Even Though I’m a Former Noble and a Single Mother, My Daughters Are Too Cute and Working as an Adventurer Isn’t Too Much of a Hassle (WN) Vol.3 – Capítulo 17

La Calma Antes de la Tormenta (Parte 1)

“¡Kuh…! ¡Escapó…!”

Philia se puso de pie en el borde la arruinada terraza, mirando a Gran quien estaba desapareciendo a la distancia. Él se dirigía hacia el sureste…hacia el Reino.

“¡Ese grito de hace unos momentos…él tiene que estar dirigiéndose donde Onee-sama! ¡Tengo que avisarle de inmediato!”

Gran no podía ser dejado simplemente libre. Bien podría representar una buena oportunidad para dañar aún más la autoridad y el prestigio del Imperio y sus gobernantes, pero no tenía sentido si las personas a las que ella había jurado proteger terminaban heridas en el proceso. Lo mismo se podía decir de las personas en el Reino, cuyo gobernante seguía prestando ayuda a Philia.

Mientras ella pensaba acerca de qué hacer, una gran muralla de piedra atrapó a los monstruos engendrados por Gran y que habían sido lanzados al jardín que estaba por debajo, luego de ello, dicha prisión de tierra fue perforada y engullida por cuantiosas espinas de hielo y pilares de fuego. Habiendo aniquilado a las criaturas, Lumiliana saltó de regreso al segundo piso, postrándose con una rodilla en el piso ante Philia y con su rostro mirando directamente al piso.

“¡No tengo excusa alguna, Su Alteza…lo dejé escapar…!”

Su voz estaba teñida por algo más que el remordimiento. Mientras su caballero en el interior se maldecía a sí misma, Philia negó con la cabeza intentando calmarla.

“Está bien. ¡En este instante, enfoquémonos simplemente en lo que tenemos que hacer. Si el Gran Maestro Wolff entra al Reino en tal estado, habrá un alboroto!”

Aunque él estaba volando a una altura inalcanzable, este no se estaba moviendo muy rápido. Si ellas actuaban de inmediato, sería posible lidiar con esto antes de que hubiera más víctimas. Diciéndose esto a sí misma, ella dio media vuelta en dirección a la puerta, determinada a tomar acción, cuando una joven maid de cabello castaño irrumpió en el cuarto, a pesar del hecho que este parecía estar a punto de colapsar producto de la batalla.

“¡S-Su Alteza! ¡¿E-Está bien?!”

“¿Hannah? ¿Te dije que esperaras afuera porque era peligroso, verdad?”

Esta era Hannah, una maid que había sido contratada recientemente. Ella había estado empleada por la familia Earlgrey hasta hace poco, pero no pudo sobrellevar las absurdas demandas de Alice por lo que fue despedida, obligada a vagar por las calles con su enfermizo hermano, sin la expectativa alguna de un trabajo debido a la ola de desempleo que estaba atacando actualmente al Imperio. Por casualidad, ella se encontró con Philia quien estaba visitando el ayuntamiento y le fue ofrecido un trabajo.

“M-Mis disculpas. Estaba preocupada por la seguridad de Su Alteza, así que yo solo…”

Debido a las circunstancias de las que había sido sacada, Hannah vislumbraba a Philia como algo parecido a una salvadora. Ellas todavía no se habían conocido durante mucho tiempo, pero Philia ya había comenzado a confiar en ella y la habilidad de Hannah como una maid, quien previamente había servido en una casa noble de alto rango, no era insignificante.

“No tiene sentido el lamentarse por lo que ya ha sucedido ¡Por ahora, todo lo que podemos hacer es actuar rápidamente! Yo regresaré de inmediato a la finca de los Regnard y enviaré un comunicado al Reino. ¡Lumiliana, por favor prepara de inmediato el carruaje! ¡Hannah, te confiaré los documentos relevantes a ti!”

“¡Sí!”

—

 

“Uuu…está tan ruidoso afuera.”

Desde el bosque que se esparcía por fuera del pueblo fronterizo hasta al interior de un cuarto ubicado al interior de la Casa Déficit, la cacofonía de cigarras era insoportable durante los meses de verano.

Como si el calor no fuera suficiente, ahora a su vez tenían que lidiar con el ruido sin fin, incluso Sophie no era capaz de evitar gruñir.

“Debe ser agradable ser un ave…sin importar que, no pareces acalorarte en lo absoluto.”

“¿Pio?”

Sophie contempló a Berilio, quien estaba posado en un poste que era una cabeza más alta que ella.

Era algo que ella solo había aprendido luego de comenzar a tener una mascota, el que los animales no parecían estar tan visiblemente afectados por el calor como ella. Al principio, Sophie pensó que simplemente no se les veía en las caras, pero no era de esa forma en lo absoluto.  Su piel, la que ella sintió por debajo de las plumas estaba fresca al toque.

“¡Pero dado que Tio está sufriendo aún más a causa de este calor, como la hermana mayor no tengo más opción que tomar la delantera!”

¡Hmph! Con un rejuvenecido espíritu, ella tomó la regadera y continúo remojando las plantas que colgaban de las macetas afuera de la posada.

La luz del sol brillaba a través de las gotas de agua, produciendo un pequeño pero aun así hermoso arcoíris. Justo cuando Sophie terminaba de regar las plantas, Tio abrió la puerta solo un poco sacando su cabeza, la misma cabeza en dónde Rubí estaba descansando en este momento.

“Sophie, Martha-san dijo que podías tomar un rápido descanso si es que ya terminaste. Creo que hizo algo de helado.”

“¡¿En serio?! ¡Yay!”

Regresando al interior de la posada con una alegre sonrisa en el rostro, adecuada para su edad, Sophie sintió la fresca brisa de la herramienta mágica de aire acondicionado tan pronto como hubo entrado. Mientras Martha salía de la cocina, rengueando ligeramente, esta miró a la mayor de las mellizas quien seguía teniendo gotas de sudor en su frente.

“Ah, gracias por trabajar tan duro, Sophie. Realmente lamento el tener que pedirte que hagas eso.”

“No, no se preocupe, siempre nos está ayudando a nosotras después de todo, Martha-san.”

“Mm. Cuando se hizo daño, fue como si nosotras también nos hubiéramos hecho daño.”

En ese momento, el tobillo derecho de Martha estaba envuelto en vendas. Cuando ella, el otro día, estuvo intentando reemplazar la herramienta de luz mágica en el techo, se estiró demasiado desde la escalera y cayó. Ella se torció ligeramente el tobillo y tuvo que ser atendida, así que Shirley y sus hijas se ofrecieron a ayudarla mientras tanto, considerando todo lo que esta había hecho por ellas.

A propósito, mientras Sophie regaba las plantas en el exterior, Tio estaba trapeando el corredor y Shirley partía leña en la parte trasera de la posada.

“Dado que el helado está listo ¿Podrían llamar a Shirley? Ella debería estar a punto de terminar.”

“Mm. Enterado.”

Luego de asentir rápidamente, Sophie y Tio fueron a la parte trasera de la Casa Déficit. Abriendo la puerta trasera, estas pudieron ver a Shirley en el patio, con una canasta a su lado y un gran tronco en frente suyo.

“…Fuu.”

Exhalando profundamente, ella reforzó sus piernas con la magia fortalecedora de Incremento Físico. Tan pronto como hubo terminado, su pierna pateó hacia arriba el tronco, lanzándolo hacia el aire, mientras Shirley alistaba una espada curva en su otra mano.

“¡¿Wawawawa?!”

Justo entonces, un poderoso viento totalmente inapropiado para este seco verano, tan helado como si hubiera estado soplando en la cima de una montaña, atravesó el patio, mandando a volar el cabello blanco como la nieve de aquella madre y sus hijas mientras Sophie intentaba desesperadamente de afirmar el dobladillo de su falda.

El frio aire desatado por la pura fuerza del golpe de esa espada cortó la humedad a su alrededor. Y en cuanto a ese desafortunado tronco que perdió aquella increíblemente corta batalla frente al filo de la espada, terminó convertido en un gran montón de leña cortada al mismo tamaño, cayendo cuidadosamente dentro de la canasta.

“…Y eso sería todo.”

“Ooooh~”

Mientras Shirley murmuraba aquello, lanzando el solitario pedazo de leña que quedó afuera en la canasta, Tio lanzó un pequeño y silencioso vitoreo en su dirección. Ella había cortado la leña en una forma completamente diferente a la que lo había hecho en la forja de Dimros hace algún tiempo. Ante la solicitud del marido de Martha, quien estaba trabajando duro en la cocina, ella los cortó de la forma más pequeña posible para que así no fueran demasiado corpulentas, pero aun así manteniendo la suficiente masa como para quemarse de manera apropiada.

“Mami, Martha-san dijo que deberías darte un descanso pronto.”

“Entendido.”

Con la canasta bajo su brazo, ella regresó con sus hijas, a la vez que las dos aves espíritu, a la cocina. Martha les llevó tres helados caseros bien refrescantes sobre una bandeja. De sabores menta-chocolate y servidos sobre tazones de vidrio.

“Pensé que ya era hora que nuestra posada se impregnara del espíritu de la temporada. Estoy esperando que esto sea popular con las aventureras durante un día caluroso, así que díganme lo que piensan.”

Sería difícil resistirse a un dulce helado preparado con leche y azúcar durante un caluroso y seco día como este. Mientras Sophie y Tio parecían felices con sus dulces, Berilio y Rubí mientras tanto se veían como si hubieran perdido sus mentes en añoranza mientras contemplaban los helados, haciéndole pensar a uno si acaso realmente eran aves.

“¡Mm~! Delicioso.”

“A la Maestra del Gremio también pareció gustarle.”

“Bueno, Canario fue la primera persona en la historia en encontrar una forma de producir en masa la azúcar, probablemente solo para que pudiera comer dulces como estos.”

Shirley murmuró de manera inexpresiva, pero no era como si estuviera especialmente insatisfecha por ello.

El azúcar y la pimienta solían valer su peso en oro, debido a las dificultades en plantar y refinar sus cosechas con la tecnología disponible durante la época. Hace muchos años atrás, Canario, quien tenía un infame paladar dulce, introdujo nuevos métodos para manufacturar azúcar, escribiendo su nombre en los anales de la historia culinaria.

“Oh, es cierto mamá.”

“¿Qué sucede?”

“Esa magia que usaste recién para mover tu cuerpo ¿Puedes enseñármela también?”

“…”

Mientras Tio comenzaba a mirarla con aquellos involuntarios ojos de cachorrito, llenos de puras intenciones, Shirley se vio a sí misma perdiendo la compostura y alejando su rostro ligeramente.

“Hmm… ¿Qué es esto tan repentino?”

“He estado pensando en ello por un tiempo, realmente estoy interesada en intentar esa magia.”

Luego de aclararse la garganta con un ligero carraspeo, ella volvió a mirar de frente a Tio. Originalmente, la magia fortalecedora de cuerpo era usada para ayudar a los humanos físicamente débiles para dar así la talla frente a la fuerza bruta de los monstruos.

Por supuesto, se sentiría increíblemente refrescante el saltar más alto o correr más rápido que antes, aún más que cualquier humano normal pudiera siquiera imaginar. Tenía mucho más sentido si uno consideraba que estas ya eran las especialidades de Tio.

“¡Ah! ¡Entonces, yo también! ¡Esa clase de magia parece que podría ser realmente conveniente si estuviera en un apuro!”

“Sophie también…por alguna casualidad ¿Acaso ustedes me están pidiendo que les enseñe estas cosas con la esperanza de que eventualmente se convertirán en lecciones sobre aventureros?”

“…”

Las mellizas silbaron mientras apartaban la mirada.

“Ahahahahaha. Ustedes tres son iguales ¿Lo sabían?”

Martha no pudo evitar reírse ante la madre y sus hijas que reaccionaron de la misma forma, pero Shirley suspiró, deseando que quizás no fueran tan parecidas en ciertas formas.

“Ahora mismo, ustedes dos son demasiado jóvenes como para usar magia de reforzamiento físico. Podría afectar el crecimiento de sus huesos y músculos.”

“Ehhhh~”

Pero sin importar lo difícil que podría ser para Shirley el resistir aquellos grandes ojos mirándola tan ansiosamente, ella trazó claramente una línea entre los hechizos simples y la magia potencialmente peligrosa que podría ponerlas en peligro si es que hubiera alguna clase de accidente. Como madre, ella no podía tranzar aquí.

“…Pero, eso es cierto. Realmente debería estar enseñándoles algo de magia simple.”

“¿Huh?”

Las dos se vieron bastante sorprendidas ante este giro de eventos. Especialmente dado que ella parecía tan en contra de la idea de que ellas estuvieran haciendo cosas como aprender magia dado que las llevaría eventualmente a convertirse en aventureras.

“Durante las vacaciones de verano, ustedes estarán afuera jugando con sus amigos un montón de tiempo. Así que, sería útil si pudieran al menos aplicarle magia protectora a su piel, a la vez que algunos simples hechizos sanadores.”

“Mm. Entonces, es una promesa.”

“¡Y-Yo también! ¡Por favor enséñame a mí también, mami!”

“Sí, entonces es una promesa.”

Shirley respondió como si no fuera ningún problema. Por supuesto, ella no estaba mintiendo. Durante las últimas vacaciones de verano, cuando Shirley no estuvo ahí para cuidarlas, hubo momentos donde se olvidaron de usar bloqueador y llegaron a casa con la piel roja, y otras veces cuando estuvieron jugando en aguas poco profundas y se hirieron con las afiladas piedras del lecho.

Shirley encontraba suficientemente duro el sobrellevar el dolor de cabeza que significaba estar lejos de ellas, sería incluso peor para esta si pensaba acerca de las dos haciéndose daño cuando no estuviera ahí para cuidarlas. Naturalmente, la mejor solución era enseñarles las maneras de cuidarse por su cuenta. Para ella, no tenía nada que ver con convertirse una aventurera.

(Practicar magia con mis niñas… ¡cuando hicimos el ritual de contratos, todo fue producto de mi propia magia, pero esta vez, realmente podremos hacerlo juntas como madre e hijas…!)

Habiendo dicho eso, aquella consentidora madre no podía además dejar pasar la oportunidad de pasar algo de tiempo de calidad enseñándoles magia a sus hijas. Especialmente dado que Grania la había derrotado adelantándose en el pasado.

“Ahh, cierto, cierto. Shirley, llegó una carta para ti.”

“¿Una carta? Esperen, será…”

Pensando acerca de quién podría ser, Shirley rompió el sobre que Martha le había entregado, leyendo a continuación el contenido de una manera que nadie más pudiera hacerlo.

El nombre del remitente al fondo de la página decía «Joyería Turner.»