Even Though I’m a Former Noble and a Single Mother, My Daughters Are Too Cute and Working as an Adventurer Isn’t Too Much of a Hassle (WN) Vol.2 – Capítulo 18

Cumbre de Jefes de Estado

Para Shirley, la necesidad tenía cara de hereje, así que ella fue donde el hereje mismo.

“¿Usar magia espacial para regresar al Imperio? Es más ¿Deseas hablar directamente con el Emperador? Así que ha llegado a esto ¿Shirley desea retarlos directamente? Ohh ¿Qué debería hacer~?”

“…”

Dos semanas después que todo hubiera sucedido, Canario había regresado al pueblo fronterizo desde la capital del Reino y ahora estaba de pie frente a ella con una sonrisa tan presumida que Shirley quería golpearla mientras pensaba al mismo tiempo: “desearía nunca haber tenido que depender de esta mujer.”

Ella quería creer en la idea de sus hijas. No estaba claro si acaso algo cambiaría, pero en este instante ella deseaba hacerles saber que sus hijas querían quedarse aquí.

Lo que esas niñas querían como personas…o, lo que ellas querían como habitantes del Reino. Incluso si el Imperio no cambiaba de opinión, quizás hacer esto les haría ganarse el apoyo del Reino.

Adicionalmente, si se añadía al apoyo político la poderosa influencia financiera de Canario. Era posible que ellas pudieran seguir siendo capaces de vivir aquí sin que nadie interfiriera.

Pero, lo más importante. En el peor de los casos, ella simplemente podía eliminar la amenaza a través de la fuerza.

Shirley en un comienzo deseaba depender de Canario ya que era su mejor oportunidad para mantener intactas sus pacificas vidas. Ella ya estaba planeando su próxima jugada, esperando que Canario la rechazara, pero la respuesta que recibió la sorprendió.

“Bueno, que así sea, te concederé tu deseo.”

“… ¿A qué te refieres? ¿Te sientes bien?”

“¿Exactamente qué piensas de mí?”

El tener a Canario aceptando inmediatamente su solicitud, Shirley sintió una ominosa sensación en sus entrañas. La única cosa que podía pensar era que Canario se había comido algo extraño.

“Bueno, para serte honesta, hay ganancia para mí también.”

“¿Disculpa?”

“Huh, bueno, la verdad es que…”

 

Canario comenzó a contar la historia.

Dos días después de que Rudolph y sus hombres fueran arrestados, los nobles imperiales, incluyendo a Philia, comenzaron a preparar una rápida respuesta diplomática dado que sus propios soldados habían sido atrapados cometiendo un crimen en un estado vecino, pero Albert hizo algo totalmente innecesario. Él envió una comunicación directamente usando una herramienta mágica. Usualmente, uno esperaría que un incidente de esta categoría fuera seguido de disculpas y garantías de castigar de manera apropiada a los culpables luego de que fueran repatriados, efectivamente Edward se estaba preguntando que clases de excusas Albert tendría cuando abrió la carta que le habían enviado directamente, pero el contenido era absolutamente increíble:

Se ha vuelto evidente que Canario, una representante del Gremio de Aventureros, Huyó hacia el Reino con las dos Princesas Imperiales. En adición a hacerle daños a esos leales súbditos del Imperio quienes solo actuaron legítimamente para escoltar a las princesas a casa, es una absoluta e indignante violación de confianza mutua que el Reino continúe manteniendo a las princesas a su merced. Por lo tanto nosotros demandamos el inmediato regreso de las dos princesas, de Rudolph y todos sus caballeros acompañantes.

Canario lo confirmó usando magia de trazado que Albert efectivamente había sido quien envió el ultimátum, aparentemente seguro de su versión de los hechos.

Edward, más que asustado o enfurecido, solo pudo sentirse totalmente desconcertado ante el contenido de la carta, considerando que él estaba esperando al menos un intento de excusa.

En realidad, Albert debió haber enviado una carta como esta, demandando el regreso de las princesas antes de decidir mandar hombres a través de la frontera.

Sin embargo, incluso dejando a un lado el secuestro. Este había descartado completamente todos los buenos modales de la diplomacia al enviar este mensaje, incluso la obligación de ir a través de los canales diplomáticos apropiados enviando a un diplomático autorizado para que tratara en su nombre.

Sin siquiera una pizca de disculpa, él sugería que los criminales que fueron atrapados con las manos en la masa eran inocentes e incluso tenía la osadía de hacer demandas por sobre eso.

“El buscar una pelea con el Reino…eres incluso más infantil de lo que recordaba.”

Parecía que el sentarse en el trono imperial no había hecho nada para ayudarlo. Desde la primera conferencia continental a la que ambos habían asistido como gobernantes, Edward había cultivado en su mente la imagen de Albert como un hombre que no podía escapar de sus infantiles delirios de omnipotencia.

“Que así sea, no enviaré soldados a morir por alguna insignificante y ridícula guerra.”

El Rey León Negro respondió de inmediato. Adelantando el horario de inmediato, él comunicó a la Familia Imperial a través de Philia que estaba listo para discutir la extradición y en solo diez días se organizó una cumbre entre los líderes de las dos naciones.

“…Bastante tarde ¿No?”

“Efectivamente…se supone que deberíamos estar comenzando pronto.”

No había estados vasallos o marionetas en el continente. Por lo tanto cualquier discusión celebrada entre dos cabezas de estado significaba explícitamente que era entre iguales, por lo tanto era la costumbre que las discusiones como esta tuvieran lugar en un cuarto de reunión temporal construido en la frontera.

El lugar designado donde las conversaciones serían celebradas estaba cubierto por una gran tienda de campaña que poseía una forma similar a aquellas usadas por las tribus nómades y mientras Edward y su sequito de diplomáticos habían llegado hace algún tiempo, junto al cardenal que pidió supervisar la reunión, estos esperaron al grupo Imperial para así poder comenzar con los procedimientos.

A pesar del acuerdo tácito de llegar a lo menos quince minutos antes del comienzo de la reunión, Albert solo llegó cinco segundos antes del tiempo establecido.

“¿Por qué razón le solicitas a un Emperador que venga a un lugar como este? Mencionaste el entregar a las princesas ¿Pero no podrías simplemente el haber hecho que tus hombres me las entregaran?” Y eso fue lo primero que dijo. Exceptuando a Edward y Canario, los delegados del Reino levantaron sus cejas producto de la conmoción ante su audacia, mientras que algunas de las personas del Imperio, incluyendo a Philia, no podían hacer más que mirar a sus pies, con los rostros rojos a causa de la vergüenza.

Edward no pudo evitar sentir lástima por los sufridos ministros de pie avergonzados en la retaguardia y los ciudadanos imperiales que sufrían bajo los tiránicos impuestos de regreso en su país, teniendo a un Emperador carente de cualquier sentido común como su figura pública.

(No…de cierta forma…supongo que si siento lástima por un Emperador que se ha vuelto una marioneta involuntaria.)

Luego de escuchar lo que él había hecho de parte de Philia, Edward miró con lástima a Albert, sabiendo muy bien lo que había causado que el Emperador actuara de forma tan irracional.

“…Me complace ver que estás bien, Albert-dono. Aunque nada me gustaría más que ponernos al día considerando cuanto tiempo ha sido, hay asuntos más importantes. Pasemos al tema principal de inmediato.”

“Concuerdo. Bueno entonces ¿Dónde están mis hijas, Sophilea y Tionissia?”

Albert giró su cabeza de izquierda a derecha, mirando alrededor del cuarto en busca de ellas.

“…Los nombres de esas niñas que afirmas son princesas ¿No recuerdas que estos son Sophie y Tio?”

“Esos son los nombres que su madre biológica les dio. Una princesa imperial debería tener un nombre más adecuado para su estatus real. En todo caso, ellas deberían agradecerme por mejorar sus viejos nombres.”

Si la persona que las había nombrado hubiera estado en este cuarto, ella en ese momento y lugar habría sucumbido a la ira. Edward, sin embargo, quería agilizar la conversación y respondió sin siquiera levantar una ceja.

“Efectivamente, entiendo tu posición. Sin embargo, el responder esa demanda no es obligación del Reino, por lo tanto esas niñas no están presentes. En su lugar, tu sirviente y sus seis caballeros están aquí.”

“¡¿Qué significa esto?! ¡¿Me quieres decir que el Reino no planea devolver a las Princesas Imperiales?!”

“Yo solo afirmé que discutiríamos el asunto de la extradición.”

Incluso si había una conexión sanguínea, legalmente hablando, Shirley y sus hijas eran ciudadanas del Reino. Edward planeaba pararse en ese hecho, mientras Albert no pensaba aceptarlo.

“Yo soy el gobernante de este país ¿Cómo los súbditos verían a un Rey que vende a sus ciudadanos a otro país?”

“¡¿Desde cuándo el Reino ha sido un país de secuestradores tan rastreros, negándose a regresar a las princesas sabiendo muy bien que estas fueron secuestradas por esa bruja?!”

Ella mantuvo la boca cerrada, pero Philia lo maldijo en su corazón. Incluso si la persona en cuestión honestamente se creía lo que estaba diciendo y solo deseaba recuperar a sus hijas, este nivel de imprudencia a escala internacional era demasiado vergonzoso de soportar.

“Entiendo totalmente que el Imperio enfrenta una crisis de sucesión debido a la condición de la actual Emperatriz. Sin embargo, la familia imperial cortó todos los lazos con Shirley cuando las niñas estaban en su vientre y hasta ahora ¿Tú no has hecho ni un solo movimiento para reconocerlas como tuyas? Si la madre y las hijas son personas non grata ante los ojos del Imperio, entonces no veo razón por la que ellas deberían regresar como tales. Esto es de acuerdo a la ley internacional ordenada por la Teocracia, que supervisa todos estos asuntos. De igual forma, si el Imperio no planea juzgar a los hombres que comieron estos crímenes en nuestra nación, entonces no tenemos la obligación de regresarlos ¿Acaso no concuerdas que esto es justo?”

“¡E-Eso es…!”

La Diosa no era solamente adorada en el Reino sino que también por la vasta mayoría de las personas del continente, incluyendo a Albert quien no podía evitar estar intimidado al escuchar el nombre de la Teocracia quien supervisaba todas las mediaciones internacionales invocadas.

Y aunque él no deseaba admitirlo, a pesar de seguir creyendo en su corazón que tomó la decisión correcta al romper su compromiso con esa mujer, había sido un error el haberla eliminado por completo de la familia imperial tal como Edward había dicho.

Sin importar cuanto demandara el regreso de ellas, si el Reino se mantenía firma en su decisión de proteger a Sophie y Tio como ciudadanas de su nación, sus declaraciones bien no servirían de nada.

(Pero…en otras palabras, ellos solo las consideran ciudadanas comunes ¡Puede que haya fallado esta vez, pero ciertamente me las llevaré la próxima vez, incluso si significa amenazar con una guerra…!)

Sin importar lo que él dijera, como Rey, Edward no podía poner su deseo de proteger a dos personas por sobre la vida de millones.

Ignorando por completo sus propias faltas, Albert recordó la debilidad del hombre que estaba sentado al frente suyo en la mesa, la cosa que él más odiaba.

El Rey León Negro aquí presente, a pesar de tener un poderoso ejército, detestaba la guerra. Albert no podía entender tal noción, a pesar de que nacía del sentido común político.

Comida, dinero y vidas. La guerra lo consumía todo, mientras Albert simplemente veía al oro y los soldados como peones para hacer con ellos lo que quisiera, Edward favorecía las victorias a través de la diplomacia en lugar de la fuerza de las armas.

Así que, comparando las políticas de los dos líderes en el cuarto, el presionar al Rey al sugerir un conflicto armado podría forzar su mano. El Emperador que solo podía operar bajo una sabiduría tan bruta sonrió amenazadoramente ante el León Negro.

“Honestamente, si nos hemos quedado estancados en una diferencia tan grande de opinión, puede que sea difícil evitar un conflicto.”

“¡¿Qu…?!”

Pero, como si hubiera anticipado exactamente lo que Albert iba a decir, Edward le robó las palabras directamente de su boca.

“Sin embargo, de ser posible me gustaría buscar una alternativa a una guerra tan costosa y sin sentido…bueno entonces ¿Qué vamos a hacer?”

“A riesgo de parecer impertinente, me gustaría hacer una sugerencia.”

Fue Philia quien levantó la mano. Todavía conmocionado al haber sido leído tan fácilmente por Edward, Albert miró dubitativo a su hermana antes de concederle el permiso para hablar.

“…Habla.”

“Entiendo las leyes del Reino. Sin embargo, es mi más sincero deseo ver a Su Majestad Imperial reunido con las dos chicas que comparten su noble sangre y verlas regresar al Imperio, reconocidas como las herederas al trono. Por lo tanto, aunque es un formato anticuado, propongo un Duelo Ordenado por la Diosa.”

El duelo era usado como una batalla entre delegados de los estados, supervisado por un cardenal de la Teocracia.

En tiempos antiguos, dos países deseando resolver sus diferencias sin recurrir a una guerra de gran escala elegirían a un campeón que participaría en un encuentro marcial, con el país victorioso recibiendo cualquier cosa que estaría buscando en una potencial guerra, ya fuera tierras, tratados o personas.

Sin embargo, en tiempos modernos esto era visto como un anacronismo, debido a que había muchos problemas en dejar las futuras y complejas relaciones internacionales y tratados a la suerte de una batalla con espadas.

(¿Con esto será suficiente, Su Majestad? ¿Canario-sama?)

Este había sido el plan que ellos tres habían orquestado. Si las cosas continuaban de la forma en que estaban, el Emperador inevitablemente declararía de forma imprudente una guerra entre sus naciones, llevando a un incalculable derramamiento de sangre por ambas partes.

 

Así que, si el Reino emergía victorioso en este duelo, entonces ellos podrían apelar a la Teocracia para que interviniera en su nombre, previniendo una invasión. Albert apretó sus dientes, incluso si era una ley consideraba obsoleta por muchos, técnicamente seguía siendo una práctica legal, cualquier violación de las condiciones del ganador por parte del perdedor resultaría en una respuesta internacional a gran escala.

Habiendo dicho eso, incluso si estaba el riesgo de la derrota en esta batalla, uno podría decir que él estaba arriesgando lo mismo al ir a la guerra, excepto que con riesgos más altos.

(Adicionalmente…si esto va de acuerdo al plan El Imperio perderá cualquier derecho legítimo que pudieran tener para traer de regreso a Onee-sama.)

De cualquier forma, lo verdaderamente crucial del plan yacía también en esa persona ganando el combate ante la presencia del mismo Emperador. Luego de que Albert aceptara, todo sería puesto en movimiento, pero…

“¡Guuuuuu…!”

“¿Qué tal, Albert-dono? ¿Hay algún problema con la propuesta de la Princesa Philia? ¿Aunque está lejos de ser una solución perfecta, seguramente puedes estar de acuerdo que tal compromiso es mucho mejor que una guerra? Si no estoy equivocado ¿No es cierto que el Imperio también está actualmente en muy malos términos con la Tierra de los Demonios?”

Albert se mordió el labio producto de la ira. El sufrir la humillación de haber tenido que viajar todo este trayecto bajo lo que él consideraba que eran excusas falsas y luego el ver que la situación se pusiera completamente en su contra, él quería gritar a pleno pulmón.

Su orgullo como el Emperador había sido herido, el ver a su hermana concordar tan fácilmente con el Rey León Negro. Mientras Albert desesperadamente pensaba en una forma de recuperar la iniciativa, Canario quien había estado totalmente callada hasta ahora de pronto comenzó a estallar en risas.

“¡Kuahahahahah! Edward ¿Por qué atormentar a la pobre cosa? ¿No es malo molestar al lento de la clase, verdad?”

“¿L-Lento…? [1]¡¿No puede ser posible que estés hablando sobre mí…?!”

Esa indignación estalló en forma de furia. La sangre comenzó a fluir directamente a la cara de Albert, con su piel tornándose roja mientras el sudor comenzaba a salir.

Albert siempre había vivido una vida consentida. Incluso si él en años recientes había discutido con su hermana menor Philia, Albert seguía teniendo varias personas que lo apoyaban, así que era completamente natural que siempre fuera tratado con respeto.

Por lo tanto, esta había sido la primera vez en su vida que alguien le había hablado de esa forma.

“Pensar que se derrumbaría tan rápidamente luego de entrar con tal bravuconería ¡Que farsa de Emperador realmente es! Bueno, tiene sentido que dude en hacerlo, claramente él no tiene a nadie para llamar y que pueda lamerle siquiera las botas a uno de los guerreros del Reino, mucho menos a los aventureros que son el orgullo y la joya del Gremio. Debe ser exasperante ¿No~? Saber que sin importar a quien el Imperio envíe, este no será más que una hormiga en comparación al poderío de los aventureros.”

“¡T-Tú, granuja! ¡¿Te atreves a insultar a mi país de forma tan desvergonzada?!”

Albert estalló en ira gritándole a la bruja, con muchos de los caballeros imperiales que lo habían acompañado como su sequito compartiendo esta, al igual que Lumiliana que se veía roja de la ira.

Por supuesto, ellos estarían enojados, el ver su orgullo como caballeros insultado de esa forma.

“Bueno ¿Es simplemente natural, no? Realmente es un destino tan desafortunado el servir a este Emperador…He estado escuchando en silencio todo este tiempo y debo decir que realmente eres excepcionalmente egoísta y una cosa repugnante.”

“¡¿Repugnante?!”

“Correcto. Eres repugnante, esa sensación solo aumenta cuando me veo obligada a escuchar tus viles palabras como ahora.”

Canario siguió abusando de este jefe de estado, dado que ella técnicamente no pertenecía a país alguno, el tabú de las costumbres de los procedimientos diplomáticos le eran completamente irrelevantes así que ella podía actuar como deseara, la bruja que era intocable en la cima del mundo económico.

“Cualquier guerrero de un país gobernado por un niño tan mimado, dudo que sería capaz de levantar un dedo contra un poderoso soltado del Reino o algún intrépido aventurero que se cruce en su camino ¿Lo entiendes ahora o debería volver a repetírtelo?”

“… ¡Que así sea! ¡Si crees que puedes mirarme en menos de esta forma, entonces aceptaré! ¡Un duelo ordenado por la Diosa para traer de regreso a mis hijas y a Rudolph, a la vez de restaurar el honor de mis nobles caballeros Imperiales!”

Albert quien se entregó a la ira aceptó la propuesta de Philia.

De esa forma, la cortina se levantó sobre la apuesta que decidiría el futuro de Sophie y Tio.

“Entonces ¿Tienes algunas últimas palabras?”

“¡¿MYAAAAAAAAAAH?! ¡D-Detente! ¡Deja de usar mi cabeza para afilar tu espada! ¡No será una broma si me cortas el cerebro!”

En el patio del Gremio de Aventureros del pueblo fronterizo, Shirley estaba raspando su espada de atrás hacia adelante por sobre el cráneo de Canario, quien había sido enterrada hasta el cuello en el suelo. Shirley levantó amenazadoramente su espada, pero justo antes de que pudiera dejarla caer y cortar el cerebro (la debilidad de los semi-inmortales) la bruja demonio gritó aterrorizada.

 

“Entiendo tu historia. También entiendo que fue el mejor compromiso al que el Reino pudo llegar diplomáticamente y que puede tanto asegurar la frontera del Reino frente a una invasión como prevenir que el Imperio cause más problemas debido a mis hijas. Adicionalmente, forzaste al lado Imperial que aceptara al herir su orgullo al compararlos con aventureros.”

“Ooh, realmente eres perspicaz ¿Verdad? Déjame darte un cumplido.”

Pero, la espada de Shirley brilló ante el reflejo de esos ojos de color rojo y azul.

“¿No crees que deberías haberme preguntado primero? ¿No dijo el Rey Edward que estarías en el pueblo para ayudar a encargarte de las cosas?”

“Bueno, antes de que las conversaciones efectivamente regresé varias veces para realizar algunos mandados.”

“¿Entonces por qué no dijiste nada? ¿Tú sabías que no podía asistir debido a que tenía que cuidar a Sophie y Tio en caso de que el Imperio intentara algo más?”

“Hmm, bueno yo le dije a Edward que no se preocupara demasiado dado que prometí que te diría cuando regresara…pero desgraciadamente ciertas circunstancias surgieron, así que supongo que se volvió un informe posterior a los hechos. ¿Sabes? Realmente quedarás conmocionada después de escuchar lo que sucedió.”

“¿Qué sucede? ¿Ocurrió algo más en la reunión?”

“Escucha esto, el chef de repostería del Gremio ha desarrollado un nuevo dulce sin que yo lo supiera. Así que, prioricé esta críticamente seria misión de probar el…”

*¡Crack!* El fuerte sonido de algo duro rompiéndose resonó a través del cielo azul.

“Bueno, está bien. No,   es demasiado…a pesar de que hubo progreso. Honestamente, no tengo mucha opción más que depender del poder de un estado para detener a otro, así que tendré mantener mi parte del trato.”

Quien fuera que tuviera que enfrentarse a ella era irrelevante…todo lo que tenía que hacer era ganar.

El feroz espíritu de la Demoníaca Espada Blanca quemó más fuerte que nunca antes, luego como si ella pudiera ver la imagen del desconocido guerrero que el Imperio enviaría en frente de ella a través del aire, esta cortó una hoja que había sido levantada por el aire, en innumerables pedazos con unos golpes de espada que rompieron la velocidad del sonido.

[1] https://www.youtube.com/watch?v=FVbG3w_kEAc

9 comentarios en “Even Though I’m a Former Noble and a Single Mother, My Daughters Are Too Cute and Working as an Adventurer Isn’t Too Much of a Hassle (WN) Vol.2 – Capítulo 18

  1. Soy el unico que quisiera poner a todos los ciudadanos del imperio en un coliseo y ponerlos a ver como un grupo de goblins alimentados con afrodisiacos se le echan encima a la perra de la emperatriz mientras el maridito mira sin poder hacer nada
    (Emm. Creo que leer Goblin Slayer ya me hizo daño)

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    • Tienes que entender que no todos son malos practicamente los malos aprovecharon un momento de debilidad para atacar a shirley(cuando los antiguos emperadores y la hermanita no estaban), parece que aquellos quienes si apoyaban a shirley aun existen solo que lo más seguro que fueron oprimidos.

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