Shomin Sample Vol.01 – Capítulo 4

Capítulo 4: Escribiré una carta de agradecimiento

La campana sonó.

Mirando el reloj en el escritorio, probablemente era el descanso para almorzar.

«Bueno entonces, ahora serás presentado a las estudiantes.»

Kujou-san dijo.

«¿Presentado?»

«Sí. A las señoritas que asisten a clases de primer año de preparatoria y en donde has sido matriculado.»

En ese momento…

*Knock* *Knock*

Un gentil golpe en la puerta pudo ser escuchado.

«¿Sí?»

«Es Arisugawa. Todas mis compañeras de primer año de preparatoria están aquí conmigo.»

Era una bella voz de una chica, que sonaba como una campana majestuosa.

Kujou-san dio la vuelta para abrir la puerta.

«Kagurazaka-san.»

La directora gentilmente dijo.

«La mayoría de estas estudiantes nunca han hablado con un hombre que no fuera sus padres y mucho menos antes han conocido a un plebeyo. Por favor no agites demasiado las cosas ¿está bien?»

«…»

Kujou-san giró la perilla y abrió la puerta.

El corazón en mi pecho palpitaba con fuerza debido al nerviosismo. No había visto nada siquiera parecido a una ojou-sama en toda mi vida. Además, ellas habían sido protegidas y no sabían nada del mundo real…ellas eran de ese tipo de ojou-sama.

En el otro lado de la entrada había…una fila de chicas en uniforme escolar.

Sí, no hay comparación, huh

Una atmósfera esencialmente diferente de la que emitían mis antiguas compañeras de clase.

Su semblante, sus perfectas espaldas rectas, incluso sus dedos…se unieron uno tras otro como un rompecabezas, perfeccionando un aura majestuosa, había sido encantado en un instante.

Las señoritas lentamente…entraron.

Sus posturas estaban a otro nivel. Su gracia era de otro nivel. No podía siquiera escuchar sus pisadas.

Había aproximadamente treinta de ellas en filas de seis, y se detuvieron en medio del cuarto.

Estaba…sobrecogido.

«Arisugawa-san.»

«Sí.»

La chica de pie a la cabeza de las filas respondió a la directora.

«Este es el plebeyo que invité a esta Academia. Por favor, salúdalo.»

«Desde luego.»

Con una ligera reverencia, ella me miró de frente y comenzó a caminar silenciosamente.

Luego de que ella estuviera aproximadamente a un metro de distancia de mí, se detuvo firmemente. Siguiendo una moderada pausa,

«Yo soy la presidenta del comité de la división de preparatoria, Arisugawa Reiko.»

La ojou-sama entre ojou-samas…Es lo que surgió en mi cabeza.

Desde su encantador y ligeramente rizado cabello, por sobre sus hermosas y bien balanceadas curvas, encantadores dedos e inclusive sus pies, todo sobre ella desbordaba elegancia y gracia.

Ella era la más hermosa entre todas. Su sonrisa era similar a una rosa blanca, permitiéndome sentir su corazón puro y gentil, al cual nada en este mundo podría hacerle perder su genio.

«Si le place, por favor cuide de mí.»

Estaba tan asustado que antes de saberlo solo pude suspirar ante el comportamiento de esa belleza.

Mientras estaba de pie ahí hechizado, ella se mantuvo en una reverencia de 45 grados, antes de finalmente regresar a su postura.

Nuestros ojos se encontraron. Al instante…las mejillas de Arisugawa-san se tiñeron de un rojo profundo mientras luego dejaba caer sus ojos.

Estos últimos se humedecieron al no saber aparentemente lo que debía hacer, ante lo cual solo pudo expresar una tímida sonrisa.

Una ojou-sama increíblemente inocente. Es lo que pensé.

«E…Ehm, yo soy Kagurazaka Kimito.»

En ese instante, de pronto la atmósfera en el cuarto se volvió tensa.

Había indicios de que las ojou-samas detrás de ella estaban moviéndose.

«…Yo…»

«Él dijo yo[1]…»

«Parece que los caballeros plebeyos se refieren a sí mismos de esa forma…»

«Increíble…»

Ellas susurraron entre sí.

Y por alguna razón, me miraban con sus ojos destellando.

«¿…?»

Ellas parecían incapaces de resistir mirarme mientras un aura de desasosiego comenzaba a emanar desde donde estaban. Su curiosidad respecto a mí parecía ser la causa y eso verbalizaron con una fuerza increíble.

«Chicas.»

Arisugawa-san limpió su garganta con una pequeña tos y las ojou-samas rápidamente se calmaron.

*Piriririri* (Ringtone)

¿Ese sonido? ¿Mi celular? Toqué mi bolsillo, Ah…lo que me recuerda, ¿No había sido confiscado por Kujou-san…?

¡Zawazawazawa…!

Las ojou-samas comenzaron a murmurar en voz alta.

«¡¿Q…Qué es eso?!»

«¡¿Qué fue ese sonido?!»

«¡T-Todas, por favor cálmense!»

En ese momento, Kujou-san sacó mi celular de su delantal.

Cuando vislumbraron la fuente del sonido, ellas volvieron a ponerse ruidosas.

Con una cara que parecía estar a punto de llorar, Arisugawa-san dijo,

«K-Kujou-san. ¿Qué es lo que podría ser eso?»

«Este artículo se llama teléfono celular y lo he confiscado al plebeyo de ahí.»

«¿Teléfono…celular?»

«Como pueden ver, es un teléfono portátil que permite llevarlo con uno. Ellos son ampliamente usados en la sociedad.»

Tal como ella había dicho.

«¡Wah!» Las ojou-samas se acercaron rápidamente.

«¡¿Un teléfono?!»

«¡¿Esto?!»

Ellas rodearon a Kujou-san mientras fijaban sus miradas en mi teléfono ubicado en la mano de Kujou-san.

«Pensar que tal objeto tan delgado y pequeño pudiera ser un teléfono…»

«Por supuesto que no puede serlo. Kujou-san debe estar intentando bromear con nosotras ¿cierto?»

«Es cierto. Los teléfonos no se ven de esta forma.»

…¿Acaso ellas…realmente no saben acerca de los celulares…?

No puede ser, ¿Acaso las ojou-samas de aquí están tan desconectadas?

*Beep* Kujou-san apretó el botón de respuesta.

[¡¿En dónde diablos estás ahora?!]

[¿Qué significa transferido? No lo entiendo y no lo permitiré. Ya terminé de revisar el guion, así que ven después de la escuela, haz té nuevo ¿está bien? Ah, y mientras estás en eso anda a comprar un poco de Jaga*ko.[2] Del sabor carbonara *riendo*]

La voz de mi abusiva amiga de la infancia resonó a través de este lugar de categoría. Me sentí avergonzado de que estas ojou-samas hubieran escuchado algo para lo que no tenía excusas. A propósito el sabor carbonara ya había sido descontinuado hace algún tiempo.

«¡Re…Realmente lo es!»

«¡Puedo escuchar una voz!»

Con un ¡Wah! Las ojou-samas se habían alborotado.

[…]

Erys expresó su falta de palabras.

Kujou-san movió el celular hacía Arisugawa-san.

Arisugawa-san tímidamente lo acercó a su cara y dijo:

«¿H…Hola?»

Como si se tratara de algún experimento de la época cuando el teléfono recién había sido invento, las ojou-samas estaban expectantes.

[…¿Quién es?]

«¡Hizo conexión!»

Había agudos y estridentes gritos de alegría, «¡Esto es asombroso! ¡Esto es asombroso!» Gritaron innumerables veces.

«¡Es un placer conocerte! ¡Mi nombre es Arisugawa Reiko!»

«¿…Huh…?»

«¡Reiko-sama! ¡Yo también quiero conversar!»

«¡Yo también! ¡Por supuesto!»

«Chicas, estamos asustando al otro lado…estoy profundamente apenada por causarte problemas. Si soy honesta, esta es la primera vez que cualquiera de nosotras escuchamos acerca de esta cosa llamada conversación por celular. Estoy profundamente avergonzada.»

[…]

«Estoy realmente envidiosa al pensar que los plebeyos poseen esta clase de cosas maravillosas. Estoy realmente conmovida. A continuación, me pregunto si esto es el destino. Por supuesto, podría saber tu no…»

*clack*…La llamada había terminado.

«¿Hola?…¿Hola?»

Mientras Arisugawa-san se repetía una y otra vez, las otras chicas observaron con atención.

«..Ella colgó.»

Las señoritas se volvieron inquietas mientras decían «Vaya…»

«¿Qué puede haber ocurrido?»

«Colgar tan repentinamente no es algo común.»

«¿Acaso…su salud de pronto pudo haber empeorado?»

«¡Oh no! ¡Ooh! ¡¿Qué deberíamos de hacer…?!»

«¡Le escribiré una carta para que se mejore!»

«¡Que doloroso! ¡Si solo yo pudiera estar en su lugar…!»

«Chicas por favor mantengan la calma.»

En el momento que Arisugawa-san dijo eso…todas se quedaron en silencio de inmediato.

«Seguramente ella debe de haber tenido algún asunto importante que atender. Sin embargo, ella sonaba saludable.»

Y así todas suspiraron de alivio.

«Si Reiko-sama lo dice, entonces no debe de haber error.»

«Bueno entonces, todas, oremos para que su asunto resulte bien.»

«»»»»Sí, Reiko-sama.»»»»»

Y así, las ojou-samas unieron sus manos y rezaron.

«…»

Mientras observaba sus brillantes apariencias, me encontraba perplejo.

Ni siquiera saben acerca de celulares…

Estás ojou-samas realmente están súper protegidas.

Iba más allá de mi imaginación que un lugar así existiera…

«¡Considerando todas las cosas, fue un verdadera llamada telefónica!»

Luego de haber terminado de rezar, ellas volvieron a observar el teléfono.

«Kujou-san ¿Estaría bien contigo si pudiera sostenerlo en mis manos?»

«Adelante.»

«Muchas gracias… ¡Vaya, que liviano!»

«¿Lo das vuelta así, cierto? ¡Asombroso!»

Mientras daban vuelta mi teléfono, las ojou-samas se encontraban profundamente absortas con genuino asombro.

«Esa maravillosa, maravillosa cosa puede ser usada a diario…»

«Increíble…»

«¡Los plebeyos son increíbles!»

Luego, Arisugawa-san me miró,

«¡Oh! ¡Lo había olvidado! Chicas, esta es la propiedad de Kimito-sama. Debemos devolverla de inmediato.»

«Vaya, eso es cierto…»

Y entonces, luego de que habían mirado mi celular, sus vistas se dirigieron hacia mí y…sus mejillas de pronto enrojecieron débilmente.

Ellas se miraron mutuamente como si estuvieran preocupadas.

«¿Qué deberíamos hacer…?»

«Solo al pensar en ello, mi corazón parece que fuera a saltar de mi pecho…»

Cuando ellas volvieron a susurrar con sus suaves voces…

«…Yo lo haré.»

Arisugawa-san apretó sus puños con fuerza.

Y con eso, las ojou-samas volvieron a mirar llenas de respeto hacia a Arisugawa-san.

¿Por qué hay una atmósfera tan tensa para entregarme simplemente mi teléfono?

Y así, mientras sostenía educadamente mi celular con ambas manos, ella se acercó.

«Kimito-sama, humildemente le agradezco el habernos dado la oportunidad de contemplar este magnífico artículo.»

El dirigirse a mí de manera tal y de forma natural era tan de ojou-sama.

«Ah, no hay problema…»

Justo cuando estaba a punto de tomar mi teléfono. Una voz desde atrás diciendo «¡R-Reiko-sama!» pudo ser escuchada y por alguna razón parecía conmocionada.

«¡P-Para mí de todas las personas que…!»

«¿…?»

«¡P-Por favor espere un momento, Kimito-sama! ¡Le escribiré una carta de agradecimiento en solo un momento!»

…¿Huh?

Mientras Arisugawa-san se daba vuelta en dirección a la puerta, una maid parecía haber llegado como el viento, entregándole un set para cartas.

«Ah, ¿pero que debería hacer? Me pregunto… el hacer algo escrito mientras estoy de pie sería bastante desvergonzado.»

«No me importaría si usas la mesa de aquí ¿sabes?»

«Directora, tiene mi aprecio.»

La cara de Arisugawa-san estaba de frente a la mesa de recepción para luego terminar de escribir suavemente la carta con una pluma.

Ella entonces amarró la carta de agradecimiento con una cinta, junto con el celular en una pequeña caja de galletas con un lindo envoltorio, para después colocarlos en una caja de aparente gran categoría, para luego volver a amarrarla con un lazo…

«¡Por favor, acepte esto…!»

Con un *whoosh* ella me lo entregó.

«…»

«¡…Ah!»

Arisugawa-san de pronto se dio cuenta. Ella entonces colocó la caja en una simple bolsa de compras que había recibido de parte de la maid.

«¡Para usted!»

Se había vuelto mucho más fácil de sostener.

«¡Como se esperaría de Reiko-sama!»

«¡Ella es minuciosa hasta el final!»

Las ojou-samas la alabaron.

«Si hubiera sido yo, ¡me habría sentido satisfecha con solo escribir una carta de agradecimiento!»

«Según yo, ¡habría pensado que había terminado luego de solo colocar un moño de cinta al lado del celular!»

«Ara, esto es maravilloso en su propia forma.»

«Vaya, te lo agradezco.»

Creo que aluciné la aparición de un jardín real en ese lugar.

…¿Este es realmente Japón?

Por un momento me pregunté si acaso simplemente me había perdido en alguna clase de mundo paralelo.

Ellas eran demasiado diferentes de las chicas que había visto hasta ahora.

Mientras sentía como mis ondas cerebrales disminuían, tomé la bolsa de papel de Arisugawa-san.

Y mientras hacía eso, nuestros dedos se tocaron ligeramente.

«¡…!»

Con un *poof* Arisugawa-san se volvió de un rojo intenso que parecía como si humo fuera a salir de sus oídos.

«¡Reiko-sama!»

«¡¿No se siente bien?!»

«N-No, estoy bien…solo por un corto momento, Kimito-sama y mis dedos…»

Con un *Flop* su cuerpo comenzó a caer.

«¡Cuidado!»

Extendí mis manos de inmediato y…la atrapé entre mis brazos.

«»»»»¡…!»»»»»»

Las ojou-samas a nuestro alrededor también vieron sus rostros enrojecidos mientras que se alejaban rápidamente.

Una vez que las pestañas de Arisugawa-san se apartaron y sus ojos se abrieron lo suficiente, me miró.

«Ah…fu…»

Luego de dejar escapar varios murmullos incomprensibles.

«…Hau.»

Ella se desmayó.

«»»»»¡REIKO-SAMA!»»»»»»

Gritos pudieron ser escuchados a través del cuarto.

Mientras estaba perplejo con una expresión de «¿Eh? ¿Eh?», una maid llego de un lado y tomó a Arisugawa-san. Ella parecía haberme fulminado un poco con la mirada.

«Está bien, Kiryuu-san. Él no posee interés alguno fuera de músculos.»

Kujou-san dijo algo que no me ayudo en lo más mínimo.

Pero en ese momento.

*Bang*

La puerta se abrió repentinamente de golpe.

Todos nos dimos vuelta simultáneamente, y quien estaba de pie ahí era…

Una sola chica.

Con coletas semi-largas y listones en ambos lados que tenían un aire a ojou-sama, ella emanaba un cierto ambiente animado.

Sus ojos eran grandes y amplios y parecían estar buscando algo. Nariz pequeña y labios rosados.

Ella tenía un adorable sonrojo en su cara como el color de las frutillas que han sido cosechadas muy temprano en la temporada. Y además se encontraba totalmente tensa.

 


[1] Aquí no se aprecia en principio la diferencia pero en japonés él utiliza Ore para referirse a sí mismo en vez de utilizar una forma más formal como watashi.

[2] Papas fritas japonesas.

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