Shomin Sample Vol.01 – Capítulo 20

Capítulo 20: Déjale esto al Plebeyo

Arisugawa Reiko no se había enojado ni una sola vez en su vida.

Ni había sido odiada por alguien.

Este era un hecho.

No solo limitado a Seikain, las escuelas femeninas en donde chicas de clase alta asistían eran básicamente jardines de flores en donde las disputas no tenían lugar. Yendo como los plebeyos pensaban, era un mundo que estos no podían imaginar.

Adicionalmente, Reiko había sido bendecida con belleza, habilidad y personalidad. Por sobre eso, debido al trabajo de los más distinguidos y excelentes ancestros que se remontaban incluso a Kamakura, ella naturalmente repelía cualquier cosa negativa.

«Reiko-sama.»

La señorita dijo con una taza de té en la mano y una expresión deplorable.

«Kimito-sama tampoco participara hoy ¿verdad?»

La fiesta de té después de clases había comenzado en el cuarto de Reiko.

Cuatro ojou-samas se habían reunido alrededor de una mesa de vidrio que estaba de pie al interior de un gran cuarto de diez tatamis de amplitud.

Sin embargo, el cuarto en sí, daba la sensación de clase alta junto al set de té y las golosinas, las hermosas posturas de las chicas a pesar de relajadas, tenían modales bastante marcados, y la maid esperando en un rincón, claramente mostraba lo que hacía a Seikain, Seikain.

«Él tenía cosas de las que ocuparse. No hay nada que podamos hacer.»

Reiko sonrió con amabilidad.

Si esto hubiera sido lo habitual, las otras habrían dicho «Eso es cierto ¿verdad? Intentemos invitarlo de nuevo», y además, habrían terminado estando felices por ello, sin embargo…

«¿Él de nuevo está con Aika-sama hoy, cierto?»

«Ese es efectivamente el caso, Maya-sama…»

La señorita quien tenía una enérgica aura similar a la de una Idol a su alrededor, Toujou Kae, añadió.

«Sí. ¿De qué podría tratarse los asuntos que tiene con ella?»

Mientras que la chica llamada Maya dijo eso sorprendida, una pisca de queja supuró de ella.

«Por sobre eso, parece que Aika-sama solo abre su corazón a Kimito-sama, ¿por qué será eso…?»

«Eso es cierto, pero…»

Mientras Toujou Kae intentaba decir algo, ambas… se dieron cuenta del estado de Reiko.

Ella estaba riéndose por lo bajo.

«¿Reiko-sama…?»

«Lo entiendo. »

«¿…Qué…es lo que podría entender?»

Reiko sondeó a todas con una expresión calmada.

«Seguramente, Aika-sama está consultando con Kimito-sama.»

«¿Consultando…?»

«Sí. El estatus-quo entre ella y nosotras seguramente hace que le duela el corazón. Por esa razón, está consultando con él. Kimito-sama acaba de llegar aquí y él es una persona maravillosa. Él es la persona perfecta para el papel.»

Era la Reiko que todos esperaban. La misma base de su carácter estaba bendecido con el lema mira al mundo con una mentalidad positiva. De ahí por lo tanto esa sólida y optimista interpretación.

Y está optimista aura a su vez limpió los corazones a su alrededor.

«Ahora lo entiendo…»

Maya había hecho una cara como si la venda en sus ojos se hubiera caído.

«Él seguramente nos sorprenderá pronto. Esperemos con ansias eso.»

Reiko estaba más o menos en lo corrector acerca de la parte sorprendente. Pero no había manera de que ella supiera acerca del feo anhelo de Aika por hacer caer a Arisugawa Reiko.

Normalmente, ellas ahora dirían ¡Como se esperaría de Reiko-sama…!

Pero…

«¡P-Pero, tengo la sensación de que ellos son demasiado íntimos al pasar todos los días en el cuarto de Kimito-sama!»

Aquellas palabras de Toujou Kae habían impactado al cuarto en el estaban a punto de concluir la discusión.

«¡¿EEEH…?!»

Casi todas habían gritado su asombro con fuerza, e inmediatamente se habían tapados la boca.

«¿E-Es eso cierto?»

«Sí. ¡Lo he escuchado de alguien que vive en los mismos dormitorios!»

Kae dijo esto con una expresión seria mientras revelaba el secreto.

«Ella quería visitar el cuarto de Kimito-sama y mientras estaba en frente de su puerta dudando, escuchó las voces de las personas que estaban gozando de la vida. Y recientemente, ¡estuvo hasta tarde…!»

«¡¿Vaya…?!»

…Con sus dedos aun en la taza de té, Reiko se sumió en el silencio.

Obviamente, su expresión estaba cambiando.

«Hablando de ello, esta conversación en el salón de clases el otro día…parece que se llevan espléndidamente…»

«¡¿No es eso cierto?!»

«…Ehm, chicas, ¿qué tal si tomamos otra ronda de té?»

Mizuho, la chica con lentes quien poseía la extraña habilidad entre las ojou-samas de percibir una atmósfera peligrosa. Intentó detener la conversación de Kae y compañía.

«¡Cierto, cierto! ¡Ella le susurraba al oído y le tomaba la mano!»

«¡Incluso Kimito-sama la salió persiguiendo! ¡Si tuviera que adivinar…diría que tienen una relación extraordinaria!»

Sin embargo, fue inútil.

Si esta hubiera sido una escuela de chicas plebeyas, todas de inmediato hubieran sentido la atmósfera y habrían cambiado la dirección del tema en perfecta cooperación.

Pero…estas señoritas no podían leer la atmósfera.

Debido…a que carecían de la experiencia.

Estas chicas no habían tenido la oportunidad de forjar la habilidad de leer esta clase de atmósfera, estas situaciones casi nunca sucedían, y tampoco habían tenido contacto con hombres antes.

«¡¿Quizás ellos se han vuelto cercanos entre estas consultas?! Maya-sama, ¡¿estaría de acuerdo con mi forma de pensar…?!»

«¡Sí, sí!»

Y Mizuho, quien estaba intentando dar su mejor esfuerzo considerando que era una ojou-soma, no tenía nada más que pudiera hacer por lo que miró alternando su vista entre las emocionadas señoritas y Reiko.

«¡¿Esos dos ya son…amantes?!»

«¡No hay duda alguna!»

Arisugawa Reiko no se había enojado ni una vez en su vida.

Sin importar lo que fuera, ella era capaz de verlo positivamente.

Pero.

Pero…

«¡¿Acaso están en su cuarto de nuevo hoy?!»

«Quizás, ahora, ellos se están bes…»

«¡POR FAVOR YA DETENTE!»

…El cuarto se sumió en un silencio sepulcral.

Todas excepto la culpable tenían la misma extraña expresión congelada.

Ellas se veían como si…estuvieran viendo el fin del mundo.

«¿…Rei…-sama?»

Kae se atragantó con sus palabras mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.

Sin embargo. Quien estaba más impactada que el resto, no era otra más que la misma Reiko.

Perpleja y…sobresaltada.

Ella se puso de pie de un salto mientras sus rodillas golpeaban la mesa.

Las tazas cayeron y el té negro se derramó en el vidrio.

«Hii…»

Kae dejó escapar un chillido.

Reiko estaba sobresaltada y temblaba. Ella cerró con fuerza sus ojos y corrió…fuera del cuarto.

 

 

Luego de la escuela, me dirigía al dormitorio de Arisugawa-san.

Arisugawa-san había estado ausente hoy.

Había sucedido un incidente en la fiesta de té, o eso había oído.

A grandes rasgos el contenido era Reiko-sama se había puesto furiosa en la fiesta de té de ayer.

Escuchar que esa Arisugawa-san se había enojado me había tomado también por sorpresa, pero esa no era la reacción del salón.

Toujou-san, con quien Arisugawa-san presumiblemente se había enojado, había estado llorando todo el tiempo. Las ojou-samas a su alrededor habían tratado de consolarla mientras ellas mismas se encontraban completamente pálidas; ellas obviamente no sabían que hacer. Estaban simplemente frustradas.

El rumor incluso se había esparcido a otros cursos, había causado una agitación comparable a como si un meteorito hubiera golpeado La Tierra.

Había decidido que no debería de asistir en el tema de manera inconsciente con las ojou-samas estando en ese estado, por lo que había tenido un ojo puesto en la situación por el momento…

Y aquí ahora me encontraba, de pie en frente al cuarto de Arisugawa-san.

«…»

Incluso a pesar de que había cambiado mi decisión anterior, tenía una razón. Incluso dos.

Primero, pensé que mi posición podría resultar extremadamente efectiva en este caso.

Era un estudiante transferido, un hombre, un plebeyo.

Un extranjero por así decirlo, de manera positiva. Alguien que no estaba involucrado. Perfectamente adecuado para mediar. Bueno, no había forma tampoco de que dejara el asunto solo, así que tampoco había otra opción.

Golpeé la puerta.

…No hubo respuesta.

«¿Arisugawa-san?»

Luego de haber levantado mi voz…lo sentí. Vaya, por decirlo de alguna forma, mi sexto sentido me dijo que alguien se había movido dentro del cuarto.

«¿Arisugawa-san? Es Kagurazaka…»

Un poco después…

«…Estoy aquí.»

Con la puerta entre nosotros. Pude escucharla débilmente desde lejos.

«Ehm… ¿Te importaría abrir?»

«…Lo siento.»

Eso significa que definitivamente no lo hará ¿huh?

Había decidido rendirme en eso de inmediato y seguí con la idea de hablar a través de la puerta.

«¿Qué sucedió?»

«…No puedo hablar de ello.»

Era lo mismo que el resto había dicho en el salón de clases.

Cuando las ojou-samas que no habían estado involucradas habían intentado llegar al fondo del asunto, ellas habían sido rechazadas con un continuo no puedo hablar de ello y una disculpa.

Sin embargo, siguiendo mi instinto y por las miradas que me habían lanzado en ese momento, había comenzado a presumir algo.

Esa era la razón número dos del porque había venido aquí.

«Tiene que ver conmigo ¿cierto?»

«¡ESO NO ES CIERTO…!»

¡Te tengo!

«¡¿Ehh…?!»

Arisugawa-san abrió la puerta, cuando ya había aceptado que ella por ningún motivo lo haría…y allí estaba de pie vistiendo un pijama de una pieza que la hacía ver como una princesa.

Así probablemente era como ella se veía al levantarse. Ella tenía un poco el cabello revuelto en ciertas partes y por debajo de sus ojos había cierta hinchazón, probablemente debido al llanto. Solo la había visto todo este tiempo con su apariencia perfecta, así que esta indulgente forma de vestir era bastante refrescante en comparación.

«¡…!»

Arisugawa-san parecía haberse dado cuenta por sí misma de su estado, sonrojándose en un instante y haciendo una cara como si estuviera a punto de soltar un grito.

«¡L-Lo siento…!»

Yo también me sentía sonrojado así que me di vuelta. Había ocurrido una situación similar a esta ¿cierto?

Y entonces, escuché la historia de Arisugawa-san.

Mientras prometía el no pedir más detalles y que Arisugawa-san recalcara que no se relacionaba conmigo…comenzó a contarme de forma vaga sobre ello. Su respiración se volvió mucho más fuerte mientras llegaba a la segunda parte.

Mi impresión de lo que había escuchado era…bueno, en resumen…

Había sido una especie de disputa. Ella se había irritado, gritado y en un abrir y cerrar de ojos, la atmósfera se había vuelto mala…algo así.

Para nosotros, esto era una cosa del día a día.

En situaciones así, una de las partes involucradas decidiría arreglarse y disculparse por correo electrónico alrededor de la tarde o parecido. (Asumiendo que eso era suficiente).

Algo como eso.

Pero aun así…

«… ¿Qué debería de hacer…?»

Cuando di vuelta mi cara, Arisugawa-san se veía como si el mundo se fuera a terminar.

Ella estaba igual a como el resto había estado en clases. Pálida y pérdida.

Varios días habían pasado desde que había venido aquí.

Así que debería de entender vagamente las razones.

Estas señoritas no peleaban.

Para nosotros los plebeyos, era una habilidad natural que habíamos adquirido al tener incontables disputas ya fueran grandes o pequeñas.

Sabiendo cuando cambiar de opinión respecto a nuestro punto de vista. Conociendo las medidas de emergencia. Amigos con los que poder contar en esos casos.

Esas cosas no eran un hecho aquí.

Y por tanto eso había logrado que Arisugawa-san, quien parecía ser perfecta en todos los ámbitos, llorara de esta forma.

Es por eso que…

Aquí…era donde el plebeyo debía de dar un paso al frente.

«Estará bien…»

Arisugawa-san miró hacia arriba con sus ojos llenos de lágrimas.

«Esto no es algo tan grave,» traté de decirle con una sonrisa mientras acariciaba su cabeza.

«Déjale esto al plebeyo.»

 

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