Chronicle Legion Vol. 02 – Capítulo 1

Capítulo 1 – Bajo la Sombra del Caballero Negro

Parte 1

Octubre del año Tenryuu 58…

Había pasado más de la mitad del mes y el otoño estaba en su apogeo.

La gente le llamaba al otoño la estación del apetito y el tiempo para los deportes. Sin embargo, disfrutar de estos placeres sería un poco difícil en la residencia actual de Tachibana Masatsugu de la ciudad de Suruga.

Después de todo, los ejércitos enemigos ocupaban los «alrededores» de la ciudad de Suruga.

«Taisei, ¿Cuántos días han pasado desde que las fuerzas del Imperio Británico atacaron?»

«Es el sexto día. El tiempo vuela, va a ser una semana pronto.»

Masatsugu estaba charlando con Okonogi Taisei, uno de sus pocos amigos.

Eran compañeros estudiando en el segundo año de la preparatoria privada Rinzai. Se habían conocido en el salón de clases del Año 2 Clase 2, su salón.

La ley marcial había sido proclamada en la ciudad de Suruga, sin embargo, la preparatoria Rinzai decidió reanudar las clases.

Sin embargo, esto no significaba que sus vidas habían vuelto a la normalidad. Invadiendo bajo la bandera de la Alianza de la Restauración, el Imperio Británico había tomado la prefectura de Shizuoka usando una fuerza militar abrumadora.

De las cinco fortalezas tutelares de la prefectura, cuatro habían caído.

La única excepción fue este lugar, Suruga.

Gracias a la Chevalier Akigase Rikka que llegó a la fortaleza tutelar de Suruga por casualidad, así como los esfuerzos de Tachibana Masatsugu lograron detener el avance de la Alianza de la Restauración.

El problema era que las fuerzas enemigas aún permanecían en el interior de la prefectura de Shizuoka.

Las redes de transporte que entran y salen de la ciudad de Suruga fueron bloqueadas por la Alianza de la Restauración. Ni los trenes ni coches podían pasar.

La ciudad de Suruga como sus alrededores inmediatos eran como una isla aislada de la tierra.

La ley marcial se había impuesto hace cinco días, cuando los británicos atacaron y todavía no se había levantado. Normalmente, los centros de enseñanza suspenderían las clases durante el estado de sitio.

Sin embargo, en la escuela donde Masatsugu y Taisei estudiaban, las clases habían comenzado de nuevo.

Esto no tenía nada que ver con los nobles ideales de dedicación al aprendizaje o de desafío contra la brutalidad militar.

Dado que escapar de Suruga era imposible, la gente no tenía nada que hacer. ¿Por qué no reunir a todos los estudiantes y profesores en la ciudad y dictar algunas lecciones?… Simplemente nada más que eso.

«Al final, se siente más como que llegáramos a la escuela para conversar. Sin los profesores y estudiantes que vienen de fuera de la ciudad, las clases normales en realidad no pueden continuar.»

«Incluso si quieres matar el tiempo viendo la televisión, no hay recepción.»

Las técnicas de control noéticas para causar interferencia destructiva contra las ondas electromagnéticas, comunicaciones inalámbricas, y las ondas noéticas eran conocidas como «interrupción noética.»

Después de estallar la guerra, Suruga había estado bajo una grave interrupción noética. Teléfonos, televisores y otros aparatos eléctricos de uso doméstico no podían utilizarse.

«Por cierto, los residentes en la prefectura de Shizuoka no pueden ver la televisión debido a que el control maestro de la prefectura se encuentra en Suruga. Por supuesto, es una cuestión diferente para aquellos que viven en áreas que pueden recibir señales de Kanto o Aichi.»

«Lo que significa que todo el mundo está sufriendo por nosotros.»

«Tal vez eso también es parte del plan de la Alianza de la Restauración, para reducir al mínimo la cantidad de información innecesaria que reciben los residentes en la prefectura. Oh, eso me recuerda.»

Taisei cambió de repente el tema.

«Para el cuarto periodo, los estudiantes y los profesores tienen que ir fuera del campus para el servicio a la comunidad.»

Como nota al margen, actualmente era el descanso entre el segundo y tercer período.

El que le informó esto a Masatsugu, Okonogi Taisei, era también el vicepresidente del consejo estudiantil. Dirigiéndose en este momento a una tercera persona que había permanecido en silencio hasta ahora.

«Siento mucho imponer esto a un caballero… y a su Alteza, princesa.»

«No se preocupe por ello. Esto es más significativo que perder el tiempo sin hacer nada.»

Su elegante respuesta provocó que Taisei retrajera su cuello con un «Muy agradecido».

Al ver a su «compañero», reaccionar con timidez, la joven sonrió y dijo: «Somos todos compañeros de estudios en una búsqueda común de aprendizaje. No hay necesidad de ser tan reservado.»

«Ese es un punto justo, pero es demasiado difícil para un plebeyo como yo.»

A pesar de hablar con Masatsugu como iguales, Taisei actuaba especialmente respetuoso con la joven doncella.

Esto era natural. La persona ante él se había convertido en un nombre familiar en la ciudad de Suruga no hace mucho tiempo. Ella era Fujinomiya Shiori, la princesa imperial.

Taisei y Masatsugu conversaban mientras estaban de pie delante de su asiento.

Por otra parte, esta joven y bella princesa tenía su cabello rubio platino en una cola de caballo y llevaba la chaqueta de la escuela.

«Si no recuerdo mal… Su Alteza tiene dieciséis años, ¿no es así?»

A pesar de decir que iba a permanecer reservado, Taisei inició activamente una conversación con la princesa.

Hablando de esto, al igual que su amigo Masatsugu, Taisei era el tipo de hombre que marchaba al ritmo de su propio tambor. Sin ser arrogante ni demasiado servil, estaba usando fórmulas de cortesía sin mucho rigor para hablar con Shiori.

«Eso es correcto.»

«Entonces usted está en segundo año como nosotros porque…»

«Supongo que contaría como saltarse grados. Debes saber que pasé el examen de transferencia, así que omitir grados es el resultado basado en los resultados académicos.» Shiori luego añadió maliciosamente, «Naturalmente, la escuela fue bastante considerada en asignarme a la misma aula que Masatsugu-sama.»

«Yo también lo creo.»

Técnicamente, Fujinomiya Shiori era una estudiante sobresaliente de excelencia académica.

Ella no sólo se mantenía con los cursos de segundo año sin esfuerzo, también demostró el intelecto para lograr una puntuación perfecta en las pruebas de menor importancia y participación en clase en todas las materias.

La única excepción fue la clase de educación física, que optó por evadir utilizando una excusa de «salud frágil.»

… Pero, por supuesto, Masatsugu estaba al tanto de la verdad.

No había nada malo con la salud de la princesa. Ella boicoteó la clase de educación física sólo porque necesitaba mantener su gran secreto de «ineptitud atlética.»

Sin embargo, la hermosa y encantadora princesa comentó con indiferencia, «Dado que Suruga se encuentra actualmente en una crisis, tal vez no debería estar diciendo esto… Sin embargo, honestamente me siento muy feliz. Desde hace mucho tiempo, siempre he querido experimentar la vida escolar de esta manera.»

Sin olvidar ofrecer una sonrisa recatada.

Ella no había olvidado la historia encubierta que había utilizado durante la entrevista para el programa de noticias la última vez. Habiendo jugado este papel tantas veces, su habilidad para fingir docilidad era como su segunda naturaleza.

Masatsugu había oído que Shiori se había saltado unos grados para entrar a la universidad durante sus estudios en Roma.

Inscribirse en una escuela secundaria en Japón era solo para crear la imagen de «la princesa joven y frívola». En verdad, la princesa con la ambición de apoderarse de Japón era una estudiante diligente que no sólo había dominado todas las disciplinas académicas regulares, sino también política, diplomacia, historia y estudios culturales de diversas naciones, e incluso la estrategia militar…

Nacida en la era correcta, habría sido calificada como una estratega de primera clase. Esto mostraba que tan importante era.

«Por cierto, vicepresidente.»

Dado que Taisei era un miembro del consejo estudiantil, Shiori siempre se dirigía a él por su título.

Probablemente no era intencional por parte de ella, pero había un tono clásico de «una princesa pidiendo la opinión de uno de sus sirvientes en los asuntos nacionales».

«Como era de esperar, no hay demasiados estudiantes en la escuela.»

«Muchas personas creen que no es momento para estar asistiendo a la escuela.»

El aula estaba tranquila y desocupada durante las vacaciones.

El número de estudiantes eran bajos. La asistencia de hoy era sólo el 50%.

«La Alianza de la Restauración no ha atacado desde la noche de antes de ayer… Nadie sabe cuándo la lucha se reanudará. Puedo entender sus sentimientos de querer quedarse en casa.»

«Pero usted no se siente de la misma manera, ¿vicepresidente?»

«Asumo las responsabilidades del consejo estudiantil, después de todo. Si otros estudiantes están viniendo, no puedo fingir ignorancia. Además, si voy a la escuela… O mejor dicho, me acerco a los dormitorios, hay un Lord Chevalier protegiéndonos.»

Respondiendo a la princesa, Taisei miró de manera oblicua a Masatsugu.

«Realmente espero contar con tu poder para ahuyentar a la Alianza de la Restauración, Masatsugu-kun.»

«Ciertamente, voy a dar lo mejor de mi escasa capacidad…» Masatsugu respondió con un encogimiento de hombros.

Se había informado a la escuela de su capacidad de controlar legiones y su intención de utilizar este poder para proteger a la ciudad de Suruga.

Sólo de esta forma pudo obtener la indulgencia necesaria otorgada al «caballero de la princesa.»

«Sin lugar a dudas, hay muchas cosas en este mundo que están más allá de mi capacidad. Sólo piensa en mí como una gota que apareció cuando todos se estaban ahogando.»

«Olvídate de un gran barco, pero al menos convéncenos de que eres un bote salvavidas.»

Taisei había aceptado fácilmente el hecho de que su compañero era un Chevalier.

Él sabía de la pérdida de la memoria de Masatsugu y de su inusual capacidad de lucha. Al enterarse de la verdad, mostró una especie de mirada de «eso lo explica todo».

Mientras la princesa, el Chevalier y el chico de secundaria iban charlando…

«… En este momento, hay dos Chevaliers en esta escuela.»

La severa voz de una chica interrumpió su conversación.

Una belleza de cabello negro había llegado al salón de clase, vestida con uniforme de oficial del ejército del Japón imperial en lugar del uniforme femenino de Rinzai.

Taisei se tambaleó por la sorpresa.

La chica con uniforme militar continuó: «Tal vez no, un bote salvavidas, pero cierto nivel de seguridad puede ser proporcionado.»

«Oh, es Akigase-dono.»

«Ha sido un tiempo, Hiji—No, Tachibana-dono. Es maravilloso verla en buen estado de salud, Alteza.»

Colgando del cinturón de la chica de cabello negro estaba una espada japonesa envainada.

Esta apariencia galante pertenecía al actual castellán de la fortaleza de Suruga, la Chevalier Akigase Rikka. Masatsugu no podría confundir la identidad de una sorprendente belleza de su calibre.

Él dijo: «No ha pasado demasiado tiempo en verdad. Nos encontramos ayer y el día anterior.»

«D-De hecho, usted tiene razón.»

Rikka entró en pánico cuando Masatsugu se lo recordó.

Hace tres noches, Masatsugu había derrotado a los Kamuys de la Alianza de la Restauración en su nombre. Al día siguiente, Rikka había hecho una visita para darle las gracias. El día después de eso, volvió a expresar su gratitud con solemnidad.

Y hoy, Akigase Rikka estaba aquí de nuevo.

Incluso visitó la escuela mientras que la clase estaba en sesión, dejando sus deberes militares atrás.

Aunque la fortaleza tutelar de Suruga y la preparatoria Rinzai eran «vecinos», menos de la mitad de una hora en coche los separaba…

La actitud de Rikka era inexplicablemente amable, a pesar de su condición de «princesa» de feudo. Su padre era Akigase Shouzan, el gobernador general sobre Tōkaidō.

«Por cierto, Akigase-dono, ¿se puede saber lo que está haciendo aquí hoy?»

«S-Sí. Al igual que usted, Tachibana-dono, ambos somos caballeros que protegen Suruga.»

Mientras hablaba, Rikka evitó el contacto visual con Masatsugu.

«Sería bueno aprovechar la mayor parte de las posibilidades de interactuar y llegar a conocernos mejor. E-Es decir, si está bien para usted.»

«Oh, ya veo. ¿Para compartir ideas como Chevaliers?»

«Sí, precisamente, los Chevaliers tienen una gran cantidad de ideas para compartir.»

«¿Es necesario que usted venga todo el camino a la escuela?»

«S-Sucede que estoy libre. Me preocupaba molestarlo, pero no quería perder el tiempo, así que descaradamente le hice una visita.»

«Akigase-dono, usted es definitivamente la persona más ocupada en Suruga en este momento.»

«N-No, en absoluto. Después de haber recibido mi rango del estado imperial, simplemente estoy cumpliendo con mis obligaciones. Por favor, entiéndalo.»

Rikka se armó de valor para conversar con Masatsugu.

En lugar de un intercambio de ideas entre Chevaliers, esto se parecía más a una joven doncella suprimiendo sus tímidos sentimientos para acercarse confiadamente al «objeto de su afecto.»

Decidiendo no pensar demasiado en ello, Masatsugu asintió.

Introvertidas señoritas protegidas eran de su agrado, pero también encontraba muy lindo cuando las chicas expresan sus afectos con honestidad.

No importa el tipo de chica que Akigase Rikka era, al menos, no había duda de que era muy atractiva. Sus sentimientos también le agradaban.

Masatsugu le dijo: «Por supuesto, pero no sigamos en un aula. Vayamos afuera».

«S-Sí. Sería un placer.»

«Uh, Masatsugu-kun, la clase empezara en dos minutos, ¿sabes?»

«Lo siento, esto es parte del trabajo, por lo que me ayudarías a suavizar las cosas con el maestro.»

Delante de su encantada compañera caballero, Masatsugu pidió a su amigo un favor.

Mientras, su señora Fujinomiya Shiori reveló una mirada de pánico mientras escuchaba su conversación con Rikka. Ella tosió ligeramente y dijo: «Disculpe, Masatsugu-sama, por favor permita que Hatsune lo acompañe si habrá una discusión con respecto a asuntos de Chevaliers.»

«¿Por qué?»

«Considere esto, ¿no lo mencionamos anteriormente… Hatsune desea heredar la denominación que ha sido la herencia de la familia Tachibana? Es lógico pensar que Hatsune se beneficiaría de asistir a una conversación entre Chevaliers. Sí, está decidido. Además, pensándolo mejor… »

Shiori dijo en un tono inocente de voz «Debería tomar parte en esa discusión también. Es un deber de una princesa el responder a la fidelidad de ustedes los caballeros.»

«…Ya veo.»

¿Podría ser que la princesa esté celosa porque no fue a clase para ir a una «cita»?

Reflexionando sobre esta irrespetuosa especulación, Masatsugu aceptó la solicitud de Shiori. Sorprendida por el repentino desarrollo, pero incapaz de ofrecer palabras de objeción, Rikka no tuvo más remedio que aceptar.

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Parte 2

«Es por eso que… ¡Ahora es el momento para dar un salto, Onii-sama!»

«Hatsune, no tengo ni la más remota idea de donde acabas de venir.»

La seria declaración de Tachibana Hatsune fue rechazada con indiferencia por Masatsugu.

Akigase Rikka se había presentado veinte minutos antes. Dejando el aula de la clase 2 del segundo año donde estaban antes, habían ido a un café al aire libre fuera del edificio de la escuela, que conducía a la azotea.

Era actualmente el tercer período y no había ruido alrededor.

Shiori y Rikka estaban presentes, pero Taisei no estaba presente.

«En realidad, durante la clase de hoy, he estado pensando en algo y no podía concentrarme en la lección. A fin de cuentas, actualmente Suruga…No, Japón necesita actualmente un gran héroe como Tachibana Hatsune.»

«¿No es un poco raro llamarse a sí misma un gran héroe cómodamente durante clases?»

Hatsune era una estudiante de la clase 1 de primer año.

Después que Masatsugu fuese a buscarla a su salón de clases, esta dama de honor de Shiori se sentó en el café al aire libre y se puso a hablar con gran alboroto.

Hatsune había mencionado el tema de manera demasiado brusca, por lo que Masatsugu la ridiculizó en nombre de todos.

«Al tomar un salto, quieres decir…»

«Convertirse en una Chevalier, por supuesto. He conseguido poner mis manos en la preciada Denominación.»

«Así que estás muy segura de que te convertirás en un héroe.»

«Vamos, en una situación como esta, un título interesante es obligatorio, incluso una pequeña mentira está bien. Todo lo que necesito hacer después de esto es explicar que era sólo mi opinión personal, Onii-sama.»

«Ya veo.»

«Aquellos que se llaman a sí mismos los creadores profesionales son más o menos todos del mismo estilo.»

«Por lo que he oído, las personas que se hacen llamar a sí mismos productores exageran más a menudo de lo que no lo hacen.»

«Hatsune y Masatsugu-sama, ¿No se están yendo un poco por la tangente?» Shiori con mucho tacto, les recordó mantener la conversación enfocada en el tema. «Actualmente en posesión de Hatsune, Kurou Hougan del clan Tachibana era el tema aquí.»

«Ciertamente, ciertamente, tiene razón, princesa.»

Capaz de responder con fluidez a su noble señora, Hatsune realmente no era un personaje ordinario.

Ella sacó un pergamino azul de su mochila. Se cree que es la manifestación de la denominación de Kurou Hougan Yoshitsune, era un artefacto bastante distinguido.

Por otra parte, Hatsune estaba vestida al estilo Haikara-san como de costumbre.

Un kimono Meisen emparejado con un hakama1 y botas, un anticuado estilo de uniforme escolar para las chicas.

[1] NT: La hakama (袴 hakama?) es un pantalón largo con pliegues (cinco por delante y dos por detrás) cuya función principal era proteger las piernas.

«Durante los últimos cincuenta años, nadie en el clan Tachibana ha sido capaz de utilizarlo… Nadie sabe el truco para pasar el ritual de sucesión.» En un tono casual de voz, Hatsune reveló la horrible verdad. «Hubo siete u ocho personas que lo desafiaron en los últimos años, pero todos ellos murieron durante el ritual de sucesión, por lo que no proveyeron referencias valiosas en absoluto.»

«Haber tenido tantas personas que desafiaron la prueba, el clan Tachibana hace honor a su reputación como rufianes.»

«Durante un tiempo, aparentemente se puso de moda utilizar esta prueba como un ritual de prueba para la mayoría de edad ♪. Debido a eso, nuestro clan no tiene muchos jóvenes hoy en día.»

«Ya veo, eso es fascinante,» Rikka comentó agudamente después de escuchar la conversación entre la princesa y Hatsune. «Esto es muy similar a los cazadores de cierto país. Se dice que tienen que cazar y matar a un león con una sola mano antes de ser considerados adultos hechos y derechos.»

«Ese es el espíritu samurái también, Rikka-sama,» dijo Hatsune alegremente a Rikka, la heroína que se había convertido en un Chevalier antes que ella. «Los antiguos japoneses eran bastante bárbaros también, como destriparse a sí mismos, o decapitar a los generales enemigos como trofeos para reclamar el crédito en la batalla.»

«Eso es cierto también. De hecho, cuando heredé Yasutsuna…»

La atesorada espada de linaje Genji, Onikiri Yasutsuna. Rikka desabrochó la denominación que colgaba de su cinturón en forma de una espada japonesa y la puso sobre una silla.

La doncella Chevalier miró su amada espada y dijo con nostalgia, «Todo el mundo dijo que el fracaso en la sucesión podría llevar a la muerte. Al principio, me sentí intimidada también.»

«¡Ah, claro! Hay algo que quería preguntarle, Rikka-sama. ¿Qué sintió cuando estaba heredando una Denominación? Y ¿cómo puedo alcanzar el éxito?»

«No me importa decirte, pero probablemente no sea de mucha ayuda.»

«¿Eh?»

«Cuando se hereda una Denominación de alto nivel tales como Yasutsuna o Kurou Hougan, el ensayo llevado a cabo durante el ritual es único. La voluntad que reside dentro de la denominación altera el juicio según el retador… Eso es lo que he aprendido.»

Después de escuchar la explicación de Rikka, Masatsugu asintió. Cuando heredó la Toshizo Izumi-no-Kami Kanesada de Hijikata, había sentido algún tipo de voluntad dentro de la espada también.

La Chevalier de Tōkaidō, Rikka, habló de nuevo: «A fin de cuentas… El ritual de sucesión no es más que un comienzo. Lo que realmente importa son los logros de batalla después de convertirse en un Chevalier, y estas Denominaciones saben esto muy bien.»

«Mm-hmm.»

«A pesar de que existe un riesgo de muerte, en última instancia, es sólo una prueba. Sólo da tu mejor esfuerzo como si estuvieras realizando un salto bungee desde un acantilado, Tachibana.»

«¡Entendido!»

Rikka naturalmente la llamó por su nombre de familia y Hatsune respondió con energía.

Su estilo de conversación era casi como el tipo que se encuentra en los clubes de atletismo entre los miembros mayores y menores. Ambas chicas eran «combatientes» realizadas en las artes marciales. Tal vez esto las hizo particularmente compatibles en la misma longitud de onda.

Concluyendo el tema con una vaga apelación a la potencia de la mente sobre el cuerpo, Rikka habló con gravedad, «De los muchos puntos desconcertantes en la situación actual… Hay uno que me parece más preocupante.»

«¿Qué pasa, Rikka-sama?» Shiori habló de inmediato en respuesta al tono serio de la dama caballero.

Rikka estaba sentada recta, de cara a su respetada princesa con dignidad.

«Lo que me molesta es la chica que vino a mí antes de atacar Suruga con las legiones del feudo Kínai. Ella uso un poder extraño para hechizarme—En ese momento, estaba preparada para sucumbir en cualquier momento.»

Ese incidente dio lugar a Rikka cayendo inconsciente y Tachibana Masatsugu luchando en su lugar.

«Su Alteza mencionó… que ¿Podría estar relacionada con la familia real británica?»

«No puedo afirmarlo con certeza. Todo lo que puedo decir es que la probabilidad no es pequeña.»

La nieta de la bestia sagrada Lord Tenryuu, la princesa asintió en silencio.

Shiori había especulado que la hechicera rubia debía tener relaciones con las fuerzas británicas—Tal vez era una princesa de la realeza como ella misma.

En otras palabras, era posible que perteneciera a la línea de sangre de un animal sagrado divino y poseyera poderes místicos.

«El método que me hechizo… fue sin duda un poder potente semejante a la magia o la hechicería. Sería una situación bastante mala si ella es capaz de utilizar esta técnica varias veces. Si los funcionarios importantes de Japón, o incluso la propia Emperatriz en la capital, fueran a caer bajo tal brujería»

Rikka murmuró con preocupación, pero Shiori inmediatamente rechazó la idea.

«No, creo que no hay que preocuparse de eso.»

«¿Cómo es eso?»

«Si una habilidad tan poderosa pudiese ser llamada a voluntad, el Imperio Británico hubiera anexado Japón hace mucho tiempo sin necesidad de ir a la guerra. El sueño de conquistar el mundo sería factible también. Sin embargo, la realidad indica lo contrario. Mi conjetura es que debe haber condiciones estrictas para su uso práctico.»

Por ejemplo, las restricciones de fecha, hora o condiciones de uso. Shiori planteó algunas posibilidades y sonrió a Rikka. «¿Por qué no pensar de esta manera? Gran Bretaña tuvo que recurrir al uso de su atesorada carta de triunfo en su contra, Rikka-sama… y su operación fallo en última instancia. Olvidemos esta amenaza de la hechicería por el momento, creo que no es de importancia.»

«Ya veo, eso tiene bastante sentido.»

La explicación clara y lógica de la princesa fue muy persuasiva y Rikka entendió.

Sonriendo, ella asintió con la cabeza y no volvió a plantear la cuestión de la «misteriosa chica» de nuevo ni mostró signos de preocuparse por ella.

Suficientemente cautelosa y meticulosa sin caer en la paranoia—

Esta actitud era la marca del calibre de un héroe. Akigase Rikka era realmente extraordinaria. Masatsugu decidió que tenía que informarle de algo.

«Akigase-dono y Hatsune, hay algo que deben saber,» Masatsugu empezó a contar con paciencia.

 

«Nunca habría pensado… que había perdido su memoria, Tachibana-dono.»

En el asiento del conductor, sosteniendo el volante, Rikka comentó en estado de shock.

Masatsugu estaba sentado junto a ella en el asiento del acompañante. La dama Chevalier estaba conduciendo un coche deportivo a toda velocidad por una carretera de montaña hacia la fortaleza tutelar de Suruga. A pesar de la alta velocidad de su vehículo, su conducción no era peligrosa en absoluto.

… Debido a su pérdida de memoria, Tachibana Masatsugu era incapaz de reponer el fluido ectoplásmico utilizando métodos normales—

Justo antes, Masatsugu había explicado su debilidad concisa. Ahora, estaban reanudando la conversación anterior, mientras se encontraban en la carretera debido a que Rikka necesitaba volver a la fortaleza tutelar.

«Sólo tengo recuerdos de los últimos dos años.»

«En otras palabras, ¿Usted no tiene ningún recuerdo de su vida pasada… o su verdadero nombre?»

«Así es,» Masatsugu admitió fácilmente, lo que sorprendió a Rikka.

Por cierto, el volante y los asientos no eran claramente una característica estándar.

Habían sido modificados. El auto de Rikka era de transmisión manual en lugar de automática. Dado que los militares no proporcionaban este tipo de vehículo, Masatsugu llegó a la conclusión que debía ser de propiedad personal de Rikka.

Podía decir que ella estaba bastante acostumbrada a los autos.

«… Sin embargo, creo que su nombre verdadero ya es evidente. Después de todo, que haya podido utilizar Izumi-no-Kami Kanesada tan familiarmente como si fuese una de sus extremidades—»

«Aun así, eso no necesariamente significa que sea el propietario original.»

¿Masatsugu era en realidad Hijikata Toshizo?

Esta pregunta era muy difícil de resolver. A juzgar por los fragmentos de recuerdos que Shiori le mostró, la respuesta parecía ser que no, pero no podía rechazarlo por completo.

Para ser honesto, a Masatsugu no le importaba si era Hijikata Toshizo o no.

Sin embargo, el afecto de Akigase Rikka para Tachibana Masatsugu se derivó de esta posibilidad.

Masatsugu necesitaba aclarar esta cuestión con ella en primer lugar. Puesto que ella era la aliada más fiable que tenían Shiori y él, Masatsugu no quería ocultar secretos entre sí que pudiesen distanciarlos en el futuro.

«Akigase-dono,» Masatsugu llamó a Rikka en un tono ligeramente más firme de lo normal. «Desde su punto de vista… ¿Es mi verdadero nombre tan importante?»

«S-Sí.»

«Pero para mí, es de poca importancia. Si mi nombre es Hijikata o no, ser capaz de luchar a su lado contra los invasores es ya un máximo honor.»

«……»

«Un verdadero héroe es el compañero más valioso. Estoy muy contento por la buena fortuna de conocerla.»

«¿Q-Qué héroe? Por favor, no se burle de mí.»

«No estoy bromeando. Si tuviera que elegir un compañero de armas y una esposa aquí, Akigase-dono, sería mi elección. Eso muestra que persona  tan increíble eres.»

«¿¡Compañera de armas y espooooosa…!?»

Rikka de repente piso el acelerador.

El coche aceleró al instante y rápidamente se ralentizó de nuevo. El momento de sorpresa, probablemente, le había causado pisar muy fuerte por accidente. Era muy raro que la valiente Rikka este tan nerviosa.

«T-Tachibana-dono. A-Al decir esposa, ¿¡No está llevando su broma demasiado lejos…!?»

«¿Por qué? Akigase-dono, eres fuerte, virtuosa, valiente y magnánima. Creo que todo hombre, sin duda, querría casarse con una mujer así.»

«N-Nadie nunca me ha dicho eso…»

«Entonces los hombres en este país son ciegos.»

«Tachibana-dono—»

«Masatsugu está bien.»

Rikka se había dirigido a Masatsugu por su apellido, pero Masatsugu le dijo en un tono serio, «El uso del nombre de mi familia hace que sea fácil confundirnos con Hatsune, lo cual es confuso. ¿Por qué no usar mi primer nombre directamente? Somos compañeros en el campo de batalla, no hay necesidad de ser formal.»

«Bueno… ¿Qué tal Masatsugu-dono?»

«Por supuesto.»

Compañeros cabalgando por los campos de batalla deben desnudar sus almas el uno al otro.

Comprometido a tener una relación de honestidad, Masatsugu tuvo una conversación intermitente con Rikka. Afortunadamente, Rikka no se opuso a ella. A pesar de su nerviosismo, ella respondió sinceramente a Masatsugu.

Dejando de lado la cuestión de Hijikata Toshizo, ambas partes tenían que llegar a conocerse la una a la otra en primer lugar.

Cuando los esfuerzos de Masatsugu estaban empezando a dar sus frutos, Shiori finalmente habló después de un largo período de silencio en el asiento trasero.

«U-Ustedes dos parecen estar teniendo una conversación maravillosamente atractiva como compañeros Chevaliers.»

La voz de la princesa sonaba inexplicablemente sarcástica.

De hecho, Shiori estaba en el mismo auto que se dirigía a la fortaleza tutelar. Mientras tanto, Rikka contestó con pánico como miembro del mismo sexo.

«¡P-Perdón, Alteza!»

«Relájese. Es bueno ver que los dos se llevan tan bien.»

El tono de sarcasmo ya no podía sentirse en la voz de la princesa.

El reflejo de la sonrisa habitual de Shiori de «inocencia seductora» se podía ver en el espejo retrovisor. Tal vez Masatsugu había tenido la impresión equivocada —¿Probablemente?

En cualquier caso, Shiori habló con aires elegantes de una princesa, «Rikka-sama, ¿Ha recibido órdenes de su padre en Nagoya…?»

«Sí. Las órdenes fueron transmitidas a la fortaleza tutelar de Suruga esta misma mañana. Con respecto a este asunto, me gustaría tener una discusión detallada con Su Majestad y Hiji… Masatsugu-dono acerca de nuestros planes para el futuro.»

Con los teléfonos y correos no disponibles, la comunicación con el mundo exterior tenía que depender de las bestias sirvientes.

El gobernador general del feudo de Tokaido y su hija Rikka habían intercambiado mensajes utilizando el método mágico primitivo de «órdenes de reinstalación a través bestias de retención.»

«Por cierto, Alteza, ¿Ha recibido instrucciones desde el palacio imperial en Tokio?»

«Ninguna en absoluto. Silencio total. Bien podría ser que el palacio espera que desaparezca en esta situación… Esto no suena como una broma y es bastante preocupante, ¿no es así?»

Shiori se encogió de hombros y Rikka sonrió audazmente.

Mientras que el auto con las dos chicas y Masatsugu subía la montaña, no había otros vehículos que circularan por esta carretera militar dado el estado de sitio. Todo el camino estaba libre.

Muy pronto, el auto llegó a las instalaciones de la fortaleza tutelar.

La fortaleza tutelar se encuentra en la meseta más alta de la ciudad de Suruga, también conocida como Nihondaira. Lo que solía ser un famoso lugar pintoresco que ofrece una vista del Monte Fuji y la bahía de Suruga desde lejos.

Había una plaza de aparcamiento reservada para el castellán en el lote de los oficiales de alto rango.

Después que Rikka aparcó su auto en el espacio reservado, el trío entró junto a la fortaleza tutelar. Su destino era la torre encargada de proteger la nación en el centro de la fortaleza tutelar.

El torreón de protección nacional era un edificio de ladrillo de cuarenta metros, que recuerda a un antiguo campanario.

En el camino, muchos soldados los recibieron con miradas reverentes o saludos. Su comportamiento no era del todo debido a la presencia del castellán autorizado o la princesa.

Masatsugu mismo era también un Chevalier con un ejército de Legiones.

Dentro de los militares, a los Chevaliers se les concedía el trato como oficiales de alto rango.

Por otra parte, él fue el responsable de la victoria de hace unos días. Y había rumores también.

(¿Es el, Hijikata-dono…?)

(He oído sobre eso también…)

(Las personas incluso dicen que la espada que lleva puesta es, evidentemente, Izumi-no-Kami Kanesada…)

Los soldados y oficiales susurraban entre sí mientras Masatsugu caminaba.

Como era de esperarse de una instalación militar. Aparte de Rikka, otros también habían notado el control de Masatsugu sobre legiones, utilizando el estilo de la espada Tennen Rishin y la Denominación de Izumi-no-Kami Kanesada.

Como resultado, los rumores explotaron.

También, gracias a ello, los soldados de Suruga trataban a Tachibana Masatsugu con el mayor respeto.

Reflexionando sobre este extraño desarrollo, Masatsugu llegó al vestíbulo de la torre encargada de proteger la nación. Las dos chicas acompañándolo comenzaron a charlar sobre negocios prácticos.

«Mi padre, la cabeza de los Akigase, tiene la intención de expulsar a la Alianza de la Restauración de Shizuoka mediante el envío de fuerzas desde el norte del Monte Fuji—Yamanashi, en otras palabras. El primer lugar que necesita ser retomado es la fortaleza tutelar de Fuji que actualmente está siendo utilizada como un bastión fundamental… La fortaleza tutelar de Fuji esta solo a unas decenas de kilómetros de distancia de Suruga.»

«En otras palabras… Rikka-sama, ¿Usted estará apoyando la operación desde Suruga?»

«También tenemos planes en coordinación con el ejército de la provincia de Kanto y la guarnición de Roma oriental en Japón. Naturalmente, mi padre ya está haciendo los preparativos en este frente.»

Rikka sacó el tema de la estrategia militar de manera casual.

Su intención era, por un lado el cumplimiento de su deber explicando la situación de crisis a la princesa imperial con tanto detalle como sea posible al mismo tiempo que reconocía la valiosa visión de Shiori.

Princesa Shiori y Chevalier Akigase Rikka.

Una sólida relación de cooperación se había desarrollado gradualmente entre ellas.

Al instante en que Masatsugu asintió con satisfacción, un sonido de llamada se escuchó en la escena. Un zorro blanco del tamaño de una palma se manifiesto en el hombro de Rikka.

A cargo de la transmisión de las comunicaciones, la pequeña bestia sirviente trajo noticias.

«… ¿Qué?»

El pipe fox había traído noticias que conmocionó en gran medida a Rikka.

No sólo Rikka, también Shiori y todos los soldados en el vestíbulo de la torre encargada de proteger la nación también se sorprendieron. Masatsugu era el único que escuchó el informe sobre la situación en silencio.

«El punto de control Hakone—¿Hakone ha caído en simplemente la mitad de un día?»

Rikka murmuró para sí misma, dudando de sus oídos.

El punto de control Hakone era reconocido como el punto más inexpugnable de Kanto de gran importancia estratégica. Situado en la región montañosa escarpada de Hakone, tenía fortalezas tutelares construidos en cuatro lugares distintos.

Estos cuatro fuertes tutelares tenían cada uno múltiples Chevaliers estacionados en todo momento.

Todos estos eran experimentados soldados que servían al feudo de Kanto y tenían más de cuatrocientas legiones kamuy bajo su mando.

Además, los cuatro fuertes tutelares tenían cada uno, un ifrit asignado a ellos.

Un total de cuatro ifrits, respectivamente Seiryuu, Suzaku, Byakko, y Genbu. Esta poderosa alineación protegía la parte occidental de la región de Kanto, el corazón del Japón imperial.

Según se informa, las defensas inexpugnables de Hakone fueron quebradas por «el poder de un solo hombre.»

«Esto significa… ¿El Imperio Británico tiene un nuevo Resucitado?» Shiori susurró en cuanto oyó el nombre de aquel hombre «Edward».

 

Parte 3

Edward el Príncipe Negro había comenzado su carrera ilustre de gloriosas victorias a la mera edad de dieciséis años.

Esa victoria pasó a la historia como la Batalla de Crécy. Incluso hoy en día, al final del siglo XX, se mantenía bastante conocida por los investigadores de guerra.

El año 1346 EC2 era parte de la Edad Media europea, familiar para todos.

[2] NT: CE: Era común.

Para Edward, era una época nostálgica de su pasado adolescente.

Plenamente educado como correspondía a un príncipe inglés, perfeccionó sus habilidades marciales y el carácter noble como un caballero, y elevó sus habilidades como general a través de la vida dentro y fuera del campo de batalla.

En aquel entonces, Inglaterra y Francia estaban en guerra.

Esta fue la primera etapa de la llamada «Guerra de los Cien Años.» En el pueblo de Crécy en territorio francés, una gran batalla se llevó a cabo para determinar el destino de ambas naciones.

El ejército inglés ascendía a diez mil, mientras que el ejército francés tenía cuarenta mil…

Sin embargo, el inglés aun así tuvo una victoria aplastante en Crécy. En ese momento, las fuerzas inglesas fueron encabezadas por el padre de Edward, el rey Edward III de Inglaterra (padre e hijo comparten el mismo nombre, por lo que es fácil confundirlos).

El Rey Edward organizó sus fuerzas en tres divisiones para enfrentar al ejército francés.

El príncipe de la corona, Edward dirigió una de las divisiones y fue extremadamente decisivo para la victoria.

Esta batalla fue el preludio de una leyenda. La saga heroica del joven y famoso general, el Príncipe Edward, alcanzaría su cima en la batalla de Poitiers, que tuvo lugar diez años después de Crécy.

Esta vez, como el comandante en jefe, Edward condujo un ejército de seis mil a enfrentar un ejército francés de treinta mil.

La disparidad en los números fue aún más desfavorable que en la batalla de Crécy. Sin embargo, Edward ganó una igualmente espléndida victoria e incluso logró capturar al rey Juan II de Francia.

Manteniendo cautivo al rey de Francia, Inglaterra se benefició tanto de un atractivo rescate como de una ventaja en las negociaciones diplomáticas.

Por otra parte, la guerra anglo-francesa se alargaría hasta 1453, mucho después de que Edward hubiese fallecido por enfermedad. La «Dama salvadora de Francia» que apareció hacia el final fue precisamente Jeanne d’Arc3.

[3] NT: Jeanne d’Arc: Juana de Arco.

El tiempo continuó marchando, lo que llevo al año 1998—

 

«Por lo que sé, la dama llamada Jeanne es muy popular en el mundo moderno», dijo el «Príncipe Negro», que había vuelto a nacer en el mundo.

Conforme a un acuerdo anterior, había desechado el alias temporal de «Sir Caballero Negro» actualmente.

«Sin embargo, como un inglés… Me gustaría aprovechar esta oportunidad para que todos sepan que yo, Edward, de ninguna manera fui inferior.»

Esta era la mañana antes de partir a la conquista del punto de control Hakone.

Temprano por la mañana, partió de la fortaleza tutelar de Fuji  cerca de la montaña sagrada de Fuji, entonces marchó al este para asaltar el punto de control Hakone.

Actualmente, Edward estaba montado sobre el lomo de un wyvern, volando tranquilamente a través del cielo sobre Hakone.

En tan sólo unas pocas horas, había derrotado a todas las fuerzas japonesas en los fuertes tutelares de Hakone. Con la victoria firmemente en sus manos, estaba en un estado de ánimo muy relajado.

El enemigo consistía en quinientos Kamuys, los samuráis azules de Japón imperial.

Las mil legiones negras que luchan bajo el mando de Edward eran los Caballeros de la Liga, una variante superior a la Cruzada británica.

El ejército de Edward había establecido su formación en el cielo sobre el vasto lago Ashi.

Las cuatro fortalezas tutelares estaban respectivamente al norte, este, sur y oeste del lago. La primera fortaleza tutelar en el este fue defendida por el ifrit Seiryuu, la segunda fortaleza tutelar en el sur tenía a Suzaku, la tercera fortaleza tutelar en el oeste tenía a Byakko, y la cuarta fortaleza tutelar en el norte tenía a Genbu. El conjunto unido de cuatro deidades guardianes luchó con fuerza para resistir la invasión británica.

Por desgracia, no eran rivales para los mil Caballeros de la Liga encabezados por el Príncipe Negro.

La fuerza Chevalier de Edward era 1256 y convocó a un total de mil para atacar.

«Caballeros de la Liga, han luchado bien. ¡Yo, Edward, aplaudo su valor!»

Edward alabó a los caballeros negros que estaban en formación sobre el lago Ashi.

Normalmente, el sostén principal de las Legiones del Imperio Británico, la Cruzada, eran blancas sin coloración. Las tropas de Edward eran de un tono negro por todas partes.

Durante la Edad Media, el propio Edward deambulaba en campos de batalla, mientras iba vestido con una armadura negra.

Fue así como el apodo del Príncipe Negro se originó. También fue por eso que cada legión bajo su mando era un caballero negro.

«Hablando de eso, nunca pensé que tendría la oportunidad de luchar en el Lejano Oriente…»

Compartiendo sus punzantes pensamientos, miró a sus orgullosos caballeros.

Actualmente, estas legiones estaban mostrando su formación distintiva en el cielo azul claro. En primer lugar, trescientas de las mil legiones se habían convertido en arqueros y ascendieron a cierta altitud.

Estos arqueros no estaban equipados con el arma estándar de una legión, el fusil de bayoneta.

Todos los trescientos arqueros empuñaban arcos largos. Esta era la nueva arma que les otorgaba la habilidad especial de Edward, la Hazaña de Armas—Arqueros de Crécy.

De hecho, era exactamente igual que cuando el Chevalier en la fortaleza tutelar de Suruga les había conferido espadas japonesas a sus subordinados.

Por otra parte, el wyvern sobre el que montaba Edward estaba volando con gracia, a un kilómetro de sus orgullosos caballeros. Había determinado que no había necesidad de que fuese al mando del ejército a la vanguardia.

«En el pasado, obtuve gloriosas victorias en la colina de Crécy y la tierra de Poitiers. Que el mundo sepa que Japón se ha unido a esta lista… Mi destino ha sido verdaderamente impredecible.»

Después de incrementar su elevación, los trescientos arqueros se mantuvieron en su posición en el cielo.

Estaban aproximadamente a cuatrocientos metros sobre la superficie del lago Ashi. Los restantes setecientos caballeros de la liga rodearon a los arqueros.

Sin embargo, estaban a una altura cien metros más abajo que los arqueros.

Esta situación era muy similar a «Establecer arqueros en una colina con antelación mientras se concentra la caballería en la base para defender toda la colina.»

Edward era muy bueno en este tipo de formación «modo anglais».

«Príncipe, parece que hay algunos remanentes.»

«¿Oh?»

Edward recibió una advertencia al oído.

Había una pequeña muñeca sentada en el hombro de Edward. La voz de una niña salió de su boca.

La muñeca era una niña rubia vestida con un traje de marinero, pequeña en tamaño pero muy intrincada en construcción. Poseyéndola estaba la genio Morrigan de las fuerzas armadas británicas.

Edward mismo había notado la noesis también. Miró hacia la dirección que había detectado.

… Sur del lago Ashi, había un lugar llamado paso Hakone.

Situado ahí estaba la segunda fortaleza tutelar de Hakone, un bastión con muros de fortificación en forma de estrella, conocidas en Japón imperial como «Fortaleza Goryōkaku».

Desde la segunda fortaleza tutelar, treinta y dos legiones japonesas, los Kamuys, volaban hacia el cielo.

Estas se dirigían a los mil Caballeros de la Liga en formación sobre el lago Ashi…

«Este tipo de ofensiva se conoce como ‘kamikaze’ en Japón, ¿no es así?»

«Así parece.»

La conversación del comandante y la genio termino allí.

Sin inmutarse, Edward descendió con su wyvern. Volando rápidamente sobre la superficie del lago Ashi, se dirigió al noreste.

En el agua cerca de la costa se encontraba un torii4 rojo.

[4] NT: Un torii (鳥居 torii?) es un arco tradicional japonés que suele encontrarse a la entrada de los santuarios sintoístas (Jinja), marcando la frontera entre el espacio profano y el sagrado.

Se suponía que debería ser la entrada a un santuario sintoísta japonés—Santuario Hakone—y un famoso símbolo.

Cuando Edward lo vio antes, se sintió atraído por el atractivo exótico del Torii y había decidido darle una buena mirada después.

El Príncipe Negro estaba impaciente por hacer turismo. Una batalla estalló sobre él.

… Los treinta y dos Kamuys azules cargaron con toda su fuerza contra el ejército negro del Imperio Británico.

… Los Caballeros de la Liga a cargo de la intercepción eran un equipo de más o menos un centenar, en estado de alerta a baja altura.

… Las dos partes intercambiaron fuego con sus fusiles de bayoneta.

… Sin embargo, los arqueros sacaron sus arcos al mismo tiempo. Estos trescientos caballeros negros habían establecido su formación superior en el cielo para poder divisar toda Hakone. Los arcos largos de acero en la mano izquierda eran extremadamente grandes, casi más largos que los ocho metros de altura de las legiones.

… A continuación, una flecha de luz apareció simultáneamente en cada una de las manos derechas de los trescientos arqueros.

… Los Kamuys se enfrascaron en un tiroteo con los caballeros negros a baja altura, es decir, los Kamuys cuyo avance se había visto impedido—se convirtieron en el blanco de los arqueros de tono negro disparando con toda su fuerza desde una posición más alta.

… Al igual que una ducha, las flechas de luz atravesaron sin piedad a los treinta y dos Kamuys.

… Contra las flechas inglesas, las barreras protectoras de las tropas azules japonesas eran tan débiles como el papel.

… En solamente un minuto o dos, los restos de las fuerzas de defensa de Hakone fueron eliminados.

«No hay diversión en la lucha contra enemigos excesivamente débiles.»

Edward murmuró para sí mismo, viendo a las legiones Imperiales de Japón morir con lealtad.

Había conquistado sin esfuerzo el inexpugnable punto de control de Hakone.

Esta fue una gran victoria, pero Edward encontró poca gloria en ella. Simplemente había dejado a su ejército atacar a las fuerzas de defensa de Hakone, derrotándolas en un asalto frontal, eso era todo.

No era más que una victoria de fuerza bruta, basada en la fuerza Chevalier y tropas de élite.

Habiendo demostrado la capacidad de derrotar a un ejército enemigo seis veces más grande que el suyo, el Príncipe Negro estaría bastante incómodo de presumir una victoria tan pequeña…

A medida que sus pensamientos llegaron a este punto, el legendario príncipe sonrió irónicamente y dijo: «No, fue gracias a la bendición de Dios y al valor de los soldados que esta victoria se logró. Ahora debo alabar a mis caballeros por sus gloriosos esfuerzos y reprimir mi deseo por un enfrentamiento de estrategias.»

Edward refrescó su forma de pensar y dijo al pequeño espíritu de niña en su hombro, «Morrigan, ¿puedes realizar una búsqueda por mí?»

«Por favor, dígame.»

«He oído que Hakone ha sido una zona de spa popular desde tiempos antiguos. Me gustaría probar una fuente termal japonesa para borrar el cansancio traído por la batalla. Ayúdame a encontrar las fuentes termales con la mejor reputación.»

«Entendido. Sin embargo.»

«¿Hay algún problema?»

«Sí. Yo preferiría no participar en los baños mixtos… otra vez.»

«Espera un segundo allí. Juro por mi vida que no soy un hombre que se apoya en una posición de autoridad para jugar con jóvenes doncellas. Además, ¡No hay que olvidar que tu cuerpo es una muñeca!»

«Objeción. Nosotros, los espíritus de alto nivel, también tenemos los derechos humanos, más o menos.»

«Bueno, perdón. Voy a ser claro contigo. Si alguien me pregunta si prefiero a las mujeres mayores o las jóvenes, ¡Definitivamente prefiero las mujeres mayores!»

«Ya veo.»

Mientras que Edward y su subordinada charlaban sobre temas sin importancia…

Su wyvern volaba cerca de la superficie del lago Ashi. Al instante, el Príncipe Negro sintió una profunda noesis. Había una sed de sangre débil pero aguda, apuntando a su cabeza.

«Por favor.»

Edward emitió una simple orden.

Inmediatamente, apareció un Caballero de la Liga junto al wyvern volando.

Desde la costa del lago Ashi voló una bala de rifle. El mortal proyectil disparado desde el rifle de un francotirador fue bloqueado por la armadura de la Legión Británica.

La legión negra respondió utilizando su fusil de bayoneta.

El destello de luz se dirigió al edificio mixto en la orilla del lago, impidiendo que el enemigo atacase de nuevo.

Era de suponer que el tirador era parte de la fuerza de defensa de Hakone y un francotirador con mucha experiencia en ello.

«Encantados de verme solo, ¿eh? … Qué error. Los tiros de un francotirador nunca funcionan contra un poderoso Chevalier.»

Edward no había sentido ningún deseo de sangre o Noesis hasta el último segundo.

Por otra parte, el enemigo había disparado un tiro hacia la cabeza contra un blanco que volaba del otro lado del lago con presencia de viento.

Estos puntos añadidos mostraban que era un francotirador sobresaliente en el trabajo. Aun así, el enemigo cometió un error en el momento en que pensó que un tiro de francotirador funcionaría contra un Chevalier de la talla de Edward. Si el objetivo hubiese sido un Chevalier japonés carente de experiencia en combate o un novato entre los caballeros británicos, la historia sería diferente…

Incluso si Edward estuviese disfrutando de su turismo y se viese muy relajado, retornar instantáneamente a un modo de pensar de campo de batalla no era difícil. Ese era el tipo de hombre que era.

También hay que resaltar, la Carta de Caballería establecía muchas reglas que prohíben a las fuerzas armadas atacar a las estructuras civiles. Sin embargo, se consideraban las estructuras civiles utilizadas para objetivos militares excepciones, y por eso el disparo de ahora era totalmente legítimo.

«Oh, cierto, el Chevalier usando una katana que vi en Suruga la última vez… Mostró la misma capacidad también.»

Hace unos días, Edward se cruzó con «un hombre que era sin duda un enemigo fuerte.»

Recordando el breve encuentro, Edward sonrió sin miedo. Aparte de aquel hombre, el Generalísimo César vendría a Japón desde el Imperio Romano de Oriente también.

De hecho, la verdadera guerra apenas había comenzado. Este era sólo el preludio.

 

Parte 4

Era el anochecer después que Masatsugu tomara un paseo en el auto de Rikka a la fortaleza tutelar de Suruga.

Él y su señora, Shiori, habían regresado juntos al dormitorio “Lirio Negro”.

A pesar de que se le llamaba un dormitorio, todo el edificio se reservó para el uso exclusivo de la princesa. Vestida al estilo Haikara-san con un delantal en la parte superior, Hatsune estaba preparando la cena.

El menú incluía caballa seca, ensalada de nabo, hijiki hervida, encurtidos, arroz y sopa de miso.

Después de la cena simple, Masatsugu y Shiori estaban solos. Ambos se dirigieron a la sala de lectura, que sirve como una especie de pequeña biblioteca para los internos.

Sin embargo, la princesa se limitó a los libros en los estantes sin hablar en todo momento.

Masatsugu rompió el silencio.

«¿Es posible que esté molesta?»

«Por supuesto que no. ¿Qué razón tengo para estar molesta?» Shiori respondió al instante.

Su discurso fue bastante rápido con un aire de disgusto. Masatsugu dijo «Ya veo», se encogió de hombros y no dijo nada más.

Ahora la expresión de la princesa realmente se veía infeliz.

En público, Shiori siempre mantenía la imagen de la princesa amable. Solo en frente de Masatsugu expresaba sus sentimientos más sinceros, mal humor o perder los estribos por reflejo.

«Pero usted ha estado molesta desde que salimos de la fortaleza tutelar. Me preguntaba si la caída de Hakone es la razón por la que está molesta.»

«Por supuesto que no.» Shiori sacudió la cabeza inmediatamente. «A fin de que la Alianza de la Restauración marche a Kanto, el primer cuello de botella es Hakone. Sabía que la situación inevitablemente se tornaría de esta manera, aunque la velocidad inesperada de su ofensiva me sorprendió… Pero ese no es el motivo por el que estoy molesta.»

«En otras palabras, ¿Usted está molesta por otras razones? Ah.»

Masatsugu lo descubrió. Asintiendo con la cabeza, dijo, «Entonces ¿usted está molesta porque Akigase-dono y yo estamos demasiado cerca?»

«¿¡ !?»

Masatsugu fue directamente al grano, causando que la sorprendida Shiori negara con enojo: «¡Por favor, no sugiera algo tan absurdo!»

«Todas las otras razones son poco probables. Como su caballero, princesa, he estado teniendo conversaciones amistosas con otra chica para desarrollar una relación de honestidad mutua. Siendo testigo de eso, usted no puede evitar sentir celos—Ese es el motivo más convincente.»

«¡M-Masatsugu-sama!»

«Es por eso que ha estado molesta durante todo este tiempo.»

«Usted está equivocado. ¡Me he mantenido en calma durante todo este tiempo!»

La temblorosa Shiori negó con firmeza. Entonces respondió en una especie de tono asertivo, completamente diferente a la actitud de su dulzura habitual o docilidad fingida.

«Poniendo eso de lado, Masatsugu-sama, ¿Aún tenemos que hacerlo hoy, cierto? Vayamos por allá.»

El bello rostro de la princesa se sonrojó.

A pesar de las emociones en su corazón, su tono era todavía relativamente calmado.

Ambos fueron a la mesa en el centro de la sala de lectura. Al igual que los que se utilizan en la escuela, la mesa era un común mobiliario de oficina. Había cuatro sillas de tubos próximos a ella.

Por supuesto, este mobiliario estaba destinado para que los estudiantes estudien y hagan la tarea.

Haciendo caso omiso de los libros, Masatsugu y Shiori se sentaron en la mesa juntos.

Shiori extendió en silencio su mano derecha y acarició la mano izquierda de Masatsugu. Sus manos estaban perfectamente superpuestas ocultas debajo de la mesa.

«Una pareja de secundaria manteniendo su relación en secreto, reunidos en la biblioteca para una cita, tomándose de las manos discretamente—»

Lo que estaban haciendo era muy similar a eso.

Sin embargo, esto era un ritual necesario. Incapaz de reponer el fluido ectoplásmico de la forma normal, Tachibana Masatsugu tenía que confiar en el poder místico que se encontraba en los Chevaliers o los parientes de las bestias sagradas—

El cuerpo de Masatsugu era muy frío, casi en un estado de hipotermia.

La escasez crónica de líquido ectoplásmico dio lugar a la falta de calor en su cuerpo. Sin embargo, Shiori acarició la mano de Masatsugu suavemente, tratando de compartir su calor corporal con él.

Hacer esto era eficaz.

La elegante y hermosa princesa estaba transmitiendo calor y poder místico a través de su palma.

Desde su juramento de fidelidad, habían estado haciendo esto en secreto todos los días.

«Pensándolo detenidamente, Hatsune sabe acerca de mi pérdida de memoria también», Masatsugu murmuró para sí mismo. «No necesitamos ser reservados sobre esto.»

«¡No! Esto no debe ser visto por los demás, no importa qué, es demasiado embarazoso…»

Shiori rechazó la sugerencia e inclinó la cabeza en vergüenza.

Durante este tiempo, continuó tomando gentilmente la mano de Masatsugu. Sus cuerpos estaban apoyados firmemente el uno contra el otro.

Sin lugar a dudas, actualmente parecían una pareja muy cariñosa.

No era una sorpresa que una doncella sin experiencia en el amor se sintiera tímida. Masatsugu entendió los recelos de la princesa y aceptó sus buenas intenciones.

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«Por cierto, Masatsugu-sama.»

Sin dejar de calentar a su caballero, Shiori dijo, «Por favor, no hable nunca más de manera tan imprudentemente otra vez como lo hizo hace un momento. Sinceramente, no estaba molesta y me gustaría que se abstenga de especular de manera arbitraria acerca de mis pensamientos.»

«¿Estaba equivocado? Lo siento.»

La respuesta obstinada de la princesa era demasiado adorable, ¿Qué estaba a punto de hacer con ella?

Albergando estos pensamientos irrespetuosos, Masatsugu se disculpó con calma.

«Por cierto, en cuanto a Hakone…»

De la mano de Masatsugu, Shiori cambió de tema.

«El problema grave aquí es la caída de la inexpugnable Hakone en menos de medio día. Lo más preocupante es…»

«¿El nombre del comandante enemigo?»

«Sí. Cuando se trata de orgullosos resucitados del Imperio Británico, no hay ninguno más prominente que el almirante Horatio Nelson, que logró acorralar incluso al emperador Napoleón de Francia, cuyo nombre es sinónimo de héroe… Él es un comandante espléndido y famoso y aquí, en la tierra de Hakone, un héroe igual ha aparecido.»

El joven caballero había conducido un ejército de Cruzadas de tono negro, una fuerza de mil.

Según los informes, esas legiones eran conocidas como Caballeros de la Liga. La Hazaña de Armas que transforman sus fusiles de bayoneta en arcos largos lleva el nombre de la tierra de Crécy.

Con la combinación de todos estos informes, no fue difícil deducir la identidad de su comandante como Edward el Príncipe Negro.

«Para ser honesto, nunca he oído hablar de él.»

«Tampoco lo han hecho la mayoría de los japoneses. De los que lo han hecho, la mayoría simplemente habría leído el nombre en un libro de historia, nada más. Sin embargo, él es un héroe legendario conocido por todos en Inglaterra.»

Shiori sonrió para ocultar sus preocupaciones y explicó los orígenes de quien lleva ese nombre.

«Como un príncipe Inglés, derrotó a los ejércitos de Francia muchas veces. Al final, sucumbió a la enfermedad, muriendo antes de que pudiera acceder al trono…»

Masatsugu sólo sabía el nombre del hombre y un breve perfil.

Sin embargo, estaba seguro de que era él. La noche en que repelió la Alianza de la Restauración, había visto a un joven de cabellos plateados, montando en un Wyvern británico.

El caballero de ese encuentro seguramente debe haber sido el Príncipe Edward.

Tal vez este era el instinto de un resucitado. Masatsugu se sentía inexplicablemente seguro.

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