Even Though I’m a Former Noble and a Single Mother, My Daughters Are Too Cute and Working as an Adventurer Isn’t Too Much of a Hassle (WN) Vol.3 – Capítulo 19

El Demonio Aparece

Vistiendo una cota de mallas debajo del vestido, Shirley ató los cordones de sus gruesas botas de cuero. Debido al poder de la Caja de Herramientas del Héroe, los preparativos de para sus aventuras eran bastante modestos, en comparación a sus pares. Si un aventurero normal estuviera planeando luchar contra un dragón antiguo, este probablemente estaría llevando consigo su propio peso en equipaje, pero Shirley a primera vista podía ser confundida por una simple pueblerina.

Luego de terminar con sus preparativos, ella se dispuso a preparar el desayuno, pero justo en ese momento… se vio a sí misma en el espejo.

“…Hmph.”

Luego de dar una rápida vuelta frente al espejo, ella hizo un ligero sonido de insatisfacción ante lo que vio. Con ese largo vestido de una pieza y su dobladillo acampanado, combinado con su juvenil rostro que no había cambiado en diez años, a decir verdad Shirley se veía incluso más joven que a los diecinueve, la edad de su cuerpo.

“…Si sigo viéndome de esta forma ¿Acaso podré realmente ser vista como una madre…?”

Aunque no era algo que ella pudiera cambiar como una semi-inmortal, recientemente se había estado preocupando de su imagen maternal debido a la apariencia que tenía. De hecho, un montón de personas que no conocían a Shirley la llamaban “Señorita” cuando se veían por primera vez. Incluso jóvenes aventureros apenas mayores de veinte años que viajaban de pueblo en pueblo le decían así.

(Bueno…no es como si la mayoría de las personas me creyera, sin importar cuando intento explicar.)

Ver es creer después de todo. Sin haber contemplado por su cuenta el verdadero poder de Shirley, era difícil esperar que ellos le creyeran. Incluso si ella era la famosa Demoníaca Espada Blanca, para las personas que nunca la habían visto en acción, era difícil sacudirse esa primera impresión de ser una simple chica de pueblo.

…Habiendo dicho eso, a su vez era difícil pensar que muchas pueblerinas pudieran poseer si quiera una sombra de la belleza de Shirley, pero eso no era realmente algo que ella estuviera considerando aquí.

(En tal caso, me encantaría volverme una mujer como Martha-san…una mujer que usa un delantal sería mejor.)

Aunque el ideal de Shirley de cómo debería verse una madre (el de alguien vistiendo un delantal) podría revelar un ligero prejuicio por su parte, ella estaba hablando completamente en serio. Por lo menos, sería más apropiado para ella que el de una mujer de treinta años todavía usando un vestido de una pieza.

(Aunque en verdad no me desagrada realmente este vestido…es mi favorito y es fácil de moverse con él.)

Poniéndolo de forma simple, ella creía que podía seguir vistiendo la misma ropa siempre y cuando estas no estuvieran llenas de agujeros o manchadas con suciedad que no pudiera salir luego de ser lavada. En los últimos cinco años, Shirley no había salido mucho a comprar vestidos nuevos, así que verla usar cualquier ropa nueva era una rareza.

Pero, la edad mental de Shirley también se había detenido cerca de los diecinueve años, una edad donde la apariencia de una chica era todo su mundo. Habiendo dicho eso, aunque el vestir a Sophie y Tio con la ropa de más alta calidad que pudiera comprar era su orgullo y dicha, no era como si a ella no le importara su propia apariencia.

Ella realmente era una madre consentidora que gastaba más tiempo en sus propias hijas que en sí misma, pero aun así tenía una o dos piezas de ropa favoritas. Como este vestido blanco, por ejemplo. Era refrescante el solo observarlo durante un caluroso día de verano como este y era simple, un diseño para nada llamativo que se adecuaba perfectamente a las preferencias de Shirley.

“…Fufu.”

Ella levantó el dobladillo de su falda y dio otra vuelta frente del espejo. Incluso si su edad mental pudiera ser más joven, si se considerada su verdadera edad, esto podría ser ligeramente vergonzoso. Pero, ella no podía evitar hacer las cosas que le gustaban, de vez en cuando.

(Si alguien me viera haciendo esto, moriría de la vergüenza.)

Ya era hora de preparar el desayuno, pero mientras se daba vuelta para ir en dirección de la mesa de la cocina, Shirley se sobresaltó al ver dos pares de ojos fijos sobre ella.

“¡¿QU?!”

“Ah.”

“…Nos descubrieron.”

Shirley se maldijo a si misma por ser tan negligente de ni siquiera sentir una presencia observándola al interior de su propia casa. Al borde de la cocina, ella vio a Sophie y Tio con sus cabezas en el marco de la puerta, observándola.

“¿U-Ustedes vieron…?”

“¿Eh? Um, bueno…”

“Te vimos dando una vuelta en el espejo. Dos veces.”

En otras palabras, ella había sido vista destruyendo su dignidad como madre no solo una vez, sino dos veces. Shirley se cubrió el rostro con ambas manos mientras se agachaba, enroscándose tanto como era posible.

—

“Aaaaah ellas lo vieron, ellas lo vieron todo…mi dignidad como madre se ha iiiiiiiiiiido, esto es vergonzoso, demasiado vergonzoso, sería mejor si hiciera un hoyo y me quedara ahí por toda la eternidad. ¿Cómo pude haberme olvidado por completo de ser una adulta y el ponerme a jugar en frente del espejo como una niña pequeña sin prestar atención alguna a que un comportamiento tan deshonroso fuera expuesto en frente de mis hijas? Mi única opción es morir…”

“¡Mami, e-está bien! ¡Yo no pensé que fuera raro!”

“Mm. En verdad fue algo lindo.”

Mientras ellas se sentaban en frente de un desayuno de tocino, huevos y ensalada mezclados con carne ahumada, su madre quien seguía escondiendo su cabeza a causa de la vergüenza no respondió cuando Sophie y Tio intentaron reconfortarla.

Las mellizas estaban siendo completamente sinceras con sus palabras, pero Shirley había sufrido un daño tan severo que ni siquiera ellas podrían arreglarlo. Mientras tanto, el resto de los aventureros en las cercanías habían comenzado a murmurar.

“Pero, ya veo…yo siempre he estado preocupada debido a que mami parece prestarnos más atención a nuestras ropas que las de ella, pero me alegra que a ella le siga gustando el vestirse.”

“¡Umm…a decir verdad, es un más vergonzoso si me miras de esa forma…!”

Shirley tembló a causa del bochorno mientras Sophie la miraba con ojos llenos de compasión. Ella nunca había esperado ser contemplada de esa forma por su hija, así que el daño se volvió aún más serio.

“C-Como sea, me iré a trabajar ahora. Puede que no llegue a casa a tiempo para la cena, así que no se preocupen y coman antes que yo.”

“Entendido. Nos vemos más tarde, mamá.”

Con su rostro aun completamente enrojecido, Shirley se paró rápidamente y dejó la Casa Déficit. Mientras su madre se iba en tal estado, Sophie y Tio se miraron la una a la otra.

“… ¿No pareciera como si mami dejara mucho tiempo para sí misma, verdad?”

“Mm. Tengo la sensación de que ella no usa el tiempo libre en sí misma.”

Las dos pensaron sobre ello ¿Acaso que podían hacer por su madre quien constantemente estaba poniendo su vida en riesgo a diario?

“… ¿Cocinar?”

“Mamá nos dijo que no usáramos los cuchillos ni la cocinilla debido a que es peligroso, podríamos ayudar a Martha-san con la comida pero mamá también dijo que puede que llegaría tarde esta noche… ¿Qué tal bañarnos?”

“Eso es algo que deberíamos hacer siempre de todas formas, lo mismo va para limpiar nuestro cuarto…”

Dado que aquellas tareas simplemente se sentían como algo que los niños podían hacer como parte de su rutina diaria, no se sentía especial, así que ellas seguían acomplejadas con respecto a qué hacer. Por el momento, al menos podrían ayudar con los platos, pero cuando entraron en la cocina las mellizas escucharon la voz de Martha mientras esta hablaba con su marido.

“Entonces, como sea, hay un montón de clientes que últimamente quieren comer platos ácidos, debe ser a causa de la estación. Aparentemente, es una buena forma de prevenir la fatiga bajo este calor.”

Las mellizas de cabello blanco se miraron entre sí, con la misma idea surgiendo en sus mentes al unísono.

“Ahora que lo pienso, a mami le gustó el sabor de aquellas mandarinas ¿Verdad?”

“Recordé haber logrado hacerle esos para el cumpleaños de mamá hace dos años atrás.”

Las frutas cítricas eran las favoritas de Shirley y esta quedó encantada cuando hace dos años atrás, con la ayuda de Martha en la cocina, las mellizas le prepararon un tipo de postre helado llamado jalea usando mandarinas. Dado que hacía tanto calor ¿No sería esa clase de dulce acido, perfecto? ¿Especialmente si era una delicia helada como en el pasado? Mientras las dos pensaban sobre ello, regresaron a su habitación para una reunión estratégica.

“No sería especial si es que le compráramos la fruta con nuestra mesada ¿Verdad? Dado que en primer lugar mami trabajó duro para ganarlo.”

“Hay otras cosas que pueden funcionar ¿Cierto? ¿Cómo limones del bosque y cosas así?”

Era un tipo de fruta con un gusto increíblemente acido que además era bastante común, los niños del pueblo fronterizo a veces los comían como si fuera una delicia mientras jugaban en el bosque. Dado que se veía como un limón, los niños le dieron el sencillo nombre de “limón del bosque,” pero su denominación oficial era “cítrico del bosque.” Evolucionó de tal forma que alejaba a los insectos y pequeños animales con su fuerte sabor acido, pero ese mismo sabor lo había popular entre los humanos.

A veces también era cultivado por granjeros y la variedad que uno podía encontrar en el bosque era ligeramente más amarga que la de los cultivos, pero de acuerdo a Martha, si uno lo cocinaba de manera correcta seguía siendo igual de delicioso.

“Crecen un montón durante esta estación, así que si salimos a recoger algunos ahora, deberíamos ser capaces de preparar algo para mamá para cuando llegue a casa.”

“¡Sí…eso puede funcionar! ¡Incluso si está cansada y no quiere comer mucho, todavía puede comer jalea!”

Luego de una votación unánime, Sophie y Tio se pusieron sus sombreros contra el sol y fueron al bosque. Ellas llevaron consigo a Berilio y Rubí para que les ayudaran a buscar los cítricos del bosque.

“¡Bueno entonces, aquí vamos!”

“Oh~”

“¡Pio!”

—

El bosque, el cual se extendía desde bien afuera de la ciudad hasta el parque cercano a la Casa Déficit era el lugar ideal para jugar durante aquellos calurosos meses de verano a causa de toda la sombra. Sophie y Tio, con su pálida piel blanca, estaban especialmente agradecidas por un lugar como este, pasando muchas horas de sus días de verano disfrutando de la refrescante brisa que atravesaba a los árboles.

“La última vez… ¿Dónde los encontramos?”

“Creo que fue…por este lado.”

El bosque era como un jardín para ellas, dado que habían estado jugando en él desde muy jóvenes, aunque seguía siendo bastante grande. Si un niño entrara aquí por primera vez por su cuenta, este casi con toda seguridad se perdería. Siguiendo la regla no escrita acerca de que nunca debían aventurarse tan profundo en el bosque que técnicamente estarían fuera del pueblo, ellas comenzaron a buscar los cítricos del bosque que crecían desde este lado de las murallas.

Lideradas por Sophie, las dos niñas junto a sus dos aves partieron, intentando recrear los pasos que tomaron el último verano. A pesar de que el bosque técnicamente llevaba hacia las afueras del pueblo, no había ninguna criatura peligrosa o monstruo en sus alrededores, dado que estos eran mantenidos a raya por sus enemigos naturales, los aventureros que existían tan cerca del lugar. A lo sumo, un solitario goblin podría colarse en el bosque con la esperanza de asaltar una casa, pero parecía como si todos los nidos goblin en las cercanías hubieran sido completamente aniquilados por cierta aventurera durante la primavera.

Es por eso que los niños usualmente deambulaban alrededor del bosque con tan poco cuidado, pero por alguna razón, Tio sintió una vaga sensación de ansiedad.

“¿…?”

“¿Qué sucede, Tio?”

“Mm…se siente como si hubiera… ¿Algo en el bosque…?”

Ella no sabía cómo explicar bien lo que estaba sintiendo, pero si tenía que ponerlo en palabras ¿Era la sensación de estar siendo observada…? Esa amenazante sensación subiendo por su espalda disparó los instintos de Tio.

“No deberías preocuparte tanto…probablemente sean otros niños jugando ¿Verdad?”

“¿Quizás…? Pero esta sensación…Mm…”

Viendo a Tio ponerse tan inquieta y ansiosa acerca de algo que ella no entendía muy bien, Sophie hinchó su pequeño pecho y estiró la mano.

“No se puede evitar. Toma, tu hermana mayor te sostendrá la mano.”

“No, no es eso.”

Habiendo ese amable gesto de hermana mayor sido rechazado de tal forma, Sophie dejó caer su cabeza. Con esa incomoda sensación de Tio sin cambio alguno, las dos decidieron reunir las frutas y regresar rápidamente a la Casa Déficit mientras se sumergían más al interior del bosque.

“¡Ah! ¡Ahí están!”

“Mm. Crecieron bastante bien.”

En el área donde la muralla del pueblo se hubiera extendido si no hubiera sido por este bosque, finalmente encontraron las frutas que andaban buscando. Tan pronto como se lanzaron a recoger las frutas, de la nada incontables brazos humanos aparecieron detrás de Sophie y Tio, estirándose para intentar agarrarlas.

“¡¿Ah?!”

“¡¿P-Pero que d…?!”

¿Acaso eran sus instintos…? Las dos habían saltado hacia el lado casi al mismo tiempo para evitarlos, mientras el ataque de un incontable número de manos arañaba el suelo donde ellas habían estado hace solo unos segundos.

“¡¿Aaaaah?! ¡¿D-Dónde está el reloj de bolsillo?!”

¿Acaso esos brazos de algún modo los habían rozado? Mientras ellas buscaban los relojes de bolsillo que Shirley les había entregado, los cuales usualmente llevaban colgados de un hilo, estas vieron que estaban en el piso al otro lado de aquellos brazos. Los rostros de Sophie y Tio palidecieron ante la pérdida de dichos aparatos. Y como si solo hubiera sido para incrementar su temor, el monstruo responsable salió de las sombras, con una astuta y rastrera sonrisa en su cara.

“¡T-Tio! ¡Esa persona es…!”

“Tienes razón, esa es la hermana de mamá…”

Fea. Esa era la única palabra que podría describir la asquerosa amalgama de brazos y piernas humanas, pegadas en la forma de un monstruo con el rostro de un atractivo hombre, pero ellas a su vez reconocieron a la mujer con el destrozado y sucio vestido que parecía estar fusionada con el cuerpo de la criatura.

Ella era la hermana menor de Shirley, Alice quien habría sido su nueva “madre” si las cosas hubieran terminado de manera opuesta durante el duelo de regreso en el Imperio. Los dedos y manos del monstruo parecían haberla acercado aún más al interior de su cuerpo, con su vestido y cabello de un color rubio rosáceo teñido de sangre seca. Con la forma en que ella se veía, no estaba claro si acaso estaba viva.

“¡¿Q-Qué hacemos…?!”

Los relojes de bolsillo que podían salvarlas estaban fuera de alcance y debido a lo apabullante que se veía el monstruo en frente de ellas, no podían moverse en lo más mínimo. Sus instintos les estaban gritando que un solo movimiento en falso podría significar la muerte, así que no movieron ni un músculo. Es más, el monstruo también estaba de pie entre ellas y su camino de regreso al pueblo.

Era una situación sumamente desesperada. Ese monstruo tenía una expresión sádica mientras contemplaba a las niñas. Gran estiró uno de sus brazos increíblemente gruesos, envuelto en miles de otras extremidades, para así agarrar a las petrificadas niñas…

“¡Pioo!”

“¡Pioooooo!”

Pero, Berilio y Rubí batieron sus alas entre medio de ambas partes para proteger a sus amas. Un gigantesco monstruo contra unas aves pequeñas. Incluso si eran espíritus ¿Qué es lo que podían hacer para proteger a las mellizas de un monstruo como ese? Pero, cuando esas aves de color azul y rojo abrieron sus picos, una brillante luz comenzó a resplandecer desde el interior de sus bocas.

“¡PIOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!”

Y entonces, hubo un destello. Aquellos rayos de luz de color azul y rojo salieron de sus picos para arrancar el extendido brazo de Gran como si ni siquiera hubiera estado ahí.