Meiyaku no Leviathan Vol. 05 – Capítulo 5

Capítulo 5: Dolor y Ganancia

Parte 1

La Isla de Viejo Manhattan era el territorio concesión gobernado por el Rey Dragón Hannibal.

A pesar del nombre de «isla», técnicamente hablando, la Isla de Viejo Manhattan era un vasto banco de arena en la desembocadura del Río Hudson. Siguiendo río abajo, uno pasaría por Brooklyn antes de llegar al Océano Atlántico.

Más abajo de la Isla de Manhattan estaba la Isla de la Libertad, cuyo más grande y único atractivo era la Estatua de la Libertad.

La estatua gigante de una diosa sujetando una antorcha era el símbolo de los Estados Unidos de América. Incluyendo el pedestal, la Estatua de la Libertad casi alcanzaba una altura de 100 metros.

Hal y su equipo estaban a la espera; observados por la Estatua de la Libertad, un patrimonio de la humanidad.

Governors Island  también estaba ubicada en el Río Hudson. Con un área diez veces mayor a la Isla de la Libertad, era lo suficientemente grande como para contener un parque temático. En realidad, la isla tenía lugares como praderas, parques y carruseles para uso recreativo de los ciudadanos.

El equipo de Hal se encontraba en una pradera en el centro de Governors Island.

―Hmm. Esperar hace que me impaciente.

―En términos del sentido común dentro del mundo humano, necesitas sonar más impaciente cuando dices eso ―respondió Hal al murmullo de Hannibal, quien estaba en forma humana.

El Rey Dragón rojo estaba reclinándose libremente en una silla preparada por los humanos, dando su comentario con ojos parcialmente cerrados y al parecer de buen humor. Él parecía un poco inquieto y bastante jubiloso. La impresión que Hal tenía era como la de un niño que no podía esperar a que abriera un parque de atracciones.

Los dos estaban sentados con una mesa entre ellos.

Cinco metros detrás de Hal, otros tres humanos estaban presentes. Eran importantes personas del Estado de Nueva York: el gobernador, su ayudante y Christine. Las mismas personas de la última vez.

Actualmente era el 16 de agosto, un poco después de las 11 de la noche.

Junto con Hannibal, ellos estaban esperando el resultado del referéndum.

Dado que estaban en compañía de un Rey Dragón, tener unidades armadas en espera para proteger al gobernador sería inútil. Por parte de los humanos, las únicas personas aparte de ellos eran dos pilotos a cargo de operar el helicóptero de transporte.

―El referéndum había durado de 8 a. m. a 5 p. m.

―Los residentes podían dar su voto en casillas electorales en todo el Estado de Nueva York. Más de cinco horas habían pasado desde el fin del referéndum.

En este momento, el teléfono del gobernado empezó a sonar.

Una llamada. El apuesto gobernador sacó su teléfono del bolsillo de su costoso traje de verano y bajó la voz para tomar la llamada. Después de aproximadamente treinta segundos, él terminó la llamada, escribiendo una nota en una hoja de papel para luego entregársela a su ayudante.

El ayudante caminó incómodamente hacia Hal y le dio la nota en cuestión.

Su expresión era tensa, sus dedos estaban temblando, probablemente incapaces de ocultar su nerviosismo por el gran e inminente evento. Sintiéndose profundamente comprensivo, Hal aceptó la nota, le dio un vistazo y entonces dijo: ―¿Aprueban que el Rey Dragón, el Sr. Hannibal, se postule para gobernador? El resultado de este referéndum es el siguiente: 12% a favor, 84% en contra y 4% invalidado… Parece que la moción ha sido rechazada por la mayoría.

―Qué lástima. Como era de esperar, fallé en ganar la confianza de las personas en tan poco tiempo ―dijo Hannibal tranquilamente mientras asentía.

Este referéndum había sido completamente manejado y contado por el gobierno del Estado de Nueva York. Hannibal no había verificado los votos, lo que significaba que el gobierno tuvo la oportunidad de alterar el conteo de votos arbitrariamente. Dicho eso, probablemente todos creían que no había necesidad de hacerlo.

Hannibal simplemente sonrió y dijo:

―El primer capítulo de mi intento por tomar el poder ha concluido en fracaso. Ahora que la situación se ha desarrollado hasta este punto, no me queda más opción que apostar en el segundo capítulo para hacer mi regreso. Esperen mi pronta reaparición.

―Tengo mucho que comentar al respecto. Por ejemplo, cómo es que estás tan tranquilo ―respondió Hal con mucho tacto―. Pero dejemos eso de lado por ahora. Tengo una pregunta: ¿cómo será ese regreso tuyo?

―Hmm. Supongo que tengo que controlar todo el Estado de Nueva York antes de llevar a cabo una elección. Ignorar este paso resultó en una molestia. He aprendido a no contenerme.

―Creo que forzar a las personas a votar no sería una elección democrática. En absoluto.

―¿En serio? ¿Los humanos no recurren a la misma clase de tácticas de elección?

―Ese es un golpe bastante duro. Sin embargo, en un momento como este, deberías guardar silencio y dejarme aplicar los principios de la democracia. En representación de todos los residentes del Estado de Nueva York, expreso desaprobación absoluta en usar fuerza física para interferir en la política.

―No se puede evitar. Entonces, tendré que recurrir a esto para proceder.

Hannibal palmeó su brazo derecho y sonrió. Hal miró al cielo azul.

―No empieces a ponerte violento tan rápido. Al menos disfruta un poco el juego de elección.

―No tengo prisa. Más adelante se realizará la elección presidencial. Por ahora me concentraré en consolidar mis bases antes de transformarme en un político que valora la democracia por sobre todo.

«Seguir la corriente» era precisamente la filosofía de la vida de Hannibal.

Sin embargo, sin importar lo despreocupado que pareciera, en realidad él siempre pensaba subconscientemente en la pregunta de «¿Qué debería hacer para ganar?» antes de poner en práctica sus ideas sin reserva alguna. A juzgar por este aspecto, él realmente estaba a la altura de su nombre como alguien que había llegado a convertirse en un Rey Dragón.

Pese a su exasperación, Hal se sentía impresionado y dijo:

―Lo que carecen las personas civilizadas como nosotros debe ser esa clase de valor infundado y confianza como la tuya… En términos de salvajismo, creo que incluso has vencido a Asya.

―No entiendo lo que dices. Sin embargo, no me molesta que proclames mi grandeza.

Después de hacer bromas, ambas partes comenzaron a actuar.

Reclinándose en la silla, Hannibal extendió su mano derecha hacia Hal. Hal invocó su pistola mágica en la mano derecha y apuntó el cañón gris hacia Hannibal.

Una pictografía de Ruruk Soun apareció en la palma del Rey Dragón rojo.

Un símbolo que consistía en un rombo conectado al final de una línea recta: esta era la Runa de la Lanza. ¡Hannibal planeaba usar su runa matadragones!

―¡Oh estrella septentrional de la lanza resplandeciente, otórgame la lanza matadragones!

―¡Ese sello cuyo nombre olvidé, la segunda parte de lo que él haya dicho!

Cuando Hannibal se levantó y recitó un encantamiento, Hal también se paró.

En un instante, una lanza negra de dos metros con un mástil metálico apareció en la mano derecha del Rey Dragón rojo. La punta de la lanza tenía el color opaco del acero.

Cuando apareció la lanza negra, la mesa entre los dos colapsó como una escultura de arena, pulverizada. Hannibal claramente aún no empuñaba bien la lanza. Todo lo que hizo fue blandir ligeramente su mano derecha a un lado.

Hal activó la vista mágica.

Poder mágico de alta densidad rodeó el cuerpo humanoide de Hannibal junto con la lanza matadragones.

―¡Dispararle con una pistola a alguien que parece humano realmente no es de mi agrado…! ―murmurando, Hal jaló el gatillo de la pistola mágica.

Las balas de luz roja golpearon el poder mágico de alta densidad que rodeaba a Hannibal y desaparecieron. Teniendo el mismo destino que la mesa, colapsaron como arena.

―Vamos, ¿acaso mis balas no son armas matadragones también?

―Hohohoho. Mi lanza es impenetrable… ¡E incomparablemente poderosa también!

Hannibal rio al ver la expresión de sorpresa de Hal.

Su sonrisa estaba llena de infantilismo, haciéndolo parecer más como un niño travieso que como un Rey Dragón.

Por otra parte, los pilotos que estaban a la espera habían encendido las hélices. El gobernador, su ayudante y Chris habían abordado. Hal los miró y asintió. La lucha a corta distancia de hace un momento era para conseguirles tiempo para escapar.

Y así el helicóptero despegó, regresando a Brooklyn.

Hannibal ni siquiera se molestó en mirar, aparentemente desinteresado en el Gobernador y los demás.

El Gobernador y compañía se habían ido, pero un gran ejército llegó en su lugar. Una lluvia de meteoros estaba cayendo del cielo distante: cientos de estelas de luz estaban descendiendo sobre Nueva York.

No hacía falta decir que la verdad detrás de este repentino espectáculo meteorológico era la convocación de súbditos del Rey Dragón rojo.

Cada meteoro en descenso era un dragón menor: los debiluchos del Rey Dragón.

―¡Raptores, huh…!

―Bueno, son útiles en grandes números a pesar de su incompetencia. ¡Oh humano, pelea conmigo esta noche!

Manteniendo la pistola apuntada al Rey Dragón, Hal retrocedió lentamente.

La lanza matadragones estaba llena de misterios. Estando alerta, Hal decidió alejarse de la punta de esta tanto como fuera posible.

Para cuando Hal retrocedió, la lluvia de meteoros ya había cesado. Esta duró menos de un minuto. Durante ese breve transcurso, casi mil Raptores ya habían cubierto el cielo del Río Hudson, volando en todas las direcciones.

Naturalmente, otras unidades de intercepción estaban a la espera aparte de Hal.

Misiles tierra-aire fueron disparados sucesivamente desde Brooklyn a Nueva York.

Las fuerzas terrestres se encontraban por toda la ciudad, preparadas para oponerse al ejército de Raptores. Sus armas incluían obuses[1] autopropulsados y lanzadores semioruga de misiles Stinger.

El grosor de la piel de los Raptores era suficiente para soportar la ráfaga de las ametralladoras.

Aunque los Raptores eran llamados «lagartos» por los élites, seguían siendo después de todo, miembros de la raza dragón.

Aun así, inevitablemente colapsaron después de recibir daño por los consecutivos impactos de misiles. Además, decenas de helicópteros de combate volaban para apoyar a las fuerzas terrestres.

Por otra parte, la población de Nueva York era de aproximadamente de unos cuantos millones.

El 80% había tomado los días de preparación antes del referéndum para evacuar la ciudad temporalmente. Ninguna mesa electoral había sido preparada en Nueva York hoy. Todas estaban fuera de Nueva York.

Nueva York se había convertido en un yermo.

Además de la Guardia Nacional, el Ejército, la Fuerza Aérea y la Marina también estaban desplegados en varios lugares.

Sin embargo, los helicópteros y las fuerzas terrestres no eran suficientes para luchar contra los dragones en el aire. La importante responsabilidad de asegurar la superioridad aérea recayó sobre los leviatanes y sus brujas.

En este momento, una figura azul estaba deslizándose por el espacio aéreo de Nueva York para completar su misión.

Era Rushalka con su armadura carmesí. Similar a un clásico dragón en su Modo Reina, el dragón heráldico también tenía guardaespaldas acompañándola.

Estos guardaespaldas eran los cuatro feroces leviatanes felinos: las «serpientes» de las WotC.

 

Parte 2

El helicóptero de transporte militar había despegado de una base aérea en las afueras de Boston y estaba dando vueltas en el espacio aéreo de Brooklyn, cerca del Río Hudson y el Puente de Manhattan. Asya estaba en el helicóptero, controlando a Rushalka en su Modo Reina.

―Brujas de la Costa, por favor concéntrense en controlar a sus compañeras en el vuelo. No se alejen de Rushalka bajo ninguna circunstancia. Tomaré el mando desde ahora.

―Entendido. Asya, nos dedicaremos a apoyarte.

Asya dio órdenes claras y Christine obedeció.

Además de esta animada y extrovertida bruja rubia, los demás miembros también estaban escuchando las órdenes de Asya, la bruja de clase maestra. Esto incluía a la bruja más joven de WotC, Marie, de doce años; la solemne y educada Maneesha, de ascendencia india; así como la bruja afroamericana Kate, cuya delgada figura era como la de una modelo.

A la altura de su nombre, como miembros seleccionadas con un énfasis en la personalidad, todas eran muy leales.

De haber sido reunidas como brujas de clase maestra, definitivamente no habría coordinación. Pero ahora mismo no había necesidad de preocuparse por eso y Asya podía mirar con confianza a sus compañeras.

Un helicóptero fue movilizado para que pudieran supervisar esta batalla aérea desde una distancia adecuada.

En el espacio aéreo de Viejo Manhattan, aproximadamente mil Raptores estaban volando descontrolados.

Rushalka en Modo Reina atacó directamente al grupo de Raptores. Las cuatro leviatanes del WotC estaban con la guardia en alto, arriba, abajo y por los flancos del dragón heráldico azul. El lince plateado Tom Cat, el feroz tigre blanco Tiger Cat, la pantera negra Wild Cat ―rodeada por centellas―, y Bear Cat, cuya figura era redonda como un oso pese a ser un felino.

―¡Rushalka! ¡Expande el rango de la protección imperecedera y fortalece la defensa!

Asya usó Amplificación de Visión para mejorar su vista. Mirando fijamente a su compañera, ella gritó desde el helicóptero.

Volando varios kilómetros por delante, Rushalka la escuchó claramente. Una luz perlada se irradió desde su cuerpo en Modo Reina.

Debido al vínculo mágico que las conectaba, la voz de Asya podía llegar a Rushalka.

Las cuatro leviatanes del WotC también estaban dentro del rango extendido de la protección de Rushalka.

Posteriormente, cinco Raptores se acercaron mientras volaban con sus colmillos expuestos, intentando hacer pedazos a Tiger Cat y Wild Cat.

Sin embargo, la protección desplegada por Rushalka repelió a los cinco Raptores.

En efecto; los cuatro leviatanes del WotC en realidad fueron enviados al campo de batalla con otros propósitos en lugar de actuar como guardaespaldas.

Entonces, la líder del equipo, Asya, miró al sexto miembro: la última bruja dentro del helicóptero.

―D-Disculpa, ¿aún no es hora de que Minadzuki sea invocada…?

―No te preocupes. Sólo tienes que invocar a Minadzuki para apoyar en la defensa cuando estemos en problemas. Considera a Minadzuki como un guardaespaldas y una fuerza de reserva.

Asya le asintió a la preocupada Hazumi.

A decir verdad, uno no tendría mucha fe en la armadura del helicóptero aunque estuviese armado con cañones rotatorios y misiles. Por lo tanto, un guardaespaldas era esencial.

Con eso, todo estaba listo…

Recientemente, Asya había estado concentrándose en conquistar a su amigo de la infancia. Hacer que Rushalka atacara a las filas enemigas, rodeada de enemigos, le hizo sentir mucha nostalgia.

Después de todo, hacer cosas poco familiares por un largo período era bastante agotador.

Ella debía dejarse llevar para reafirmar su personalidad original. Afortunadamente, tenía bastantes armas adicionales a su lado.

―Rushalka mantendrá desplegada la protección imperecedera. Christine, Kate, Maneesha y Marie; ustedes activarán la pseudo-divinidad de sus compañeras para lanzar ataques mágicos. Ya que estamos totalmente rodeadas por los enemigos, no hay necesidad de apuntar en particular. ¡Sólo derrótenlos con toda su fuerza!

Las cuatro brujas del WotC inmediatamente siguieron las órdenes de Asya.

La compañera de Christine ―el lince plateado volar, Tom Cat― poseía el atributo de Agua.

Ella invocó un tsunami en el cielo. Las salvajes olas atacaron a decenas de Raptores al mismo tiempo, aplastándolos con la presión del agua.

La pantera negra de la bruja afroamericana Kate, Wild Cat, tenía el atributo de Relámpago. Descargas eléctricas cayeron como lluvia, incinerando a unos diez Raptores cercanos.

La bruja de ascendencia india, Maneesha, estaba controlando al tigre blanco, Tiger Cat, cuyo atributo era Viento. Tiger Cat disparó una violenta ráfaga de cuchillas de viento como una ametralladora, asesinando también a unos diez Raptores.

Después estaba la bruja más joven y la recién llegada, Marie. Su compañero era el felino osuno, Bear Cat. Aunque su atributo era Gravedad, por supuesto su potencia era mucho menor a la de Luna Francois. Sin embargo, ella dio su mejor esfuerzo para manipular la gravedad, estrellando contra el suelo a los Raptores y matándolos directamente.

Con eso, ellas lograron acabar con setenta de los ochenta Raptores.

Asya asintió satisfecha. Las «serpientes» de las WotC simplemente eran consideradas como fuego de apoyo, pero habían demostrado ser sorprendentemente eficaces en contener al enemigo. Después de todo, todos estos eran súbditos de Hannibal, por lo que incluso los insignificantes Raptores estaban potenciados por el poder matadragones.

Bajo esas circunstancias, incluso Luna habría sido incapaz de oponerse a ellos antes de establecer su pacto con Hal.

Desde un punto de vista táctico, tratar a las WotC como artillería voladora era la mejor división de funciones.

―A excepción de Marie, ustedes tres por favor ataquen usando nuevamente pseudo-divinidad.

La bruja recién llegada, Marie, aún era Nivel 1, por lo que sólo podía usar pseudo-divinidad una vez al día.

Los demás miembros obedecieron inmediatamente la orden de Asya. Un tsunami, descargas eléctricas y cuchillas de viento atravesaron nuevamente el cielo, matando al instante a decenas de Raptores.

Sin embargo, Kate y Maneesha sólo eran brujas Nivel 2 y esto significaba el final de su ofensiva.

La bruja Nivel 3, Christine, continuó e invocó un tercer tsunami, agotando así el último uso de pseudo-divinidad de las leviatanes de las WotC.

Ellas terminaron destruyendo casi el 30% del total de las fuerzas enemigas, dejando aproximadamente setecientos.

―Me encargaré del resto. ¡Por favor, retiren a sus «serpientes»!

Disfrutando del resplandor protector desplegado por el dragón heráldico azul en su Modo Reina, las cuatro leviatanes de las WotC se desvanecieron repentinamente; las brujas habían seguido la solicitud de Asya de retirar a sus leviatanes. Ahora esta podía usar libremente la movilidad táctica.

―Rushalka, prepara la Runa del Arco ―ordenó Asya inmediatamente.

Un par de brazos hechos de rubí se equiparon en Rushalka.

Un largo arco carmesí se manifestó en el brazo izquierdo mientras que ocho flechas, hechas de hielo desde la punta hasta el emplumado ―esculpidas maravillosamente como una obra de arte―, aparecieron sobre su cabeza.

Las flechas, como exquisitas esculturas de hielo, eran producto de la pseudo-divinidad de Agua.

La mano derecha de Rushalka agarró una flecha, la preparó y tensó el arco.

―¡Fuego!

La flecha fue disparada ante la orden de Asya.

Tras ser disparada, la flecha de hielo se rompió en más de trescientos fragmentos, convirtiéndose en pequeñas y afiladas puntas de flecha que atacaron a los Raptores.

Esta lluvia de proyectiles era más parecida al resultado de decenas de cañones rotatorios que a un cartucho de escopeta.

Los Raptores atrapados en esta tormenta de hielo fueron destruidos instantáneamente; desvaneciéndose en un parpadeo. Esto fue gracias al poder matadragones que residía dentro de los fragmentos de hielo. Este ataque fue suficiente para acabar con aproximadamente cien Raptores, pero Rushalka aún no terminaba de disparar.

―¡Segundo disparo! ¡Fuego!

Rushalka disparó la segunda de las ocho flechas que había invocado.

La segunda ráfaga de hielo derribó a otros cien Raptores.

Al final, Asya y Rushalka repitieron esto por un total de siete veces, aniquilando por completo a los Raptores convocados sobre el cielo de Nueva York.

Además, su munición no estaba completamente agotada.

Ocho flechas habían sido creadas; Rushalka puso la última flecha en el arco.

―Apunta a los refuerzos enemigos. ¡Rushalka!

La compañera azul de Asya disparó ante su orden la octava flecha.

No quedaba ningún Raptor en las cercanías de Rushalka, pero otros refuerzos estaban apareciendo en la distancia. Llamas con forma de salamandra se acercaban desde el cielo por sobre la Concesión de Viejo Manhattan.

Los súbditos conocidos como la guardia personal de Hannibal: el Ejército de Fuego.

Eran aproximadamente trescientos. Las salamandras descendieron sobre la oscuridad de Nueva York, iluminando toda la metrópoli.

La ráfaga de hielo los alcanzó después de que llegaran.

Sin embargo, no funcionó. Los fragmentos de hielo fueron destruidos antes de poder impactar al Ejército de Fuego.

―Como se esperaba de su guardia personal…

A diferencia de Hannibal, Asya no era del tipo que disfrutaba luchar contra un enemigo poderoso.

Con la llegada de enemigos que no podían ser derrotados con las mismas tácticas, Asya frunció el ceño desde el interior del helicóptero.

 

―Así que ocultabas una carta de triunfo tan poderosa. Bien jugado, Tyrannos del Arco.

Hace poco, el ejército de Raptores había sido destruido por Rushalka en su Modo Reina.

Sin embargo, esta escena no fue nada más que un exótico espectáculo para Hannibal. Él habló con un tono tranquilo mientras usaba su mano derecha para apuntar lentamente su lanza hacia adelante.

Esto no fue para atravesar a Hal, sino para apuntar la punta de la lanza hacia su corazón.

―Nunca esperé a un falso Rey Dragón… Oh Reina, ¿entonces fuiste tú quien le ofreció ideas para ayudarlo?

―Ridículo. ¿Crees que soy una mujer que sería tan considerada como para cuidar de este chico?

―Buen punto. Es realmente maravilloso ver que la muerte no te ha cambiado en absoluto.

La pistola mágica de Hal respondió usando la voz de Hinokagutsuchi. Hannibal se rio.

Por otra parte, escuchando la conversación entre un anterior Rey Dragón y un Rey Dragón actual, Hal no estaba de humor para platicar. Él apuntó su pistola mágica a Hannibal, mientras que Hannibal en su forma humana tenía su lanza apuntando a Hal.

Había una distancia de cinco metros entre ambos.

Aun así, Hal no podía moverse. La lanza matadragones ―su punta― estaba emitiendo poder mágico que lo envolvió completamente, paralizándolo.

Doce runas de Ruruk Soun habían aparecido en la punta de la lanza.

En este orden, las runas significaban «Oh mi lanza, reúne el poder de la estrella septentrional para avanzar con ferocidad.»

―¡Una técnica de aniquilación asegurada…!

Hal desplegó la protección imperecedera. La luz perlada envolvió todo su cuerpo.

Sin embargo, su cuerpo aún estaba rígido. Este probablemente era un ataque del que no podía defenderse completamente usando sólo la protección. Hal se dio cuenta de que estaba extremadamente asustado de la lanza matadragones. Todo su cuerpo estaba debilitado y paralizado como si estuviera enfrentando una parálisis del sueño.

Debido al miedo y la presión, su garganta estaba reseca.

… Para cuando Hal recuperó los sentidos, notó a Hannibal acercándosele y haciendo una estocada con su lanza.

―¡¿Wahhhhh?!

En lugar del apuñalamiento de una lanza, este ataque se sintió como ser golpeado violentamente por un ariete gigante; ese era el poder detrás del ataque de Hannibal.

Ya que se encontraban en una amplia pradera sin obstrucciones, Hal salió volando por completo, cayendo a cuarenta o cincuenta metros de distancia. La única razón por la que sobrevivió fue debido a que desplegó la protección imperecedera con anticipación.

Sin embargo, Hal aun así experimentó un impacto que se sintió como si todos los huesos de su cuerpo se hubiesen roto.

Él mostró confusión en su cara después de ponerse de pie. Su salvavidas ―la barrera defensiva perlada― había desaparecido rápidamente como resultado del ataque de Hannibal en forma humana.

Incluso la técnica de aniquilación asegurada de Pavel Galad no era tan potente.

―Si fueras un verdadero Rey Dragón, esperaría mayor dificultad… En el caso de una falsificación, romper tal protección es fácil para mí. ―El enemigo más fuerte de clase Rey Dragón habló casualmente con una sonrisa.

Además, estaba caminando lentamente hacia Hal.

Debo apresurarme a escapar.

Sin embargo, el cuerpo de Hal se paralizó de nuevo. A este paso, la muerte estaba asegurada.

―¡En ese caso!

Hal centró toda su fuerza en el dedo índice derecho. Controlar su cuerpo físico con un solo enfoque era la única manera de olvidar el miedo y la presión. Hal enfocó completamente su mente en jalar el gatillo de la pistola mágica.

¡Baaaaaaaaang!

Una bala de luz roja se disparó. Hal estaba disparando directo a Hannibal, pero las doce runas de Rusuk Soun ―con el significado de «Oh mi lanza, toma el poder de la estrella septentrional para avanzar con ferocidad»― continuaron brillando, desplegadas frente al Rey Dragón.

La bala de luz de Hal se desvaneció al impactar este arreglo de runas.

La pistola mágica le dijo a Hal que esta era la técnica de aniquilación asegurada de la lanza matadragones, Cohete Penetrante.

―Así que no es un movimiento especial que es sólo para atacar…

―¿No te lo dije? Mi lanza es impenetrable.

Hannibal sonrió con orgullo y se acercó, apuntando la punta de la lanza hacia Hal.

Sin prisa alguna caminó, acercándose paso a paso a Hal. En lugar de atacar a alta velocidad, esto ejemplificaba la dignidad y majestuosidad de un Rey Dragón. Así era la marcha de un rey.

Hal temblaba. A menos que encontrase algún tipo de solución, su cuerpo iba a paralizarse de nuevo.

Hannibal estaba a aproximadamente diez metros de Hal. El miedo a la muerte impulsó a Hal a activar el modo automático y disparar todas las balas en la pistola mágica. Esta era su técnica de aniquilación asegurada.

¡Gat-gat-gat-gat-gat-gat-gat-gat-gat-gat-gat-gat-gat-gat-gat-gat-gat-gat-gat-gat-gat!

―¡Vaya! ¡Qué potencia de fuego, Tyrannos!

Las runas de Ruruk Soun nuevamente le ahorraron a Hannibal la necesidad de defenderse.

Incluso disparando toda la munición restante en modo automático no pudo romper el arreglo de doce runas con el significado de «Oh mi lanza, reúne el poder de la estrella septentrional para avanzar con ferocidad.»

Todas las balas se desvanecieron en el aire. Sin embargo, Hannibal también se detuvo.

Era este instante. La potencia de fuego de los veintiocho disparos consecutivos finalmente logró bloquear el avance continuo del Rey Dragón.

Aunque el logro era pobre, en tales circunstancias cualquier logro era mejor que nada.

―¡Cuento contigo, Juujouji!

―¡Muy bien! ¡Akuro-Ou, por favor!

Hal gritó repentinamente. La chica escondida respondió al llamado de Hal.

El zorro-lobo blanco, Akuro-Ou, también avanzó como caballería. Akuro-Ou se había encogido a su tamaño más pequeño de aproximadamente tres metros, permitiéndole a su compañera montar su espalda.

Juujouji Orihime no se había ido con Asya y las otras brujas, y en su lugar se quedó aquí a la espera para ayudar a Hal en caso de emergencias.

La galante Akuro-Ou usó una de sus colas para recoger ágilmente a Hal, permitiéndole montar su espalda, blanca como la nieve. Y así, Hal estaba sentado detrás de Orihime.

Después, Akuro-Ou usó su impulso para dar un salto. Orihime de inmediato dio órdenes:

―Usa la Runa del Arco y magia de fuego… ¡Castígalo!

¡Kuohhhhhhhhhhhhhhhhhhh!

Cuando Akuro-Ou empezó a volar, la pseudo-divinidad fue activada simultáneamente.

Las colas de Akuro-Ou dispararon un total de nueve puntas de flecha negras. Estas puntas de flecha explotaron justo antes de impactar a Hannibal, convirtiéndose en llamas carmesí para atacar al Rey Dragón.

―¡Hahahahaha! Qué gran fiesta de bienvenida. ¡Parece que yo también debo ponerme serio!

Pese a las abrasadoras llamas que lo quemaban, Hannibal rio alegremente.

Sin embargo, la figura de Hannibal, envuelta en llamas, desapareció de la vista de Hal; sólo por unos segundos.

La abrasadora conflagración se convirtió en un vórtice. Un dragón de élite color rojo apareció repentinamente en el centro. Su longitud corporal era de aproximadamente veinte metros. El exoesqueleto alrededor de su pecho se asemejaba a una armadura. Empuñando una larga lanza negra en la mano derecha, él estaba de pie intimidantemente…

No hacía falta decir que esta era precisamente la forma dragón de Hannibal Rojo.

El más poderoso oponente de clase Rey Dragón finalmente iba a luchar en su verdadera forma.

¡ROOOOOOOOOOOOOOOAAAAAAAAAAAAAAAAAAAR!

¡ROOOOOOOOOOOOOAAAAAAAAAAAAAAAR!

¡ROOOOOOOOOOAAAAAAAAAAR!

El Rey Dragón rojo abrió sus gigantescas mandíbulas y rugió ferozmente. Escuchando estos rugidos, Hal y Orihime tragaron saliva al mismo tiempo.

―Hinokagutsuchi… Esa cosa de la que te hablé, ¿no puedes apresurarte?

―Entonces dame un poco más de poder. Afortunadamente, ya está bastante cerca, por lo que no debería requerir demasiado.

Hal tocó la pistola mágica y preguntó, haciendo que Hinokagutsuchi respondiera de inmediato.

Poder: naturalmente, se refería al poder mágico. Desde la noche anterior, Hal y la Reina Dragón habían estado continuamente usando en secreto cierta magia. Parecía que sus esfuerzos habían sido recompensados.

A fin de producir un nuevo pulso de poder mágico, Hal enfocó su consciencia sobre su corazón.

 

Parte 3

El Ejército de Fuego había aparecido sobre la Concesión de Viejo Manhattan.

Un gran ejército formado por aproximadamente trescientas llamas con forma de salamandra; todos eran súbditos bajo el mando de Hannibal.

A diferencia de los Raptores, el Ejército de Fuego no voló por todo el lugar. En cambio, estaban flotando ordenadamente como soldados a la espera de las órdenes de su comandante.

―Si nos lanzamos hacia ese ejército, será jaque mate para nosotros, así como se encargaron de los Raptores la última vez. Dicho eso, no tenemos otra opción más que atacar. Qué enemigos tan problemáticos… Hazumi-san.

―¡S-Sí!

La obediente bruja novata respondió al instante con una tensa voz en cuanto Asya le habló.

Shirasaka Hazumi era como un ángel y no le gustaba el conflicto. Sin embargo, ella debía haber sentido lo aterrador que era el Rey Dragón Hannibal, poniéndola más nerviosa que durante las batallas habituales.

Actualmente, Asya y Hazumi eran las únicas brujas en el helicóptero de transporte.

Después de que las salamandras aparecieran, Asya inmediatamente les indicó a los miembros de las WotC que se uniesen a las fuerzas terrestres. Incluso sin la capacidad de usar la pseudo-divinidad por ahora, cuatro «serpientes» aún eran un valioso potencial de combate.

―Primero, Rushalka y yo probaremos al enemigo. Minadzuki es un apoyo importante, así que por favor no entres a la zona de combate sin cuidado.

―Entendido.

Nada bueno podía salir de enviar al frente a todas sus fuerzas disponibles. En la historia, muchas batallas se ganaron por los esfuerzos de las fuerzas de reserva.

Después de predecir los posibles errores que podría cometer la aún inexperta Hazumi y advertirle de ellos, Asya volvió a mirar al campo de batalla aéreo desde su posición estratégica en el helicóptero.

Rushalka estaba volando sobre el Barrio Chino en la parte sur de Viejo Manhattan. El Ejército de Fuego estaba en formación en el centro de este yermo: arriba de Central Park.

Estaban separados por aproximadamente diez kilómetros.

El Ejército de Fuego avanzó uniformemente hacia Rushalka. Además, las trescientas salamandras habían obtenido armas sin que nadie lo notase. Estaban blandiendo hábilmente lanzas negras usando los cuatro dedos de sus extremidades superiores derechas.

Había runas de Ruruk Soun frente a todas las salamandras.

Las runas eran las mismas; todas decían «Oh lanza mía, toma el poder de la estrella septentrional y avanza con ferocidad.»

―¡¿ ?! Rushalka, maniobras evasivas. ¡Ve de inmediato a la retaguardia del enemigo!

Asya dio órdenes de emergencia, pero un resultado sorprendente le aguardaba.

A pesar de siempre seguir órdenes obedientemente, Rushalka no respondió esta vez. Ella al menos giró para esquivar, pero eso era lo único que podía hacer. Como su compañera, Asya instintivamente adivinó la razón.

―¿Abrumada por la presión del enemigo?

En ese caso, Asya gritó:

―¡Retírate, Rushalka! ¡Deja la ciudad y retírate a la orilla de río!

Si las órdenes de ataque no se podían ejecutar debido a la presión, quizá una orden de retirada era posible.

Asya tenía razón. Mirando al Ejército de Fuego, Rushalka comenzó a volar hacia atrás.

Rushalka voló desde el Barrio Chino en el sur de Viejo Manhattan hasta la entrada de la ciudad, el Puente de Manhattan.

Directamente debajo de ella estaba el gran río que fluía de norte a sur en el Estado de Nueva York: la desembocadura del Río Hudson. Rushalka continuó retrocediendo, retirándose hasta el espacio aéreo de la Isla de la Libertad, la Estatua de la Libertad, Governors Island , etc.

Asya asintió.

La velocidad de retirada de Rushalka fue más rápida que el avance del Ejército de Fuego. Por lo tanto, su separación se amplió y la presión sobre Rushalka se redujo ligeramente.

Asya ordenó inmediatamente:

―Invoca pseudo-divinidad. ¡Muro de Agua!

¡Kyuahhhhhhhhhhhhhh!

La pseudo-divinidad se activó junto con un rugido. En un instante, la superficie del torrencial Río Hudson se elevó, formando un gigantesco pilar de agua…

El gran volumen de agua era suficiente para formar una esfera que rodeaba a Rushalka en todas direcciones.

El diámetro de la esfera era de aproximadamente sesenta metros, resultando en una capa protectora suficiente para cubrir el cuerpo gigantesco de la «serpiente» sin puntos ciegos.

―¡Añade el hechizo de protección imperecedera!

El escudo de agua que protegía a Rushalka comenzó a brillar de un color perlado.

Esta era la formación defensiva más fuerte, una combinación de pseudo-divinidad y el poder de un Tyrannos. Mientras continuase disparando a las fuerzas enemigas bajo la protección…

―¡Rushalka, aunque no soy Orihime-san, tendremos que luchar una Batalla de Nagashino!

La compañera en su Modo Reina preparó una flecha de luz con su arco carmesí y disparó rápidamente.

Esa flecha perforó directamente a una salamandra… Eso debería haber pasado, pero la flecha de luz desapareció al impactar el arreglo de runas que decía «Oh mi lanza, toma el poder de la estrella septentrional para avanzar con ferocidad.»

A la segunda y tercera flecha les ocurrió lo mismo.

―El enemigo también tiene una buena defensa… Es como una falange de lanceros.

El Ejército de Fuego llegó mientras Asya chasqueaba la lengua.

Las trescientas salamandras se esparcieron frente a Rushalka, acercándose desde todos los ángulos y usando las lanzas en sus manos para apuñalar la esfera de agua. Sin importar la dirección, había salamandras en todos lados.

¡Kyuahhhhhhhhhhhhhhhhh!

El dragón heráldico azul rugió de nuevo, pero esta vez fue debido al dolor.

En lugar de retirar sus lanzas, las trescientas salamandras las enterraron aún más en el escudo de agua. Atormentada por el dolor, Rushalka gritó con más fuerza.

La técnica de aniquilación asegurada de Hannibal era capaz de infligir daño físico aún con la protección imperecedera.

―¡¿Rushalka?!

Su compañera estaba soportando el dolor de ser apuñalada por trescientos taladros.

Dándose cuenta de esto, Asya se vio sombría. Considerando su condición actual, Rushalka debería ser capaz de bloquear completamente incluso la técnica de aniquilación asegurada de Pavel Galad.

Sin embargo, esta sólida defensa estaba siendo trágicamente destruida por los súbditos de Hannibal.

―¡Si el General se aparece ahora…!

―¡Asya-san! ¡P-Por favor, mira eso!

Dentro de un helicóptero que daba vueltas sobre el Río Hudson, las dos brujas observaron la situación de la batalla.

Asya miró en la dirección indicada por Hazumi y se quedó sin aliento; lo que temía se había vuelto realidad.

En Governors Island donde Hal y los demás se habían reunido con el Rey Dragón rojo…

La superficie de la isla estaba en llamas por una conflagración mágica. En medio del mar de fuego, un gigantesco dragón de élite ―no, el Rey de Manhattan― estaba preparándose para atacar.

El Rey Dragón Hannibal abrió sus enormes mandíbulas y rugió repetidamente.

¡ROOOOOOOOOOOOOOOAAAAAAAAAAAAAAAAAAAR!

¡ROOOOOOOOOOOOOAAAAAAAAAAAAAAAR!

¡ROOOOOOOOOOAAAAAAAAAAR!

Uno podría considerarlo un gran ruido que sacudía el cielo y la tierra.

Este rugido le dio más poder al Ejército de Fuego. Las salamandras enterraron aún más sus lanzas, rompiendo de inmediato el escudo protector.

La esfera de agua con un diámetro de sesenta metros que protegía a Rushalka… comenzó a colapsar.

Esta se encogió progresivamente. En sólo un minuto o dos, su volumen se había reducido a la mitad. Hannibal avanzó, volando lentamente para acercarse a Rushalka y dar el golpe final.

Desde luego, el Rey Dragón también empuñaba una lanza. Todo estaba perdido: justo cuando todos pensaron lo mismo…

―Por favor… ¡Aguanta un poco más! ―Asya parecía escuchar la voz de su amigo de la infancia. No con su oído, sino que fue la Runa del Arco que apareció en el dorso de su mano izquierda lo que le había transmitido el mensaje.

―¡Rushalka, usa el Cañón de Agua y la Runa del Arco simultáneamente!

Esta era su tercera vez invocando pseudo-divinidad hoy.

La superficie de Río Hudson se levantó violentamente de nuevo y generó un pilar de agua.

Esta es una técnica que usaba el río como artillería para disparar cientos de toneladas de agua como munición. Junto con la potencia de fuego de la Runa del Arco, fue transformada en un ataque matadragones.

Este ataque fue evidentemente efectivo.

El agua extinguía el fuego. Esta vez, una ley universal tuvo efecto.

―No pueden soportar ataques desde abajo… o más bien, ataques por los flancos. Como era de esperarse, sus fortalezas y debilidades son las mismas que las de una falange… ―dijo Asya tranquilamente después de darse cuenta de las propiedades de la Runa de la Lanza.

El cañón de agua también le había permitido a Rushalka reforzar sus defensas.

Habiéndose encogido a la mitad, la esfera de agua defensiva recuperó su humedad y regresó a su diámetro original de sesenta metros.

Usada como cañón, el agua del río se elevó a una altura de setecientos u ochocientos metros.

El pilar de agua cayó después rápidamente sobre el Río Hudson como una ráfaga de fuertes vientos. Hannibal Rojo avanzó inmediatamente después de que esta lluvia temporal terminase.

―Aunque he olvidado por cuántos milenios he luchado con la lanza matadragones a mi lado… ―Hannibal hizo una estocada con la lanza matadragones, volando en línea recta hacia Rushalka sobre Governors Island ―. ¡Esta es mi primera vez luchando contra un Rey Dragón de imitación!

―¡Rushalka!

El Rey Dragón trató de atravesar la esfera de agua defensiva con la punta de su lanza.

La esfera que protegía a Rushalka apenas logró bloquear la estocada de Hannibal.

Como resultado, esta se desvaneció al instante. Cientos de toneladas de agua cayeron en el Río Hudson.

―¿Qué tal eso? ¡Tus trucos terminan aquí, ¿cierto?!

Hannibal volvió a volar hacia Rushalka. El Rey Dragón rojo extendió su lanza. En este momento, la Reina de imitación ya no tenía el escudo defensivo. Asya gritó:

―¡Rushalka, primero retírate!

La compañera obedeció la orden de Asya y retrocedió rápidamente.

Hannibal la persiguió. Afortunadamente, sus velocidades iniciales eran diferentes. El dragón heráldico azul tenía una abrumadora ventaja en cuanto a velocidad.

El tiempo que Rushalka necesitaba para acelerar era extremadamente corto.

En sólo diez segundos, Rushalka pudo alcanzar la velocidad máxima, exhibiendo su ágil figura en vuelo. En cambio, Hannibal primero voló lentamente antes de acelerar gradualmente.

De cierta manera, la apariencia tranquila de Hannibal era más propia del estilo de un rey.

Por consiguiente, estaba batalla de persecución estaba a favor de Rushalka al principio…

―Rushalka, por favor, mantén tu distancia y sigue escapando. No pelees contra Hannibal de frente. ¡Debes flanquearlo! ―Asya estaba dando órdenes detalladas.

A pesar del lento comienzo, la velocidad de vuelo de Hannibal era bastante alta al tener suficiente tiempo para acelerar.

Además, él continuaba exudando la presión que tensaba los movimientos de Rushalka. No era un oponente del cual se podía escapar fácilmente.

Rushalka huyó a la Isla de la Libertad, donde la Estatua de la Libertad estaba ubicada, con Hannibal detrás de ella.

Sin embargo, después de dos o tres minutos de perseguir al dragón heráldico azul, el Rey Dragón rojo se detuvo repentinamente y comenzó a reír.

―¡Hahahahaha! Necesitaré ayuda para atrapar a esta rápida golondrina. ¡Entonces invocaré unos alcaudones!

Llamas con forma de salamandra aparecieron una tras otra alrededor de Hannibal.

Aproximadamente trescientas salamandras. Con eso, Asya entendió; el ataque anterior de Rushalka simplemente había extinguido las llamas. El Ejército de Fuego no fue derrotado. Revivirían después de un tiempo…

Como se esperaba de un Rey Dragón, la diferencia de poder era demasiado grande. El peor escenario posible apareció en la mente de Asya.

¿Será capaz de continuar? Seguramente se le agotarían las opciones…

―¡Asya-san, por favor mira esto!

En ese momento, Hazumi, quien había estado a la espera todo el tiempo, le entregó una nota.

Por enfocarse en la batalla, Asya no había notado que Hazumi había estado comunicándose con alguien. En la nota estaba escrita una indicación de la otra persona.

―¡Rushalka, retírate al puente inmediatamente!

Rushalka empezó a volar según la orden de Asya.

Con la espalda hacia Hannibal y su gran ejército, ella rápidamente voló hacia el norte; en otras palabras, hacia Viejo Manhattan.

Había sólo dos kilómetros hasta el Puente de Manhattan y el dragón heráldico no tardaría mucho en llegar ahí.

El ejército de Hannibal estaba persiguiendo a Rushalka.

El Rey Dragón tomó la delantera con las trescientas salamandras detrás suyo. El rey y sus peones empuñaban una lanza, exudando una atmósfera de masacre asegurada.

El vuelo de Hannibal aún era lento. Por lo tanto, Rushalka no iba a ser atrapada rápidamente. Pero en cuanto Hannibal comenzara a acelerar ―y esta vez con un gran número de salamandras como perros de caza―, cualquier error sería fatal.

Por otra parte, el helicóptero que transportaba a Asya y a Hazumi también estaba volando hacia el Puente de Manhattan, debido a que Hazumi se lo pidió al piloto.

Viendo a Rushalka a unos segundos de llegar al puente, Asya dijo:

―Libera el Modo Reina. ¡Ahora el siguiente usuario!

Rushalka sobrevoló el Puente de Manhattan.

La armadura y los brazos de rubí se desvanecieron. Esta vez, la que obtuvo la armadura y entró en el Modo Reina fue Akuro-Ou, quien esperaba en el puente desde hace un tiempo…

El zorro-lobo blanco de nueve colas estaba equipado con la armadura del Modo Reina.

También había un cañón dorado en su espalda.

¡Kuohhhhhhhhhhhhhh!

Akuro-Ou aulló con fuerza y disparó continuamente el cañón dorado sobre su espalda. Del cañón salieron destellos de luz roja, los cuales apuntaban al Ejército de Fuego que perseguía a Rushalka.

Sin embargo, con Hannibal como la vanguardia, los lanceros usaron ese poder de nuevo.

Una vez más, el arreglo de runas que decía «Oh mi lanza, toma el poder de la estrella septentrional para avanzar con ferocidad» apareció frente al Rey Dragón y sus soldados.

Los disparos del cañón desaparecieron tras impactar las runas.

Por ende, lo que tomó el crédito por detener el avance del ejército no fue Akuro-Ou, sino una «caja» gigantesca que descendió del cielo.

Moviéndose hacia el suelo desde el cielo estrellado…

En pocas palabras, tenía una forma rectangular, pero era lo suficientemente grande para servir como ataúd de un gigante de entre treinta y cuarenta metros de alto.

La caja era blanca, haciéndola particularmente llamativa en la oscuridad de la noche.

Parecía estar hecha de madera. Efectivamente, era un gigantesco barco de madera.

A primera vista parecía estar descendiendo lentamente, pero el arca blanca en realidad estaba avanzando hacia el río a más de cincuenta kilómetros por hora. Sin embargo, la superficie del agua permaneció quieta sin ondulación alguna.

Parecía que el descenso del arca estaba guiado por la magia de control de gravedad.

El aterrizaje fue bastante similar a la llegada de Genbu-Ou a Nuevo Tokio hace dos meses. Quizá este nivel de similaridad era natural; después de todo, la tortuga gigante Genbu-Ou y el arca blanca fueron creadas con el mismo propósito.

Súbditos al servicio de un Rey Dragón o un Tyrannos. Un modo de transporte para llevar a sus amos al mar de estrellas…

―Así que esa es el arca de Salomón… ―murmuró Asya al mirar el arca blanca desde el helicóptero.

La zona de aterrizaje no estaba lejos del Puente de Manhattan. No fue casualidad, puesto que Akuro-Ou no era la única en el puente. Hal, quien había invocado el arca, también estaba ahí con Orihime.

―¿Oh?

Por otra parte, Hannibal murmuró mientras dirigía su ejército de salamandras.

―Una obra de Ruruk Soun, huh. Hohoho, Tyrannos, ¿cuáles son tus intenciones…?

A pesar de prever una trampa, Hannibal continuó avanzando con su ejército.

El intrépido Rey Dragón deseaba aplastar el grupo de Hal, incluyendo la trampa y el arca.

 

Parte 4

El arca de Salomón.

El escondite de este barco no estaba en la Tierra, sino en el dominio llamado por lo dragones como el «mar de estrellas»; una esquina del universo. Siendo más precisos, su ubicación exacta era el cinturón de asteroides que se encontraba entre Júpiter y Saturno. Ya que estaba dentro de los confines del sistema solar al igual que la Tierra, sería considerado relativamente cercano en cuanto a distancias astronómicas.

El efecto del Hechizo de Sucesión, el cual Hal había estado usando continuamente desde el día anterior, era invocar este cofre del tesoro, que contenía el legado de Salomón desde su escondite a una distancia inimaginablemente vasta.

A esta arca le tomó toda la noche atravesar el mar de estrellas y ahora estaba flotando sobre el Río Hudson.

El barco no había atracado con un ancla, pero estaba flotando inmóvil en la superficie del río. Como era de esperarse de la nave de un gran hechicero, a pesar de que era un barco de madera, poseía la inexplicable capacidad de atravesar la atmósfera como los dragones.

Hal miró el arca desde el Puente de Manhattan y habló por el transmisor militar.

―Abriré inmediatamente el tesoro para sacar los artículos. Asya y Rushalka, continúen atacando.

―Entendido. Espero que te fortalezcas tan pronto como sea posible.

Hal y Asya estaban conversando.

Su amiga de la infancia y Hazumi también habían confirmado la situación de la batalla desde el helicóptero en el aire.

―También he averiguado más o menos las características de la Runa de la Lanza del enemigo. Estaba esperando una oportunidad para aprovechar plenamente mis descubrimientos.

―Hablas de eso, ¿cierto? En lugar de una lanza, es más como una runa de falange.

―Sí. Ya que un ataque frontal no funcionará, planeo atacar por los flancos tanto como sea posible. Dicho eso, la versión de Hannibal de la falange es bastante móvil.

Falange: esta era una táctica de infantería que databa de la antigua Grecia.

Una hilera de soldados de infantería, cada uno equipado con una lanza y un escudo, de pie lado a lado. Entonces estas hileras eran repetidas en una formación rectangular. Durante el combate, los soldados marchaban manteniendo la formación rectangular y atacaban con sus lanzas. Cuando la hilera frontal era derrotada, la siguiente hilera aparecía, manteniendo así su fuerza ofensiva.

Debido a los números acumulados, la hilera de escudos también podía formar una fortaleza. La fuerza defensiva era evidente. Las puntas de las lanzas que apuntaban hacia arriba en las hileras siguientes también eran capaces de bloquear los proyectiles del enemigo.

Esta era una táctica militar de la antigua Grecia que combinaba la ofensiva con la defensa.

Sin embargo, la movilidad era relativamente baja debido a lo compactos que estaban los soldados. Esta era la debilidad de la táctica…

Asya verificó la situación de la batalla tras terminar la llamada. No sólo estaba Hal en el Puente de Manhattan, sino también Orihime y Akuro-Ou. El zorro-lobo blanco había salido del Modo Reina. Rushalka no estaba cerca ya que había ido a ejecutar el siguiente paso del plan.

El ejército de Hannibal actualmente estaba dirigiéndose al arca, avanzando sin impedimento alguno.

Ni el comandante ni las salamandras habían alcanzado la máxima velocidad, por lo que la situación aún no era urgente…

―Juujouji, cuento contigo para detener el ejército de lagartos después de que abra el cofre del tesoro.

―Muy bien… ¡Por favor, ten cuidado, Haruga-kun!

Hal asintió en respuesta a la preocupada chica y se centró en su tarea de «abrir la caja».

Ábrete sésamo. Hal tomó un atajo y omitió la mayor parte del hechizo. Del arca blanca salieron setenta y dos luces fantasmales de color blanco-azul.

Eran luces fantasmales con forma de dragón, con un tamaño similar al de los leviatanes.

―Serpientes de ectoplasma…

El catálogo de tesoros entró automáticamente en la mente de Hal mientras la Sucesión de Legado estaba en progreso.

Como resultado, Hal sabía todo. La verdadera identidad de las serpientes de ectoplasma eran las almas de antiguas leviatanes que habían perdido la forma física. A pesar de perder su cuerpo, no habían perdido su poder mágico…

Las setenta y dos fantasmales luces draconoides abrieron sus alas como aves y volaron por todo el cielo.

Las fantasmagóricas luces volaron libremente con gran agilidad, como aves marinas sobrevolando el océano. Entonces, algo pequeño y brillante cayó de las serpientes de ectoplasma hacia el Puente de Manhattan.

Hal levantó la mano derecha hacia el cielo y abrió la palma.

El objeto tirado por las serpientes de ectoplasma estaba descendiendo lentamente. Por último, cayó en la palma de Hal, el sucesor.

―El anillo de Salomón…

Era un anillo de oro, el instrumento de control de magia dejado por el gran hechicero de la antigüedad. Hal colocó el anillo en su dedo índice derecho y murmuró el nombre del anillo.

―¡La Runa del Anillo…!

Un nuevo símbolo mágico apareció en la palma derecha de Hal.

Un sello extremadamente simple como este «◎»: era la Runa del Anillo, no un arco ni una katana doble. Cuando esa runa apareció, el grupo de serpientes de ectoplasma exhibió un nuevo movimiento. Una tras otra volaron hacia Hal, quien estaba en el suelo.

Para ser precisos, su objetivo no era Hal, sino el anillo que estaba usando. El legado de Salomón absorbió una por una a las serpientes que estaban volando en el cielo.

Con setenta y dos almas dentro, el anillo aumentó abruptamente su poder mágico.

Y el sucesor del anillo podía controlar este poder arbitrariamente.

―¡¿ ?!

Además del poder mágico, hubo otro cambio drástico.

Desde el momento en que se puso el anillo, Hal pudo sentir la presencia de corazones.

Primero estaban los corazones de las serpientes reunidas dentro del anillo: estaban encantadas por regresar a la tierra después de miles de años, liberadas del arca que servía como gigantescos grilletes.

―Así que es un anillo que puede escuchar las voces de las «serpientes» y sentir sus pensamientos y sentimientos… ―murmuró Hal después de experimentar una de las funciones mencionadas en el catálogo.

Había un rumor respecto al Rey Salomón y un anillo mágico. La leyenda decía que el arcángel Miguel le había otorgado este anillo, dándole el poder de hacer que ángeles y demonios hicieran su voluntad además de la habilidad de escuchar las voces de todas las plantas y animales. Esta era una historia registrada en múltiples grimorios y el Antiguo Testamento de la Biblia.

Hal estaba usando el poder del anillo para expandir el rango de su percepción extrasensorial.

Akuro-Ou y Rushalka estaban bastante emocionadas por luchar contra el ejército de salamandras.

Además, las «serpientes» de las WotC, en Brooklyn, estaban tensas al sentir la presencia del Rey Dragón.

Igual que maquinas, las salamandras sólo obedecían las órdenes del Rey Dragón.

―Ahora que lo pienso, todas nuestras «serpientes» son hembras…

Hal lo recordó. Debido a su apariencia como bestias feroces, sin comunicarse de corazón a corazón como ahora, sería demasiado fácil olvidar que todos los leviatanes, los aliados de la humanidad, eran hembras.

Akuro-Ou y Rushalka eran auténticas damas, del mismo género que Orihime y Asya.

Sintiéndose ligeramente apenado, Hal estableció una conexión física con sus almas. Esto fue para producir poder mágico directamente, mucho más fuerte que antes, sin necesidad de usar los corazones de las brujas. Esta también era una habilidad otorgada a Hal por el anillo.

―¡Todo listo, Juujouji…!

―¡Entendido! Akuro-Ou, usa un movimiento especial para detener el avance de esos dragones. ¡No te contengas y usa magia de fuego para bombardearlos! ―Orihime respondió firme y enérgicamente a la petición de Hal.

 

Mientras las «serpientes» estaban recibiendo abundante poder mágico de Hal…

Hannibal y sus trescientas salamandras continuaron avanzando, a sólo 400 o 500 metros del Puente de Manhattan.

Su objetivo era aplastar al Tyrannos Haruga Haruomi y sus seguidores.

Habiendo obtenido suficiente velocidad, el ejército de Hannibal iba a llegar al Puente de Manhattan en unos diez segundos. En ese momento, Akuro-Ou atacó primero desde el puente.

Nueve puntas de flecha de color negro se habían manifestado sobre el zorro-lobo blanco.

Estas misteriosas puntas de flecha parecían primitivas herramientas de piedra elaboradas con obsidiana. Eran manifestaciones de la Runa del Arco.

Las nueve puntas de flecha de color negro se convirtieron en artillería flotante, alineadas frente al Puente de Manhattan.

Apuntando al ejército de Hannibal, todas las puntas de flecha se dispararon al mismo tiempo. Proyectiles de fuego fueron saliendo de sus puntas a una velocidad que excedía las cien veces por segundo.

Fuego automático: esta era la técnica de aniquilación asegurada que Hal había innovado cuando forjó su pistola mágica.

Desde luego, la ráfaga de balas estaba dirigida al ejército del Rey Dragón rojo.

Sin embargo, ni Hannibal ni las salamandras que lo seguían se detuvieron.

El hechizo de Ruruk Soun que decía «Oh mi lanza, toma el poder de la estrella septentrional para avanzar con ferocidad» continuó resistiendo la lluvia de balas generada por una técnica de aniquilación asegurada. El gran ejército siguió avanzando.

Aun así, la técnica de aniquilación asegurada de Akuro-Ou logró ralentizar al ejército de Hannibal.

Esto fue gracias a la implacable potencia de fuego abrumadora del modo automático.

―Akuro-Ou… El poder de tu pseudo-divinidad ha aumentado como se esperaba.

Desde el helicóptero que volaba sobre el Río Hudson, Asya observó la situación de la batalla en el Puente de Manhattan y asintió.

La potencia del poder mágico que Akuro-Ou usó era aún más fuerte que el de leviatanes emparejados con brujas de Nivel 5.

Esta bendición no se limitó sólo a Akuro-Ou.

―Si también podemos beneficiarnos de la Runa del Arco… ¡Rushalka!

Viendo que había llegado el momento, Asya llamó al dragón heráldico azul que había dejado el campo de batalla por su cuenta, volando a una altura de siete kilómetros sobre Nueva York, y esperaba la oportunidad de un ataque sorpresa.

―Activa la técnica de aniquilación asegurada mientras desciendes. ¡Ráfaga total!

Esta era la cuarta vez que usaba pseudo-divinidad hoy.

Con esto sólo quedaba una última invocación, lo que significaba que la carta triunfo de la Invocación Doble ya no estaba disponible…

En tal crítica situación, Rushalka se precipitó hacia el ejército de Hannibal.

Ella regresó al Modo Reina. Los dos brazos de rubí reaparecieron con un arco carmesí en el izquierdo y una flecha de hielo en el derecho.

Además, Rushalka no era la única arquera.

Después de comenzar su rápido descenso, arqueros de apoyo aparecieron detrás del dragón heráldico azul. Éstas se veían idénticas a Rushalka en su Modo Reina: clones, siendo alrededor de 1,000. Todos los clones estaban empuñando arcos carmesí y flechas de hielo.

El ejército de Rushalka disparó flechas mientras descendía hacia el ejército de Hannibal.

Con cada disparo, una nueva flecha era creada en la mano derecha. Rushalka y sus clones eran capaces de disparar flechas continuamente sin detenerse.

La Runa de la Lanza era impenetrable contra ataques frontales, pero impotente contra ataques por los flancos.

Con el fin de atacar esta debilidad, Rushalka se había elevado al cielo personalmente para lanzar un ataque sorpresa. Sin embargo, la compostura de Hannibal al manejar esta situación era frustrante.

―¡Oh lanza matadragones, ofrece protección imperecedera a mi gran ejército!

El Rey Dragón le ordenó a la lanza en su mano, desplegando así un débil resplandor perlado de manera instantánea.

El rango de protección del Rey Dragón rojo no sólo era lo suficientemente grande como para cubrir su propio cuerpo masivo, sino también a las trescientas salamandras bajo su mando.

Defendido por las runas de Ruruk Soun y la protección imperecedera, el ejército de Hannibal no tenía puntos ciegos.

Akuro-Ou y Rushalka continuaron lanzando técnicas de aniquilación asegurada por casi un minuto, pero ninguna salamandra fue derrotada, mucho menos el Rey Dragón.

Los cien clones de Rushalka también se desvanecieron completamente.

Sin embargo, Asya había guardado un movimiento secreto para el final.

Además de Akuro-Ou, Rushalka también había obtenido un extraordinario poder mágico gracias a la bendición de la Runa del Anillo. En particular, su poder mágico total rivalizaba al de Hannibal, quien era de clase Rey Dragón.

Una bruja Nivel 3 como Orihime podría haber sido incapaz de controlarlo completamente.

Pero en el caso de Asya, la bruja de clase maestra y el as más fuerte de Europa…

―Rushalka, llegó el momento. ¡Técnica de aniquilación asegurada, Arco Divino!

Rushalka bajó su altitud a casi el nivel del suelo.

Ella se dirigió al flanco del ejército de Hannibal que estaba avanzando hacia el Puente de Manhattan y utilizó la técnica mística definitiva de la Runa del Arco.

Brillando con un color dorado, la flecha de luz salió del arco carmesí.

En su estado actual, Rushalka podía disparar el arco divino sin usar la Invocación Doble de pseudo-divinidad.

Además, este as se volvió aún más efectivo por el ataque anterior de fuego automático que debilitó la protección imperecedera. Apostando todo en esta flecha, Asya la vio volar.

De aproximadamente 50 metros de longitud, la flecha de luz se convirtió en una gran serpiente de fuego.

La serpiente devoró las salamandras una tras otra, acabando con 40 o 50 al instante. La serpiente incluso envolvió a Hannibal y trató de tragárselo, este intentó apuñalarla usando su lanza matadragones, pero justo cuando el Rey Dragón levantó su lanza para atacar…, la gran serpiente de fuego explotó.

La gigante explosión sobre el Río Hudson tenía suficiente alcance para cubrir todo el ejército de Hannibal.

Los destellos de luz, las intensas llamaradas, el masivo estruendo y el viento de la explosión duraron por uno o dos minutos.

Cuando todo se calmó, el ejército enemigo había sido eliminado limpiamente. Ninguna salamandra quedaba en la escena. Incluso el gigantesco Hannibal Rojo no estaba a la vista.

La única bestia mágica aún en el aire era Rushalka en Modo Reina.

―¡A-Asya-san! ¡Lo hiciste! ―Hazumi gritó inmediatamente con alegría y abrazó a Asya con fuerza. En el mismo helicóptero, ella había estado viendo ansiosamente la valiente batalla de Asya.

Sin embargo, mientras veía celebrar a su angelical kouhai, Asya…

―¡Rushalka! ¡Desmaterialización de emergencia! Apresúrate… ¡Huye rápido! ―ordenó Asya inmediatamente sin siquiera tener tiempo para usar Detección del Enemigo.

No había una razón lógica. La reacción de Asya probablemente provenía de una creencia inflexible de que un Rey Dragón no podría haber muerto así de fácil. Sobre todo, ella había sentido una crisis inminente, suficiente para darle escalofríos.

Justo cuando Asya dio su orden, la lanza matadragones salió inmediatamente del Río Hudson.

Esta voló, dirigiéndose a Rushalka, y perforó la armadura carmesí en el pecho.

Afortunadamente, Asya ya había ordenado retirarse. Justo antes de que la punta de la lanza atravesara su corazón de metal, Rushalka desapareció instantáneamente.

Justo a tiempo, pero no ilesa.

―Gu… ¡Ahhhhhh!

―¡¿Asya-san?!

El dolor producido por un arma matadragones no sólo lo experimentaba la serpiente, sino también la contratista.

Agarrándose el pecho, Asya colapsó hacia adelante. Ella sintió como si un gigantesco agujero se hubiera abierto en su corazón y tenía dificultad para respirar apropiadamente.

Hazumi rápidamente ayudó a Asya, quien no podía pararse por su cuenta.

Por otra parte, la lanza que había causado la retirada de Rushalka permaneció inmóvil en el aire. Estaba esperando que su amo saliera del río y la recuperase.

―La repentina amplificación de poder realmente me sorprendió… Sin embargo, hay límites para un «falso Rey Dragón». Dicho esto… ―Hannibal volvió a agarrar la lanza matadragones y murmuró tranquilamente―. Sería diferente si pudiera luchar directamente contra la reina del pasado. Oh Tyrannos del Arco, tienes muchos trucos bajo la manga.

El Rey Dragón Hannibal miró hacia el Puente de Manhattan.

Sobre el puente ya no estaba Akuro-Ou, sino la Reina Carmesí. En otras palabras, el cuerpo físico de Hinokagutsuchi de cuando vivía como Reina Dragón. Uno actualmente podría considerarlo como el avatar de Haruga Haruomi.

Sin embargo, Asya se sintió muy intranquila.

Entre ella y su amigo de la infancia había un vínculo del pacto y una conexión de magia.

A pesar de eso, actualmente no podía sentir la presencia de la Runa del Arco en la Reina Carmesí. Ni tampoco estaba la presencia de la Runa de las Katanas Gemelas.

¿Esa realmente era la Reina Carmesí?

Asya rezó por la seguridad de Hal mientras soportaba la intensa agonía en su pecho.

 

Parte 5

De hecho, Hal lo supo desde que se puso el anillo de Salomón.

―Sí, tal como lo sospechaba.

Todo había salido excesivamente bien, siguiendo el guión escrito por el gran hechicero de la antigüedad. Este proceso perfecto se había iniciado desde el descubrimiento del grimorio.

Parecía que el Rey Salomón sinceramente buscaba a una persona talentosa para que fuera su sucesor.

Todo fue con el fin de confiarle el anillo que representaba su autoridad y su runa a la persona talentosa que aparecería algún día… y entonces robarle todo: cuerpo, mente, runas y demás.

¿El verdadero motivo de Salomón simplemente era «resucitar en el mundo presente»?

―Por favor, sorpréndeme con un resultado diferente, de ser posible… Owww.

―¡Haruga-kun! ¡¿Estás bien?!

Un repentino dolor de cabeza atacó a Hal y lo puso de rodillas. No tenía la fuerza suficiente para responderle a Orihime, quien había corrido hacia él. Su cabeza dolía como si estuviera a punto de partirse en dos, o más bien, pulverizarse.

―¡Ahhhhhhhhhhhhhh!

Agarrándose la cabeza, Hal rodó y gritó.

No podía mantenerse sentado, mucho menos pararse. Estirándose o mirando hacia arriba, él continuó rodando y soportando el intenso dolor en su cabeza.

―¿U-Un círculo mágico de Ruruk Soun…?

El símbolo «◎» apareció en el asfalto donde Hal estaba rodando. Era el sello que representaba a la Runa del Anillo. Al mismo tiempo, había veinticuatro runas de Ruruk Soun rodeando el símbolo para formar un círculo.

El arreglo significaba «como el sucesor de Salomón, eres el sacrificio.»

Qué maldición tan aterradora. Por supuesto, el cerebro detrás de esta trampa era el Anillo de Salomón, el cual actualmente estaba en el dedo índice derecho de Hal.

En un intento por separar completamente de su cuerpo la mente de Hal, el anillo estaba atacando su mente.

Si Hal perdiese, su cuerpo y sus runas serían robados por el anillo de Salomón…

―Ahora que lo pienso… definitivamente había muchas cosas extrañas… Cuando descubrí las runas del Arco y las Katanas Gemelas, ambas estaban inactivas… Sólo la runa del anillo había descendido del cielo en un estado despierto…

Hal estaba acostumbrándose ligeramente al dolor de cabeza, lo que le permitió arrojar tales comentarios pese a su mala condición.

Mirando la mano derecha de Hal, Orihime gritó.

―¡Espera! ¡Removeré el anillo!

―A-Aún no… Aunque el anillo me está causando mucho dolor, estoy seguro de que todavía es útil. Déjame usarlo, al menos durante esta batalla contra Hannibal… ―Hal rechazó con delicadeza la sugerencia de la amable chica.

Su cabeza seguía doliendo intensamente, lo cual le impedía levantarse. Sin embargo, Hal finalmente pudo dejar de rodar y terminó boca arriba con las extremidades extendidas.

Hal volteó a ver la batalla sobre el Río Hudson.

En ese momento, Akuro-Ou estaba soltando una ráfaga de balas mientras Rushalka hacía su descenso rápido.

Sin los beneficios del anillo, la operación decidida durante su breve llamada con Asya habría fracasado.

Orihime miró a Hal con preocupación e inmediatamente se sentó junto a él.

Ella se tomó la molestia de sentarse en seiza, arrodillándose incómodamente en el duro asfalto, para poder poner la cabeza de Hal sobre sus piernas. Atormentado por el insoportable dolor, el único consuelo de Hal eran las amables acciones de Orihime.

Mientras Hal observaba la batalla en tal estado, Rushalka finalmente disparó el arco divino.

Con eso, el ejército de salamandras por fin fue eliminado. Incluso Hannibal desapareció. Sin embargo, Rushalka después tuvo que hacer una retirada de emergencia por el ataque de la lanza matadragones. El Rey Dragón rojo hizo un contraataque desde el agua…

―¿Huh..? ¡Ahhhhhhhhhhhhhhhhh! ―Hal gritó.

Esta vez no sólo le dolía la cabeza, sino también su palma derecha.

Este dolor se sentía como si la piel de su mano derecha estuviera siendo arrancada. Al mirar más de cerca, Hal vio partículas de luz roja saliendo de esta antes de elevarse lentamente en el aire.

Estas partículas eran bastante numerosas. La luz roja se reunió en una masa gigantesca de casi el mismo tamaño que un dragón.

Inmediatamente después, la escena ante sus ojos llenó de incredulidad a Hal.

―¡¿La Reina Carmesí?!

La luz roja que salía de su palma se había convertido en la Reina Carmesí, la cual uno podría considerar su avatar.

Sin siquiera mirar a Hal, la Reina observó casualmente el área del Puente de Manhattan.

―No es tu turno de debutar… ¡Regresa rápido!

El dolor de cabeza de Hal disminuyó ligeramente. Acostado en el suelo, soltó un grito.

Sin embargo, la Reina Carmesí no respondió. Sólo entonces Hal notó que la runa visible en la palma de su avatar rojo no era la Runa del Arco, sino la Runa del Anillo.

―La reina ha sido robada…

―¡¿Ehhhh?! ―Orihime exclamó con sorpresa después de escuchar el murmullo de Hal.

Él probablemente presentó una abertura de la cual tomar ventaja mientras estaba usando técnicas de aniquilación asegurada en sucesión, las cuales agotaron sus reservas de poder mágico.

La figura majestuosa de la Reina Carmesí flotaba sobre el Puente de Manhattan.

A pesar de ser ligeramente más pequeño que el Rey Dragón Hannibal, el dragón rojo no carecía de poder ni de elegancia. Un arma se formó en su mano derecha.

En lugar del arco matadragones, era un anillo dorado con un diámetro de siete metros o más.

Esta era la manifestación de la Runa del Anillo como medio mágico. Actualmente, el anillo de Salomón tenía control sobre la reina.

―¡Hahahaha! ¡Luchemos de nuevo después de tanto tiempo, Reina!

Hannibal rugió con alegría y voló hacia el Puente de Manhattan.

Su intención era atravesar a la Reina Carmesí con la punta de la lanza matadragones. Hal no sabía si el anillo de Salomón quería evitar una confrontación directa, puesto que la reina se elevó rápidamente.

La Reina roja de los dragones aumentó su altitud instantáneamente con Hannibal detrás de ella.

Con Hannibal como oponente, ¿cuánto podría pelear el anillo de Salomón? A este paso, Hal podría terminar perdiendo su as, la Reina, por nada…

Hal quería ponerse de pie pero no podía reunir fuerza.

Su dolor de cabeza ya había mejorado, quizá porque el anillo de Salomón se había enfocado su atención en la Reina Carmesí. Sin embargo, Hal aún sentía agotamiento en todo su cuerpo, lo que le impedía levantar siquiera un dedo.

―¡Haruga-kun! ¡Esta vez sacaré el anillo definitivamente!

Viendo que la situación era crítica, Orihime agarró con fuerza la mano derecha de Hal.

Pero justo cuando estaba por sacar el anillo…, ella se sorprendió. Como se esperaba de un artefacto mágico, el anillo ni siquiera se movió.

―Esto no es bueno… Bueno, sospeché desde el principio que esto sucedería…

―A-Aunque también estoy muy preocupada por eso, Haruga-kun, ¡¿cuándo se volvió así tu brazo?!

Hal simplemente hizo «¿huh?» e inclinó la cabeza ante la pregunta urgente de Orihime.

Incapaz de comprender, él miró a su brazo derecho.

El anillo de Salomón aún estaba en su dedo índice. Un brillo entró a la vista: todo su brazo se veía como si hubiese sido recubierto con una capa de vidrio. Era de noche y la superficie de su brazo estaba reflejando la luz de las estrellas.

Orihime acarició suavemente a Hal desde su palma derecha hasta su antebrazo.

La textura parecía metal, frío y duro, pero las articulaciones aún podían reflexionarse y moverse libremente. Hal había revisado muchas veces previamente.

―… Qué molestia. Usualmente esto no pasa a menos que me concentre demasiado. Nunca esperé que esto le ocurriese a mi cuerpo mientras enfrento al anillo.

Cuando obtuvo a la Reina Carmesí, este cambio se había limitado a su mano, desde los dedos a la muñeca.

Después de adquirir recientemente las Katanas Gemelas, se había extendido hasta su codo. En este momento, el fenómeno del endurecimiento se había extendido hasta su hombro derecho. Esto probablemente era un efecto por obtener el Anillo.

―Se parece al cuerpo de un dragón, frío y duro.

―…

―¡¿Era esto de lo que estaba hablando el hombre de negro la última vez?! ¡Él dijo que algún día podrías convertirte en un dragón, Haruga-kun…!

―Tal vez.

El misterioso Sófocles había dicho esto una vez frente a Hal y Orihime.

«En el pasado, el tipo de criaturas no-dragón conocidas como dragones ‘híbridos’ eran en realidad inesperadamente comunes. Por supuesto, los dragones puros también eran muy numerosos.»

Y pensar que un humano podría transformarse o renacer como un dragón…

Hal no quería parecer morboso, por lo que simplemente se recostó en el suelo y se encogió de hombros. Por otra parte, Orihime parecía bastante exaltada.

Después sus ojos brillaron y grandes lágrimas empezaron a caer.

―¡Idiota! ¡¿Por qué no confiaste en mí?!

―Esta clase de cosas… sólo harían que el confidente agonice y te estaría causando problemas.

―¡Por supuesto que no! Somos amigos y camaradas y yo… te amo, Haruga-kun. ¡Cueste lo que cueste, deseo ayudarte!

―… ¿Huh? ¿Q-Qué quieres decir?

―Yo… te amo, Haruga-kun. No el amor entre amigos, sino el amor hacia un hombre. Te amo profundamente.

La reflexiva pregunta de Hal suscitó inmediatamente la confesión de Orihime. Además, era una confesión en la cual no había espacio alguno para malas interpretaciones.

Orihime miró fervientemente a Hal. Todas las ligeras sospechas que había tenido hasta ahora fueron verificadas instantáneamente en este momento.

Hal fue dominado por la urgencia. Tenía que darle una respuesta rápida a Orihime.

Desde hace mucho tiempo he sentido por ti… Justo cuando Hal estaba por comenzar…

Los labios de Orihime se acercaron repentinamente y lo besaron ligeramente en los labios.

―¡¿Juujouji?!

―M-Mis disculpas. Pensé que podría perder contra Luna-san si no ofrecía algo más que una confesión… ―dijo Orihime tímidamente.

Hal sentía que su cerebro estaba a punto de hervir.

Sus pensamientos y sus sentimientos estaban extremadamente confusos.

Todo su cuerpo sentía una alegría excepcional. Este también era el momento más feliz en la vida de Hal. El deseo de atesorar los sentimientos de Orihime casi estaba a punto de explotar. Sin embargo, él actualmente estaba en una situación crítica. El apremiante problema de Hannibal tenía que resolverse. Ahora no era el momento de estar haciendo esta clase de cosas.

Mirando al nervioso Hal, Orihime acercó sus labios de nuevo.

Este fue el segundo beso. Sus labios se sobrepusieron por más tiempo que la primera vez. Probablemente duró más de veinte segundos.

Ella incluso se atrevió a extender tímidamente su inexperta lengua.

Usando su lengua, Orihime buscó la de Hal y las enredó lentamente.

Sólo tras haberse besado por bastante tiempo, ellos finalmente separaron sus labios y se miraron apasionadamente. Estaban tan cerca que sus frentes casi estaban tocándose y podían sentir claramente el aliento del otro.

―J-Juujouji…

―No quiero perder… No quiero perder contra Luna-san ni contra nadie más… Esta es la primera vez que me siento así. Haruga-kun, ¿me perdonas por lo que hice…?

―C-Claro.

―¿Aceptas contarme todo a partir de ahora? Quiero volverme parte de tu fuerza, Haruga-kun. Deseo hacer muchas cosas por ti, Haruga-kun.

―C-Claro.

―¿Tengo permitido… amarte, Haruga-kun? ¿O está prohibido el romance dentro del equipo?

―¡Por supuesto que puedes, Juujouji!

―¡Gracias!

Orihime se lanzó sobre Hal, quien estaba recostado en el suelo, y lo abrazó fuertemente.

Todo el cuerpo de Hal podía sentir sus maravillosas curvas y su temperatura corporal, lo cual lo puso muy nervioso. Sin embargo, los momentos como este requerían de compostura. Debía recordar el «modo sabio» que había implementado en la playa de Izu la última vez.

Por otro lado, Orihime recobró sus sentidos y su rostro se tiñó de rojo brillante.

―L-Lo siento. Me dejé llevar por la ligera confusión al ver el inusual cambio de tu cuerpo… e hice eso. P-Pero debes saber que mis sentimientos no son mentira, ¿bien?

―L-Lo sé. ¡Por supuesto que lo sé!

―Realmente te amo mucho, Haruga-kun… Te amo.

Maldición; le era imposible calmar su mente. Orihime era demasiado adorable.

Sin embargo, él tenía otras cosas de las que preocuparse por el momento. Necesitaba encontrar una solución para la gran crisis de que la Reina Carmesí hubiera sido robada.

Irónicamente, la solución a este problema se encontraba en el anillo de Salomón.

Según las leyendas, la posesión de este anillo le permitía al usuario doblegar a ángeles y demonios ante su voluntad y escuchar las voces de los animales y las plantas. Así fue como Hal había escuchado anteriormente los corazones de los leviatanes.

Esta función aún seguía en vigor. Aunque quisiera interrumpir esta función, Hal no tenía manera de quitarse el anillo.

En ese momento, Hal lo percibió. A un costado, viendo a su ama y compañera participar en una muestra de afecto, el zorro-lobo de nueve colas quería transmitir un mensaje.

―Akuro-Ou… ¿Sabes cómo recuperar a la reina?

Orihime también percibió los pensamientos de su compañera.

Anteriormente, la gigantesca bestia blanca había desatado un bombardeo contra el Ejército de Fuego. Su tranquila mirada estaba observando a Hal y a Orihime cuando repentinamente volteó a otro lado; Akuro-Ou estaba mirando donde había caído la pistola mágica de Hal.

Hal había tirado accidentalmente la pistola mientras rodaba en el suelo después de ponerse el anillo. Orihime inclinó la cabeza y dijo:

―¿Que usemos esta pistola?

Akuro-Ou transmitió la imagen mental de una «espada».

«La destrucción del mal para ejercer la justicia»: esta era una técnica mística de las gloriosas Katanas Gemelas. Comprendiendo el significado implícito, Hal dijo:

―¡Juujouji, ese es el movimiento que usamos en la Corte del Palacio Dragón…! ¡Podría ser inapropiado llamar a esto un golpe de buena suerte, pero ahora mismo con Hannibal ayudándonos a mantener ocupado a Salomón, debería funcionar!

―¡…!

Abrazando a Hal todo este tiempo, Orihime no pudo evitar quedarse sin aliento por la sorpresa. Ella se levantó inmediatamente para recuperar la pistola mágica y dijo:

―Por cierto, Haruga-kun, parece que estás al mismo nivel que Salomón. En un enfrentamiento directo, definitivamente hay una oportunidad de ganar… ¡Haruga-kun! ¡Akuro-Ou y yo haremos un intento, así que, por favor, danos tu poder!

Diciendo eso, Orihime inmediatamente ayudó a Hal a levantarse y después lo abrazó con fuerza. Y no sólo eso; el voluptuoso busto de Orihime estaba presionándose contra Hal, una sensación que él ya había experimentado varias veces. Además de ser suaves y elásticos, rivalizaban en tamaño con un par de pequeños melones.

―J-Juujouji, aun sin inyectar mi poder mágico, Akuro-Ou debería ser capaz de hacerlo en su estado actual…

―S-Sí, podría ser posible, pero no tengo mucha confianza en mí misma, por lo que me gustaría continuar lo que hicimos la última vez… ¿No? ―preguntó Orihime ruborizada.

Hace poco, Asya y Rushalka habían utilizado el arco divino sin la Invocación Doble. Sin embargo, esto no garantizaba que Orihime pudiera hacer lo mismo.

Hal cedió. Al mismo tiempo, él se sentía inusualmente nervioso.

Estaba tan cerca de Orihime que sus narices estaban a punto de tocarse y podía ver claramente sus ojos húmedos y ferviente expresión. Este momento estaba estimulando su ritmo cardíaco de una manera completamente diferente a cualquier otro momento.

―P-Por supuesto que puedes. Sí.

―Gracias. Definitivamente… haré mi mejor esfuerzo. E-Entonces procede, por favor. Como la última vez, ¿bien?

Esta también era la primera vez que Orihime lo instaba de esta forma. Qué adorable.

Hal gritó «¡Juujouji!» sin pensar y la abrazó con fuerza, extrayendo así poder mágico de su corazón y enviándolo al corazón de Juujouji.

―Mm… Haruga-kun, te amo tanto…

Proclamando su amor por él, la chica gimió en éxtasis, recibiendo lentamente el torrente de poder mágico.

Orihime acarició suavemente la espalda de Hal con su mano derecha.

Su mano izquierda empuñaba la pistola mágica. Repentinamente, la manifestación de la Runa de las Katanas Gemelas apareció bajo la pistola: una bayoneta con una hoja de unos quince centímetros.

Las nueve colas de Akuro-Ou también cambiaron. La primera cola del lado derecho manifestó una espada larga, mientras que la primera cola del lado izquierdo manifestó una espada más pequeña.

Las puntas de las colas estaban dobladas como puños humanos. El zorro-lobo estaba empuñando el par de espadas, una larga y una corta, con destreza.

Levantando las dos espadas, Akuro-Ou formó una cruz con las hojas.

Y así, los preparativos estaban listos. Orihime continuó apoyando el cuerpo de Hal con su mano derecha mientras levantaba la pistola mágica en la izquierda, apuntándole al anillo de Salomón.

Estaba apuntando a la mano derecha de Hal, al anillo dorado en su dedo índice…

Diecinueve runas de Ruruk Soun aparecieron sobre Akuro-Ou, las cuales significaban «Invoco a las espadas gemelas del exorcismo para impartir castigo seráfico a los nefastos dragones malvados».

Cortar el poder mágico de una runa matadragones y neutralizarla: ese era el efecto de la Cruz Divina de las Katanas Gemelas, una técnica de aniquilación asegurada. No sólo borraba el poder mágico, sino que también era una técnica de exorcismo que infligía daño al dueño de ese poder mágico.

Las dos espadas levantadas estaban empezando a emitir un brillo dorado.

Sin embargo, la luz parpadeaba; desaparecía y reaparecía.

El proceso no estaba saliendo bien. Con sólo poseer una gran cantidad de poder mágico no era suficiente para usar esta técnica. La última vez, Luna Francois había dicho que «El bien y el mal, lo correcto y lo incorrecto, el yin y el yang, lo diabólico y lo divino… Encomienda elementos contrarios de las katanas gemelas para así producir un ataque que represente la rivalidad de los opuestos complementarios. Ya que esta magia requiere de tal complejidad para ejecutarla…»

El atroz acto de blandir una bendita y sagrada espada divina para matar.

Esta paradójica técnica especial requería de la coexistencia de elementos mutuamente incompatibles. A decir verdad, llevarla a cabo sería un desafío tanto para Luna como para Asya por su cuenta.

Pese a obtener poder mágico de Hal, era demasiado difícil para Orihime, después de todo.

Aun así, ella trató de hacer su mejor esfuerzo.

―Resiste, Haruga-kun. ¡Te salvaré definitivamente …!

Sujetando la pistola mágica en su mano izquierda, y apoyando a Hal con la derecha, Orihime gritó con fuerza. Ella estaba dedicando todo su cuerpo, mente y alma, tratando desesperadamente de controlar el poder mágico.

Las espadas gemelas sobre sus cabezas seguían parpadeando.

Sin embargo, el resplandor dorado se debilitó gradualmente. El intento de Orihime iba a terminar en fracaso, sus esfuerzos desesperados resultarían inútiles. Pero justo antes de que eso ocurriera…

―T-Te falta poco, Orihime-san. Déjame ayudar también…

―¡¿Asya-san?!

Asya había llegado ante ellos sin que se dieran cuenta.

La amiga de la infancia de Hal se veía demacrada mientras se apoyaba en el hombro de Hazumi. No obstante, ella acercó su cuerpo herido y colocó la mano en la pistola mágica empuñada en la mano de la bruja novata.

Orihime y Asya. Sujetando juntas la pistola mágica, las dos controlaron la técnica de aniquilación asegurada.

Finalmente, las espadas gemelas, que formaban una cruz, liberaron un deslumbrante brillo dorado. Esta luz cegadora, como la del sol, brilló sobre Hal y sus compañeras.

Usando la punta de la bayoneta, Orihime y Asya la clavaron en el anillo de Salomón.

Separado del dedo de Hal, el anillo cayó y rodó en el piso de asfalto.

Este fue el momento de éxito de la técnica de exorcismo ejecutada por las espadas gemelas y las dos brujas.

 

Parte 6

―Eso costó mucho trabajo, pero finalmente terminó… ―murmuró Hal y recogió el anillo de Salomón.

El dolor de cabeza y el agotamiento habían pasado y él al fin podía moverse libremente. Esto fue debido a que la Runa de las Katanas Gemelas disipó el poder del anillo.

Hal miró el anillo por un momento… y entonces lo colocó de nuevo en su dedo índice derecho.

―¡¿Haruga-kun?!

―¡Haruomi!

―¡¿Senpai?!

Las tres brujas que observaban a un costado ―Orihime, Asya y Hazumi― se sobresaltaron al mismo tiempo.

Uno difícilmente podría culparlas. Después de todo, este anillo era el culpable de la conmoción previa. Sin embargo, no se podía negar que era una herramienta extremadamente útil. Por supuesto, uno no querría desperdiciarlo.

…Tratando de despojar a Hal de su mente y sus runas, el anillo volvió a liberar poder mágico.

El dolor de cabeza regreso. No obstante, ya que era la segunda vez, Hal ya casi estaba acostumbrado al dolor. En comparación con la primera vez, era fácil de soportar. Por otra parte…

Hal enfocó su mente en la palma de su mano derecha, lo que hizo que un sello en forma de cruz apareciera instantáneamente.

Con la capacidad de desterrar el mal y ejercer la justicia, en pocas palabras, era la Runa de las Katanas Gemelas con poderes divinos de exorcismo. Brillando con esplendor en la mano de Hal, ésta suprimió la maldición de Salomón.

―Juujouji tenía razón. Estoy en un nivel similar a mi predecesor, así que no debería perder tan fácilmente. Ya tengo una buena idea de su habilidad.

―Aun así, eso fue demasiado imprudente… ―murmuró Asya con una expresión de exasperación.

Hal se encogió de hombros y dijo:

―Nunca actuaría imprudentemente si no hay beneficio. Pero esta vez el resultado fue bueno.

A pesar de haberse puesto el anillo de Salomón, él esta vez no podía percibir los corazones de las «serpientes».

Después de todo, aún no había dominado el uso del anillo. Sería pedir demasiado en este momento. No obstante, ya había partes que podía controlar según sus deseos…

Hal cerró los ojos e imaginó a la Reina Carmesí.

La imagen apareció gradualmente bajo sus párpados. Era un vínculo a la perspectiva actual de la Reina:

-El cielo sobre Central Park en Manhattan.

-La intensa batalla aérea en progreso contra Hannibal Rojo.

-El anillo dorado que servía como el arma de la Reina, usado como frisbee para ejecutar ataques a distancia. Hannibal blandió su lanza matadragones para repelerlo. El anillo regresó a la mano de la reina.

-Poco después, la Reina Carmesí levantó el anillo dorado.

-El anillo comenzó a emitir un sonido extremadamente desagradable y disonante:

«¡Nyyyaaaarrrllaaaaaathooooooottt… @@×●□◎△+=*¥!.»

-Afectado por este bizarro sonido, Hannibal perdió velocidad considerablemente.

-Esta era una técnica de aniquilación asegurada inherente a la Runa del Anillo. Nueve runas de Ruruk Soun aparecieron frente al anillo sujetado por la reina, las cuales significaban: «Yo reproduzco el sonido de la estrella del agravamiento para desorientar las mentes sensibles.»

-El Rey Dragón rojo rugió con emoción y placer: «¡Trucos estúpidos!». La ferocidad del enemigo y los molestos obstáculos sólo servían para aumentar su diversión.

―Aunque tu pelea está muy emocionante, es momento de que recupere a la Reina… ―murmuró Hal cerrando los ojos.

Inmediatamente, una nueva escena se desarrolló en la batalla mostrada bajo sus párpados.

-El anillo dorado usado como arma por la Reina Carmesí se desvaneció repentinamente.

-Lo que lo reemplazó fue un arco carmesí que apareció en la mano izquierda de la Reina junto con una flecha de luz en la derecha. Ella preparó la flecha y disparó. Al mismo tiempo, una nueva flecha apareció. La Reina Carmesí continuó disparando en sucesión.

-La aparición del arco y las flechas hizo que Hannibal dijera «¿Oh?» y entrecerrase los ojos, desplegando la protección imperecedera. Las incontables flechas fueron bloqueadas por la barrera perlada.

―A juzgar por la situación, las cosas deberían estar bien por ahora… ―dijo Hal suavemente y abrió los ojos. Acababa de recuperar el control de la Reina―. Planeo participar en el enfrentamiento final. Asya y Juujouji, ¿por qué no se toman un descanso aquí?

La intensa batalla hasta ahora había agotado la pseudo-divinidad de Asya y lastimado su corazón.

Asimismo, Orihime ya no podía usar pseudo-divinidad. Además estaba el hecho de que ella había sido bastante imprudente a fin de ejecutar una técnica de aniquilación asegurada que requería de habilidades de élite para controlarla, agotando así totalmente su mente y cuerpo. No estaba en condiciones para pelear aún más.

Después de escuchar la petición de Hal, su amiga de la infancia suspiró.

―Entiendo… Te escucharé esta vez para evitar meterme en tu camino. Sin embargo, tengo una pregunta completamente no relacionada.

―¿Qué?

―¿Por qué tú y Orihime-san estaban abrazándose hace un momento, Haruomi…?

―¡¿ ?!

Hal se quedó sin palabras ante la penetrante pregunta de Asya.

Hablando de eso, su abrazo con Orihime al parecer había sido presenciado. Tras usar el arco divino, Asya y Hazumi le habían pedido al piloto del helicóptero que aterrizara en el Puente de Manhattan, llevándolas directamente a reunirse con Hal. Gracias a que tomaron esa acción, la escena final de «¡Asya viene al rescate!» se hizo posible.

Afortunadamente, la escena del beso no fue presenciada. Hal entró en pánico considerablemente.

*Ahem*. Orihime tosió ligeramente y dijo con una expresión alegre:

―Asya-san, Haruga-kun estaba transmitiendo poder mágico para ayudar a compensar mis deficiencias. Es por eso que tuvimos que juntar nuestros cuerpos.

―¿E-En serio?

―Tal vez pareció un acto bizarro, pero eso sería un malentendido. Nosotros simplemente estábamos realizando un paso esencial con el fin de cumplir la misión. Espero que no lo malinterpretes de cierta manera, por favor.

Asya sólo pudo responder «ya veo» y asintió después de que Orihime respondió fluidamente.

A pesar de sus dudas, ella no tenía evidencia para insistir en el asunto. Por otra parte, Hazumi era tan pura como un ángel y asintió sinceramente.

―Vaya… ¡¿Incluso esa clase de cosa es posible, Senpai?!

―Sí, supongo.

Hal evitó hablar todo lo posible y asintió.

Hizo contacto visual con Orihime. Habiendo evitado una crisis, la chica japonesa le asintió con los ojos de un cómplice. Sin decir nada, su expresión y mirada parecían expresar: «Sería problemático que un romance dentro del equipo saliera a la luz, así que debemos mantener confidencialidad…»

Encontrando confiable la respuesta de Orihime y sintiéndose ligeramente culpable al mismo tiempo, Hal cambió de tema.

―Bien. Es hora de…

―Déjamelo a mí, Senpai. ¡Por favor, Minadzuki, préstanos tu poder!

En cuanto terminó de hablar, Hazumi entonó una canción de invocación.

La serpentina leviatán de color esmeralda, Minadzuki, se materializó sobre ellos.

Esta era su tercera oleada de ataque que habían mantenido en reserva hasta ahora. Aunque un poco incierto el aspecto de la fuerza de combate, este era el último vasallo a quien Hal podía confiar el poder matadragones.

―Ya que soy tu asistente, Senpai… ¡Permíteme seguirte hasta el final! ―Hazumi reprimió su intranquilidad por la inminente batalla contra un Rey Dragón y declaró firmemente.

 

La apariencia de Hinokagutsuchi en su pasado como Reina Dragón: la Reina Carmesí.

Al obtener su corazón de metal, Hal había dado un paso más y reclamó el cuerpo físico de la Reina. Sin embargo, hasta ahora todo lo que podía hacer era usarlo por un tiempo limitado.

El obstáculo era la potencia del corazón de Hal, es decir, su corazón de metal.

El corazón de Hal era incapaz de generar el masivo poder mágico necesario para mover y mantener un cuerpo de clase Rey Dragón. Alcanzar ese nivel probablemente sería esencial para conquistar el Camino a la Realeza como le había dicho Sófocles.

Expandir su territorio por toda la Tierra y el universo, erigir numerosos monolitos que se asemejaban a artefactos para generar poder mágico, extraer poder mágico del suelo como imposición tributaria: si fuese a seguir esta secuencia, él probablemente ascendería al trono de Rey Dragón como la Princesa Yukikaze o Hannibal.

Sin embargo, actualmente, la Reina Carmesí bajo el control de Hal aún portaba poder mágico que rivalizaba con el de Hannibal a pesar de su incapacidad para enfrentar al más fuerte Rey Dragón en un combate directo.

Todo esto era gracias al anillo de Salomón y la Runa del Anillo.

Hace poco, este instrumento de control mágico había absorbido el poder mágico de setenta y dos almas de serpiente.

Con el propio poder mágico del anillo y aquel producido por el corazón de Hal… Combinando todas estas fuentes, Hal pudo improvisar suficiente poder mágico para igualar a un enemigo de clase Rey Dragón.

Por lo tanto, el cuerpo de la Reina Carmesí no se derrumbó como en las batallas previas.

―Aunque no estoy seguro de cuánto puede hacer este anillo… ―murmurando, Hal le habló en silencio a su avatar.

Por favor, continúa atrayendo de esa forma la atención de Hannibal.

La Reina Carmesí actualmente estaba mirando los rascacielos de Viejo Manhattan desde una altura de setecientos metros mientras se enfrentaba con Hannibal Rojo en una batalla aérea.

Los dos dragones estaban volando a casi la misma altura con aproximadamente un kilómetro separándolos.

Como un esperaría, quien atacó primero fue la Reina, equipada con armamento de largo alcance. Usando el arco carmesí, ella disparó continuamente flechas de luz para producir una ráfaga de proyectiles. Aun sin usar una técnica de aniquilación asegurada, esta oleada de ataques ya igualaba la potencia de fuego del ataque anterior de Akuro-Ou.

Además, este era un ataque concentrado con Hannibal como su único objetivo.

En términos de daño potencial, los consecutivos disparos de la Reina probablemente eran más poderosos.

―¡I-Increíble, Senpai!

―No puedo creer que haya una brecha tan grande entre un Rey Dragón y nuestros leviatanes… ―Hal observaba las habilidades de arquería de la Reina mientras conversaba tranquilamente con Hazumi.

Actualmente ambos se encontraban en el Rockefeller Center ―el corazón de Viejo Manhattan―, en el observatorio del Edificio GE. El último piso de este edificio de setenta pisos solía llamarse «Top of the Rock» debido a su excelente y amplia vista del escenario nocturno de Nueva York.

Los dos habían sido transportados aquí al montar en la palma de Minadzuki.

Aunque estaban a dos kilómetros de la batalla aérea, al usar magia de Amplificación Visual eran capaces de ver claramente a los dos dragones peleando intensamente.

… La Reina Carmesí continuó utilizando su preciada habilidad con el arco para disparar sucesivamente.

Por su parte, Hannibal usó una técnica de aniquilación asegurada. El arreglo de runas con el significado de «Oh lanza mía, toma el poder de la estrella septentrional y avanza con ferocidad» apareció frente a él y bloqueó todas las flechas.

Blandiendo la lanza, el Rey Dragón avanzó lentamente de esta manera.

Sin embargo, la reina también tomó contramedidas: la trayectoria de las flechas cambió.

Todas las flechas disparadas frontalmente fueron bloqueadas. No obstante, la Reina Carmesí procedió a disparar flechas con una trayectoria curvada para evadir hábilmente a las runas de Ruruk Soun que bloqueaban el frente. Las flechas se clavaron en el cuerpo gigantesco de Hannibal una tras otra.

Como bumerangs, las numerosas flechas dieron vuelta a pesar de haber errado el objetivo.

Estas flechas atacaron la espalda, cabeza y parte baja de Hannibal.

El Rey Dragón rojo se defendió usando la protección imperecedera y gritó:

―¡Oh brillante lanza de la estrella septentrional, otórgame mil lanzas!

Posteriormente reveló su arma: la lanza matadragones. El mástil de la lanza era de color negro y tenía un tamaño comparable al cuerpo de un dragón que excedía los veinte metros.

Mil lanzas, completamente idénticas a esta arma, aparecieron repentinamente en el área.

Además de utilizarse para estocadas, las lanzas podían también ser arrojadas como proyectiles. Naturalmente, una puntería precisa como el de un arco y flecha sería imposible. Pero si uno fuera a emplear un batallón de infantería para arrojar estas al enemigo al mismo tiempo, no habría necesidad de apuntar.

La técnica de aniquilación asegurada de Hannibal replicaba este tipo de ataque.

Del total de mil lanzas, decenas primero volaron hacia la Reina Carmesí. Desde luego, esta última desplegó la protección imperecedera para defenderse, pero algo inesperado sucedió.

Normalmente la protección imperecedera sería capaz de bloquear ataques enemigos y desviarlos.

Uno esperaría un resultado similar esta vez, pero entre las decenas de lanzas, unas cuantas perforaron la protección que protegía a la Reina.

―¡¿Qué?!

Mientras Hal estaba desconcertado, decenas de lanzas volvieron a atravesar.

Aunque la mayoría de esta oleada de lanzas fue repelida, algunas volvieron a penetrar la protección. Posteriormente se acercaron de nuevo por decenas y algunas quedaron atascadas en la barrera; este resultado se repitió unas diez veces.

Más de cincuenta lanzas estaban clavadas en el escudo perlado que defendía a la Reina Carmesí.

Entonces, Hal se percató de algo: los movimientos de la Reina se habían vuelto bastante lentos, lo que hacía que la previa habilidad de vuelo excepcional pareciera una mentira. Aun cuando él le ordenó en su mente «volar», la Reina no se movió.

Había decenas de lanzas matadragones clavadas en la protección imperecedera.

Su peso combinado estaba obstaculizando el vuelo de la Reina.

―Ahora que lo pienso, los antiguos romanos usaban una táctica similar…

Matar no era el único propósito en la táctica de arrojar lanzas.

Ante las lanzas arrojadas, con suficiente suerte, uno podría bloquearlas con el escudo. Sin embargo, incrustar una lanza pesada en un escudo lo haría difícil de cargar, lo que lo dejaba inservible. Por lo tanto, el lanzamiento de las lanzas también era un método para debilitar la fuerza de combate del enemigo.

―Recuerdo que los chinos fueron los que consideraban a la lanza como el rey de las armas… Uh… ¡Gahhhh!

―¡¿Senpai?!

El daño infligido en la protección imperecedera resultó en una reacción violenta contra el corazón de Hal.

Apuñalado por decenas de lanzas, por supuesto que era una carga bastante grande. Viendo a Hal gemir de dolor, Hazumi corrió a su lado.

Ignorando a Hal y a Hazumi, Hannibal se preparó para dar un golpe crítico.

Con una línea de alabardas listas a su alrededor, él invocó a una nueva lanza matadragones en su mano.

―Muy bien… Tyrannos del Arco, aunque me he divertido más de lo esperado, es hora de liberarte.

La lanza que Hannibal había invocado tenía esta vez casi el doble de su tamaño.

El Rey Dragón rojo levantó esta lanza extra grande y la acomodó horizontalmente, enviándola directamente hacia la reina inmovilizada. Además, las runas de «Oh lanza mía, toma el poder de la estrella septentrional y avanza con ferocidad» estaban desplegadas al frente para ejecutar una óptima estocada.

―S-Supongo que tengo que arriesgar todo en una apuesta… ¡Shirasaka! ¡Por favor, invoca a Minadzuki!

―Sí, Senpai. ¡Estoy lista!

―¿Huh?

Cuando Hal hizo su petición mientras soportaba el dolor, Hazumi inexplicablemente se acercó a su costado izquierdo.

La adorable bruja novata estaba apoyando íntimamente su delicado cuerpo en Haruga Haruomi… Apoyándose en el estudiante transferido quien era mayor que ella.

―S-Shirasaka, ¡¿qué estás haciendo?!

―¿ ? Tú y Nee-sama estaban así hace poco… Esto me permitirá recibir poder mágico de ti, ¿cierto?

―¡¿…?!

―Si hay condiciones adicionales que son necesarias, estoy dispuesta a hacerlas, sin importar lo que sea. Deseo sinceramente ayudarte, Senpai. ¡Por favor, pide lo que sea!

Ciertamente fue así como Orihime se lo había explicado a Hazumi y a Asya.

Pensándolo bien, ellos definitivamente necesitaban una ofensiva poderosa para la situación en cuestión. Aunque era perfectamente lógico que la diligente kouhai pensara «yo también necesito hacer eso», someter a una chica angelical a tal trato sería realmente…

Hal estaba vacilando a estas alturas del juego, pero no quedaba tiempo.

―Lo siento, Shirasaka. ¡Me arrodillaré o haré lo que quieras después de esto, pero préstame tu fuerza! ―Mientras decía estas palabras, Hal estiró la mano derecha… y agarró uno de los pechos de Hazumi.

―¡¿Ehhhh?!

La inocente kouhai se quedó sin palabras por la sorpresa. Haciendo lo mismo que hizo anteriormente, Hal vertió un inmenso poder mágico en su corazón.

―S-Senpai… Mm.. Mmmmmmm… ¡Senpai!

Gemidos inexplicablemente encantadores escaparon de los labios de Hazumi mientras miraba a Hal con lágrimas en los ojos.

Su seno, el cual trazaba hermosas curvas pese a no ser grande, era suave y tenía el tamaño correcto para caber en la palma de uno. Debe haber sido una sorpresa bastante grande para la inocente kouhai; sin embargo, las disculpas tendrían que esperar para después.

―Shirasaka. Dale órdenes a Minadzuki. ¡Usa el arco divino!

―S-Sí. Sen… Senpai, me siento extraña… ¡Mmmmmmmmmmmm!

Hazumi abrazó con fuerza a Hal como para suprimir un grito.

Parecía que estaba soportando un violento impacto que le hacía difícil incluso seguir de pie. La obediente kouhai emitió un grito inesperado, su mente aparentemente estaba al límite.

Al mismo tiempo, la bola de cristal en la mano derecha de Minadzuki liberó rayos blancos extremadamente poderosos.

El tamaño de estos rayos rivalizaba con Minadzuki misma, quien tenía una longitud corporal de unos diez metros. Además, un total de ocho rayos fueron disparados al mismo tiempo.

Los poderosos rayos atravesaron la oscuridad de la noche e iluminaron el cielo.

Después de destruir la barrera de Hannibal, es decir, las mil lanzas…

El impacto de los ocho rayos finalmente detuvo el avance de este. La parálisis causada por la electrocución al parecer estaba impidiéndole mover libremente su cuerpo.

―¡Nuu! ¡Deja de luchar en vano, Tyrannos!

Cuando los rayos terminaron, Hannibal giró lentamente su cuerpo y bajó la mirada hacia Minadzuki, blandiendo lentamente el brazo derecho. Parecía que planeaba arrojar su lanza matadragones hacia su serpentino cuerpo color esmeralda.

La lentitud probablemente era una consecuencia del ataque eléctrico. Este era el momento crucial para terminar la lucha.

―¡Reina, usa la Runa de las Katanas Gemelas! ―respondiendo al grito de Hal, el arco carmesí y la flecha de luz desaparecieron de los brazos de la Reina.

Un par de espadas divinas, una larga y una corta, se manifestaron para tomar su lugar. La Reina Carmesí blandió magníficamente las espadas gemelas y cortó las decenas de lanzas incrustadas en su protección imperecedera, las cuales eran como cadenas.

Habiendo recuperado su libertad, la Reina avanzó hacia Hannibal.

Con el Rey Dragón más fuerte como objetivo, quien estaba inmovilizado por los rayos de Minadzuki, si una de las dos espadas pudiese tomar esta oportunidad para apuñalar el corazón de metal del dragón…

Sin embargo, Hannibal giró para interceptar audazmente a la Reina.

―¡Hahahahaha! En realidad me gusta que luches al borde de la muerte. ¡Las victorias fáciles son demasiado aburridas!

El Rey Dragón soltó una carcajada ante esta encrucijada mientras expulsaba llamas intensas por la boca.

Una abrasadora conflagración de color blanco-azul. Aunque no era magia o una técnica de aniquilación asegurada, era un fuego sobrenatural que había incinerado numerosas ciudades humanas. Además, éstas eran llamas explosivas saliendo del cuerpo del Rey Dragón Hannibal.

Blandiendo las espadas gemelas con la intención de ejecutar tajadas, la Reina Carmesí fue devorada completamente por las llamas.

Por un minuto o dos, incinerada por las llamas de color azul-blanco…

―¡Wahhhhhh!

―¡¿Senpai?! ¡Por favor, Minadzuki, rescata a Senpai y a la Reina!

Debido al calor, Hal gritó como si su corazón estuviera ardiendo. Hazumi entró en pánico y le suplicó desconsoladamente a su compañera. Sin embargo, era demasiado tarde.

Quemada por la conflagración de Hannibal, la Reina Carmesí finalmente cayó.

El cuerpo carmesí estaba ennegrecido. En términos humanos, se describiría como quemaduras graves en todo el cuerpo. Ya no había fuerza para continuar la lucha, Hal podía sentir eso. Lo único que podía hacer ahora era desmaterializar a la reina antes de sufrir un golpe fatal.

El dueño de las llamas que habían incinerado a la Reina se rio con orgullo y extendió sus alas casualmente.

En ese momento…

Aunque supuestamente ya no tenía más fuerza, la Reina movió rápidamente el brazo izquierdo y lanzó una de sus espadas gemelas.

Fue la kodachi. La espada voló como una flecha y la hoja se clavó en el pecho de Hannibal, justo en el corazón de metal, análoga a la ubicación del corazón humano.

―¿Qué…? ―Hannibal miró con sorpresa a la kodachi enterrada en su pecho.

Él no esperaba que la Reina tuviese la fuerza para contraatacar al borde de la muerte; parecía sorprendido desde el fondo de su corazón. Como un experimentado Rey Dragón, no debería ser tan descuidado. A decir verdad, incluso Hal, quien controlaba a la Reina, pensó que todo había terminado.

―¿Fue Minadzuki…? ―Hal murmuró con sorpresa.

Él repentinamente notó que siete runas de Ruruk Soun se habían manifestado detrás de la serpentina leviatán. Éstas significaban «mano sanadora».

Hal recordó que fue durante la batalla contra la Princesa Yukikaze cuando Genbu-Ou había utilizado esta magia curativa…

Frente a los sorprendidos Hal y Hazumi, Hannibal comenzó a caer después de la Reina Carmesí.

Como uno esperaría, el corazón de metal era el órgano más importante de un dragón y su mayor vulnerabilidad. Parecía que incluso un Rey Dragón no podía cambiar este hecho…

 


[1] Es un tipo de pieza de artillería cuyo cañón tiene una longitud inferior al del cañón (de 15 a 25 calibres de largo) y superior al mortero

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