Slime Taoshite 300-nen, Shiranai Uchi ni Level Max ni Nattemashita (LN) Vol.2 – Capítulo 10

Capítulo 10: La Fiesta del Té y la Ceremonia de Premiación

Y así tomé el té y esperé junto a la Rey Demonio Pecora.

Podría parecer un momento extraño para beber té y relajarse, pero esta era exactamente la clase de situación que me hacía desear beber un poco de té y relajarme. Podía darme cuenta del por qué la ceremonia del té fue tan popular durante la era de los Estados en Guerra. Cuando tu cuerpo ha estado luchando, tu corazón anhelaba algo de paz.

Como punto aparte, en nuestro camino hacia el lugar donde sería la fiesta del té, Pecora tomó mi brazo.

Aparentemente, ella había estado esperando por alguien con que pudiera conectar físicamente a este nivel.

«Estoy muy feliz de haber encontrado una Onee-sama. Me he cansado de solo hacer que todos me obedezcan.»

«¿No hay nadie a quien puedas respetar entre los demonios? ¿Un antiguo profesor o alguien así?»

«Cuando ellos me ven, todos naturalmente se vuelven humildes.»

Bueno, después de todo, ella era el Rey.

Yo podía entender eso. A veces, cuando las personas me alababan demasiado como la Bruja de las Tierras Altas, me agotaba. Aunque, dado que Beelzebub me trataba como su igual no había sido tan malo como podría haber esperado.

«¿Qué tipo de té te gustaría, Onee-sama?»

«No sé de qué clase tengas, así que tú escoge algo, Pecora. Muéstrame tu buen gusto.»

«Esa es una gran responsabilidad…»

 

Pecora y yo entramos a un lujoso cuarto, solo nosotras dos.

La bebida que sus sirvientes nos trajeron parecía ser una sopa bastante picante.

«¿Qué es esto?»

«Es té nsuja

Eso era difícil de pronunciar. No estaba segura, pero probablemente era una bebida similar al té con mantequilla.

Las tierras demoníacas estaban al norte y yo pensé que probablemente necesitarían una bebida que los calentara. Este era bastante bueno, una vez que te acostumbrabas.

«Aah, té con Onee-sama. He estado esperando con ansias este día. Tuve razón al elegirte como ganadora de la Medalla Demonio…aunque nunca me imaginé que perdería la consciencia.»

¿Sería posible que ella me llamara aquí con el propósito de formar una misteriosa pseudo-relación de hermanas conmigo?

«Si de alguna forma los demonios pueden serte de ayuda, solo dilo, por favor. Tu Imouto hará todo lo que pueda por ti.»

Así que aparentemente, ahora tenía a los demonios a mi completa disposición.

Adquirí un extraño nivel de autoridad antes de siquiera darme cuenta de lo que estaba pasando… Dependiendo de cómo usara esto, podría fácilmente destruir un país.

Dado que ella me estaba llamando «Onee-sama,» pensé que sería extraño si le hablaba de forma demasiado casual, así que intenté hablar un poco menos mientras actuaba algo distante y fría. También agudicé mi mirada.

«Bueno, sí, te haré trabajar. No me odies por ello, Pecora.»

«Ooooh, que agradable. Esto es agradable…una Onee-sama bruja con una actitud genial, no hay nada mejor que esto…»

¡¿Mi acto fue un exitazo?!

La Rey Demonio parecía estar lista para comenzar a babear. ¿Acaso estaba bien?

«Azusa Onee-sama, cuando me acorralaste en la pared, ¡hizo que mi corazón saltara! Una mujer con una expresión gallarda dándome órdenes—casi me desmayé.»

Accidentalmente di de lleno con los gustos de Pecora. Tampoco había estado actuando; eso había sido serio.

«Umm, Onee-sama, tengo un pedido.»

«¿Qué, Pecora?»

«¿Me darías un beso en la mejilla?»

«¿Huh?»

Sentí como si ella acabara de decir algo raro.

«En mi libro favorito, hay una escena donde la hermana mayor besa en la mejilla a su hermana menor y a mí me encanta. Realmente he deseado algo así.»

Pecora estaba totalmente sonrojada mientras ponía sus manos sobre su cara.

«Y, verás, nadie está aquí ahora…»

Cierto, los sirvientes que nos habían traído el té se habían marchado.

«Tú besas a los miembros de la familia, ¿verdad? Esto simplemente es una extensión de eso.»

¿Era de esa forma entre los demonios? En algunos países, he escuchado que era bastante común hacer eso con tu familia, pero yo nunca lo hice con la mía… habría sido sencillo de hacerlo con mis hijas, pero si hacia eso, probablemente no podría haberme detenido y tendría que haber incluido a Laika y Halkara, así que lo mantuve en los abrazos.

«Está bien. Aunque solo en la mejilla.»

Si de todas formas nadie estaba mirando, estaba bien. Además, ahora mismo, sería peligroso tratar mal a Pecora.

«¡Mu-muchas gracias, Onee-sama!»

Solo era un besito en la mejilla. No había necesidad de ponerse nerviosa, tampoco tenía nada que ver con el romance.

Me levanté de mi silla y puse mi cara cerca de la mejilla de Pecora.

«Pecora, cierra tus ojos.»

Pecora obedeció mi orden.

Si la mantenía por mucho tiempo en suspenso, yo también me congelaría, así que inmediatamente acerqué mis labios.

 

Justo entonces, la puerta se abrió.

 

«Oh vaya, eso fue aterrador, Maestra-sama. Ellos casi me pusieron en una cámara de agua.»

Halkara había llegado.

Pero por supuesto, en ese momento, yo estaba a punto de besar a Pecora y…

El beso fue interrumpido, pero Halkara ya había visto más que suficiente.

«¡¿Qu…?! ¡Maestra-sama, usted y la Rey Demonio están…! ¡¿Qu—?! ¡¿Qu—?! ¡¿Queeeeeeé?!»

Ella claramente estaba a punto de volverse loca.

«¡Halkara, cálmate! ¡A decir verdad, esa es una orden! ¡Tranquilízate!»

«¡¿Maestra-sama, usted es del tipo que se enamora de las mujeres?! Ya veo…yo, umm…usted tiene mi apoyo.»

«¡En verdad no necesito tu apoyo!»

«Solo, si ese es el caso, me pone efectivamente en una situación incómoda. Nosotras vivimos en la misma casa y usted nunca ha intentado algo conmigo… ¿Acaso soy tan poco atractiva? Siento una extraña sensación de fracaso…»

«¡Tú no has perdido nada! ¡No tienes que sentirte miserable! ¡¿Está bien?»

Mientras yo estaba aclarando las cosas, Pecora se veía disgustada.

Su cara estaba más roja de lo que alguna vez la había visto.

«¡Tú! ¡Irrumpir en mi precioso tiempo con Onee-sama!— ¡¿No tienes delicadeza?! ¡Esa es una cosa que absolutamente no puedo perdonar! ¡Haré que te ejecuten!»

¡¿Queeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeé?!

«¡¿Primero me libera y ahora hará que me maten?! ¡Perdóneme, por favor se lo ruego! ¡Haré lo que sea, así que por favor perdóneme!»

Halkara estaba desesperada; estaba al borde las lágrimas.

«¡Tú no puedes ejecutarla! ¡Perdónala! ¡¿Está bien?! ¡¿Por favor?!»

«¡No me detengas, Onee-sama! ¡Esta mujer arruinó mi fantasía!»

«¡No, te estoy deteniendo! ¡No puedo no detenerte!»

Hmm… ¿Cómo puedo ponerla de mejor humor?

«En ese caso, ¿te gustaría que te besara ahora?”

«No. La atmósfera se arruinó. Los besos son un ritual que profundiza los lazos entre hermanas. Estos son más que meros roces de labios.»

Aparentemente, ella era bastante exigente sobre estas cosas.

Al final, ya no tenía que besar a nadie. Logré tranquilizar de algún modo a Pecora y Halkara fue perdonada.

Después de eso, mi familia se reunió a salvo.

Cuando Halkara regresó al cuarto, Falfa saltó sobre ella. Shalsha y Laika suspiraron aliviadas.

«Por un momento, no estaba realmente segura de lo que sucedería. Halkara, por favor vive un poco más cautelosamente.»

«También te preocupé, ¿verdad Laika? » Lo siento tanto.»

Esta vez, parecía que Halkara había hecho una seria reflexión.

«De todas formas, bien está lo que bien termina. Bienvenida de vuelta. Tomate tu tiempo—relájate y descansa por hoy.»

La expresión de Laika se suavizó. Todas habían estado nerviosas por Halkara.

«Muchas gracias. Un poco más tarde y ellos habrían comenzado a torturarme…»

«A propósito, ¿dónde está Rosalie? No la veo.»

La cara de Rosalie salió de la muralla justo al lado mío.

«¡Oh, lo siento, estaba en la muralla!»

«¡Waugh! ¡Me asustaste!»

Me sobresalté. Fue lo suficientemente malo que salté y casi pisé el pie de Halkara.

De todas formas, ahora estábamos todas juntas.

De pronto, comencé a desear hacer una cierta cosa con mis hijas.

Si una acción no es mala. Es mejor ir de inmediato y hacerla.

Primero, llamé a Shalsha quien estaba cerca.

«Shalsha, ven aquí un momento, por favor.»

Shalsha trotó hacia mí.

La recogí en un abrazo y le planté un beso en su mejilla.

«¡Oh! Un beso…»

Incluso después de bajarla, ella parecía momentáneamente algo aturdida.

«He decidido que las besaré a ustedes dos a partir de ahora… Eso está bien, ¿cierto? Yo sé que estoy preguntando después de hacerlo, pero…»

Pecora me había inspirado y decidí besar a mis hijas como su madre.

Nuestra relación en primer lugar era más nebulosa que la que tendría un padre normal y sus hijos, así que era importante para nosotras el confirmar de esta forma que éramos una familia.

«…No me molesta para nada.»

Quizás era vergonzoso; la cara de Shalsha estaba algo enrojecida.

«¡Mami! ¡También a Falfa! ¡También a Falfa!»

Falfa estaba saltando de arriba hacia abajo. Por supuesto que te besaré.

Era mi política el tratar a mis hijas de la misma forma. Incluso si sus personalidades eran diferentes, realmente no había ninguna disparidad en el amor que les daba. Después de todo, si nunca hubiera matado slimes, ninguna de ellas habría nacido.

Falfa saltó hacia mí y yo la atrapé en un abrazo. A continuación, la besé.

Ambas eran espíritus slime, pero sus mejillas no eran tan elásticas como uno de estos— Bueno, pero eran increíblemente resistentes. ¿Acaso esto era el fenómeno conocido como juventud? ¿O realmente era debido a que eran slimes?

«¡Yaaaay! ¡Mami me besó!»

Falfa estaba encantada, sin un rastro de vergüenza. Es cierto, entre padres e hijos, no es necesario estar avergonzados.

«¡Mami, Falfa también quiere besarte!»

«Seguro. Aunque espera solo un minuto.»

Quería ser lo más igualitaria posible, respetando ambas voluntades…

«¿También quieres besar a tu madre, Shalsha?»

Shalsha asintió. «Uh-huh.»

«En ese caso, bésenme desde ambos lados.»

En perfecta sincronía, mis hijas me besaron en las mejillas.

Que tus hijas te besaran. Como madre, ¿acaso había algún momento cuando la realidad fuera más gratificante? Probablemente era seguro decir que no. Había trabajado muy duro, así que estaba bien que yo tuviera una pequeña recompensa como esta, ¿verdad?

«Está bien ustedes dos. Gracias.»

«¡Creo que a Falfa le gustas aún más ahora, mami!»

«Es imposible el expresar el amor en términos cuantitativos como más o menos

En momentos como este, las diferencias eran palpables.

Tenía que agradecer a la Rey Demonio Pecora por enseñarme acerca de la noción de los besos.

«Vaya, vaya. Los besos entre padres e hijos también son agradables, ¿verdad?»

Escuché una voz que recién había estado escuchando hace poco.

Cuando me di vuelta, Pecora había abierto la puerta, entrando.

Involuntariamente, Halkara se preparó. Cierto, ella recientemente había terminado en una situación peligrosa.

Laika también se había preparado a sí misma, aunque de manera diferente. Halkara se había preparado para correr mientras que Laika para pelear.

«Pecora ¿qué…?»

«Escuché que ninguna de ustedes ha comido todavía. Dado que tenemos la oportunidad, pensé que podríamos comer juntas.»

Ya veo. Esa no era una mala idea. A decir verdad, cuando escuché la palabra comer, me di cuenta de lo increíblemente hambrienta que estaba.

Bueno, por supuesto. Hasta que estuviera segura de que todas estuvieran a salvo, la comida había sido imposible. Los cuerpos humanos aparentemente eran bastante prudentes con respecto a eso.

«Eso es perfecto. ¿Adónde deberíamos ir?»

«Les mostraré el comedor para los invitados. Ven, Onee-sama, vamos.»

Pecora tomó mi brazo como si fuera la cosa más natural del mundo.

Tenía la sensación que, de todas las personas que había conocido hasta ahora, esta chica era la que más hablaba con sus acciones. Falfa era mi hija, así que ella recibía un trato especial.

«Oh… Azusa-sama…»

Laika se veía algo solitaria. Cierto, ella solo era mi aprendiz, así que caminó un paso por detrás. Cuando todo esto terminara, quizás debería consentirla un poco más.

«Es como si la Maestra-sama hubiera sido raptada y después de todo me siento casi derrotada.»

Halkara aparentemente se sentía similarmente. El manejar la distancia en las relaciones era inesperadamente difícil… Eso era un problema para más tarde.

«Escucha, Pecora, ¿no crees que estás siendo demasiado dependiente?»

Sin embargo, Pecora no le prestó atención a lo que había dicho; ella se aferró a mi brazo con mayor fuerza aún.

«Así es como son las pseudo-relaciones de hermanas. Por favor solo sígueme un poco más el juego con mi fantasía, Onee-sama.»

Bueno, no hubo nadie que pudiera llenar el rol de hermana mayor con la Rey Demonio, así que probablemente no había forma de escaparse de esto. Ella probablemente se había sentido sola.

«Sí, está bien. Prometí que lo haría.»

Acaricié la cabeza de Pecora. No estaba segura si sería un error el acariciar sus cuernos ovinos, así que no los toqué.

«Aaaah, hoy fui noqueada, pero esta felicidad es suficiente para cancelar todo eso.»

Estaba honrada por su falta de vergüenza mientras compartía su alegría conmigo.

«Umm, Onee-sama, ¿podría pedirte que me llevaras al comedor en tus brazos, como a una princesa?»

«Eres bastante demandante, ¿cierto?»

«Bueno, después de todo soy la Rey Demonio. Por supuesto que soy caprichosa.»

Cierto, ella no parecía arrepentida, pero tampoco tomaba placer en controlar a los demás. En su vida, era simplemente su lugar el pedirle cosas a otros.

«Además, supongo que podría llamarlo un reemplazo por ese beso que no sucedió. Las hermanas deberían tener momentos especiales como esos.»

«Eso es cierto. ¿Así es como quieres que te cargue?»

Levanté a Pecora. Posiblemente debido a que era de nivel 99, no perdí mi balance ni la dejé caer.

«En los brazos de Onee-sama… esas escenas en la historia con las que fantaseé realmente son maravillosas…»

Laika y Halkara nos siguieron. Ellas no parecían estar disfrutándolo demasiado.

«Halkara, creo que puede no agradarme demasiado esta persona.»

«Si tuviera que decirlo, yo tampoco puedo lidiar con ella. Creo que las ojou-samas protegidas como ella crecerían de mejor forma si experimentaran algunas de las dificultades que el mundo tiene por ofrecer. Por ejemplo ella debería trabajar en mi fábrica, con una adición de ochenta horas extras al mes.»

Probablemente creo que eso era una broma, pero ni te atrevas a darle esa cantidad de horas extras a tus empleados.

No tenía idea que Pecora podría irritarlas tanto…sería mejor que suavizara las cosas de algún modo. Preferiría no generar problemas.

«¡Oh! Acabas de pensar en algo aparte de mí, ¿cierto, Onee-sama?»

Pecora hinchó un poco sus mejillas.

«Soy libre de pensar lo que yo quiera, ¿cierto?»

«Aunque, cuando estás llevando a tu hermanita en los brazos, es simplemente natural pensar en ella.»

Así que aparentemente, el cargarla como princesa iba de la mano con varias reglas.

«Vamos, ¿no tienes nada que decir sobre esto? Sabes, eres bastante liviana o algo así.»

«Quizás se debe a tu lujosa ropa, pero estás comenzando a pesar más y más.»

«Eres tan mala, Onee-sama.»

Pecora volvió a inflar sus mejillas, molesta. Pero—

«También me gusta que me moleste mi malvada Onee-sama.»

Al final, ella se veía feliz.

En el trayecto, los demonios nos observaron, viéndose terriblemente conmocionados, pero nadie dijo nada.

Supongo que no hay ni un demonio que pueda quejarse con su Rey.

 

Beelzebub y Vania estaban esperando afuera del comedor.

Beelzebub se veía algo—o mejor dicho, muy—indignada.

«Su Majestad, ¿no cree que se está excediendo un poco?»

«Bueno, no hay en este mundo quien sea capaz de ser reconocida como mi Onee-sama. Aunque pensé que tú podrías ser una candidata a Onee-sama, Beelzebub, pero nunca me has regañado ni una sola vez.»

Pecora hizo un puchero. Ella parecía ser una chica bastante animada.

Beelzebub y probablemente el resto la tienen que haber tenido bastante difícil aquí.

«Haaa… Azusa interpreta apropiadamente el papel de Onee-sama, ¿podrías? El trabajo es demasiado para mí.»

«Está bien, yo me encargaré durante los siguientes días.»

«De ser posible, me gustaría que vinieras acá una vez cada par de meses.»

¿Acaso esta extraña relación iba a seguir por siempre? Puede que me haya encadenado a algo incómodo…

«¡Ya sé! ¿Por qué no comes con nosotras, Beelzebub? Tu subordinada también es bienvenida.»

Nuestro grupo ahora consistía de las sospechosas de siempre para las fiestas en mi casa, además de Pecora y Vania. Bueno, era agradable tener las cosas tan animadas.

La cocina de la corte de los demonios estaba altamente sazonada, pero era deliciosa. Me alegra que no nos hubieran servido insectos o algo parecido.

Durante la comida, Pecora me habló una y otra vez: «Onee-sama, ¿hay algún tipo de licor que te gustaría beber?» «Onee-sama, por favor dime si hay algún plato que prefieras.» «Onee-sama, Onee-sama.»

«¿Por qué no actúas un poco más como un Rey Demonio?»

«Eso sería aburrido, no sería diferente de lo que usualmente hago. Quiero hacer todo lo posible por ti, como tu hermanita.»

Yo tenía la autoridad de hacer que la Rey Demonio hiciera lo que yo quisiera ¿Cómo podría usar esto…?

«Más tarde, ¿podrías enseñarme un par de cosas acerca de las plantas que crecen en las tierras demoníacas? Puede que sea capaz de crear nuevas medicinas con ellas.»

«¡Por supuesto! ¡Haré de inmediato los arreglos!»

Esto podría beneficiar mi hogar, así que lo llamaría una victoria.

«Mañana finalmente es el día de la entrega de la medalla. ¡No puedo esperar!»

«Ahora que lo pienso, ¿por eso es que en verdad estoy aquí, cierto?»

Me pregunta qué clase de evento sería celebrado.

«Oh, es cierto… Laika, ¿correcto?»

Inusualmente, Pecora dijo un nombre que no era el mío.

«Sí, Su Majestad. ¿Qué sucede?»

Dado que Pecora estaba aferrada a mí, Laika se seguía viendo desconcertada.

«Mañana, te reunirás con alguien inesperado.»

«¿Disculpe?»

En lugar de responder, Pecora solo sonrió juguetonamente.

Al día siguiente, nos pusimos nuestros vestidos y fuimos al lugar de la ceremonia.

A pesar del ajetreado día anterior, el sitio de la ceremonia estaba decorado con flores como si nada hubiera sucedido en lo absoluto. Mi devastación probablemente no había sido hecha pública.

Además de nosotras, había otras personas que no parecían ser demonios. Por lo que pude escuchar de sus conversaciones, ellos eran académicos. Evidentemente, era cierto que los demonios celebraban esta ceremonia para honrar a toda clase de personas.

«Estoy algo nerviosa, pero esto es difícil por otras razones.»

Las personas con las que había luchado también estaban aquí. Nos saludamos los unos a los otros incómodamente: «Me disculpo por mi rudeza del día de ayer.» «No, no, yo debería estar diciendo eso…»

Como resultado, cuando divisé a Beelzebub y Vania, me sentí ligeramente aliviada.

«Por un rato, realmente no estaba segura de lo que sucedería.»

«Yo podría decir lo mismo. Esa fue la crisis más grande que he escuchado…yo creía que las cosas no podrían volverse aburridas si es que estaba contigo, pero realmente preferiría no tener más de estas cosas, gracias.»

Beelzebub aún seguía viéndose agotada.

Podía darme cuenta por la forma en que sus alas estaban aleteando. Por si fuera poco, a pesar de que no hacía calor, ella estaba agitando su abanico.

«Yo también pensé que podría morir. A decir verdad, ya me había preparado para ello.»

Vania también se veía bastante demacrada.

Al lado de Vania estaba otra demonio cuyo rostro se parecía bastante al suyo.

«¿Quién es ella?»

«Yo soy la leviatán Fatla. Yo fui quien las trajo aquí.»

«¡Oh! ¡Muchas gracias!»

«Estoy actuando como miembro del staff en la ceremonia de hoy. Personalmente, volar es mucho más sencillo para mí. Ya sabe cómo es esto; entretener a los invitados toma un montón de energía emocional.»

Yo sabía lo que quería decir. En el pasado cuando estaba encadenada a mi compañía, hacer de chofer era más sencillo que entretener a los invitados.

«Bueno, estaré esperando con ansías el servirle el día de hoy. Por favor disfrute una bebida antes de la ceremonia.»

Fatla nos ofreció copas con algo alcohólico en ellas. Esta bien podría ser una costumbre universal.

Laika tomó una copa después de mí. Sin embargo, en ese momento, Vania interrumpió.

«Umm, escuchen…si alguien aquí se intoxica con facilidad o no aguanta bien el alcohol, en su lugar beban agua, ¿está bien?»

Los ojos de Vania claramente iban dirigidos a Halkara.

«Está bien. Tendré cuidado.»

Dado que Halkara estaba teniendo cuidado, probablemente no tendríamos problemas esta vez.

«Falfa y Shalsha, ustedes también tomaran agua.»

Los slimes aparentemente no eran buenos digiriendo el alcohol. Dado que este hecho concordaba con sus apariencias infantiles, era fácil entenderlo de cierta forma.

«Dado que esta es una ceremonia de demonios, me preguntaba cómo sería, pero es bastante sofisticada, ¿verdad, Azusa-sama?»

Laika estaba contemplando el lugar, viéndose bastante como una jovencita bien educada.

«Tú estás acostumbrada a las ceremonias, ¿cierto, Laika? Me suponía que lo estarías.»

«Sí. Esto no es muy distinto de las ceremonias de los dragones. Me imagino que el curso de acción finalizará sin problemas.»

Laika, comentarios como esos tienden a atraer la mala suerte, así que realmente habría deseado que no dijeras eso.

Justo en ese momento, los soldados exclamaron con fuerza: «¡Presentando a Su Majestad la Rey Demonio!»

Pecora apareció en una tarima ligeramente elevada.

«Damas y caballeros, gracias por tomarse un tiempo dentro de sus ocupados calendarios para asistir el día de hoy. Yo soy la Rey Demonio, Provato Pecora Ariés. Iré de inmediato a los negocios y entregaré las Medallas Demonio en orden. Primero, en el campo de la magia. Mantoya-san, por su gran mejora del nivel de la magia de fortalecimiento defensivo.»

Pecora entregó algo que parecía ser una medalla a un hombre quien obviamente era un mago.

Esta parte siguió de la forma en que uno se esperaría.

«A continuación, en el campo de la naturaleza. Noreil-san, quien cultivó exitosamente rosas azules.»

El siguiente en aparecer fue un anciano que parecía no tener idea de porqué había sido llamado a un lugar así. Era fácil de imaginarse que los demonios repentinamente le habían informado de que le iban a otorgar una medalla y le dijeron que asistiera.

Después de eso, ella siguió reconociendo varias áreas.

Probablemente se debía al temperamento de Pecora, pero la ceremonia en si misma se sintió casual y no fue tediosa.

«Está bien, a continuación en el campo de la paz. Azusa-san, la Bruja de las Tierras Altas, si fueras tan amable.»

Acompañada por un aplauso, subí para ponerme de pie en frente de la tarima. Había tenido que soportar bastante para recibir esta medalla.

Sin embargo, en ese momento, Pecora sonrió traviesamente.

Argh, esa expresión…ella está planeando algo.

«De hecho, no es solo Azusa-san.»

«¿A qué te refieres?»

«Tú le diste fin a la larga contienda entre dragones rojos y azules. Dado que tenemos esta oportunidad, me gustaría también otorgarle medallas a los dragones.»

Los ojos de Pecora fueron hacia Laika.

«¿Huh? ¿Yo también?»

Laika apuntó a su propio rostro. Los aplausos comenzaron a surgir y así ella tuvo que subir también a la tarima.

«Ya veo. Esta a decir verdad es una buena idea,» dije.

Era cierto que, sin la ayuda de Laika, yo no habría sido capaz de detener la pelea.

Sin embargo, si esto era todo, entonces la expresión de Pecora no tendría sentido…

«Bueno, Laika-san la dragona roja está aquí. Hagamos también pasar a la representante de los dragones azules. ¡Flatorte-san, acércate, por favor!»

«»¡¿Huh?!»»

Laika y yo gritamos al unísono.

Una chica con cuernos y cola de dragón abrió la puerta y entró.

No había error, era Flatorte en su forma humana.

Anteriormente, ella había sido la líder de los dragones azules quienes habían entrado por la fuerza en la boda de la hermana mayor de Laika. Nosotras la habíamos derrotado por completo y ella había sido obligada a formar un pacto de no agresión con los dragones rojos.

«Después de todo, Flatorte-san está a cargo de los dragones azules y ella se está asegurando de que no ocurran más peleas. Pensé que también debería darle una medalla a ella.»

«A ti te gusta sorprender a la gente, ¿verdad?»

Tímidamente, Flatorte subió a la tarima.

Como uno podía esperarse, ella no parecía cómoda estando de pie al lado de Laika… aunque lo opuesto también era cierto.

«H-Ha pasado un largo tiempo, Laika…»

«Sí, así ha sido. Me alegra que hayamos dejado de encontrarnos en los campos de batalla.»

«Está bien, les otorgaré una medalla a cada una de ustedes.»

Pecora era bastante descuidada mientras colgaba las medallas en cada una de nosotras.

«Ahora la paz de los dragones está aún más segura. No puedo imaginarme a nadie iniciando una pelea.»

Pecora sonrió alegremente. Era la forma de decir «Si violan esto, los demonios se enfurecerán y los atacarán.»

«Yo—yo sé…eso. Los dragones azules no harán nada, así que…»

Flatorte estaba temblando notablemente. Incluso los dragones estaban asustados de la Rey Demonio.

«Pecora, puede que no parezcas ser del tipo meticuloso, pero esta fue una idea bastante inteligente.»

«Como la Rey Demonio, debo asegurarme que el mundo se mantenga en raya.» Pecora se veía bastante orgullosa de sí misma. «En el futuro, el Rey Demonio se convertirá en un símbolo de la cooperación entre razas. Después de todo, nuestra nación es el hogar de un vasto número de grupos étnicos.»

Cierto, incluso si a todos ellos los llamaran «demonios,» físicamente, ellos eran increíblemente diversos. ¿Quizás eso los hacia tolerantes?

«Bueno, yo creo que me marcharé ahora…todavía tengo toda clase de cosas por hacer…»

Flatorte estaba ansiosa por escapar. El estar aquí debía ser bastante incómodo para ella.

Además, si bien podría haber sido diferente si ella hubiera ganado, ella perdió ante sus supuestas víctimas.

Sin embargo, no me perdí la forma en que Pecora sonrió nuevamente por un momento.

Estaba comenzando a entenderla. Pecora tenía una personalidad extremadamente mala. No solo eso, pero ella estaba al tanto de ello, lo cual la hacía extremadamente difícil de lidiar.

«Se me acaba de ocurrir algo. Me gustaría que también le probaras la continua obediencia de los dragones azules a mi Onee-sama.»

¿Acaso ella me iba obligar a hacer algo de nuevo?

«Onee-sama, si pudieras acariciar los cuernos de Flatorte-san. He escuchado que los dragones azules permiten que sus cuernos sean acariciados por las personas a las que les deben completa obediencia.»

Pecora sonrió. Era una sonrisa adorable, pero contenía una sutil pizca de sadismo.

«¡Eeeeep! N-No, los cuernos no…los cuernos no…»

Flatorte se estaba alejando.

Laika estaba mirando con compasión a Flatorte. «No tiene piedad la Rey Demonio, ¿verdad?»

«¿El que te acaricien los cuernos es realmente tan malo?»

«Es una peculiar costumbre de los dragones azules y significa una completa sumisión. Si ellos rompen la regla, la muerte se convierte en su única alternativa—y aun así, en las batallas hasta ahora, los dragones rojos siempre han tenido cuidado de no tocarlos ahí.»

Yo misma no poseía cuernos, así que no entendía muy bien los sentimientos aquí.

«Se dice que hace mucho tiempo, cuando los aventureros intentaban tocar los cuernos de los dragones para hacerlos suyos, muchos perdieron sus vidas. En su mayoría, eran golpeados con su aliento congelante y fallecían antes de que pudieran tocarlos.»

Ya veo. He escuchado historias de caballeros que han montado dragones— ¿Así que esos se supone que fueron dragones azules?

«Si Laika, quien es una dragona roja, los tocara, pondría a los dragones azules bajo el completo control de los dragones rojos y me imagino que sería incómodo para ustedes dos. Eso significa que hacer que la Bruja de las Tierras Altas los toque es perfecto. En otras palabras, tendremos otro grillete en adición a los ya existentes.»

Pecora realmente era una maquinadora.

Se lo concedo, eso precisamente podría haber sido la razón por la que ella estaba teniendo éxito como la Rey Demonio.

«Bueno, si es por el bien de la paz. Supongo que los tocaré.»

«H-Haz lo que quieras…Argh, ya no me importa…»

Flatorte languideció y dejó caer su cabeza.

En ese caso, tocaré estos cuernos.

Puse mi mano y los acaricié. *acariciando-acariciando* *acariciando-acariciando* Eran duros, como la piedra.

«Mis ancestros…Flatorte se ha sometido a la bruja. Ruego por vuestro perdón debido a la vergüenza que les he hecho sufrir…»

Fue brutal de parte de Pecora el hacer algo así en público, pensé, así que me detuve.

«Bien hecho. Con esto termina la ceremonia de entrega. Pueden pasar a la fiesta buffet.»

Y ahora mi labor en la ceremonia había finalizado.

Sin embargo, todavía había un extraño problema: Flatorte me estaba siguiendo por todos lados.

Incluso cuando iba a llenar mi plato con las distintas comidas, ella estaba a mi lado. Pensé que únicamente las personas como asesinos o sirvientes se mantendrían tan cerca. ¿Acaso esta era una nueva forma de acoso?

«Umm, ¿qué necesitas?»

«Yo—yo estoy…ahora bajo el control de la Gran Bruja de las Tierras Altas, así que…estoy detrás de usted en caso de que me necesite.»

Tenía un mal presentimiento sobre esto.

«¿Cuándo se termina este asunto del control? ¿Mañana? ¿Dentro de tres días?»

«Cuando muera.»

¡Sí, ese mal presentimiento dio en el clavo!

«¡¿Así que vas a seguirme de regreso a casa?!»

«Eso es correcto…»

Todo el tiempo en el que Flatorte habló, su rostro estaba rojo a causa de la humillación. Dado que ella se veía como una chica, sentí como si estuviera haciendo algo bastante espantoso.

Mientras tanto, Laika parecía pensar que esto era un fastidio.

«Azusa-sama, la casa en las tierras altas no necesita dos dragonas. Y-Yo soy suficiente. Ordénele a Flatorte que regrese al hogar de los dragones azules. Si ella le debe su completa obediencia y usted le dice que vaya a casa, ella lo hará.»

Laika tenía razón.

Sería malo el obligarla a cambiarse de casa y todo lo que tenía que hacer era «ordenarle» que viviera en su hogar, de la misma forma que había hecho siempre.

«De acuerdo a las costumbres de los dragones azules, cuando nos separamos de quien nos controla, debemos terminar con nuestras vidas. Después de todo, es nuestro deber proteger por siempre a esa persona…»

«¡Esa es una costumbre bastante dura!»

Pecora estaba en las cercanías y nuestros ojos se encontraron.

Su rostro parecía decir Onee-sama ¿Por favor cuidaras de esa chica Flatorte, cierto?

«¡Pecora lo sabía y de todas formas me hizo tocarte! ¡Ella tiene un rostro dulce pero es un pequeño demonio!»

«Azusa-sama, ella es su Rey, un demonio entre demonios,» Laika señaló.

«Tienes razón…los demonios son realmente escalofriantes…»

Fue ahí cuando Beelzebub se acercó a nosotras e inmediatamente hizo una reverencia.

«Su Majestad es bastante adepta a las bromas…ella no es una mala persona y es muy inteligente, pero a veces hace cosas extrañas por impulso. Lo siento.»

«Bueno, no es como si me hubiera causado un serio problema. Todo está bien.»

Con la Rey Demonio Pecora como punto de referencia, Beelzebub parecía un agobiado gerente intermedio.

«Umm…haré cualquier cosa, así que por favor lléveme con usted.»

Flatorte mantuvo todo el tiempo la cabeza agachada, mirando el piso.

«Sí, sí, está bien, solo levanta tu cabeza.»

«Sí, Ama Bruja de las Tierras Altas.»

Si ella estaba en su forma humana, no sería un problema que viviera en uno de los cuartos vacíos.

«Parece que has sido arrastrada a algo terrible, pero te aceptaremos, así que no te preocupes. Además, nadie te culpara por venir donde yo vivo. También iremos a visitar tu hogar de vez en cuando.»

«¡Muchas gracias, Ama!»

Ella se arrodilló en el lugar.

De alguna forma, me había vuelto tremendamente importante, o así se sentía y era realmente incómodo.

«Tienes suerte de que la compasiva Azusa-sama fuera quien te recogiera.»

Quizás Laika no estaba realmente disgustada con la idea de tener a otro dragón en las cercanías.

«¡Laika, no perderé contra ti!»

Sin embargo, Flatorte levantó abruptamente su cabeza.

«¡¿A-A que te refieres?!»

«¡Me someteré a mi Ama, pero eso es todo! ¡No me someteré a ti!»

«¡Yo soy la senpai aquí! ¡Estás siendo grosera!»

«¡No importa quién es la kohai y quien la senpai! ¡Tú no eres mi ama!»

Las dos comenzaron a gruñirse y luego a pelear.

Apuesto que esto se pondrá complicado…

 

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