Even Though I’m a Former Noble and a Single Mother, My Daughters Are Too Cute and Working as an Adventurer Isn’t Too Much of a Hassle (WN) Vol.3 – Capítulo 16

La Princesa de la Espada Lucha Contra el Caballero Caído

“¿Llevarme ante la justicia? ¿De qué estás hablando? ¿Acaso me ves cómo alguna clase de criminal?”

“… ¿Siquiera estás consciente de lo que estás haciendo en este momento?”

Mientras todos en el cuarto seguían ignorando a Alice quien gritaba por ayuda mientras lentamente se iba fusionando con el cuerpo de Gran, Philia le hizo esta pregunta con los ojos entrecerrados.

¿Acaso simplemente no entendía la monstruosidad en la que se había convertido? ¿O acaso no le importaba? El Gran Maestro de los Caballeros Imperiales, ahora un monstruo hecho de incontables extremidades humanas, levantó orgullosamente a Dáinsleif con su mano derecha.

“Por supuesto que lo estoy ¡Mira cómo se retuerce y pulsa este poderoso brazo derecho! ¡Es la manifestación del poder más fuerte de este mundo! ¡Me he convertido en el caballero más grande por el bien de Alice!”

“¡¿Haaaa?! ¡¿De qué estás hablando?! ¡Tú, apresúrate y sálvame! ¡¿Acaso no acataras las órdenes de tu Emperatriz?!”

“¡Nunca más volveré a perder contra niñitas como tú o personas como Shirley! ¡Incluso esa Bruja Dorada, quien es una espina constante en el torso del Imperio, no es una oponente para mí, sea amor o fama, lo obtendré todo!”

Los gritos de Alice nuevamente fueron ignorados mientras Gran contemplaba la espada en su mano con ojos nublados, parecía que su sanidad se había ido por completo y Philia lo miró con algo parecido a la lástima.

Él está completamente ebrio a causa de su propio poder. No parecía poder seguir distinguiendo sus propios delirios de la realidad. Si estuviera simplemente loco, algo podrían haber hecho ellas, pero en este instante él nada más que un monstruo.

“¡¿De qué están parloteando?! ¡Yo soy la gloriosa Emperatriz! ¡Cuando digo que me salven, se apresuran y lo hacen! ¡Escorias!”

Y bajo esas extravagantes circunstancias, Alice quien seguía despotricando de esa forma era bastante diferente a como usualmente era. Estaba demás decirlo, pero la mayoría de las personas que hubieran estado siendo succionadas al interior del cuerpo de un extraño monstruo se habrían desmayado a causa del miedo y la conmoción, algunas nobles incluso verían probablemente difícil seguir gritando de esta forma.

“…”

En frente de esas dos personas, quienes eran horribles en maneras muy diferentes, Lumiliana miró a Philia mientras mantenía dentro de su visión al monstruo. Al ver esta última aquella significativa mirada, asintió y comenzó a retroceder lentamente.

“¡Tú has sido un obstáculo en mi camino por demasiado tiempo! ¡Arruinaste mi récord perfecto en el torneo! ¡Pero…eso termina hoy! ¡Te eliminaré en este instante y a su vez obtendré el premio del torneo de este año!”

Gran, quien de alguna forma parecía creer que incluso le sería permitido entrar en la arena viéndose de esa forma, extendió su brazo derecho como si se tratara de un látigo y blandió su espada.

Era una técnica de la espada que excedía por lejos lo que un humano normal podía hacer. Mientras la espada destruía murallas y muebles que estaban en su camino, justo antes de que estuviera a punto de cortarla, Lumiliana vertió energía mágica dentro de Clarent y creó una muralla de tierra que envió el brazo espada de Gran al techo.

“¡¿Qué di…?!”

Tenía que haber llegado hasta el ático, Lumiliana, quien nunca perdía una abertura tan grande, cortó con su espada heredada cuatro veces a una velocidad sin precedentes.

Golpes compuestos de todos los cinco elementos que su espada manejaba golpearon las extremidades de Gran. Debido a lo densos que eran sus músculos, los ataques no lo atravesaron, pero si destrozaron casi la mitad de aquellas grotescas extremidades que palpitaban alrededor del aberrante cuerpo del caballero.

“¡¿GYAAAAAAAAAAAAAH?! ¡¿D…DUELEEEEEE?!”

Es más, las áreas golpeadas se vieron a su vez consumidas por llamas y atacadas por energía eléctrica. Mientras ella se acercaba a Gran quien se retorcía a causa de la agonía de las heridas que le había provocado y las cuales seguían quemándose, Lumiliana pensó en rescatar a Alice pero, sintiendo una súbita intención asesina, ella saltó hacia su derecha rodando apresuradamente.

Al instante siguiente, toda la mansión se sacudió mientras el brazo atravesaba el piso donde ella recién había estado. Gran, quien había sacado su espada del techo y la lanzó hacia ella en un solo movimiento, destruyó completamente las tablas del suelo, dejando un gigantesco agujero en el cuarto.

“¡Princesa!”

“¡Estoy bien! ¡Puedo usar una barrera mágica! ¡Concéntrate en el enemigo frente a ti!”

Ellas estaban lidiando con un monstruo realmente peligroso. Lumiliana, preocupada por la seguridad de su ama, dándose vuelta para ver que Philia se había protegido a si misma con una barrera de color azul mientras lentamente seguía retrocediendo.

Philia podría parecer bien protegida por sus escoltas, en vista de que ella era la Princesa Imperial, pero considerando cuantas veces había sido el objeto de intentos de asesinatos, era simplemente natural que ella se hubiera enseñado a si misma magia de barreras y sanadora. Incluso si no era capaz de participar por sí misma en las batallas, se había convertido en algo así como una especialista de supervivencia, así que sería capaz de escapar sin importar cual fuera el resultado de la batalla.

“¡Haa…Haa…Hahahahahahaha! ¡Miren, mis extremidades ya están restauradas! ¡Con este poder sin igual, soy realmente invencible!”

¿Acaso era el poder de la regeneración poseído por los monstruos de clase alta tales como los reyes dragones? Esa fea y retorcida masa de brazos no parecía tener ni un solo rasguño mientras volvía a blandir su espada. Murallas y estantes fueron nuevamente lanzados lejos, pero esta vez la caballero de la princesa se lanzó hacia adelante esquivando el ataque como si sus piernas fueran resortes, saltando con fuerza y partiendo en dos el cráneo de Gran.

“¡¿GGGGGGGGGGGGYAAAAAAAAAAAAAH?!”

“¡NOOOOOOOOOOO! ¡Está sucio! ¡No me manchen con sangre el vestido!”

La sangre que salió como una catarata de la cabeza de Gran cayó sobre Alice, media fusionada con el cuerpo del primero. La cabeza era el punto débil de tanto los semi-inmortales como las criaturas con habilidades regenerativas, así que esto tendría que haber terminado la batalla, pero sorprendentemente una furiosa masa de pequeñas manos explotó de la herida en su cabeza y volvió a unir el cráneo cercenado.

“¡Mira bien! ¡No moriré incluso si me quitas la cabeza! ¡No hay ni una sola persona en este mundo que pueda seguir derrotándome!”

Haciendo retroceder su brazo derecho como si estuviera tensando un arco, él lo lanzó hacia adelante en una puñalada. El golpe se torció y giró como una serpiente, desafiando toda lógica, algo aparentemente imposible de predecir, mientras rebotaba en el piso y se lanzaba a toda velocidad hacia la cabeza de Lumiliana.

(¡Qué problemático…!)

Lumiliana estaba frustrada mientras apenas lo evitaba a tiempo y la espada rompía ligeramente la tela de su ropa. Dejando a un lado su inhumana fuerza, la forma en que su brazo espada se movía iba más allá de la habilidad humana, constantemente retorciéndose y girando como si no tuviera huesos.

Es más, incluso si uno abría su cabeza, este seguiría regenerándose. En lugar de ser una cosa viva, era más como alguna clase de fenómeno mágico.

(¡¿Entonces, dónde atacó…?!)

¿Cuál podía ser la fuente de su poder? Solo podía ser Dáinsleif. De acuerdo a la historia del anterior patriarca de la familia Wolff, sus ancestros tuvieron éxito derrotando al Príncipe al separar la espada de sus dedos.

Pero en este instante, la mano que sostenía la hoja era increíblemente gruesa debido al exceso de extremidades que estaban a su alrededor. Entonces, la única forma era destruyendo la espada misma.

Por suerte, ella sabía cómo usar la técnica de la espada cortadora de hierro. Mientras esa espada volvía a dirigirse a ella emulando a una serpiente, Lumiliana estrelló su Clarent contra la Dáinsleif de Gran.

“¡¿Qu…?!”

Pero, en su lugar, fue Clarent la que se trizó. Incluso si esta era golpeada contra oricalco, no era una espada que se partiría simplemente con un solo golpe. Lumiliana evitó la espada blandida que no había perdido velocidad al saltar hacia atrás usando su brazo izquierdo, intentando utilizar su experiencia como duelista para entender lo que había pasado.

(¡No se sintió como oricalco ni acero llameante…! ¡¿Entonces, está hecha de un metal aún más duro que esos?!)

Si ese era el caso, entonces reducía las posibilidades. Un metal considerado aún más resistente que cualquier otro. Lumiliana, una espadachín, había escuchado sobre ello antes.

“¡Una espada de adamantita…! ¿Es imposible de destruir?”

Se decía que, al forjar espadas usando este metal, los enanos usaban rituales especiales para asegurar que nunca fuera dañada por el uso y deterioro durante las batallas o las llamas de una forja rival. La única desventaja es que tenía limitado el número de encantamientos que podía contener, pero eso no importaba demasiado para una espada especializada como Dáinsleif.

“¡Tus esfuerzos son en vano! ¡Mi espada es irrompible! ¡Con este poder recientemente descubierto, mis habilidades con la espada son INCOMPARAAAAAAABLEEES!”

Este no era su propio poder…no había habilidad alguna en sacudir salvajemente y casi a ciegas aquellos monstruosos brazos, pero ella tenía que admitir que definitivamente había entorpecido sus propios movimientos.

Dado que ir rompiéndola de a poco no tendría efecto alguno dado la regeneración de Gran, ella tenía que encontrar una forma de cortar a Dáinsleif de un solo golpe. Ella intentó seguir los movimientos de su brazo mientras este era balanceado por el lugar violentamente.

“¡¿Qué sucede, huh?! ¡¿No puedes hacer nada contra mi poder, verdad?!”

Gran le sonrió agresivamente a Lumiliana, quien no parecía tenerle una respuesta, mientras él estiraba sus brazos para atacarla, incluso pateando con una pierna deforme. Este ya no era un duelo entre caballeros, sino una batalla contra un monstruo.

Claramente, ella estaba siendo superada. Era un hecho que en términos de poder, velocidad y resistencia, él actualmente estaba mirando hacia abajo a Lumiliana. A primera vista, parecía como si la caballero estuviera siendo arrinconada.

“¡…Hah!”

Pero, ella estaba esperando su momento. Contra aquellos ataques que casi no podían ser seguidos por los ojos, la joven genio usó su increíble visión para leer a su enemigo, prediciendo donde los golpes de este irían a continuación, haciendo que esquivarlos pareciera casi sin esfuerzo.

“¡¿GAAAH?!”

 

Y aún más que eso, ella lanzó un contraataque cada vez que el otro dejaba una sola abertura. En contraste con la fría confianza en sí misma de Lumiliana, la mente de Gran qué había estado tan fanfarrona y arrogante hasta hace unos momentos, comenzó a albergar irritantes dudas.

Él se puso a gritar al mismo tiempo que una puñalada hacia su cara le costaba un ojo. Aunque se restauró de inmediato, su brazo derecho se volvió mucho más delgado. Ese golpe al parecer había atravesado seriamente la soberbia de Gran, mientras que este retrocedía ligeramente, gritando en voz alta:

“¡¿POR QUÉ?! ¡¿POR QUÉ?! ¡¿POR QUÉ?! ¡¿POR QUÉ?! ¡¿POR QUÉ?! ¡¿POR QUÉ?! ¡¿He obtenido el máximo poder, así que por qué está pasando esto?! ¡¿Por qué no puedo matar a una solitaria chiquilla?! ¡¿Por qué soy yo quien está siendo obligado a retroceder?!”

Esta no era la gloriosa victoria que se había imaginado. Él se suponía que abrumaría por completo a su oponente, escuchándola gritar en agonía y solo concediéndole la misericordia de la muerte una vez que hubiera rogado por ella. Incluso si él era capaz de sanarse a sí mismo, nunca esperó ser la única persona que sufriría alguna herida durante esta batalla.

¿Cómo es que esto se había vuelto tan unilateral? ¿Por qué su espada no podía siquiera rozar la carne de Lumiliana? ¿Por qué? ¿POR QUÉ? El volvió a huir de la realidad en la que seguía superado a pesar de poseer este increíble poder, mientras blandía su espada como si fuera un bebé enfurecido, abandonando por completo su postura de batalla.

“¡UWAAAAAAAAAAAAAH!”

“¡¿Gyaaaaaaah?!”

Mientras Gran golpeaba el suelo, lleno de rabia ante esta humillación, Alice gritó a su vez. ¿Acaso Lumiliana estaba usando alguna clase de truco barato nuevamente? Sus pensamientos huyeron de la obvia verdad con el fin de preservar su orgullo, pero la Princesa de la Espada habló sin rodeos mientras lo observaba.

“¿Por qué? ¿No es obvio? Sin importar cuanto poder le robes a los demás, no compensa la diferencia si esa fuerza está en las manos de un hombre débil.”

“¿…Débil? ¡¿Me llamaste débil?!”

Su poder y velocidad excedía las de Lumiliana por muchas magnitudes ¿Pero de alguna forma, ella estaba diciendo que él era el débil? Mientras la joven a la que él había despreciado durante el año pasado decía eso, Gran se sintió tan enfurecido que sintió como si su cerebro estuviera a punto de hervir, más las siguientes palabras que escuchó lo conmocionaron hasta  el punto de sumirse en el silencio.

“Los mismos golpes una y otra vez sin pensamiento ni sofisticación alguna, simplemente dependiendo de esa monstruosa fuerza…si eres tan monótono, es obvio que puedo leer tus movimientos. Tú has estado completamente obsesionado con Su Alteza Imperial durante años, descuidando tu entrenamiento. En este instante, de cierta forma, eres más débil que un escudero.”

“¡¿Guuuuh?!”

Era cierto. Desde que se había enamorado de Alice, él había dejado de lado por completo su alguna vez estricto régimen de entrenamiento. Mientras Lumiliana seguía, Gran no pudo pensar en nada que pudiera decirle a la joven muchacha.

“Te llamas a ti mismo un caballero, pero honestamente, yo no veo cómo. La Caballerosidad es acerca de proteger a otros con tu vida…deberías saberlo bastante bien, como un caballero de alto rango, es tu deber el poner tu cuerpo y alma en juego por tu señor ¿Acaso tienes alguien así? ¿Alguien por quien sacrificarías tu vida?”

“¡Lo tengo…! ¡Por el bien de Alice…!”

“¿Entonces lo que estás diciendo es que simplemente empuñas tu espada por tus propios deseos? No te juzgaré por hacer eso, pero no te sigas llamando a ti mismo un caballero mientras continuas hiriendo a la persona que clamas proteger. Fuera de eso, los sentimientos detrás de tu espada son débiles…es por eso que, de cierta forma, eres más débil que un humilde escudero.”

Luego de haber conocido a Alice…No, luego de encontrarse perdiendo con Shirley hace todos esos años, que Gran no podía negar que se había alejado del camino del caballero ideal que alguna vez había anhelado.

Si él tenía un verdadero poder, podría adquirir tanto glorias personales como a Alice. Gran se había convencido a si mismo de eso mientras acumulaba poder al costo de la montaña de cadáveres que estaba debajo de sus pies, pero en este instante la diferencia en habilidad entre la chica que estaba firmemente de pie frente a él y la del petulante monstruo que golpeaba el piso era del porte de un abismo.

Su mente estaba difusa. Gran no podía aceptarlo. Enfurecido debido a que esta joven que era llamada una genio se había burlado de todas las pruebas que había atravesado, escupió una maldición mientras la miraba hacia abajo.

“Quizás si realmente tuvieras algo que proteger, como Shirley-sama…No, no tiene sentido seguir diciendo algo más. ¡Gran Wolff, te derrotaré aquí!”

La mente de Gran parpadeó al escuchar esa palabra. Por supuesto, solo fue después que Shirley asomara su cabeza que todo comenzó a echarse a perder para él…en otras palabras, Shirley era la verdadera culpable. El asalto unilateral de Lumiliana, la súbita ira de Alice contra él ¡Todo era culpa del plan de Shirley! ¡Hace diez años atrás, esa malvada mujer no solo atormentó y torturó a Alice, sino que también le lanzó alguna clase de horrible maldición a él!

“¡SHIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIRLEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEY!”

“¡¿Qu…?!”

Mientras el fijaba esa como la verdad en su cabeza, brazos esqueléticos surgieron de la espalda de Gran, formando alas que se unieron con su piel. Mientras estas se agitaban, viento comenzó a destrozar el cuarto, rompiendo las ventanas de vidrio detrás de Gran.

Él iba a escapar, Lumiliana sintió esto instintivamente y luego de saltar lo más alto que pudo, intentó cercenar las alas en la espalda de este, pero entonces diez grotescos monstruos salieron al unísono rasgando el cuerpo de Gran, cubiertos de brazos y piernas, deteniendo en el lugar a la Princesa de la Espada. Estos eran los monstruos de los que había escuchado antes…las criaturas resucitadas de Dáinsleif que Gran había engendrado. Mientras Lumiliana era detenida por aquellas criaturas, este pateó con fuerza las tablas del suelo y despegó gracias a aquellas horribles alas, con sus ojos yendo en dirección hacia el Reino.

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