Even Though I’m a Former Noble and a Single Mother, My Daughters Are Too Cute and Working as an Adventurer Isn’t Too Much of a Hassle (WN) Vol.4 – Capítulo 9

¿El Mortal Combate de los Padres Consentidores…?

A medida que aquellas violentas auras chocaban, todo el edificio emitió un ruido sordo mientras se agitaba.

Una gigantesca grieta surgió sobre una de las murallas del castillo, las ventanas se trizaron, el césped en el exterior se hizo pedazos y todos los ladrillos en el camino que habían transitado se quebraron.

En el alguna vez claro cielo exterior, nubes comenzaron a reunirse para formar un oscuro remolino mientras todas las aves y pequeños animales huían lo más rápido posible, muertos de miedo ante el inminente desastre natural.

Y alrededor de las dos personas que eran la causa de esta inminente catástrofe, un torbellino rugió a su alrededor, soplando tan fuerte que todo lo que pudo hacer Kyle y el resto fue quedarse de pie mientras se escudaban los rostros. Los guardias y sirvientes en las cercanías con suerte podían siquiera mantenerse erguidos.

“… ¿Acaso escuché correctamente? Recién debo haberme imaginado escuchar algo completamente ridículo.”

“Todo lo que hice fue decir la verdad.”

El Rey Demonio, Zector y la Demoníaca Espada Blanca, Shirley. Mientras sus asesinas auras totalmente expuestas chocaban y se entrelazaban entre sí, la espantosa atmósfera entre el demonio más fuerte y la humana más fuerte se sintió como el último aliento previo a una horrible calamidad.

“Ya es un hecho que mi hija es la más linda del mundo.”

“No, mis hijas claramente son las mejores del mundo.”

…Así que si siempre y cuando se ignorara por completo lo que estaban diciendo, realmente se sentía como si fuera el fin del mundo.

“Fuu… ¡Santo cielo! Yo entiendo que debes amar profundamente a tus hijas ¿Pero cómo puedes esperar ser una buena madre si vas en contra de una verdad innegable?”

“Eso es lo que yo quería decir. Si alguna vez hubieras posado tus ojos sobre mis hijas, no estarías actuando tan petulante.”

“¡…Tch!”

Ninguna de estas apocalípticas descripciones eran en lo más mínimo metáforas, a medida que la energía mágica de ambos se descontrolaba por completo mientras se fulminaban entre sí, sin pestañear en lo absoluto.

“¡Sh-Shirley-san…! ¡No lo hagas, él es el Rey Demonio…!”

“Su Majestad, lo mismo va para usted. Me gustaría pedirle que desistiera de mostrar en frente de nuestros invitados un lado suyo tan antiestético.”

El gobernante de tanto su tierra como gente. Y la aventurera que él mismo había solicitado que viniera. Ninguno de ellos tenía planeado conocer al otro de esta forma, pero en este instante los dos estaban bastante lejos de sus usualmente calmados seres.

Originalmente, Shirley tenía planeado saludarlo con todas las cortesías de la nobleza que había aprendido hace tanto tiempo. Sin embargo ¿Ella realmente sería Shirley, la madre más poderosa y consentidora del mundo si permitía que incluso un insulto indirecto a sus hijas quedara sin responder? Lo mismo iba para Zector.

Para ponerlo de manera franca, la sangre se les había subido a sus cabezas, perdiéndose por completo a sí mismos en sus pasiones.

(Que…, Bueno a decir verdad, quizás este giro fue…)

(Sí. Bien podría haber sido inevitable.)

Era algo común que las discusiones surgieran en la vida diaria acerca de si esta cosa alguien atesoraba o si esa cosa alguien la amaba más o menos que el otro. Uno podría escuchar tales estúpidas discusiones todo el tiempo en el Gremio, restaurantes y en el patio de la escuela. Y así cuando dos padres chocaban de tal forma, declarando ambos ‘Mi hijo es el mejor y no descansaré hasta que todos aquí lo admitan’, se volvía el punto más alto de las peleas sin sentido e inútiles.

“Entonces, no tengo opción.  A pesar de que mi oponente pueda ser extranjera, es mi deber como su señor el llevar a mis súbditos hacia la luz de la verdad.”

Sin embargo, cuando uno consideraba exactamente quienes eran los que estaban teniendo esta estúpida pelea, de pronto se volvía algo mucho más serio.

“Mira profundamente. Te voy a mostrar cuan amplio es el abismo realmente entre ellas.”

“¡S-Shirley-san!”

Luces plateadas se esparcieron por el lugar, iluminándolo a causa de la explosión de magia. Aunque era de diferente color, era similar a la magia espacial que Canario usaba.

Kyle, pensando que él estaba a punto de sacar alguna clase de horrible arma, gritó intentando advertir a Shirley mientras se lanzaba hacia adelante.

“Una vez que veas esto, te darás cuenta. Que mi hija es la más linda de todo el mundo.”

…Pero, cuando Kyle vio lo que él había sacado de ese espacio mágico, se tropezó y cayó de cabeza al piso.

Estantes sobre estantes se erigían detrás de Zector. A medida que los infinitos estantes de libros se extendían como alguna clase imposible de librería antigua, todos estos gigantescos tomos estaban numerados y ordenados de manera inmaculada fila tras fila, con nombres como ‘Álbum del Crecimiento de Grimhilda’ y ‘Diario de Observación de Grimhilda’ estampados en el relieve con hermosa caligrafía.

“En estos libros de recuerdos, he estado llevando registros desde el mismo día que ella llegó a este mundo. Ahora bien ¿Debería mostrarte algo realmente especial?”

Zector tenía una nostálgica sonrisa en su rostro mientras sacaba uno de estos álbumes de cuero desde su estante, abriéndolo en una página específica y a continuación dándole la vuelta para mostrárselo a Shirley.

Sobre esa página estaba la imagen de una bebé de cabello plateado sosteniendo un bloque de madera, sus grandes ojos mirando directamente a la cámara.

“Contempla, una imagen de la primera vez que mi hija jugó con bloques para construir. Con nada más que una sola ficha, este encuentro ha sido decidido.”

Efectivamente, ella era una niña increíblemente adorable. No era solo Kyle, Cudd y Leia quienes pensaron eso, la misma Shirley incluso tuvo que admitirlo.

Por supuesto, cualquier niña tan joven y adorable como ella evocaría profundos sentimientos de querer protegerla y adorarla, pero además esta emitía la espectacular aura de la verdadera heredera al trono del Rey Demonio.

“…Hmph.”

Pero aun así, ella no dejó que esa impresión se viera reflejada en su rostro. Con un sonido despectivo, Shirley estiró su mano hacia su propia Caja de Herramientas del Héroe.

“¡¿Ooh?! ¡¿Shirley-san también tiene un montón de estantes?!”

“¡Oi, oi, oi! ¡¿Realmente vas a pelear con él de esta forma?!”

Tal como Zector había hecho anteriormente, infinitos estantes se extendieron a su alrededor.

Sobre aquellos estantes habían álbumes y registros de crecimiento, cuidadosamente etiquetados y organizados ya fuera si se trataba de Sophie o Tio por sí sola, o las dos juntas.

“Esta es una foto conmemorativa de la primera que Sophie y Tio caminaron por su cuenta.”

Sacándolo de la repisa, Shirley lanzó un álbum de fotos abierto alardeando hacia Zector.

La imagen de la página mostraba a Sophie y Tio a una edad muy temprana, ambas de la mano y en medio de un gran e incómodo paso sin doblar sus rodillas.

Shirley pudo recordar el evento como si hubiera sido ayer. Cuando ella las vio pararse y apoyarse entre sí mientras caminaban tomadas de la mano, apenas pudo dejar de llorar de felicidad por sus hijas mientras las lágrimas caían por sus mejillas.

A propósito, Martha fue quien tomó esa foto, dado que Shirley estaba llorando demasiado como para sostener de manera firme la cámara.

“…Así que ¿Todavía no lo admitirás?”

“Lo diré tantas veces como sea necesario. Mis hijas son las mejores.”

¿Acaso podría cualquier líder de una nación ser así de desafiante? Shirley, quien ya a este punto se había desecho de su habitual y calmada actitud, se mantuvo de pie con una imponente sensación de orgullo.

Magia surgió, destellando entre los dos, a medida que una ardiente pasión se encendía en los ojos de ambos.

“¡Entonces, deléitate con esto! ¡Esta fue tomada durante su primera fiesta del té!”

“Aquí están mis hijas vistiendo los vestidos tradicionales durante el festival de solsticio de verano del Reino. Como puedes ver, ellas vistieron osadamente diseños que combinaban… ¿Acaso entiendes lo que eso significa?”

“¡Doblemente adorable…! ¡Pero, no es rival para mi hija usando un vestido completamente blanco en el Castillo de Olimpos, de pie frente a una imponente vista del océano! ¿Acaso no se ve como un ángel que ha descendido a La Tierra?”

“En su primer día de escuela, esta es una foto de nosotras tres de pie al lado de la puerta de la escuela.”

“¡Muoooo…! Una imagen que solo un plebeyo estaría en posición de tomar… ¡Qué envidia, también deseo tener un recuerdo como ese al lado de mi hija…!”

Habían ciertos privilegios que los plebeyos podían permitirse y los nobles no. Mientras Zector estaba envidioso de aquellas cosas, dado que como un miembro de la familia real no tenía permitido hacerlo, la misma Shirley sintió envidia por su cuenta.

Las chispas entre ellos solo se intensificaron a medida que la batalla de hijas se volvía más y más acalorada…la vergonzosa lucha entre adultos que en realidad era poco más que un fanfarroneo continuó.

“¡Esta es una foto de Grimhilda teniendo un accidente en la cama cuando tenía seis años de edad! ¡Mi hija llorando mientras está siendo consolada por una maid es innegablemente adorable!”

“Esta es una imagen de la misma cosa sucediéndole a Sophie con seis años de edad. Pero en esa oportunidad, fue su hermana menor Tio quien la consoló.”

“¡¿Esto ahora no se estará saliendo un poco de control?!”

“Umm… ¿Estará realmente bien mostrar este tipo de cosas en público?”

Si las niñas en cuestión descubrieran esto, habrían graves consecuencias. Mientras el tira y afloja se volvió más y más rápido, con cada uno de aquellos ridículamente orgullosos padres jactándose una tras otra de las cientos de fotos en aquel borroso movimiento, parecía como si ellos continuarían hasta llegar a las miles.

“¡Haa…Haa…Muoooo…! ¡Realmente eres una mujer terca…! ¡¿A pesar de que te he mostrado tanto de mi preciosa colección de volúmenes de Grimhilda, sigues sin rendirte…?!”

“Haa…Haa… ¿Cuánto más vas a seguir escondiéndote de la verdad…?”

“¿Oh, parece que finalmente se terminó?”

 

 

El sol ya había comenzado a esconderse detrás del horizonte. Luego de aburrirse observando el fanfarroneo que parecía seguir por siempre, Kyle, Cudd y Leia fueron invitados por el chambelán a dar un tour del castillo y beber un poco de té con bocadillos para matar el tiempo, pero parecía que habían regresado a tiempo para observar esta escena.

“Oye, Shirley-san ¿Ya terminaste con tu pelea? Nosotros solo vinimos a recibir la solicitud ¿Verdad?”

“Odio concordar con el mocoso ¿Pero realmente está bien seguir con esta discusión por siempre? ¿No tienes que regresar con tus hijas pronto?”

“…Eso es…cierto…”

“Esto también va para usted, Su Majestad. Usted es el Rey Demonio, así que por favor al menos intente comportarse como tal.”

Con los nombres de Sophie y Tio invocados, Shirley finalmente comenzó a calmarse un poco. Pero, aunque el chambelán a su vez había regañado al Rey Demonio, Zector murmuró algo lo suficientemente fuerte como para que Shirley lo escuchara.

“Hmph…mi hija es tan linda que incluso dice cosas como ‘Cuando sea grande me quiero volver la esposa de papá’…”

“¡¿Q-QUÉ…?!”

Las palabras salieron disparadas hacia Shirley con tanto poder como si ella hubiera sido golpeada por un martillo.

“¡Ughh…! ¡Gah…!”

“¡¿Shirley-san?! ¡Te ves como si fueras a escupir sangre! ¡¿Realmente estás bien?!”

Shirley, la mujer que nunca había flaqueado frente a un enemigo durante el calor de la batalla, cayó con una rodilla al suelo mientras comenzaba a sudar abundantemente, intentando contener el dolor que se elevaba por sus entrañas a medida que se apretaba el pecho…ella a su vez comenzó a toser descontroladamente.

Celos. Esa era la única forma de describir el sentimiento que rugía en el corazón de Shirley.

Era legalmente imposible para un padre y su hija casarse, pero como una madre ella no estaba envidiosa de la realidad, sino que de la teoría en sí.

Simple y puros celos. Shirley jamás había escuchado esas palabras dichas a ella. Tan sacudida por ese ataque, que ella no pensó acerca de las palabras que salieron a continuación de su boca, estas eran por puro instinto.

“Yo…incluso yo…”

“¿Hm?”

“Incluso yo…me tomo un baño con mis hijas casi a diario.”

“¡¿GUWOAAAAAAAAAAAAAH?!”

Zector salió volando por este inesperado contraataque. No fue una metáfora, él literalmente salió noqueado hacia el techo como si hubiera sido golpeado en la barbilla por un gigantesco puño.

Como un padre ¿Cuántos años habían pasado desde la última vez que se bañó con su hija? Debido a su relación de padre e hija, era simplemente natural que tomaran baños separados, pero en este momento la emoción superaba por mucho a la razón y Zector se tomó algo de tiempo para recuperarse de ese golpe.

“¡¿Gah…Uggaaaah?! Haa…Haaaa…parece que solo discutiendo…es imposible abrirte los ojos. Al final, no hay otra opción más que decidir quién tiene la fuerza más grande para proteger a su hijo, una madre o un padre.”

“¡¿HUH’!”

“¡Exactamente lo que yo quería decir…! ¡Juro por mi espada que te probaré que mis hijas son las mejores…!”

“¡¿EEEH?!”

Y a medida que él una vez más se perdía en su pasión, el Rey Demonio encendió abrasadoras llamas en ambas manos para luego golpearlas y hacer que apareciera una gran espada curva.

Ellos chocarían en cuestión de meros segundos. La sensación de que morirían si no se quitaban del camino de estos dos recorrió los cuerpos de los aventureros novatos como si fuera un rayo de electricidad.

“¡Oh mieeeeeeeerd…!”

“¡Que todos salgan de a…?!”

Hubo un choque.

Las destructivas olas de magia chocaron como ladrillos y un mortero, destruyendo el piso y enviando lejos a todas las personas en las cercanías.

El chambelán fue lanzado todo el camino hasta la fosa que había afuera de la muralla y Leia chocó contra un pilar en las cercanías. Cuando la ola de impacto golpeó a Cudd, lo envió de brazos y piernas abiertas hacia la muralla más próxima.

Kyle, quien fue el único que logró mantenerse consciente, lanzó un apenado grito mientras observaba a esos dos pasar el punto en que ningún simple mortal podría siquiera esperar interceder entre ellos.

“¡¿Por qué…por qué están yendo tan lejos por jactarse sobre sus hijas?!”

Y así, la historia encontró su camino de regreso al inicio[1].

“¿Pero qué rayos están haciendo? Estos idiotas.”

Esa fue la primera cosa que Canario dijo mientras entraba al castillo luego de terminar con sus encargos, asumiendo que la conversación con el Rey Demonio había terminado ya hace mucho. Su expresión no era una de indignación o desprecio, sino algo cercano a la lástima.

“¡Maestra del Gremio…! ¡L-Lo cierto es que…!”

Gritando por sobre el estrepito de la ensordecedora batalla todavía librándose, Kyle le explicó a Canario lo que estaba sucediendo, rogándole a continuación para que ella los detuviera.

“Ho ho, ya veoooo~ Bueno, supongo que sería problemático dejar que esta farsa continuara. Pero, antes de eso…”

Con un movimiento de su muñeca, Canario sacó una cámara mágica desde una súbita ráfaga de magia espacial dorada.  Mostrando una maliciosa sonrisa, su rostro tenía una expresión llena del placer más libertino.

“Antes de eso, tendré que inmortalizar el ridículo comportamiento de estos idiotas ¿Hm~?”

Cuando ella fue enfrentada con la evidencia de lo que había hecho cinco minutos después de que se hubiera calmado, Shirley se desmayó de la vergüenza.

[1] Prólogo.

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