Tomodachi no Imouto ga Ore ni Dake Uzai Volumen 1 – Epílogo 1

  Epílogo 1: El Habitual del Presidente de la Compañía

“No esperaba nada menos de ti, Akiteru-kun. El traer resultados de este nivel en un periodo tan corto de tiempo.” Tsukinomori Makoto golpeó mi vaso de jugo mientras hacía un brindis. Él luego bebió un sorbo de su resplandeciente vino.

“Ella está disfrutando su nueva escuela e incluso hizo amigos. Incluso parece que muy pronto será capaz de olvidarse de aquellos recuerdos y experiencias de su anterior escuela. Fue lo correcto dejártelo a ti.”

“Me alegra escuchar eso.”

“La ‘Alianza del Quinto Piso’ realmente es una maravillosa comunidad. Fufu~” El presidente guiñó con un ojo, aparentemente complacido.

A propósito, ese guiño no fue para mí sino que para la mesera que seguía lanzando miradas furtivas hacia nuestra mesa. Cuando ella vio que él le había guiñado, sus mejillas se tornaron de un color rosa y luego huyó hacia a la cocina.

“¿Sigues intentando acercarte a ella?”

“Solo una vez más.”

“…Solo no dejes que te arresten.”

“Ha ha ha.”

No, esta no es la parte donde deberías reírte.

“No te preocupes, soy un aliado de la raza de las mujeres.”

“Un verdadero enemigo siempre fingiría ser un aliado…”

“Eso me recuerda, esa chica que se hizo amiga de Mashiro pertenece a la ‘Alianza del Quinto Piso’ ¿Verdad? ¿Kohinata Iroha?”

“¿Eh, ya escuchaste sobre eso? Bueno, ella realmente no es un miembro,” Rápidamente le corregí.

Pero con una sonrisa en su cara, el Presidente Tsukinomori siguió.

“Ella es la seiyuu que hizo todo el trabajo de las voces para tu juego ¿Correcto?”

“¿…Por qué pensarías eso?”

“Escuché que su seiyuu tenía un increíble talento para la actuación y solo había una persona a tu alrededor que se adecuaba a esa descripción.”

“Dado que no la pusimos en los créditos, podrían incluso ser varios actores—”

“¿Qué estás diciendo? Yo sabía desde el comienzo que solo había una actriz.”

“¿Eh?

“Sabes, yo tuve que abrirme camino para llegar a este trabajo. Sin importar lo buena que sea cambiando su voz, aun puedo captar las similitudes entre ellas.”

¿Acaso cuan perspicaz puedes ser? Bueno, no es como si pudiera esperar nada menos de este presidente de compañía único en su especie.

“…Ah, eso me recuerda.”

Recordé lo que el Presidente Tsukinomori había dicho antes.

“El programador OZ, el ilustrador Murasaki Shikibu-sensei, el escritor de escenarios Makigai Namako y una desconocida seiyuu, junto al productor y director Aki…es decir, tú.”

Él no había dicho “seiyuus” en plural, solo “seiyuu.” Eso significaba que él desde ese entonces ya sabía que solo era una actriz responsable por todas las voces.

“Umm…acerca de Iroha trabajando como la seiyuu—”

“Ya lo sé ¿Quieres que lo mantenga en secreto, verdad? Dado que intentaste mentirme sobre eso, no tengo la intención de filtrarlo.”

“…Eso realmente ayuda.”

“Ahora bien, de regreso al tema principal, esta Kohinata Iroha-kun—”

Él se detuvo por un momento. Cambiando su expresión hacia una seria, el Presidente Tsukinomori finalmente continuó:

“—¿Ella no es tu verdadera novia, o sí?”

“Apostaría mis órganos a que eso no es así,” Le respondí inmediatamente.

Su cara se veía tan seria, pero lo que dijo seguía siendo tan en broma como siempre ¿En serio?  Como siempre, no podía leerlo.

“Mhm, eso es bueno de oír. Por favor, sigue disfrutando tu vida estudiantil con Mashiro y los demás.”

“Por supuesto, haré eso.”

“A propósito, estoy realmente feliz de que seas tan amigable con Mashiro, pero no te perdonaré si realmente la tomas como tu amante ¿Está bien?”

“Ya te lo dije, está bien. Presidente, eres tan aprensivo.”

Aunque mis sentimientos por ella habían cambiado, seguían bastante lejos de lo romántico.

“Mashiro tampoco se siente así sobre mí, estoy seguro de eso. Preocuparte sobre ello es una pérdida de energía,” Intenté asegurarle.

Luego de humedecer su garganta con otro sorbo de vino, el Presidente Tsukinomori murmuró algo en voz baja.  Mientras su voz se perdía entre el estruendo de los clientes y los empleados a nuestro alrededor.

‘…Él es un buen hombre, pero su terquedad es un inconveniente…’