Kimi kara Uketsugu Brave Chronicle – Capítulo 3

Capítulo 3
El Final se Acerca

Parte 1

Estaba viendo otro sueño – un sueño acerca de la primera vez que asesiné a alguien.

Un sueño acerca de Towa despertando como la Ruinmaker.

La Ruinmaker era un dios humanoide anti estelar, la más poderosa arma en el mundo. De usarse, podía erradicar nuestro planeta, y era sin ninguna duda el más poderoso armamento estelar en existencia.

Towa era humana, pero era también un armamento estelar. El día que mis padres murieron, Towa se transformó en un armamento estelar y reemplazó mi brazo derecho. Luego, usé su poder para tomar venganza. Maté a uno de los hombres que habían asesinado a mis padres.

Yo tenía otra persona que matar, pero el hombre que cortó mi brazo había desaparecido repentinamente. El que había asesinado probablemente conjuró alguna magia estelar en el borde de la muerte que había permitido a su compañero escapar.

El sujeto que directamente había asesinado a mamá había muerto, pero ambos habían estado peleando con papá cuando entré a la habitación, y estaba determinado a hacer al otro pagar.

No, no. Sacudí mi cabeza e intenté expulsar esos pensamientos oscuros de mi mente, no podía perdonarlos, pero tenía miedo de dejar que esa rabia asesina germinase en mi interior. Mientras más pensaba acerca de eso, más me consumía. Yo estaba comenzando a perder el control. En el momento que había visto a ese hombre apuñalar a mi papá, había dejado a mi deseo de asesinar tomar el control. Pero justo antes de eso, yo había escuchado una voz.

«Asesina.» Una voz que me impulsaba a matar.

Aparentemente, la Ruinmaker tenía el poder de amplificar los sentimientos negativos del usuario, tales como el deseo de matar o el odio. Este proceso actuaba como suplemento para una de las otras habilidades de la Ruinmaker: el poder de robar poder estelar de quien quiera que haya sido asesinado. Si yo hubiera simplemente deseado venganza y nada más, el camino más rápido para lograr mi objetivo hubiera sido ir matando gente y robando su poder estelar con el fin de fortalecerme a mí mismo.

A pesar de todo, yo había asesinado a alguien ese día. También robé su poder estelar. Pudo haber sucedido como resultado de la Ruinmaker amplificando mi deseo de asesinar, pero no iba a empujar toda la culpa sobre ella. Incluso si mi deseo no hubiese sido amplificado, estoy seguro de que seguiría queriendo matar a ese hombre.

No tenía elección. Era la única manera de proteger a Towa. Pero no estaba tratando de justificar ningún otro asesinato, y no deseo confiarme en asesinar personas y robar su poder estelar. Yo quería volverme fuerte por mí mismo, y usar ese poder para vengar a mis padres.

Yo tenía otra razón para volverme fuerte: quería derrotar a Yukihime. Yo la había estado desafiando incluso desde que nos conocimos, pero nunca había ganado ni una sola batalla. La razón por la que Towa y yo estábamos viviendo con Yukihime era que de esa manera ella pudiese resguardar a Towa, la Ruinmaker, pero yo quería resguardarla por mi cuenta.

No era como si Yukihime no fuese confiable – después de todo, ella era la maga estelar más fuerte en el mundo entero. Si ella no podía hacerlo, ¿entonces quién podría? Eso no importa. Yo era el hermano mayor de Towa. Yo tenía el deber de protegerla. Además de eso, era frustrante para mí. Odio perder demasiado, me hace querer morir.

En la cima de eso – y esto era tan embarazoso que nunca sería capaz de decírselo a ella – yo quería convertirme en un hombre que estuviera a la altura de Yukihime. Si continuaba más débil que ella, nunca tendría ningún derecho de pelear a su lado.

…¿Por qué estoy teniendo este sueño ahora? Yo no lo había tenido en un tiempo… Y nunca era más fácil. A pesar de que estamos en pleno invierno, mi espalda estaba sudada. ¿Acaso era porque Navidad está tan solo a la vuelta de la esquina? Era 21 de diciembre. A cuatro días. Para mejor o peor, parecía como si mi destino estuviera conectado con Navidad. Era el día cuando mis padres fueron asesinados, y el día que conocí a Yukihime. Navidad era su cumpleaños también… pero creo que eso en realidad no importaba.

Solo espero que nada pase este año…

*

Esa mañana, Yukihime dejó la casa más temprano de lo usual. No era extraño para ella dirigirse a la escuela sola, dado que tenía un montón de asuntos como la Directora. Normalmente, alguien como ella no tendría nada de tiempo para pasar conmigo, pero suponía que ella era tan competente que podía finalizar sus labores y continuar teniendo tiempo para pasar. Con eso en mente, asumí que ese día sería igual que cualquier otro, pero…

Cuando entré a clases, vi a Yukihime recostada sobre la silla balbuceando severamente a sí misma. «Esto es malo…»

«Algo anda mal?» Pregunté.

«…Te lo diré luego.» Ella lucía diferente de lo usual. Era raro verla tan desalentada.

¿Por qué no puede decirme acerca de lo que pasa ahora? Estaba comenzando a preocuparme, pero decidí esperar hasta que ella estuviera lista.

 

Parte 2

Después de las clases, Yukihime me llamó a la oficina de la Directora. Estaba decorada con mobiliario lujoso. Yo no tenía un concepto real del valor de los muebles, pero incluso yo podía decir acertadamente que los sofás en el centro de la habitación eran sumamente caros.

«¿Es esto piel de dragón o algo parecido?» Pregunté mientras me sentaba.

«Por supuesto que no, creo que es de vaca.»

«Aww, ¿vaca?» Seguía muy lejos de lo que podía permitirme, probablemente. «Entonces, ¿qué sucede? Luces como si algo malp pasara.»

Yukihime se sentó enfrente mío, luego cerró sus ojos y permaneció en silencio por unos pocos segundos. Finalmente, como si hubiese tomado una gran decisión, comenzó a hablar en un tono serio.

«Voy a reunirme con Khaos Schwartz mañana.»

«Qu… T-Tú estás bromeando, ¿cierto?»

«En verdad desearía que así fuera.»

Yo estaba tan conmocionado que ni siquiera podía formular una frase coherente.

Khaos Schwartz: uno de los otros mundos que existían junto al nuestro. Eran un total de cinco, incluido el nuestro.

#1, Azul: Azur Étoile (Estrella Azul), el Mundo Núcleo

#2, Negro: Khaos Schwartz (Caos Oscuro), el Mundo del Caos

#3, Arcoíris: Semuleice, el Mundo de las Ilusiones

#4, Plata: Machina Silvaria (Maquina Silvaria), el Mundo de las Creaciones Plateadas

#5, Blanco: Paradisos (Paraísos), el Mundo de Blanco Sagrado

Habitantes de los otros mundos llamaban al nuestro Azur Étoile. Normalmente, los mundos nunca interfieren los unos con los otros, y por un largo tiempo, los humanos ni siquiera supieron que había otros mundos allí afuera. Khaos Schwartz cambio todo eso.

16 años atrás, cuando Yukihime y yo nacimos, La primera guerra de Otherworld tomó lugar. Entonces, nueve años después, los padres de Yukihime murieron en la segunda guerra de Otherworld. Khaos Schwartz invadió nuestro mundo y empezaron ambas de esas guerras.

Hasta donde yo sabía, solo las personas de Azur Étoile, Khaos Schwartz, y Semuleice viajaron a otros mundos. Los mundos cuatro y cinco no se contactaban en absoluto con el exterior. Semuleice era un mundo amistoso con el que estábamos en buenos términos, mientras que Khaos Schwartz era el único mundo que había invadido alguno de los otros mundos. Encima de eso, los hombres quienes asesinaron a mis padres aparentemente eran también de Khaos Schwartz. Sin embargo, no había forma de identificarlos. Esa noche fue oscura, y ni siquiera había visto el rostro de los asesinos.

Khaos Schwartz era un mundo que tenía una significativa cantidad de países y fuerzas diferentes. Las personas quienes iban a visitarnos ahora podrían ser de una fuerza completamente diferente de la que pertenecían quienes asesinaron a mis padres, pero aun había una oportunidad de que ellos pudiesen estar conectados de algún modo.

Yukihime y yo, ambos perdimos a nuestros padres a manos de gente de ese mundo. No teníamos ninguna historia con el resto de mundos, pero las cosas eran diferentes con Khaos Schwartz.

«…¿Por qué desean tener una reunión tan de repente? Debe haber alguna razón. ¡Nada como esto había pasado nunca!»

«Muy bien… Solo relájate y escúchame. Khaos Schwartz, ellos…»

«¿Qué?»

Por un momento, hubo silencio. Luego, Yukihime continuó. «Ellos quieren que les cedamos a la Ruinmaker… Towa.»

«¿Estas bromeando? ¡Eso es una locura!»

«Deben estar en serios problemas. De otro modo, nunca harían tal loca demanda.»

«…Maldición. ¿Que han dicho las Siete Casas?»

«Algunos de ellos fueron los suficientemente estúpidos para solicitar que entreguemos a Towa silenciosamente. Incluso poniendo sentimientos personales a un lado, no había forma en que nosotros solo la entregáramos a ellos. No importa cuánto clamen que ellos se encargarían de ella. Si fuera a ser usada en una guerra, no se puede decir nada de lo que podría pasar, y además, si ellos la toman… podrían nunca devolverla.» Ella continuó. «Pero, sobre todo, para nosotros, perder a Towa significaría perder una fuerza militar crucial. Si le entregamos nuestra arma más poderosa, estamos básicamente invitando a nuestros enemigos a que vengan a atacarnos.»

Ella está en lo cierto. Ella está en lo cierto, pero…

«…Lo siento. No hay manera en que entregue a Towa a nadie,» ella añadió

«Ya sé eso…»

Towa era un arma, pero me reusaba a verla de esa forma. Sí, ella es extremadamente poderosa, pero ¿y qué? ¡Eso solo significa que necesito volverme lo suficientemente fuerte, así no tendremos que necesitarla nunca más! Ese era el tipo de fantasía que estaba persiguiendo. Sé que necesito prepararme… Sé que debo rendirme en esto, pero…

«Pero Kokuya, necesitamos pensar de manera realista esta vez.»

Yukihime…

«Esto podría conducirnos a una guerra. Y si eso sucede, podríamos necesitar usarla.»

Ella me enfrentó con la verdadera realidad que no quería encarar.

«Nada está escrito en roca todavía. Todo depende de cómo vaya la reunión mañana. Pero hay una alta posibilidad que las cosas se vuelvan como dije, así que quiero que te prepares… para que puedas tomar la decisión correcta cuando llegue el momento.»

«Bien, lo haré,» dije.

«Siento que tengamos que discutir esto.»

«…Está bien. No es tu culpa.»

«Puede ser así, pero aun desearía no tener que decirte estas cosas a ti. Sé lo mucho que atesoras a Towa…»

«Gracias por pensar en mí… En verdad estoy agradecido que tú te volvieras la guardiana de Towa. Gracias, Yukihime.»

Era un poco embarazoso decirlo, pero esos eran mis verdaderos sentimientos. Tienes que ser honesto con cosas con estas.

«…¿Por qué actúas tan extraño repentinamente?» Yukihime se sonrrojó.

«Claro que no. Solo estoy diciendo, si alguien más egoísta estuviera en tu posición, ellos podrían haber dicho ‘necesitamos pelear para prevenir una guerra’ y eso hubiera sido todo, ¿cierto? Yo fácilmente puedo imaginar a una persona diferente actuando así si ellos obtuviesen control sobre Towa. Quiero decir, las personas más fuertes son unos idiotas, ¿cierto?»

«…Uh, hmm. ¿Eso significa que ahora te das cuenta de cuan asombrosa soy? Te tomó bastante tiempo.»

«Si solo no dijeras cosas como esas, podría haberme dado cuenta mucho antes…»

«…C-Cállate.»

«Lo siento, no se puede evitar.»

«Podrías al menos intentarlo. De cualquier forma, gracias a ti también.»

«¿Por qué?»

«P-Porque… estoy contenta de que alguien como tú sea el hermano mayor de Towa, y…» Sus palabras causaron que se avergonzara y que se detuviera un momento, pero ella continuó. «De que tú seas el Finalfist (puño final), el único quien puede usarla.»

El Finalfist era el titulo dado a la persona compatible con la Ruinmaker. Nadie en realidad sabía como los Ruinmaker eran concebidos o como ellos funcionaban, pero todos los mundos tenían uno, y todos eran mujeres. Esto era aparentemente porque hace tiempo en la época donde ocurrieron los mitos, una diosa llamada Ruin (ruina) tomó la forma de una chica y empujó al mundo al borde de la destrucción. Eventualmente, ella fue sellada, y su alma fue dividida en cinco partes diferentes.

No había rastros de esa época que pudieran ser encontrados en nuestro mundo, pero los mitos acerca de la existencia de Ruin existían en Khaos Schwartz y Semuleice. La diosa Ruin había aparecido en forma de una chica, además, solo chicas podían llegar a ser recipientes para las partes de su alma. Ella poseía muchos grandes poderes, y cada Ruinmaker podía usar parte de ellos.

Se decía también que Ruin había sido sellada por un héroe con un brazo protésico conocido como el Finalfist, un ‘puño capaz de terminarlo todo.’ Algunas personas dudaban de las leyendas que fueron registradas en documentos de otros mundos, pero era claro que las Ruinmaker existían, lo que probaba que no todo era fantasía.

Towa tenía injertada parte del alma de Ruin y ganó el poder de destruir el mundo. Ella era la Ruinmaker, el arma más poderosa, y yo su Finalfist, el único quien podría utilizarla mejor.

La noche cuando nuestros padres fueron asesinados, Towa había despertado como la Ruinmaker, y una voz resonó dentro de mi cabeza. Dado que me había alentado a matar, me imagino que probablemente fuera la voz de Ruin, quien vive dentro de Towa.

Y entonces, yo había pedido prestado poder de Towa y asesinado a uno de los asesinos. Asesinar en realidad no me hacía sentir nada. Yo simplemente usaba el inmenso pode estelar de la Ruinmaker para borrar una vida humana. Pero a pesar de mi insensibilidad, la verdad continuaba en mi mente. Yo había usado a mi hermana menor para asesinar a alguien.

Ese era mi pecado, mío solo, y yo estaba preparado para soportarlo por el resto de mi vida. Nunca desee poner ningún tipo de responsabilidad sobre ella. No quería usarla en otra batalla, pero parecía como si no tuviera opción esta vez.

Yukihime continuó. «Si la Ruinmaker hubiera caído en las manos equivocadas, podría haber sido desde el mejor método de protección del mundo hasta la peor de las armas de destrucción masiva que nuestro mundo nunca habría visto. Las cosas fácilmente se habrían torcido en cualquier momento.»

Los Phanatics habían estado intentando empujarnos para llegar justamente a la segunda situación, pero fallaron. Porque ella nos salvó. La chica sentada en frente mío nos salvó a todos por su cuenta.

«Como sea, es bueno saber que ambos nos sentimos agradecidos el uno con el otro. Por ahora, sin embargo, necesitamos enfocarnos en lo más importante en este momento,» dije.

«Sí…»

«¿Hablaste con Towa?»

«No estaba dicho que podría pasar hasta este punto. Yo quería hablar acerca de esto contigo primero.»

«…Debemos apresurarnos y decírselo entonces.»

No había forma en que yo pudiera usar a Towa en una batalla sin dejárselo saber primero. Yo necesitaba decirle la verdad. Hacía que me sintiera mal del estómago, pero sabía que no había otra forma.

Con mi mente recuperada, deje la oficina de la directora.

*

«Yo quiero pelear también.»

Esa fue la primera cosa que Towa dijo después que le transmití las noticias. «No quiero solo ser protegida todo el tiempo…»

» P-Pero Towa…» dije.

«Sin peros. ¿Piensas que solo voy a esconderme en algún lado y pretender que nada está pasando mientras Yukihime resulta herida?»

«P-Pero…»

Sin peros. Towa estaba en lo correcto. Deseando mantenerla fuera de peligro no era nada sino egoísmo, y no la convencería. Aun así yo seguía queriendo hacer que ella no pelee… incluso si significaba poner al mundo entero en peligro. Para mí, mi hermana menor era más importante que el mundo por sí mismo.

«Hermano…»

«…¿Sí?»

«Yo creo en ti. Por eso deseo que me uses para proteger el mundo, junto con Yukihime.»

«Parece que Towa se preparó a sí misma para esto, incluso más rápido de lo que yo lo había hecho. Ella luce muy firme en su resolución también,» Yukihime dijo.

«Supongo…» Towa observó a Yukihime, revelando una sonrisa afligida, y dejando salir un suspiro en exasperación. «Por diez años, no he hecho más que dejar que me protejas… siempre me dije a mi misma que cuando un momento como este llegara, no iba a huir lejos. He estado lista por los pasados nueve años…»

Durante nuestro tiempo con los Phanatics, Towa y yo nos volvimos el objetivo de los otros estudiantes. Los nuevos siempre son los escogidos, y si no tenías el coraje para hacer algo acerca de ello, terminarías convirtiéndote en un juguete. Fui capaz de usar mi fuerza para hacer que los otros me acepten, pero las cosas fueron diferentes para Towa. De alguna manera, ellos habían oído un rumor acerca de los poderes de Towa, decidieron hacerla sacarlos usando el miedo. Nadie sabía cómo activar sus poderes, así que ellos solo continuaban intentando asustarla una y otra vez.

Había otros quienes la querían por razones sexuales. Ellos iban detrás de mí, también. Edad y género no significaba nada para esa gente, y un inesperado gran número de ellos tenían preferencias sexuales retorcidas. Algunos de ellos se excitaban por la visión de una niña de 5 años de edad – la edad de Towa en ese entonces. Yo luché contra todos ellos, e incluso herí a algunos de ellos hasta el punto de que ellos nunca serían capaces de cometer ninguna otra atrocidad.

Los Phanatics eran nada más que un grupo de degenerados. Tuve un duro tiempo creyendo que algunos de ellos fueran incluso humanos. Había algunas personas decentes también, por supuesto, pero ellos siempre morían primero. Nadie era capaz de retener su cordura mucho tiempo.

«Quiero ir a casa… extraño a Mamá y a Papá…»

Sigo soñando acerca de ello – Towa me observó atentamente a los ojos, diciendo lo mismo una y otra vez. Incluso si yo estaba despierto o durmiendo, Towa solo continuaba llorando.

Y por supuesto, yo juré protegerla. Juré matar a las personas que nos hicieron eso – las personas que asesinaron a nuestros padres.

«Hasta ahora, no he hecho nada más que dejar que me protejas… ahora es mi turno de ayudarte, hermano,» dijo Towa, mirando hacia a mí mientras ella continuaba hablando. «Si no puedo ayudar en momentos como este, entonces ¿para que estoy aquí? ¿Por qué siquiera obtuve este poder en primer lugar? Al menos déjame creer que estoy dando este poder para ayudar en momentos como este.»

«…Bien.» Mo podía huir nunca más. Es tiempo de actuar. «Pero no hagas nada precipitado. Esa es la única cosa que tu hermano mayor no te permitirá, ¿entiendes?»

 

Parte 3

Era 22 de diciembre – el día de la reunión. La escuela había sido cancelada, dado que los dos enviados de Khaos Schwartz estaban viniendo a reunirse con nosotros justo en nuestra propia Academia Puerta Estelar. A parte de por el estatus de ser la mejor academia de magia estelar, la escuela administraba las cuatro puertas estelares subterráneas, que conectaban nuestro mundo con los otros. Una de ellas dirigía a Khaos Schwartz, y dos enviados vendrían de ella en cualquier minuto.

«Hermano, Yukihime… sean cuidadosos. Y regresen sanos y salvos,» dijo Towa.

«Lo haremos,» le respondí.

«No te preocupes. No tendremos que enfrentar ningún otro peligro hoy. Estaremos devuelta pronto,» Yukihime añadió.

Después que Towa nos viera partir, nos dirigimos hacia la academia. Habíamos caminado este sendero tantas veces, aun así ahora se sentía extrañamente desconocido. Una vez que llegamos, nos encaminamos directo a la larga torre dentro del campus, donde el Consejo de las Siete Casas usualmente se reunía.

«Kokuya, detente.»

«¿Q-Qué pasa?»

«Necesitamos ir y reunirnos con los enviados de Khaos Schwartz antes de ir a la sala de la reunión. Sígueme. Eres mi guardaespaldas hoy, ¿recuerdas?»

«Entendido, Directora.»

Con eso, nos dirigimos al sótano de la academia, que albergaba las Puertas Estelares.

(NT: Ah, por eso el nombre de la academia.)

«Este lugar siempre me da escalofríos,» murmuré.

La habitación tenía una atmosfera inusual. Era una grieta, una ruptura que existía entre mundos. Profundo dentro de la más negra oscuridad, podía ver estrellas distantes brillando. Lucía como el espacio exterior. Irrumpiendo a través de la oscuridad estaba un camino de piedra blanca, y más allá de eso cuatro puertas. Nadie sabía quién había creado todo esto, o cuando.

Desde la derecha se encontraba una Puerta Negra, que conducía a Khaos Schwartz. Al lado la Puerta Arcoíris, que conducía a Semuleice, luego la Puerta Plateada, que conducía a Machina Silvaria, y finalmente la Puerta Blanca, que conducía a Paradisos.

Repentinamente, sentí una gran cantidad de poder estelar emanando de la Puerta negra en la derecha.

«Aquí vienen,» musitó Yukihime.

Mientras miedo atravesaba mi cuerpo, tomé un profundo respiro. Un sonido ominoso (siniestro) hizo eco, la puerta se abrió, y de ella emergieron dos personas vestidas de negro.

Una de ellas era una mujer. Ella tenía un cabello purpura que caía hasta sus hombros, con una trenza extra en la espalda que resbalaba hacia abajo como una cola. Sus ojos caídos lucían calmados, y había un lunar debajo de su ojo izquierdo.

También observé sus voluptuosos pechos mientras parecían escaparse de su profundamente revelador traje. Las personas de ese mundo están realmente locas… ¿qué tienes que comer para tener los pechos así de grandes? Lucen como si ella tuviera una medida de al menos 90 cm

Ella tenía un tatuaje en su pecho izquierdo, y estaba usando una larga falda con un corte lateral que llegaba hasta su cintura, revelando un poco del liguero que usaba debajo. Todo acerca de ella era tan sexy, incluida esa sonrisa confidente (segura de sí misma) en sus labios.

Al momento en que me vio, se me acerco. «Ara, ara, ¿no eres una lindura?» dijo eso, luego de repente me abrazó.

«¡¿Gggh?!» N… ¡No puedo respirar! ¡Por culpa de sus tetas…!

«¡Hey, ¿qué están haciendo?!» Una vez que Yukihime gritó eso, la mujer me dejó ir y comenzó a mirar con unos ojos vacíos hacia ella.

Luego, esa amable sonrisa regresó a su rostro. «Oh lo siento. Es solo que no puedo resistirme a los niños. ¿Quieres uno también? (un abrazo)» Ella observó a Yukihime y abrió sus brazos.

«…No, gracias,» respondió Yukihime.

Esto está desenvolviéndose muy diferente de cómo lo había imaginado. Pensé que vendrían cara a cara con dos aterradoras y hostiles personas… pero esta lucía como una sexy, mujer mayor.

El otro enviado parecía ser un chico cerca de la edad de Towa. Tenía una cabellera larga y rubia, y una marca negra que lucía como un relámpago cerca del centro de su frente. Él también tenía aretes en forma de rayos, un tatuaje con forma de rayo sobre su ojo izquierdo, y estaba vestido con un uniforme militar.

«¿Son ustedes los dos enviados de Khaos Schwartz?» Preguntó Yukihime.

«Sí, eso es correcto. Yo soy…» Mientras la mujer comenzaba a responder, ella fue interrumpida.

«Por supuesto que lo somos. ¡¿Quienes mas podríamos ser?!» El chico gritó con un tono irritado.

Primero, Yukihime y yo estuvimos sorprendidos por esa réplica.

«Umm… Tal vez la magia estelar de traducción no funciona apropiadamente.» (NT: y yo estudiando cuando podía usar magia.) Yukihime intentó ignorarlo, pero el chico continuó.

«¿De dónde piensan que Grom acaba de salir? De la puerta que conduce a Khaos Schwartz, por supuesto. ¿O están confundiendo a Grom con un pedazo de basura Semuleice? ¿Son todos en Azur Étoile así de estúpidos?»

Sí, probablemente no tenía nada que ver con la magia estelar de traducción.

«Tú eres el único estúpido aquí!» la mujer gritó, entonces balanceó su puño que usaba un guante blanco hacia la cabeza del chico. «Perdón por la tardía presentación. Yo soy Elemia Argyros, una de los Siete Caballeros Oscuros (Wicked Knights) quienes sirven directamente al Señor Redge, el Emperador Oscuro quien gobierna el Imperio Granz, la capital del reino humano de Khaos Schwartz. Y este…» Ella sujetó la cabeza del chico y la levantó. «Adelante, diles tu nombre.»

«…Grom Eguleil, del mismo lugar,» dijo el chico refunfuñando.

«Yo soy Yukihime Yukigane, Directora de Azur Étoile.»

Elemia interrumpió. «Aquí, la representante de su agencia de protección y magia estelar actúa fácilmente también como la representante de su mundo, ¿correcto? Que extraño.»

«¿Es por eso por lo que estos dos niños están aquí? ¿Entonces no es esto una broma? ¿Ella en verdad los representa? Grom pensó que ellos solo estaban intentando insultarnos.» Después de que Grom habló, un ruidoso ‘wham’ sonó mientras otro de los poderosos puños de Elemia colisionaba con su cabeza.

Elemia aclaró su garganta. «¿Quién es el otro niño?»

«Kokuya Kurono, mi guardaespaldas,» respondió Yukihime.

«Ooh, ¿así que su nombre es Kokuya?» Elemia miró con atención a mis ojos, y yo rápidamente evité los suyos… directo a su profundo escote. Se sentía como si pudiera sumergirme en él.

«…¿A dónde estás mirando?» Susurró Yukihime, luego me dio un golpe tan rápido como el rayo en la cabeza.

Yo había pensado que ellos estaban actuando muy casuales para ser dos enviados que tenían el peso de su mundo sobre sus hombros, pero supongo que mi capitana no era muy diferente.

Solo ríndete, capitana. No eres competencia para un pecho de un mundo como ese no importa lo que intentes. No te lo tomes personal.

«Así que, ¿deberíamos hablar?» preguntó Elemia.

«Los guiaré a la sala de reuniones. Pero antes de eso… ¿puedo tomar sus armamentos estelares, como acordamos antes?» contestó Yukihime.

«Oh, cierto… armamento estelar, ¿era este? Tee hee…» Elemia nos dio una sonrisa suspicaz. «Liberation – Sand Scorpios.» (Escorpión de Arena)

En la mano de Elemia apareció una plateada espada con hoja ancha, que ella dio a Yukihime. Ambas partes habían acordado mantener sus armas fuera de la sala de reuniones. Si los magos estelares tenían acceso a sus armas, todo tipo de emboscadas podrían ser posibles.

«Tú también,» le dijo Yukihime a Grom.

«¿Qué? No. Grom vino aquí como su guardaespaldas, después de todo. No te preocupes, Grom será agradable y pacífico tanto como ustedes no intenten nada estúpido. Hombre, esto va a ser tan aburrido…» Grom me fulminó con la mirada. Grom era bajo y lucía muy joven, no obstante su mirada revelaba un cosquilleo de malicia. «Tú puedes mantener tu arma también. Estamos haciendo esto como cortesía, ¿cierto? Quiero decir, ustedes podrían esconder soldados por todo este lugar si realmente quisieran. Aunque Grom sería capaz de asesinarlos a todos ellos rápidamente…»

El chico ciertamente tenía un punto. Incluso aunque no hubiésemos planeado nada como eso, él tenía razón. Nosotros pudimos prometer que no teníamos la intención de pelear, pero aun había muchos otros magos estelares acechando en nuestro mundo. Aun así, él tenía mucha confianza. Me imagino que probablemente poseía suficiente poder estelar para mantener alta su arrogancia.

Khaos Schwartz estaba dividida entre dos razas rivales que estaban situadas en una furiosa lucha: Humanos y Monstruos. A diferencia de Azur Étoile, los magos estelares de Khaos Schwartz siempre estaban en guerra. Las dos únicas guerras de magos estelares que habíamos experimentado habían sido la segunda guerra Otherworld nueve años atrás y la primera guerra Otherworld 16 años atrás. Mi generación comenzó a entrenar después de que la segunda guerra terminara, cuando la academia comenzó a reunir magos estelares para prepararse para la siguiente guerra. Nosotros nos volvimos magos estelares durante tiempos de paz, así que no sabíamos cómo era la guerra en realidad.

En las pasadas dos guerras, habíamos peleado contra Khaos Schwartz. No los dos parados en frente de nosotros justo ahora, pero una diferente fuerza de su mundo nos había atacado. El enemigo no se lo había tomado en serio, sin embargo. Ellos solo se imaginaron que Azur Étoile sería un mundo fácil de conquistar. A pesar de eso, nuestros magos estelares habían luchado desesperadamente con el fin de proteger nuestro mundo.

Khaos Schwartz tenía muchos más magos estelares que nosotros. Su fuerza militar era superior a la nuestra. Si intentábamos pelear con ellos de frente, nosotros seguramente perderíamos. Su mundo simplemente estaba en un nivel diferente en cuanto a términos de poder. Ellos tenían sus propios problemas con los que lidiar. Con su mundo siempre en guerra, ellos nunca serían capaces de desplegar todo su poder en todo un ataque contra nosotros. Básicamente, si ellos peleaban contra nosotros con todo lo que tenían, nosotros perderíamos. Pero dado que eso probablemente nunca iba a pasar, siempre teníamos una oportunidad de sobrevivir. Este conocimiento era una combinación de lo que yo había aprendido en mi tiempo con los Phanatics, y lo que Yukihime me había enseñado.

«Bueno entonces, ¿deberíamos dirigirnos a la sala de reuniones?» Preguntó Yukihime, mientras poníamos la Grieta detrás de nosotros.

*

Mientras la reunión comenzaba, Grom y yo permanecimos fuera de la sala. Cerca de nosotros estaban la Snowbloom de Yukihime y el arma de Elemia.

«…Hey, tú. ¿Cuál era tu nombre?»

«…Kokuya.»

«Cierto. Kokuya, Kokuya. Bien, Grom probablemente lo haya memorizado… Hey, Kokuya. ¿Qué piensas que va a pasar aquí?»

«¿De qué estás hablando?»

Grom sonrió mientras me miraba. «Tú sabes, ¿ustedes van a terminar esto peleando contra nosotros?»

«…Eso depende de ustedes.»

«¡Esa es la línea de Grom! ¡Todo esto podría terminar si ustedes solo nos entregaran a la Ruinmaker!»

Niño estúpido

«Ustedes Azur Étoilianos son tan engreídos. ¡Débiles como ustedes deberían solo hacer como han dicho!»

«Si somos tan débiles, ¿entonces porque quieren robar nuestra arma?»

«¿Por qué Grom necesita explicar eso a alguien como tú? Elemia probablemente ya está explicándolo adentro… hombre, esto es tan aburrido. ¡Hey, vamos a pelear!»

«¿Para que siquiera has venido aquí?»

«¡Grom ya te dijo! ¡Grom es lo mismo que tú! ¡Un Guardaespaldas! Guar-da-es-pal-daaaaasss…»

«Entonces solo cállate y espera a que terminen de hablar.»

«¿Aunque qué van a hacer? ¿Ustedes van a entregarnos a la Ruinmaker o qué?»

«Eso es lo que están discutiendo adentro.»

«Tú no eres solo cualquier tipo, ¿o sí? Tú al menos debes saber algo. Mejor díselo a Grom, o Grom podría ponerse un poco salvaje aquí…»

«…Nosotros nunca vamos a entregarles a la Ruinmaker.»

En el momento que dije eso, la sonrisa de Grom se amplió aún más.

«…¿Con que sí? Ah bueno. Si ustedes ponen resistencia, nosotros solo la robaremos por la fuerza, y luego será el momento de jugar. Entonces Grom se pondrá a jugar contigo, Kokuya.»

Las palabras de Grom enviaron miedo a mi corazón. Él era un asno, pero yo podía sentir algo de peligro en sus palabras. Él no iba solo a soltar palabras sin sentido. Él tenía la mordida para respaldar su ladrido.

Mientras yo le observaba de vuelta, sentí como si él y yo estaríamos obligados a enfrentarnos eventualmente.

*

Después de la reunión, Yukihime tenía una tonelada de cosas que hacer, así que la seguí por los alrededores. El sol se había ocultado antes de que llegáramos a casa.

Básicamente, las negociaciones habían fallado. Nosotros intentamos proponer alternativas y compromisos para su demanda de que le entregáramos a la Ruinmaker, pero ellos rechazaron todas. Khaos Schwartz estaba en estos momentos atascada en una poderosa lucha entre humanos y monstruos. Originariamente, los humanos habían poseído a la Ruinmaker de Khaos Schwartz, pero cuando los monstruos se las arreglaron para robarla, los humanos habían caído en un severo peligro. Ellos necesitaban otra Ruinmaker con el fin de voltear la situación.

Justo como Yukihime dijo ayer, si ellos toman nuestra Ruinmaker, nuestro mundo perdería una gran cantidad de su fuerza, y nos volveríamos incapaces de protegernos a nosotros mismos de invasiones de otros mundos, incluso si yo ignoraba cuan preciada era Towa para mí, ella seguía siendo vital para la seguridad de nuestro mundo. Nosotros no podíamos aceptar sus demandas, pero ellos no podían retroceder, tampoco… lo que significaba que la única cosa que quedaba por hacer era pelear.

Nunca voy a olvidar la sonrisa de oreja a oreja que vi en el rostro de Grom después de que la reunión terminara y Elemia le dijera lo que había pasado.

«Sabía que jugaría contigo pronto.» El afinó su mirada y me dio una sonrisa que era tan inocente como sádica.

 

Parte 4

A diferencia de la Tierra, Khaos Schwartz era un mundo que había sido dividido en dos. Elemia actualmente permanecía en la sala de reuniones en el Castillo Strahl, el cual actuaba como el centro del Imperio Graz. Era la fortaleza más importante que poseía la humanidad.

«Parece que procederemos con su plan como habíamos programado, Señor Redge,» dijo Elemia, mientras terminaba su reporte. El hombre de cabello plateado con el que ella habló era el que gobernaba el imperio y comandaba su mejor arma, los Siete Caballeros Oscuros. Su nombre era Redge Firimento, también conocido como el Emperador Oscuro.

«Los otros caballeros siguen afuera en sus misiones, pero ningún problema ha surgido hasta ahora. ¿Puedo encargarme del plan?» Preguntó Elemia.

«Bien.»

«Como usted desee mi Señor,» dijo Elemia, luego dejó la habitación.

Una vez solo, el hombre murmuro en silencio. «…Tan cerca.»

Memorias de cierta noche diez años atrás llenaron su mente. Él vio imágenes de su mentor, el que había jurado superar, derrumbarse ante sus ojos. Él vio una habitación oscura, un niño pequeño, y un arma plateada envuelta por una luz plateada – la Ruinmaker.

Su poderosa y determinada voz se deslizo suavemente a través de la oscuridad. «…No voy a fallar de nuevo.»

 

Parte 5

El 23 de diciembre, el día después de la reunión, Yukihime, Towa y yo permanecimos en la segunda arena de la academia. Nuestra arena usual tenía varios escenarios y campos en ella, pero este lugar era una gran esfera, y de unos mil metros de ancho de un extremo a otro. Nosotros podíamos probablemente incluso jugar béisbol dentro.

Khaos Schwartz nos dio un día para finalizar nuestra respuesta, pero Yukihime dijo que ella ya había tomado su decisión. «Nunca vamos a entregarles a Towa, no importa que. Lo que significa que no tenemos otra elección más que pelear.»

Afortunadamente nuestra Directora no era una cobarde. Aparentemente, las otras cabezas de las Siete Casas priorizaban su seguridad inmediata y sugerían entregar a Towa tan rápido como sea posible.

Vinimos a la Arena #2 para así poder practicar usando los poderes de Ruinmaker de Towa… a pesar de eso era más como una rehabilitación.

Towa despertó como la Ruinmaker diez años atrás. Habían pasado nueve desde la última vez que usé los poderes de Towa, así que estaba preocupado acerca de si seguiría o no siendo capaz de usarlos en toda su extensión. Yo necesitaba usar el pequeño tiempo que tenía para reaprender como usarlos apropiadamente. Dado que la Ruinmaker tenía la intención de protegernos, yo era el único capaz de usarla en las situaciones actuales. Nosotros nunca nos encontramos en ningún peligro serio en los pasados nueve años, y yo esperaba que la paz continuase para siempre.

La última vez que usé a Towa hace nueve años, yo había estado luchando contra Yukihime. Las siete casas habían decidido detener y arrestar a toda la Organización entera de los Phanatics, y Yukihime tomó parte en el asalto. A pesar del hecho de que ella todavía tenía siete años de edad, ya estaba cerca de convertirse en la maga estelar más fuerte del mundo.

En ese entonces, el hombre quien nos había tomado me dijo que mientras permaneciera con los Phanatics, yo tendría una oportunidad de encontrar al otro asesino y obtener mi venganza, y yo le creí… incluso a pesar de que también esperaba que los Phanatics fueran aplastados más allá de cualquier reconocimiento. Decidí que una vez que completara mi objetivo, solo me encargaría de aplastarlo por mí mismo. Pero sabía que tenía que continuar usándolos hasta que complete mi objetivo, así que cuando Yukihime vino a destruirnos, no tenía otra opción más que pelear contra ella.

Yo pelee contra ella, y…

«Hey, Kokuya… te he derrotado mil veces, y…» Yo sabía que iba a decir a continuación. Pero ella estaba equivocada. «Tú me has derrotado una vez, cierto.»

«Tienes que estar bromeando. Esa vez no cuenta.»

Yo había derrotado a Yukihime solo una vez antes – un buen tiempo atrás, la primera vez que nos conocimos, yo la derroté usando el poder de Towa. Solo gané porque hice equipo con Towa. Había sido el poder de la Ruinmaker el que ganó la batalla, no solo yo. En lo que a mi concierne, yo había perdido contra Yukihime mil veces, y eso era todo.

«Si insistes. Eso no cambia la verdad – Tienes el potencial de volverte más fuerte incluso que la persona más fuerte de este mundo.»

«De una forma u otra, necesitamos ese poder ahora. Necesitamos asegurarnos de que podemos hacer esto, por el bien de nuestro mundo.»

«Sí… ¿Lista, Towa?»

«Mm… estoy lista, hermano.» Towa extendió su mano derecha.

Después de remover a Braveright, mi brazo protésico, sujeté la mano derecha de Towa con mi izquierda. La Ruinmaker no necesitaba ser liberada, y era similar a un armamento estelar permanente como mi Braveright, excepto que su nombre necesitaba ser recitado justo igual que Chronoslayer y Snowbloom con el fin de desatar su poder.

Sujetando la mano de Towa, abrí mi boca. «Liberation – Ruinmaker.»

Instantáneamente, una hipnotizante aura dorada cubrió el cuerpo de Towa. Su contorno desapareció, ella desapareció, y su cuerpo se desplazó dentro de la luz que formó mi nuevo brazo derecho. Lucía igual que Braveright, excepto por una pequeña diferencia: una línea dorada el color del poder estelar de Towa, corriendo desde el centro del brazo de plata.

Ruinmakers eran armamento estelar que pertenecían a la categoría humanoide dios anti estelar. Eran las únicas en esta categoría. Y cada mundo tenía su propia única Ruinmaker. No tenía idea que clase de habilidades poseían las otras Ruinmakers, pero yo podía transformar a Towa en cualquier arma que deseara. Ella se volvía tan fuerte como yo deseara que fuera, pero había una limitación: yo podía solo transformarla en la forma de un arma que hubiese usado antes.

Esa había sido la única excepción. La primera vez que la use, yo repentinamente desee un nuevo brazo derecho para reemplazar al que había perdido, y Towa había concedido ese deseo. Incluso aunque no tenía idea de cómo usarla, me las arreglé para inconscientemente activar el poder de Towa en la noche que nuestros padres murieron asesinados.

Transformarse en armas no era lo único que Towa podía hacer, sin embargo – de hecho, su otra habilidad era su fuerza principal. Cuando ella se transformaba en un arma, Towa ganaba una masiva cantidad de poder estelar total, mucho mayor que el que pudiese incluso desear generar – y dado que nunca se agotaba, ella podía usar un montón en un solo ataque. Lo que permitía que ella cubriera fácilmente mis debilidades: mi déficit de poder y mi resistencia.

«Parece que me las ingenié para hacerlo.» A diferencia de la primera vez que la usé, no escuché la voz sedienta de sangre en mi cabeza esta vez.

«Ha sido tanto desde que habíamos hecho esto… se siente algo extraño.» Detrás de mí, Towa apareció en un semitransparente estado de fantasma. Con su cuerpo transformado en un arma, ella no era nada más que poder estelar puro.

Moví mi mano hacia los flotantes pechos de Towa. Entonces justo cuando mis dedos estaban a punto de tocar su voluptuosa silueta, ellos pasaron a través de ella.

«…¿Qué estás haciendo hermano?»

«Sí, ¿qué estás haciendo?» Yukihime intervino.

«Uhh, pensé que podía ser capaz de tocarla… supongo que no.»

«Deja de hacer el ridículo y continua con el siguiente paso.»

«¿El siguiente paso?» Yukihime se movió frente a mí y se dio la vuelta.

«Pelear. ¿Por qué piensas que estamos aquí?»

«¿Tengo que pelear ya? Es tan repentino…»

«No tenemos tiempo para dejarte volver lentamente al ritmo que van las cosas, ¿ahora empezamos?»

«…supongo que no.»

«Liberation – Snowbloom.» Yukihime sujetó su espada azul. «Aquí voy.»

«Adelante.»

Yukihime balanceó su brazo izquierdo hacia abajo, y una andanada de carámbanos salió disparada hacia mí. Se estaban acercando rápido, y no había manera en que pudiera esquivarlos a todos. Yo impulsé mi espada doble en frente de mí y comencé a girarla rápidamente. Mientras comenzaba a desviar los carámbanos, aceleré mi cuerpo y mi mente.

Al momento que intenté acercarme, Yukihime creó un gran circulo estelar. Del que salió un pesado bloque de hielo, preparado para deslizarse hacia mí como un tren. Podía esquivarlo por los costados, pero el pensamiento apenas cruzaba mi mente mientras carámbanos venían disparados desde el suelo por ambos lados. Estaba siendo atacado por tres direcciones diferentes al mismo tiempo. Pensé en saltar hacia atrás, pero no sería capaz de escapar del bloque de hielo en esa dirección. Saltar encima por encima de su nivel estaba fuera de cuestión, dado que sería incapaz de moverme cuando estaba en medio del aire. Lo que significaba…

Infundí poder estelar en mi espada doble, giré la empuñadura, y dividí la espada en dos. Cuando balancee ambos lados de las espadas al mismo tiempo, dos cortes dorados salieron despedidos y destruyeron los carámbanos a ambos lados.

Normalmente, este movimiento era imposible para mí, pero el Poder de Towa me libraba de las críticas limitaciones de no tener magia estelar de largo alcance. Me las arregle para destruir los carámbanos a la izquierda y a la derecha, pero quitar pedazos de hielo del bloque de hielo que estaba viniendo desde el frente no me llevaría ningún lado.

Sujeté mis espadas, les imbuí más poder estelar, entonces desplegué uno de los gigantescos cortes de poder estelar que Towa era tan experta creando. Mi ataque colisionó con el bloque de hielo erradicándolo. Ahora podía finalmente moverme hacia Yukihime – Pero ella ya no estaba en frente mío. ¿A dónde fue?

«¡Hermano, sobre ti!» Towa me advirtió.

Yo rápidamente miré hacia arriba y vi a Yukihime pateando un cuadrado panel de hielo. Ella levantó su espada sobre su cabeza, entonces el panel vino surcando el aire hacia mí. Crucé mis espadas sobre mí y me preparé para bloquear el ataque.

Chocamos. En el momento siguiente, Yukihime instantáneamente creo un bloque de hielo detrás de ella y lo usó para saltar devuelta al aire. Ahora ella estaba detrás de mí. Antes de que cualquiera de nosotros pudiésemos darnos la vuelta, empujé mi espada hacia atrás. De la misma forma Yukihime dirigió su espada hacia atrás, bloqueando la mía una vez más. Después de que chocaran a nuestras espaldas, me alejé corriendo para crear algo de distancia, luego balanceé mis espadas y disparé dos cortes al espacio vacío.

Yukihime echó un vistazo de sospecha. Se debe haber visto como si hubiera hecho algo sin sentido, pero esas acciones eran necesarias para la magia estelar que estaba a punto de activar. Yukihime no le vio importancia, y se me acercó corriendo – directo a mi trampa.

«SlashSet* – Release.» (*Tiro cuchillada)

Al momento en que el cuerpo entero de Yukihime entró en la trayectoria que había marcado, recité las palabras necesarias para activar mi magia estelar. De repente, los dos cortes reaparecieron y rebanaron el uniforme de Yukihime.

«…¿Qué?» Yukihime se congeló

Esa fue la decisión correcta. Si ella daba otro paso hacia adelante, ella caería en otra de mis trampas de cuchillas. SlashSet era una magia estelar que me permitía hacer que los cortes reaparecieran donde los había lanzado previamente. Usando mi magia estelar de elemento tiempo, esperé hasta que Yukihime corriera sobre el lugar exacto y deformé el tiempo hacia atrás hasta el momento donde mi corte seguía activado. El poder estelar en mis cortes hacía posible que retuvieran el poder de ataque cuando el tiempo era rebobinado, lo que implicaba que cualquiera parado en ese lugar sería cortado.

«Ese es un movimiento muy astuto para ti.»

«Es todo gracias a Towa.»

Nunca hubiera sido capaz de usar ese movimiento sin ella. Las únicas cosas que podía hacer por mí mismo eran acelerar mi mente para hacer que las cosas pareciesen moverse más lento y acelerar mi cuerpo para hacer que se mueva rápido, además eso me desgastaba. También podía usar Progress Boost, lo que aceleraba la velocidad de carga de mi poder estelar y me permitía lanzar ataques realmente poderosos, pero eso era todo. Todo lo que podía hacer era acelerar mi velocidad y fortalecerme, las más básicas de las habilidades.

«Tengo que moverme cautelosamente o voy a ser cortada de nuevo, ¿cierto? No importa. Ya he pensado en muchas maneras para superar esto,» dijo Yukihime.

«¿Ah sí? Vamos a verlas.»

Yukihime levantó su brazo izquierdo en el aire. «No, creo que las guardaré por ahora y en su lugar solo forzaré mi camino.»

«…¿Por qué harías eso?»

«Porque no estoy ni cerca de dejar que me pruebes.» Su gentil sonrisa envió escalofríos a mi espina dorsal.

En el siguiente instante, sentí un poder estelar sobre mí. Miré hacia arriba para observar un gargantuesco* bloque de hielo – el movimiento que Yukihime usó para derrotarme hace dos batallas.

(*NT: Referencia a Gargantua un gigante, protagonista del segundo libro de la saga Gargantua y Pantagruel de François Rabelais)

La Stardrop, que se ganaba su nombre debido al hecho de que Yukihime dejaba caer un bloque de hielo tan grande como un meteoro.

«¡¿Piensas que eso va a funcionar?!» Con facilidad, disparé un corte sobre mí que destrozó el hielo.

«¿Qué tal esto?»  Repentinamente, un bloque de hielo incluso más grande apareció. ¿Puedo en realidad cortar eso? Dude por un momento.

«¡Solo apresúralo!» La voz de Towa hizo eco.

«Sí.»

Combiné mi espada doble de nuevo y rápidamente la gire varias veces, pero no para acelerar mi cuerpo. Seguí con eso que usualmente hacía para acelerar mi cuerpo, pero me detuve justo antes de que activase la magia estelar. Luego, arrojé mi espada al bloque de hielo. Iba a activar esta magia estelar desde una distancia.

En el momento que mi espada lo atravesó, activé la magia estelar y aceleré el bloque de hielo tan rápido como pude. Esto causó que el bloque de hielo se derritiese. No importaba cuán grande el bloque de hielo fuese, no podría durar para siempre. Si suficiente tiempo pasaba de cualquier forma se iba a derretir, y yo podía hacer que eso sucediese en un abrir y cerrar de ojos con un poco de aceleración. Esto había sido lo que Towa quiso decir con ‘apresúralo’.

Agarré mi espada doble mientras caía, luego me preparé para acercarme a Yukihime de una vez por todas.

«Sabía que ustedes dos me darían una buena pelea… supongo que debo ponerme seria ahora.»

Mientras decía eso, una asombrosa ola de poder estelar emanó fuera de Yukihime. Se sentía como si algo incluso más poderoso que su Stardrop estuviera viniendo… entonces, mientras recuperaba mi postura–

«No puedes bloquear esto, ¿o sí?»

Ella me asestó un golpe. Yukihime permaneció frente a mí con su espada desenvainada. ¿Qué fue lo que me hizo? En el momento que la vi desaparecer, me golpeó. No podía siquiera decir cuando ella parecía haberse teletransportado de un lugar a otro, o cuando ella había atacado.

«Y eso hace mi milésima primera victoria. En términos de pelear contra ti y Towa juntos, tengo mi una victoria y una derrota. Ahh, finalmente… finalmente te derroté.»

«…¿Que fue eso justo ahora?»

Yukihime contestó mi pregunta. Lo que ella me revelo fue una magia estelar tan aterradora, no podía hacer nada más que permanecer atónito.

 

Parte 6

Esa noche, Yukihime y yo nos sentamos el uno frente al otro en la sala de estar. A veces, después de que Towa durmiese, Yukihime y yo nos sentábamos aquí a hablar acerca de las cosas que normalmente no éramos capaces de hablar.

«¿Puedo hacerte una pregunta?» Yukihime habló inesperadamente.

«¿Qué?»

«…Si la persona que mató a tus padres y te corto el brazo tomara parte en esta batalla, ¿desearías matarlo?»

«¿Esa de nuevo? ¿Qué es lo que sabes que yo no?»

«Solo contesta.» Yukihime lucía muy seria.

«…Si tuviera que hacerlo, entonces lo haría. Por ejemplo. Si Towa estuviera en peligro, no duraría ni un segundo.»

«¿Y si no tuvieras que hacerlo?»

«…No lo sé. El viejo yo no hubiera dudado. Esa era básicamente mi única razón para vivir. Pero luego, cuando te conocí, las cosas cambiaron.» Quería decir más, pero tenía problemas poniéndolo en palabras. Eventualmente, el resto saldría poco a poco. «Después de que te conocí, y comenzáramos a vivir juntos, Yo… Yo dejé de tener ese sueño tan a menudo.»

«…¿Ese acerca de tus padres?»

«Sí…»

El sueño acerca de mis padres siendo asesinados. Seguía viéndolo todo ahora y entonces, pero se había vuelto menos frecuente. Cuando era un niño, solía tenerlo cada noche, y hacía que me diera miedo irme a dormir. Era todo gracias a Yukihime, quien me había enseñado otras formas de usar mis poderes además de solo para matar. Ella me enseñó otro camino.

Es por eso que yo

«Yukihime, en verdad estoy agradecido contigo.»

Agradecido. Sí, estoy agradecido.

Todavía seguía sin derrotarla por mí mismo, y hasta que lo hiciera, no iba a permitirme sentir ningún otro sentimiento más que gratitud – por ejemplo, el cariño puro que Nagisaki sentía por ella. No tenía ningún derecho a tener tales sentimientos.

«No te preocupes. Yo no necesito tus gracias…»

«¿Recuerdas lo primero que me dijiste cuando nos conocimos? ¿Que si yo no sabía cómo usar mi poder, debería solo enfocarme en usarlo para proteger a las otras personas?»

Yukihime entendía exactamente cuál era su deber. Ella pertenecía a la Casa de los Yukigane, una de las familias que había construido Ciudad Otherworld y trabajado para protegernos de las invasiones de otros mundos. Yukihime sabía eso desde el momento en que nació, se había convertido en su obligación dedicar su vida a proteger a los demás.

Yo no hubiera querido que nadie decidiera nada por mí – y menos tener algo decidió desde mi nacimiento. Sentía que había un sinfín de factores capaces de influenciar la vida de una persona, como el ambiente en el que creció y sus experiencias. Mi vida entera cambio en una sola noche.

Yo era alguien quien no pudo aceptar su propio destino, mientras que Yukihime era alguien que había aceptado completamente sus obligaciones. No, en realidad parecía como si las anhelase. Ella encontró orgullo en sus obligaciones, y yo estaba envidioso de ello. Ella probablemente ni una solo vez sintió que alguien más había decidido su vida por ella.

«Estoy feliz de ver que has crecido en estos años,» dijo Yukihime.

«Aun así, no entiendo una cosa.»

La primera vez que nos conocimos, pensé que ella era una idiota molesta. Ella actuaba tan alzada y poderosa y sermoneándome en la más insignificante de las cosas. Odiaba como ella siempre seguía hablando acerca de la importancia del honor y de cuán importante era una vida. Hombre, ella me irritaba… porque ella tenía todo lo que yo no. Todo lo que había perdido.

Yukihime dijo que el honor era ella misma, pero que sus padres le habían enseñado a tratar con ello. Yo podía entender a lo que se refería. Incluso aunque no tuviera un deber astronómico como el de proteger el mundo, aun así, había aprendido unas cuantas cosas de mis padres.

«Kokuya. Chico no deberías soltar golpes sobre cualquier cosa trivial.» Me dijo una vez papá después que me metiera en una pelea con un amigo.

«¿Entonces cuando está permitido arrojar golpes?»

«Cuando estés protegiendo algo importante para ti, supongo.»

«¿Cómo voy a saber cuándo sucede eso?»

«Por ejemplo, ¿qué harías si una persona mala atacase a Towa?»

«Sacarles los intestinos a golpes a todo ellos.»

«Ha ha… eso suena un poco peligroso, pero supongo que captas la esencia del mensaje.»

Las palabras de papá seguían en mi corazón. Si el deber de Yukihime era una bendición, entonces mi destino era una maldición – una maldición de venganza. La única razón por la que había querido volverme fuerte era para matar a alguien. Como sea, un tiempo después de que conociera a Yukihime, un evento en particular causó que empezara a dudar de mí mismo.

Un día Towa fue secuestrada. Yukihime y yo inmediatamente fuimos a rescatarla. Yukihime casi pierde la vida en el proceso, pero se las arregló para salvar a Towa. Antes de eso, Yukihime juró proteger a Towa sin importar qué sucediera, pero yo había obstinadamente insistido en que yo debía protegerla por mi cuenta. Ese incidente termino cambiando mi forma de pensar. Me di cuenta de que Yukihime era alguien en quien podía confiar, y tomé un interés en aprender lo que ‘deber’ realmente significaba para ella.

Después, le pregunté cómo ella podía arriesgar su vida por honor, o por alguien que ni siquiera era un miembro de su familia. No podía entenderlo del todo. ¿Es simplemente porque ella nació en ese tipo de familia? ¿Era eso lo que le permitía llegar tan lejos?

«Pero es simple. Después de todo, solo estoy haciendo lo que mi mamá y mi papá me dijeron que haga.»

Los padres de Yukihime participaron en la segunda guerra de Otherworld, pero perdieron sus vida en ella. Ellos derrotaron a un sinnúmero de enemigos, incluidos líderes de la armada invasora, y nunca dejaron de luchar hasta que tomaron su último aliento. Encomendados por su propio deber de proteger, Yukihime respetaba a sus padres desde el fondo de su corazón por haber muerto haciendo exactamente eso. De todo lo que ella hablaba siempre era acerca de que estaba esperando volverse como ellos. Ella quería continuar volviéndose fuerte para así poder pelear y salvar el mundo.

Dado que ella era la única que había salvado a mi querida hermana, y continuó ayudándome a protegerla, hice mi meta llegar a ser como Yukihime. Así que cuando ella decía cosas como esa con tal convicción, procuraba sentirme de la misma forma. Entonces, un día, Yukihime me enseñó un nuevo camino.

Paso cuando aún estábamos en la secundaria. Decidimos hacer una apuesta y pelear entre nosotros. Si Yukihime ganaba, yo tendría que ayudarla a proteger el mundo, y si yo ganaba, yo podría ordenarle a Yukihime hacer algo. Yo perdí, por supuesto.

«Ahora, cumple tu promesa, y ayúdame a proteger el mundo.» Aun podía recordar sus palabras cuando ella ganó. Talvez es gracias a esas palabras que yo no terminé convirtiéndome en un demonio vengador. Venganza y honor, matar y proteger… esos lados estaban siempre luchando dentro de mí.

Algún día, encontraré la respuesta. La alcanzaré, me convertiré en alguien que en verdad este a la altura de caminar a su lado… y entonces…

«¿Algo ando mal? Te pusiste rojo,» dijo Yukihime.

«No es… nada.»

«…¿Estás seguro?»

«Oye, Yukihime…»

«¿Qué?»

«Solo estaba pensando que tal vez no sería tan malo si tuviera que proteger el mundo contigo por el resto de mi vida.» A partir de ahora, la promesa que había hecho era más importante que nunca antes.

«…Ahora eso es lo que me gusta oír. No vayas a cambiar de opinión, sin embargo.»

«No lo haré. Vamos a proteger a aquellos que amamos, sin importar qué.»

«Por supuesto que lo haremos. ¿Con quién piensas que estás hablando?»

«Señorita Yukihime Yukigane, la maga estelar más fuerte del mundo, y Directora de la Academia Puerta Estelar, la organización que resguarda nuestro mundo.»

«Parece que finalmente has aprendido a hablar como un verdadero sirviente.»

«¿Huh? Pero si tú eres mi sirvienta justo ahora.»

«¡¿Perdón?!»

Después de esa conversación volvimos a divagar en nuestras peleas usuales, Yukihime abruptamente dijo. «¿Importa si cambiamos el tema?»

«¿A qué?»

«¿Cuál es tu color favorito, Kokuya?»

«¿Mi color favorito? Uhh… ¿plateado?»

«…¿P-plateado?» Yukihime palideció por alguna razón.

«Uhh, supongo que negro y rojo son geniales, también.»

«¿Rojo?»

«Sí, me gusta el rojo.»

«…¡Oh! Bien, bien. Me gusta el rojo también. Los héroes siempre usan rojo, ¿cierto?

«¿Esta conversación está yendo a algún lado?»

«N-no, uhh, no importa.» Ella era tan mala haciéndose la que no sabía. «De cualquier manera, deberíamos ir a dormir. Una vez que les demos nuestra respuesta, no pasara mucho antes de que la batalla comience. Deberíamos empezar a prepararnos mañana en la mañana.»

Por alguna razón, Yukihime lucía realmente feliz. No estaba seguro de que estaba sucediendo con ella, pero no parecía ser nada malo, así que decidí no entrometerme.

«Bueno… buenas noches, entonces.»

«Buenas noches.»

 

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.