Shomin Sample Vol.01 – Prólogo

Prologo: Bienvenido, Plebeyo

«Este hombre, Kagurazaki Kimito, de ahora en adelante será el Plebeyo de muestra de Seikain.»

La encargada de las Maids, Kujou-san anunció esto a través del micrófono.

Estábamos en un espacioso auditorio de techo alto que poseía una apariencia efectivamente digna.

Ojou-samas de varias renombradas familias miraron hacía el escenario con ojos centelleantes, observando mi congelado y tieso ser.

Detrás de mí había un cartel en el que se leía Reunión explicativa sobre plebeyos…Bienvenido, plebeyo.

En frente de mí, la totalidad del cuerpo estudiantil, desde el jardín infantil hasta la preparatoria, se encontraba alineado de forma ordenada en filas de sillas de madera, sentadas con una postura absolutamente perfecta, tanto así que cualquiera reconocería de forma instantánea su extraordinaria educación.

«…Así que ese es un plebeyo.»

Alguien murmuró en voz baja, y su voz subió hasta el ligero arco de yeso en el techo.

Estas chicas súper protegidas nunca habían estado fuera de la escuela, tanto hombres como plebeyos eran existencias absolutamente ajenas para ellas.

Toda su atención estaba fija en mí, y su curiosidad estaba causando que la tensión en el salón se elevara. Al grado por el cual sus ojos, que se encontraban brillando, me golpearan de forma directa.

Esta era la Escuela para chicas Seikain.

Su propósito era el entrenar a las hijas de las familias nobles y moldearlas en perfectas Yamato Nadeshiko.[1]

Era la máxima escuela para ojou-samas; reuniendo señoritas por ellos y estando desconectadas todos los días de una vida cosmopolita.

Esta era la escuela a la que estaría asistiendo a partir de hoy.

«Ahora bien, ¿hay alguien quien le gustaría hacer una pregunta a este plebeyo?»

Tan pronto como Kujou-san preguntó, el salón se volvió un hervidero de ruido…

«¡SÍ!»

Todas las ojou-samas levantaron su mano al unísono.

Pero ellas cuidaron profundamente sus modales; levantando sus manos con elegantes movimientos mientras preservaban de forma perfecta sus posturas. Ellas tampoco agregaron ninguna declaración innecesaria dentro de esa afirmación. Pero aun así, sus caras emitían un aura absolutamente emocionada, como si estuvieran diciendo ¡Por favor escógeme a mí!  Mientras sus ojos lanzaban esperanzados rayos hacía la encargada de las maids Kujou-san.

«En ese caso, permitamos que el plebeyo llamé a alguien.»

«¡¿Eeeh?!»

De pronto, todas me miraron.

Sus puras miradas brillaron como estrellas.

¡Yo, yo! ¡Elígeme! ¡Quiero preguntarte algo! ¡Quiero aprender acerca de los plebeyos!

Estaba deslumbrado por la curiosidad absolutamente pura de estas chicas que pertenecían tanto como del jardín infantil como de la preparatoria.

Estas chicas nunca habían visto a un plebeyo como yo antes.

«…»

Me había quedado tieso como una piedra ante la fuerza de su vigor, sudor pronto comenzó a bajar por mi frente.

 

… Así que, ¿cómo es que me metí en este desastre?

Esa historia comenzó durante la mañana de antes de ayer.

 

«¡Déjame besarte!»

 

Ah, esperen.

Eso en realidad ocurrió un poco después.

Dejó una gran impresión en mí, por lo que lo recordé de forma involuntaria.

A propósito, esa señorita es Tenkuubashi Aika.

Debido a ciertas circunstancias, ella había sido forzada a estar sola en esta escuela.

Ella me rogó que la ayudara a resolver esas circunstancias con cierto favor, pero…bueno, llegaremos a eso eventualmente.

Ayer en la mañana…

 


[1] La Mujer Japonesa Ideal.

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