seguía sintiendo como si mi cuerpo estuviese desbordando poder estelar. La Ruinmaker ciertamente era increíble… pero mi cuerpo no podía mantenerla. No importaba cuanto poder estelar poseyese, no significaba nada si era demasiado débil.

De repente, Redge se puso en pie. Escupió de charcos de sangre, él me observó fijamente como un fantasma sediento de sangre.

Tienes que estar bromeando… uno más… solo necesitaba dar un ataque más. El apenas y podía estar de pie.

Mis piernas se estremecieron. Necesito levantarme… ¡necesito levantarme y asesinarle!

Intenté reunir mi fuerza, pero ya no había nada de ella. Mi cuerpo se quejaba en dolor como respuesta a la tensión colocada sobre él, y escupí más sangre.

Mientras caía sobre la piscina roja que había salido de mi cuerpo, Redge balanceó su espada y lanzó otro corte plateado.

Yo balanceé mi espada e intenté crear mi propio corte dorado, pero no lo logré a tiempo. En lugar de eso, recibí el impacto del corte plateado con mi espada mientras relucía, la cual se partió en dos.

La parte de arriba de mi espada doble era ahora solo de la mitad del largo que solía poseer. La espada en si misma estaba inspirada en las agujas de un reloj, y si perdía cualquiera de las manecillas, me volvería incapaz de acelerar o desacelerar el tiempo. Ya no había ninguna forma en la que pudiera continuar peleando.

Mientras, Redge balanceaba su gran espada una vez más. Pude sentir una inmensa cantidad de poder estelar reuniéndose alrededor de la reluciente espada plateada.

Supongo que estaba destinado que moriría este día. Aun con mi espada, no hay forma en la que pueda bloquear eso.

Estoy muerto.

Era tan claro ahora. No me podía mover, y ya no poseía ninguna manera de escapar o de bloquear su golpe.

Desactivé a Towa.

«¡¿Por qué hermano?!»

«Towa, debes escapar.»

«¡No! ¡No puedo solo dejarte aquí!»

«Lo siento… pero ya no puedo moverme.»

«¡Entonces te llevare conmigo!»

Towa tropezó mientras intentaba jalarme con ella. No importaba cuan duro ella intentara, era imposible.

«¡Date prisa y vete! ¡Puedes escapar tú sola!»

«¡No! Yo… Nunca lo hare…» Lágrimas se deslizaban por los ojos de Towa.

No había sentido en llorar. ¿Pero que mas podíamos hacer? Si solo pudiera llevar a Towa lejos de aquí

Redge bajó su espada, aplastando mis esperanzas. Su corte plateado estaba justo en el curso perfecto para partirme en dos. Estoy muer

«¡Azure Wall

Yukihime saltó en frente de mí y bloqueó el golpe. Pero su pared no era competencia para el corte de Redge, y cortó a través de ella, despedazando el hielo y estrellándose en el delgado cuerpo de Yukihime.

«Ahh… Ahh…»

Mientras veía a Yukihime sangrar, yo estaba sin palabras. Su cuerpo colapsó en frente de mis ojos, y sangre escarlata salió de su gran herida. Podía decir con solo mirarla que ella nunca sobreviviría.

«Tú idiota… por qué…»

«Tú eres el idiota. Te lo dije… Tengo un deber…»

«Eso no tiene ningún sentido… ¿Cómo puedes morir solo por un estúpido deber?»

Sonaba descabellado. El deber de Yukihime de proteger a Towa. Nunca podría pedirle que se sacrificara por eso. Tampoco escoger entre Yukihime y Towa. Yo debería ser el que muriese.

«Oh, fácil,» contesto Yukihime. «Y yo no estoy muriendo solo por mi deber… Tú estas aquí también, ¿recuerdas?»

«¡¿Porqué morirías por alguien como yo?!»

«¿Alguien como tú? Eres mi mejor amigo, mi compañero, mi rival, mi sirviente, y…»

Sus palabras se perdieron mientras más sangre salía de su boca.

«Hey, deja de hablar! Tu herida no se cerrará…»

«Kokuya…» Yukihime me ignoró y continuó hablando. «Tengo este sueño a veces. Es solo un lindo sueño. Mis padres y tus padres siguen con vida, y todos estamos juntos con Towa. Todos y cada uno sonriendo…»

Yukihime acercó su mano hacia mí. Acerque mi cuerpo hacia ella, y su hermosa y blanca mano apretó mi mejilla.

«Mi sueño nunca se volverá realidad, pero aun hay esperanza para ti y Towa… y para todas las demás personas de nuestro mundo… necesitas asegurarte de que sus sueños se hagan realidad.»

«No puedo. ¿Estás loca? Sin ti, no puedo hacer nada…»

«Cállate y has lo que tu ama te ordena… vuélvete seguro de ti mismo… estoy confiándote mi deber a ti ahora.»

«¿Por qué? ¿Por qué yo? Vamos, esto no lo que acordamos… ¡se suponía que protegeríamos el mundo juntos!»

«Deja de ser egoísta… debes seguir protegiéndolo incluso después de que me haya ido… lo prometes… relájate, sé que puedes hacerlo…»

«¡No puedo! No sin ti…»

«Sí que puedes… Oh, hay mucho más que quisiera decirte, tantas cosas más que quisiera hacer… pero supongo que esto es todo para mí. ¿Puedo decir una última cosa?»

«¡No! ¡Este no es el fin! ¡No hables como si lo fuera!»

«…Kokuya, yo… te amo.»

Por un momento, pensé que le tiempo se había detenido. Me volví daltónico y sordo al mismo tiempo. En ese momento, todo lo demás fue simplemente desvanecido. Esas eran las palabras que había querido decir tantas veces, pero solo las mantenía sumergidas.

«Tu terquedad, la forma en la que intentas actuar fuerte, como puedes nunca ser honesto acerca de las cosas, como odias perder, como siempre te concentras tanto en ciertas cosas, como eres sorprendentemente fácil de desalentar, como eres un idiota y pervertido, como continúas intentando volverte más fuerte, lo amo todo…»

Esas eran las palabras que continuaba empujando dentro de mí, mintiéndome a mí mismo acerca de que no estaba lleno de ellas todavía.

«¡Yo tambien! ¡Yo también te amo!» Lo dije. «Amo todo acerca de ti, tambien. Cuan estúpida eres, cuan ridículamente orgullosa eres, como siempre te deprimes por la más insignificante razón, como intentas actuar genial en los lugares más tontos, como eres siempre tan asustadiza, todo… ¡Tu cabello, tus ojos, tu voz, el hermoso hielo que creas, lo amo, lo amo todo!» Una vez empecé, solo no pude detenerme. «Nunca fui capaz de decirlo hasta ahora, pero yo siempre…»

«…Idiota. Ya sabía eso.»

«Siento que me tomara tanto tiempo.»

«Está bien. Te las arreglaste para decírmelo, ¿cierto? Ambos debimos haber sido más honestos el uno con el otro…»

«…Sí.»

Lo sé me tomo mucho, pero por favor… Solo por favor no te mueras. (NT: Sí por favor no te mueras T-T)

*

«¿Lo dejarías ya?»

Perdí la cuenta de cuantas veces había dicho eso. Y aun así él se mantenía caminando hacia mí – Kokuya Kurono. Fui yo quien lo desafió primero. Era tan frustrante después de que me derrotase con la Ruinmaker. Sentí que seguramente podría derrotarle cuando no estuviera usándola, sin embargo.

«No es tan difícil de entender.»

«…»

«Soy la más fuerte maga estelar en el mundo, y tu eres un rango G. Nunca serás capaz de derrotarme, ni siquiera si voltearas el mundo entero de cabeza.»

«Cállate.»

«…Que dijiste?»

«Dije silencio. ¿Tú eres la mas fuerte? ¿Y yo soy un rango G? ¿A quién le importa los estúpidos rangos? Voy a voltear todo tu mundo de cabeza, justo aquí y ahora.»

«¿De dónde conseguiste tanta testarudez?»

«Prometí que la protegería.»

«¿A tu hermanita? ¿Por qué no me dejas eso a mí?»

«Towa es mi hermanita. Debo protegerla. Yo, y nadie más.»

Él se veía realmente prendado de su hermanita por alguna razón. Towa Kurono era la Ruinmaker, un arma capaz de destruir el mundo. Dado que yo era la más fuerte, era mi deber protegerla y asegurarme que no cayera en las manos equivocadas. No entendía que problema posiblemente tendría con eso.

Pero Kokuya continuaba desafiándome. Día tras día, él luchó y perdió contra mí, pero nunca se rindió. Todos los demás estudiantes se divertían a costa suya. «Él nunca la derrotará. No hay manera. ¿No puede ver cuan más fuerte ella es?» Él tenía que escuchar eso todos los días. Incluso yo pensaba cosas similares.

Aun así, había una cosa que entendí que los otros no – Kokuya haría cualquier cosa por su hermanita. Él estaba obsesionado con ella, casi parecía que estaba loco. De alguna manera lo entendí, sin embargo. Después de todo, yo haría cualquier cosa por mis padres. Sin importar cuan imposible pudiera verse algo, no me importaba. Solo porque algo era imposible en ese momento no me haría rendirme a la primera. Si no podía hacerlo a la primera, solo tendría que seguir intentando hasta que lo lograra – justo como el insistía en pelear conmigo hasta que ganase. Éramos iguales, en cierta forma.

Él era tambien el único que me trató como a un igual. Cuando nací muchas cosas fueron instantáneamente decididas por mí. Tenía que convertirme en la maga estelar más fuerte y la Directora de la academia. Estaba todo planeado antes de que siquiera dijera mi primera palabra. Incluso escuché a personas llamándome ‘La pieza mas exquisita de la casa Yukigane.’ Dado que nací de padres excepcionales era mi deber ser excepcional tanto como pudiera.

Podía entender porque algunas personas sentían que decidir cosas basándose en la herencia era algo malo. No era como si yo fuera una fanática de tener a otros decidiendo cosas por mí tampoco. Pero ¿qué si esas cosas coincidían con lo que quería ser? ¿Qué si te gustaba el camino que habían decidido para ti? Estaba orgullosa del camino que mis padres me habían dejado, y el deber que me habían confiado.

Yo tenía mis quejas, sin embargo. Las personas alrededor mío solo me veían como la hija de la casa Yukigane, y solo me trataban como tal. Algunos me respetaban, otros me envidiaban, y otros desesperadamente intentaban congraciarse conmigo. No importaba cual actitud asumiesen, cada persona me veía como la hija de la casa de los Yukigane, y nada más.

Él fue el único – Kokuya fue el único quien no tomó importancia a esas cosas y me vio a mí. A él no le importaba que fuera la hija de la casa Yukigane, o incluso que fuera la maga estelar más fuerte en el mundo. Él solo siguió desafiándome porque sabía que yo era más fuerte que él. Y me hizo tan feliz. Me hizo tan feliz saber que, ante sus ojos, no era la hija de la casa Yukigane, sino Yukihime Yukigane.

Solo en sus ojos, podía verdaderamente ser yo misma. Él me tomo desde la cima del mundo y me volvió solo en otra chica normal.

Sentí como si estuviese viendo un caleidoscopio (NT: si no sabes que es Google te espera). Viejas memorias del tiempo que gasté con Kokuya volaron por mi mente una después de otra – entonces lo vi. Redge, disparando su corte plateado.

Si estaba tan llena de mi deber como la Directora, necesitaba proteger a Towa con mi vida. Siempre podríamos encontrar otro usuario compatible, pero solo había una Ruinmaker.

En otras palabras, debía dejar morir a Kokuya. Pero no lo hice. No había manera de que pudiera.

En ese momento, dejé de actuar como la Directora. Estaba haciendo lo que quería hacer. Solo era la típica chica, preparada para hacer lo que sea para proteger a quien amaba.

No tenía arrepentimientos… No, eso era mentira. Fallé en continuar mi deber con él. Hubiera querido permanecer a su lado por siempre.

Y aun así, me sentí extrañamente, suficientemente satisfecha – porque sabía que el heredaría y finalizaría todo lo que había empezado.

Sangre brotó fuera de mi cuerpo. Al lado mío, pude ver a Kokuya, lamentándose mientras lagrimas bajaban por su rostro. Sabía que estaba desahuciada… lo sabía. Pero…

«Nunca fui capaz de decirlo hasta ahora, pero siempre te…»

«…Idiota. Ya sabía eso.»

«Siento que me tomara tanto tiempo.»

«Está bien. Te las arreglaste para decirlo, ¿cierto? Ambos debimos haber sido más honestos el uno con el otro…»

Exprimí fuera las siguientes palabras. Si iba a morir aquí sabia que tenia que decir a continuación.

«Pero estoy satisfecha.»

Le dije como realmente me sentía. Podía finalmente cerrar mis ojos.

Al final, me las arregle para decirlo, justo antes de morir.

*

«Pero estoy satisfecha, » Yukihime dijo, mientras me besaba.

Sus labios se sentían fríos y suaves.

Ella sujetó mi mano izquierda, la cual estaba apretando lo que quedaba de su espada, entonces, la movió hacia su pecho.

«Quería darte todo a ti, mi amor, mi vida… hice todo el trabajo duro hasta ahora, así que, si no ganas esta vez, vas a tener que rendir cuentas ante mi…»

Yukihime enterró su espada en su pecho mientras mi mano la sujetaba.

¿Por qué? Pero ya conocía la respuesta. Y pronto, un gran poder estelar comenzó a llenar mi cuerpo.

La Ruinmaker tenia la habilidad de robar el poder estelar de cualquiera que asesinase, justo antes de morir, Yukihime me dio toda su fuerza. (NT: T-T mi corazón no aguanta esto.)

«Esa mirada que tienes en la cara.»

Lentamente, él apareció en frente mío, arrastrando su gran espada detrás de él. Redge – El hombre que asesinó a Yukihime.

«Tú…» Lo observé.

Sus finos ojos me regresaron la mirada. «Vi que esa mujer hizo un gran trato contigo.”

«… ¿Cuál es tu punto?»

«No me malentiendas. No la asesiné con el fin de desquitarme contigo. La muerte de un gran guerrero no debe ser corrompida con tales cosas… pero supongo que se ve de esa manera, que coincidencia.»

«…¿Coincidencia? ¡¿Estás completamente loco?! ¡Tu gente son los que invadieron nuestro mundo y comenzaron a querer gobernarnos!»

«Zol y yo fuimos simplemente forzados a venir aquí en una misión. Tú eres el que eligió buscar venganza para tus padres. No podría culparte. Justo como tú, busco venganza por mi mentor, además, no tengo derecho de juzgarte. Ambos deseamos asesinar al que tomó las vidas de alguien preciado para nosotros. Eso es todo lo que es. Nuestra relación es así de simple, en realidad.»

Él solo siguió y siguió. Él asesinó a Yukihime, mientras que su mentor asesinó a mis padres. Si solo los dos nunca hubieran aparecido

Él las va a pagar.

«En ese caso, vas a morir. Voy a matarte,» dije.

«Como quieras. Si es una muerte sin significado lo que quieres, me veré obligado.»

De nuevo… pude sentir su furia asesina cerniéndose sobre nosotros otra vez.

Redge levantó su gran espada. Yo ya no tenía ninguna forma de bloquearlo. Towa me había proveído una ilimitada cantidad de poder estelar, igual que Yukihime, nunca se agotaría, pero mi cuerpo simplemente no podía continuar. No podía hacer nada.

¿Realmente voy a morir aquí? ¿Sin matarlo?

De repente…

«Voy a asegurarme de que pagues por lo que has hecho.» Towa caminó entre Redge y yo, levantando ambas de sus manos, y observándolo fijamente. «¿Me escuchaste?» Nunca la había oído hablar así antes.

Redge agudizó sus ojos. «Ruinmaker… ¿Qué es lo que puedes hacer en esa forma?» dijo burlándose. «Desafortunadamente, no estoy de humor. Necesito capturarte con vida.» Redge soltó su espada y se acercó a Towa.

«¡Towa, tonta! ¡Corre!»

En el momento siguiente, una cuchilla de viento voló hacia Redge, solo para ser cortada por una larga espada plateada extensible.

«¡Lord Redge!»

«Kurono!»

Nagisaki y Elemia permanecieron lado a lado.

(NT: Nagisaki donde carajos te habías metido, llegas tarde T-T)

«¡Deberíamos retirarnos por ahora, señor! ¡Si nos reagrupamos, seremos capaces de regresar y robar a la Ruinmaker en un santiamén!» Elemia corrió hacia Redge.

«No te preocupes. Estoy a punto de terminarlo todo justo ahora.» Redge ignoró la suplica de Elemia e intentó continuar la batalla.

Pero Elemia continúo hablando. «Valt fue asaltada en su camino de regreso. A este ritmo…»

Mientras él escuchaba esto, Redge dejo de moverse.

«¡No vas a escapar!» Nagisaki balanceó su guadaña hacia Elemia, quien la desvió con su espada.

Redge me observó con sus ojos plateados y gritó. «¡Grábate mis palabras – regresaremos a terminar esto muy pronto!»

Después de que el odio saliera con sus palabras, Redge desapareció junto con Elemia.

Ellos nos dejaron con nada más que trozos de hielo destrozados y hecho jirones. Un gran cráter. Miles de cadáveres de monstruos. Incontables cicatrices de batalla.

Me agaché ante la que había asesinado – ante lo que quedaba de mi amada – y lloré.

 

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