Meiyaku no Leviathan Vol. 07 – Capítulo 4

Capítulo 4: Brujas Perdidas

Parte 1

El prisma con forma de triángulo equilátero absolutamente negro, encumbrado por sobre miles de metros, dentro de la Concesión de Viejo Tokio en el ex distrito de Ginza.

La gente llama a este tipo de objeto un «Monolito.» Sin embargo, la raza dragón simplemente le llamaba una «cuña».

Por supuesto, los humanos de la Tierra no eran conscientes de esta diferencia.

La única excepción probablemente sería Haruga Haruomi, quien tenía contacto frecuente con los dragones—y otra persona.

Ese hombre que se llamaba Sófocles.

Un alto y atractivo hombre en la flor de su vida con un aire bastante maduro.

Su tez era demasiado oscura para un caucásico, sus rasgos faciales eran demasiado profundos para un oriental, sin características africanas. Ni que hablar de su verdadera identidad, incluso su etnicidad era indeterminada.

Sófocles estaba de pie en la punta del Monolito.

Nuevamente, él estaba vistiendo hoy un traje negro, siempre apareciendo en frente de otros en este atuendo.

«Princesa, su ánimo parece…no muy bueno.»

«No digas más. No puedo creer que ese Haruomi se atreviera a perder antes de nuestro duelo… Derrotado por alguien como ese dragón plateado. ¡Que desgracia!»

El excéntrico vestido de negro le preguntó por qué la Princesa Yukikaze estaba infeliz.

Esta era una altura superior a los miles de metro por sobre el suelo. Fuertes ráfagas de viento estaban soplando a lo largo de la cima sin impedimento alguno.

A pesar de eso, la Princesa y Sófocles estaban conversando con normalidad.

«El Camino a la Realeza, es un juego cuyos participantes son Tyrannoi que aspiran a la posición de Rey Dragón… ¿No debería esta victoria ser vista como un brillante regreso ejecutado por el advenedizo Pavel Galad? Tal receptividad es adecuada para un Rey Dragón.»

«A mí, Yukikaze, no podría importarme menos.»

El tono de la Princesa Yukikaze estaba claramente taciturno.

Actuar de esta manera cuando su apariencia era la de una chica de catorce o quince años la hacía ver bastante infantil. En contraste, Sófocles había estado hablando con ella todo este tiempo con una tranquila y calmada actitud.

«¿Entonces por qué permitió que ese dragón tuviera un combate contra el joven?»

«¿Siquiera necesitas preguntar? Esto era para decirle a Haruomi que él no era digno de batirse conmigo, Yukikaze, en caso de que no fuera capaz de sobrepasar una prueba de ese nivel.»

«¿Lo que significa que desde un principio no tenía intención de luchar contra Pavel Galad?»

«No necesariamente. Sin embargo, hasta este día, yo, Yukikaze, me he enfrentado a oponentes similares incontables veces. Se ha vuelto largo y tedioso. En ese caso, preferiría luchar contra Haruomi. Él—»

La Princesa Yukikaze era excéntrica, buscaba no solo una simple victoria o vida y muerte sino a su vez el placer en el campo de batalla.

Debido a este tipo de personalidad, ella aseveró con firmeza: «Él por lejos es mucho más interesantes y agradable que otros para mí.»

«Pero ese joven perdió.»

El tono de Sófocles era pesimista.

«Tal como dice, Princesa…él no es siquiera digno de competir contra la actual realeza, mucho menos ascender a la posición de Rey Dragón. Su perspicacia ha probado esto.»

«Hmph.»

Incluso siendo elogiada, de todas formas la Princesa Yukikaze dio vuelta su cabeza con disgusto como si fuera una niña enfurruñada.

Ella era la más joven de los Reyes Dragones. Bastante juvenil tanto en mente como apariencia—o mejor dicho, joven. Llena de niñerías.

Precisamente debido a eso, su ánimo no mejoraría simplemente debido a que un sospechoso ser humano le hubiera ofrecido algunas cuantas palabras de alabanza.

Sin embargo, no era como si ella fuera a estar enfurruñada eternamente.

«Está bien. Yo, Yukikaze, recompensaré un poco a ese dragón plateado ya que le corresponde al vencedor. Yo personalmente le enviaré al más allá.»

«Tenga cuidado.»

«Tú nombre es Sófocles, ¿verdad? ¿Cuáles son tus planes?»

«Yo—Hay un asunto que me intriga.»

Si la Princesa Yukikaze era una conquistadora y una guerrera, entonces Sófocles era un maestro del juego que veía a través de todo desde la perspectiva de un dios. Desde un sentido de responsabilidad de un maestro del juego, él dijo con calma: «Pavel Galad obtuvo la ventaja al establecer cuidadosamente la arena de combate. Sin embargo, las aliadas del joven—aquellas sacerdotisas—todavía tienen que salir del escenario.»

«Ahora que lo mencionas, siempre ha habido unos cuantos humanos al lado de Haruomi.»

«Aquellas chicas son bastante ingeniosas. Quizás ellas bien podrían convertirse en la llave a la victoria—la segunda llave.»

«¿…Oh?»

Notando la intención de Sófocles, la Princesa Yukikaze finalmente sonrió.

Era una sonrisa radiante que exudaba orgullo y ambición. También era evidencia de que la hermosa doncella, la cual evocaba a un hada de la nieve, había cambiado al semblante de una guerrera veterana.

«¿Quién sabe? Son meras especulaciones de mi parte. No puedo garantizarle nada acerca de si la situación se desarrollará de esta forma a menos que sea testigo de ella con mis propios ojos.»

«Jajajaja. En ese caso, apresúrate y ve hacia allá. ¡Usa apropiadamente tus ojos para observar con claridad!» Recuperando su anterior vitalidad, la Princesa Yukikaze ordenó gallardamente.

«Mientras tanto, yo, Yukikaze, jugaré un poco con Pavel Galad mientras espero tus buenas noticias. Al combate voy. El cielo y la tierra serán testigos—Incluso con la Runa de la Espada en su posesión, ¡la flecha mata dragones no podrá ser detenida!»

 

Parte 2

Al interior de la barrera creada por Pavel Galad…

Una gran batalla estaba teniendo lugar en unas misteriosas ruinas que se asemejaban a una mina de tajo abierto. Cuatro brujas y cuatro leviatanes habían sido arrinconadas.

Un gran número de Raptores les tenían fuertemente rodeadas.

El grupo inicial de más de quinientos dragones finalmente se había reducido más o menos a unos trescientos.

Sin embargo, las chicas seguían bastante sobrepasadas en número.

Además, los Ases Asya y Luna François habían sido incapacitadas. Ellas carecían del poder mata dragón de su lado y el enemigo aun así poseía la Runa de la Espada.

No había oportunidad alguna de conseguir la victoria.

Aun así, Juujōji Orihime se puso de pie de todas formas y fulminó a los Raptores que volaban libremente en el cielo, equipados con la espada mata dragones.

El enemigo todavía no había lanzado una ofensiva, debido a que Akurō-Ō y Minadzuki les estaban gruñendo para mantenerlos a raya.

¡Kuoooooooooooooooh!

¡Raaaaaaaaaaaaaaaaaaah!

Akurō-Ō mantuvo su cabeza y torso superior bajo mientras levantaba su parte trasera en una pose amenazadora. Las nueve colas estaban en punta, completamente extendidas, similares a un abanico abierto.

Por el otro lado, Minadzuki estaba sobrevolando cerca de las brujas.

En lugar de mostrar intencionalmente una apariencia feroz, el dragón serpentino de color esmeralda gruñía, mirando desde lejos a los enemigos en el aire.

Observando a sus compañeras heridas, la gentil compañera de Minadzuki mostró preocupación.

«Chicas…» Hazumi dijo con tristeza.

Glinda tenía una gigantesca herida en su lomo mientras que Rushalka sufrió la amputación completa de su ala izquierda. Luna se había desmayado, perdiendo la consciencia y tumbada en el suelo a causa del dolor, Asya gruñía.

Todo lo que Hazumi debía hacer era pedirle a Minadzuki y ella sería capaz de usar el poder para sanar y así curar a todas.

Pero el hacerlo también le presentaría una abertura al enemigo. En el instante que Minadzuki dejara de mantenerlos a raya, ¿los Raptores en el aire no atacarían al mismo tiempo?

Esta premonición hizo que Hazumi se detuviera, probablemente no era paranoia de su parte.

Y entonces en ese momento, las brujas saltaron presa de la sorpresa.

Aquel más querido para ellas estaba pensando en estas, preocupándose por su seguridad—por alguna razón, ellas lo supieron con certeza.

«¿…Eh? ¿Senpai?»

«¡¿Es Haruga-kun?!»

La sensación de recién solo duró un breve instante, pero Hazumi y Orihime estaban anonadadas.

Solo en la superficie de La Tierra, atrapado en una crisis—él había trasmitido sus pensamientos a través de una breve conexión. En esta lucha contra otro Tyrannos, él fue apuñalado al final por la espada mata dragones. Con su consciencia desvaneciéndose, Haruga Haruomi recordó a sus compañeras y les trasmitió sus pensamientos…

«¡Oh no! A este ritmo, Senpai va a—»

«¿Entonces nadie puede ir a salvarlo? ¡Oh por Dios…!»

Pensando en el peor resultado, las dos chicas estaban bastante conmocionadas.

Tal reacción era bastante normal para Hazumi y Orihime quienes habían crecido en Japón.

Efectivamente. Ellas eran un ejemplo de chicas de buen corazón y seres humanos íntegros. De ahí que, Anastasya Rubashvili le fuera tan altamente inusual pensar en tales cosas.

Así era la forma en que las cosas estaban. La diferencia entre ella y las brujas japonesas en primer lugar era tan grande como la noche y el día mismo.

«¿Qué diablos…?»

El dolor fantasma se sentía como si le hubiera sido cercenado todo el brazo izquierdo.

Mientras gruñía producto de este insoportable dolor, Asya se dio cuenta de las cosas al mismo tiempo. Con una voz sin fuerza como si fuera su último aliento, ella murmuró: «El vínculo entre nuestras mentes con Haruomi…no ha desaparecido—solo es difícil de confirmar su presencia debido a que estamos en otra línea del universo…»

Sin embargo, gracias a la intensa preocupación de Haruomi por la seguridad de las brujas, sus mentes se habían conectado por un instante.

En otras palabras, este vínculo espiritual podía ser creado a través de medios artificiales. En una absoluta agonía, Asya estaba segura de esto.

Aparentemente fue gracias a esa misteriosa bola de cristal que el enemigo fue capaz de usar la Runa de la Espada—

Tales métodos eran poco convencionales.

Sin embargo, si el As del Derribe más fuerte de Europa y sus compañeras lo estaban haciendo, sus sentidos y poder mágico como bruja eran suficientes. ¡A través de mi propia fuerza, debo reproducir el vínculo con Haruomi!

El dolor había causado que la reciente búsqueda de Asya por «incrementar su destreza femenina» se desvaneciera de su mente completamente.

Probablemente debido a eso, en este mismo instante, Asya comenzó a realizar una técnica mágica de una dificultad extremadamente desafiante, como una «bruja completa» desprovista completamente de impurezas.

«Oh antiguo…divino sello de pureza. Nuevamente, otorgarme a mí y a Rushalka poder.»

Ella le solicitó al pentagrama adorado por las brujas y los leviatanes.

No era una oración. En su lugar, ella estaba «extrayendo» poder del emblema mágico.

Naturalmente dotada, Asya se certificó como una bruja de clase maestra a una edad muy temprana, de ahí que, su entendimiento de la magia se encontraba fundado sobre un instinto innato en lugar de conocimiento.

La así llamada magia no era un método donde uno le rezaba a otros, esperando que alguien más hiciera tus deseos realidad.

Suponiendo que el poder mágico existiera aquí. Poderosa magia que podía demoler toda una ciudad si alguien fuera a equivocarse en una respiración por una fracción de segundo—

Usando la sensibilidad y el conocimiento del hechicero para subyugar tal poder y hacerlo obedecer.

Esa era magia.

El fracaso jamás se apareció en su mente. Incluso si ella realmente fallara, tampoco le importaría. Incluso si significaba que una ciudad fuera destruida, no se podía evitar. Ella simplemente tendría éxito la siguiente vez.

Solo al obtener una pericia de tal extensión uno podría obtener Ars Magna, magia épica.

Oración, altruismo, o algo similar debería dejarse a cualquier religión al azar. Arrogante temeridad, certeza del éxito de uno, egocentrismo, solo aquellos con sus almas manchadas por las cualidades de la oscuridad y lo diabólico podían obtener la misma habilidad mostrada por Asya y las demás.

«¡…Gah!»

Tumbada, Asya apenas logró levantar el torso superior.

Su hombro izquierdo estaba sufriendo un dolor agonizante. De hecho, le era imposible moverlo con normalidad en este estado. Pero para este punto, incluso el dolor mismo se había transformado en un importante factor para aumentar en su lugar su concentración.

Ella concentró su mente para olvidarse del dolor del cuerpo y entonces, lo sintió.

En sus pechos—el izquierdo, el más cercano a la fuente de su poder mágico de creación, el corazón de una bruja. Algo estaba acariciando sus pequeños pechos, de la misma forma como Haruomi había hecho en el pasado.

«Rushalka, usa la Runa del Arco.»

Casi a punto de desmayarse a causa del dolor, Asya sonrió confiada.

La «media luna inclinada,» el emblema de la Runa del Arco, apareció en la parte de atrás de su mano izquierda.

Atravesando mundos, un vínculo espiritual entre ella y Haruomi había sido reconstruido. El breve instante de antes le había mostrado a Asya el elemento principal de esta magia. Para ponerlo de forma simple, todo lo que era requerido era recrear «la misma sensación de esa vez.» Aun a pesar de que era difícil de realizar, Asya triunfó en su objetivo a través de su talento mágico natural.

Habiendo dicho eso, Haruomi parecía estar inconsciente en el otro mundo, vagando al borde de la vida y la muerte—

Oh bueno, él debería ser capaz de aguantar ahí un poco más. Él podía observar su vida pasar ante sus ojos o lo que fuera, siempre y cuando aguantara lo suficiente para que Asya ejecutara su ataque.

«Rushalka, comienza atacando con pseudo-divinidad. ¡Técnica de aniquilación asegurada!»

Asya gritó con la voz ronca, con tanta fuerza como pudo.

Su compañera de color azul tampoco era ninguna holgazana. Habiendo perdido un ala y caído en el blanco desierto, gruñendo, ella no estaba en condiciones para pelear. Sin embargo, Rushalka de todas formas levantó su cabeza valientemente, fulminando a la fuerza al cielo y rugiendo con todo su poder.

¡Kyuaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!

Dos puntas de flecha blanca de pronto aparecieron por sobre la cabeza de Rushalka y se precipitaron justo en el centro de los trescientos Raptores que estaban en el cielo y que estaban tomándose su tiempo para lanzar una gran ofensiva.

Así, a través de los desesperados esfuerzos y poder mágico de Asya y Rushalka, una técnica de aniquilación asegurada fue desatada.

 

«¡¿No es ese—el poder de Haruga-kun?!»

Una sonrisa apareció en el rostro de Orihime.

Rushalka repentinamente había usado magia ofensiva. Hielo, copos de nieve y un frio viento estaban soplando en el cielo por arriba, arrasando desenfrenadamente y masacrando a los Raptores que blandían espadas.

Aparte de la tormenta, Rushalka a su vez había creado puntas de flecha de color blanco.

Parecidas a la cerámica en cuanto a material, su textura se asemejaba a la blanca porcelana.

Estas hermosas puntas de flecha también eran despiadadas. Disparando láseres de color blanquiazul de largo alcance desde sus puntas sin parar, rebanando a través de los cuerpos de los Raptores.

Sin lugar a dudas. ¡Asya-san estaba usando la Runa del Arco!

Orihime contempló a Asya, la bruja senpai, tumbada cerca en el piso.

La retroalimentación del dolor de Rushalka había dejado a Asya inconsciente, pero la ex-As del Derribe de Europa había tenido éxito en su difícil tarea.

Atacados por la técnica de aniquilación asegurada, los Raptores en el cielo estaban ahora desorganizados.

Preocupados por la idea de huir de los rayos láseres mata dragones, ellos incluso se olvidaron acerca de atacar a Orihime y a las demás en el suelo. Sin embargo, si este ataque solo fuera capaz de eliminar a los enemigos…uno no podía estar muy seguro.

Orihime tenía la débil impresión de que Rushalka probablemente acabaría su fuerza antes de eso.

¿Era acaso el instinto de una bruja? Por alguna razón, Orihime estaba bastante segura. Ella misma también tenía algo que hacer.

«Akurō-Ō…préstame tu fuerza.»

Si Asya-san pudo hacerlo, también yo.

Tal pensamiento no se cruzó en lo más mínimo por la mente de Orihime. Juujōji Orihime no tenía el talento ni esa clase de confianza. Sin embargo—

«¡Para ponerlo de forma simple, todo lo que era necesario era recrear la misma sensación de aquella vez…!»

Luego de sentirse «conectada» a Hal por un breve instante, Asya de inmediato invocó la runa.

A través de esto, Orihime pensó en la causa por su cuenta. Ella sabía que las posibilidades de éxito no eran muy altas, pero sin importar que, lo que ella necesitaba hacer ahora era hacer todo lo que estuviera dentro de su poder y luchar lo más que le fuera posible.

Aceptando el desafío. Coraje, Determinación, Temeridad, Resignación, Confiando en el azar.

La mentalidad de Orihime era optimista y un tanto irresponsable, aunque bastante resignada a la idea de que «Al final, el éxito seguirá dependiendo de si Dios estaba en el lugar»—

Ella pensó en el chico que amaba más que cualquier otra cosa en todo el ancho mundo.

Siendo honesta, ella sentía que Haruga Haruomi tenía bastantes fallas a pesar de sus áreas de excelencia. Carecía de sociabilidad, guardaba muchos secretos, era inexplicablemente obstinado.

Pero incluso luego de señalar tantas de sus fallas, Orihime no pudo evitar decir:

(Pero te amo, te amo demasiado.)

Ella realmente no se atrevía a decir esto en frente de otros. Era demasiado vergonzoso.

Estas palabras deberían guardarse hasta el momento cuando estuvieran ellos dos solos. Además, Orihime pensó, yo amo tanto a Haruga-kun y Haruga-kun también me ____, así que—»

«El vínculo entre nosotros debería ser el suficiente para que él me trasmita poder mágico a través de los mundos.»

Esta confianza le permitió recordar la sensación cuando ella fue «una» con su amado.

Entonces, Orihime lo sintió.

Algo estaba acariciando su pecho—su seno izquierdo, el cual estaba más cerca del corazón de una bruja. Probablemente al igual que antes, era su mano derecha manoseándolo de golpe.

«Por dios. De seguro, Haruga-kun es un gran pervertido.»

A esta altura, Orihime ya había memorizado la sensación de estas manos.

«Te dejaré…manosearme tanto como quieras. Tú eres el único a quien le diría estas palabras, debido a que así es cuanto—te amo.»

Mientras disfrutaba cuidadosamente sus sentimientos amorosos por Haruga Haruomi, ella reconstruyó su vínculo espiritual.

La Runa del Arco apareció en la parte trasera de su mano izquierda. Luego todo lo que necesitaba hacer a continuación era usar una técnica de aniquilación asegurada como siempre, desatando poder mágico al máximo—

En ese mismo instante, Orihime y su compañera Akurō-Ō  experimentaron un dramático cambio.

Sintiendo como si hubiera sido golpeada por un rayo, Orihime súbitamente lo entendió.

 

Parte 3

En el pasado, Haruga Haruomi le había dicho lo siguiente a Juujōji Orihime.

Yo no creo que estés echa para ser una bruja. Eres demasiado honrada, demasiado integra. Sin embargo, la ex-Reina Dragón, Hinokagutsuchi había dicho que el descenso hacia la oscuridad y la heterodoxia no era el único camino disponible.

‘Es un principio de la naturaleza que la sagrada luz de una sacerdotisa pueda ser usada para acercar a la ‘serpiente’ demoniaca más cerca de la divinidad.’

Orihime restableció su vínculo con el compañero que estaba en otro mundo.

Originalmente, el poder de Orihime no debería ser capaz de lograr esto, pero ella lo supo—sus pensamientos y sentimientos por su amado serían suficientes para permitirle superar este obstáculo.

Incluso sin mancillarse a sí misma con oscuridad y cualidades malvadas, ella de todas formas podía volverse más fuerte.

Esta confianza llevó a un reino superior a Orihime, otorgándole nuevas bendiciones.

«¿Luz…?»

Orihime susurró con suavidad.

La afinidad de su compañera, Akurō-Ō, era fuego.

Sin embargo, leviatanes con múltiples afinidades ocasionalmente surgirían. Había dos de estos raros casos justo a un lado de Orihime.

La Rushalka «Azul» de Asya poseía el doble atributo de Agua y la Luna.

Glinda, «La Bruja Buena del Sur» de Luna tenía los atributos de Gravedad e Ilusión.

Ambas eran renombradas leviatanes cuyas importancias en el mundo de las brujas les había otorgado apodos, debido a sus poderosas magias, variadas habilidades y capaces compañeras.

Orihime personalmente había visto esta «Clase de Ases del Derribe» en acción.

De ahí que, ella al instante entendió la identidad de lo que residía al interior de Akurō-Ō, el leviatán orientado al fuego.

«Otro poder…»

Era un despertar, crecimiento.

En lugar de la oscuridad otorgándole a Akurō-Ō un nuevo poder, era el crecimiento de una bruja con un corazón y alma sagrada lo que permitió que una segunda pseudo-divinidad apareciera en Akurō-Ō—el nuevo poder desplegado por Orihime.

Este suceso tuvo lugar justo cuando el ataque a máxima potencia de Rushalka había terminado.

«¡Akurō-Ō, usa magia solar!»

¡Kuoooooooooooooooooh!

Rugiendo, su compañera invocó la segunda pseudo-divinidad.

Akurō-Ō era la imitación de una deidad del fuego. El nuevo poder era el Sol. Emitiendo luz y calor para iluminar el mundo, era el poder de una deidad solar para desterrar la oscuridad.

Lo que este poder sagrado creó fue por supuesto—

 

En las ruinas que se asemejaban a una mina a tajo abierto, estaban cuatro leviatanes y cientos de Raptores heridos.

Viendo el producto de pseudo-divinidad de Akurō-Ō, flotando en lo alto del cielo—Hazumi quedó bastante conmovida.

«Realmente es como el Sol… ¡Nee-sama, eres tan asombrosa!»

Akurō-Ō había creado una «gigantesca esfera de luz» en el cielo.

De setenta u ochenta metros de diámetro, estaba emitiendo una sagrada luz dorada.

Esta esfera ocupaba el aire por sobre ellos. Los objetivos—los cientos de Raptores equipados con espadas—estaban dando vueltas ahí. A pesar de que Akurō-Ō y Minadzuki estaban gruñendo para mantenerlos a raya, estos continuaban volando descuidadamente en el aire, buscando una oportunidad para atacar.

A continuación, la ofensiva comenzó. La esfera de luz disparó rayos invisibles en un frenesí.

Sin activar la visión mágica, Hazumi no habría sido capaz de observar estos rayos.

Desde todos lados de la «gigantesca esfera de luz,» los rayos fueron disparados en todas las direcciones.

Incluso el roce de un golpe era fatal. Los Raptores se derretían con un chisporroteo cuando eran golpeados, vaporizándose al instante. Estos eran como esculturas de nieve que entraban en contacto con temperaturas sumamente altas.

La exactitud al apuntarles no era alta, pero los rayos eran demasiados como para ser contados.

Además, estos eran invisibles e imposibles de esquivar. Los Raptores fueron vaporizados uno tras otro.

Esta era una habilidad combinada entre la pseudo-divinidad del Sol y la Runa del Arco que había cruzado mundos para otorgarle poder a Orihime. Su potencia hizo que Hazumi observara fascinada. En ese momento, ella escuchó una débil voz llamándola.

«H-Hazumi-san.»

«¡Luna-san! ¡¿Estás bien?!»

Justo antes, Glinda había sido golpeada por la espada mata dragones.

Luego de desmayarse a causa del dolor, Luna François había ahora recuperado la consciencia. Escuchando la voz de la bruja senpai, Hazumi corrió a su lado.

«¡Le pediré a Minadzuki que te sane ahora!»

«No… Antes de eso, necesitamos hacer eso primero.»

Apoyada por Hazumi, Luna François logró erguirse y sentarse.

Tenía que ser muy doloroso. Luna tenía su mano derecha presionada sobre su magnífico busto—en el área por sobre el corazón. Su hermoso rostro a su vez se veía demacrado.

Sin embargo, la rubia bruja de clase maestra estaba contemplando a Hazumi con una intensa energía en sus ojos.

«Concretamente, el romper esta barrera al usar el mismo método que Asya y Orihime-san para tomar prestada la runa de Harry. Debería ser posible si la Runa de las Katanas Gemelas pudiera ser usada.»

«¿P-Pero podré controlarlo?»

Orihime la prima de Hazumi había despertado el atributo doble de Akurō-Ō.

Hazumi creía instintivamente que el poder de bruja de Orihime probablemente sería incluso mayor que el de Shirasaka Hazumi de nivel 3.

Al escuchar la pregunta de Hazumi, Luna François respondió sin dudarlo, «Supongo que no. El poder actual de Orihime-san probablemente sea de Nivel 4…posiblemente de clase maestra incluso, pero tú todavía no has llegado a eso. Así que, estarás a cargo de apoyarme. Tal como puedes ver, estoy en un estado penoso.»

Debido al daño de antes, Luna estaba toda macilenta. Hablando más rápido de lo normal, su usual compostura traviesa había desaparecido sin dejar rastro.

«Pero quédate tranquila, no hay razón por la que no pueda hacerlo si Asya pudo en su estado actual. Así que por favor ayúdame, debido a que controlar las Katanas Gemelas es más difícil que el arco. ¿Entendido?»

«Pero Luna-san, en tu condición…»

«Niña tonta. ¡No pienses en esas cosas hasta que hayamos tenido éxito con la magia!»

«P-Pero—»

«Si usas otra magia primero, podrías perder la sensación del toque de Harry en este momento. Debido a eso, tenemos que terminarlo antes de que suceda.»

Sin la más mínima vacilación, Luna eligió su orgullo como bruja por sobre la condición de su cuerpo.

El sentido común dictaría lo opuesto. En lugar de preocuparse de cosas como magia, simplemente sería correcto el preocuparse por la salud de una compañera desde una perspectiva humanitaria.

Sin embargo, Luna regañó a Hazumi por pensar de forma equivocada.

Este era su lado «podrido» que normalmente ella ocultaba usando suaves palabras y su comportamiento.

«¡Apresúrate, es imposible que Orihime-san aguante por siempre!»

«¡E-Entendido!»

Hazumi extendió su mano izquierda y agarró la mano izquierda de la bruja senpai, pensando solamente acerca de Haruomi-senpai quien estaba en un mundo diferente.

Uno o dos minutos más tarde, un emblema en forma de cruz apareció en la parte trasera de sus manos.

«¡U-Una reacción!»

«…Excelente. De acuerdo a la sensación de ahora, Harry claramente estaba a punto de morir, pero parece que se las arregló para sobrevivir. ¿Acaso alguien le prestó primeros auxilios…?»

En comparación a Hazumi quien simplemente sintió una inocente alegría, Luna estaba siendo concienzudamente práctica.

A pesar de estar viendo la misma Runa de las Katanas Gemelas, las dos chicas reaccionaron de forma completamente diferente. No era simplemente debido a la edad y la experiencia, sino que presumiblemente debido a una diferencia entre resolución y fuerza mental.

Debo trabajar aún más duro—Hazumi pensó para consigo misma con intensidad.

Tal como durante las vacaciones de verano en New York, lo que había aprendido de parte de Shamiram al interior del arca.

Mientras tanto, Luna François finalmente se alistó para activar la técnica de aniquilación asegurada.

«Yin y Yang… Al combinar elementos diametralmente opuestos en un ataque que encarne la rivalidad de los opuestos complementarios. Incluso sin Harry aquí ¡debo hacer que tenga éxito…!»

Sosteniéndose de la mano con su kōhai, la bruja de clase maestra declaró osadamente.

Hazumi lanzó secretamente una mirada hacia el lado.

Glinda, «La Bruja Buena del Sur» había colapsado impotente en la arena blanca. Sin señales de levantarse, las katanas gemelas no parecían como si fueran a aparecer.

Incluso con el poder de una bruja de clase maestra, ¿acaso esta tarea altamente demandante no era demasiada carga?

Sin embargo, Luna dio un gran grito: «Los poderes opuestos de luz y oscuridad deben alcanzar un equilibrio con el fin de usar esta runa. En comparación a la  ‘oscuridad’ por la que soy responsable, la ‘luz’ parece ser demasiado débil. Sagrado y maligno, correcto y erróneo, yin y yang, demoniaco y divino… ¡Hazumi-san, tú y Minadzuki deben volverse existencias aún más sagradas!»

«¡S-Sí!»

Hazumi no sabía lo que se podía considerar como existencias sagradas.

Ella simplemente sabía que no debía fallar. Concentrándose en imaginar su ideal, haciendo el máximo uso efectivo de su poder mágico y de su compañera, ella se esforzó en pos de su meta, tal como lo que Luna François había estado haciendo ahora.

«Deseo…que todas las personas a las que atesoro estén sanas y salvas. No quiero verlas heridas. ¡Así que, por favor, Minadzuki!»

Ella envió su sincera oración hacia el leviatán.

Cerniéndose cerca de ellas en todo momento, Minadzuki rugió claramente.

¡Raaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!

Diecinueve runas de Ruruk Soun aparecieron por sobre la cabeza del dragón serpentino de color esmeralda, brillando con un esplendor platinado.

‘Invoco a las hojas gemelas del exorcismo, para entregar un castigo angelical a los nefastos dragones malignos.’

Este arreglo significaba el exorcismo y la purificación del poder mágico maligno.

Minadzuki poseía dos brazos. Su extremidad derecha usualmente sostenía una joya, pero esta vez, la joya se había transformado en algún punto en una gran katana.

Naturalmente, la kodachi era sostenida por su otro brazo. Con una espada en cada mano, ella se volvió una espadachín doble.

Sin embargo, a diferencia de las posturas de los espadachines humanos, ella estaba sosteniendo ambas espadas con un agarre inverso. Usando las dos espadas—cortando verticalmente con la más larga y horizontalmente con la más pequeña—Minadzuki talló una cruz en la arena que estaba en el suelo.

Esta era la marca de las katanas gemelas. Hazumi se regocijó desde el fondo de su corazón.

El leviatán con forma de dragón serpentino de color esmeralda a continuación apuñaló el suelo con las katanas gemelas como si estuviera terminando, vertiendo una gran cantidad de poder mágico hacia el emblema con forma de cruz en la arena.

«¡Lo hicimos…gracias a dios!»

No solo eso, pero Minadzuki volvió a usar magia. Esta vez, siete runas de Ruruk Soun aparecieron, las cuales significaban: «Mano sanadora.»

Los efectos estaban siendo rápidamente aparentes.

Herida en el lomo por la espada mata dragones, colapsada en el piso hasta ahora, Glinda la quimera—el leviatán con cabeza de león en el centro, cabeza de cabra sobre su hombro derecho y cabeza de dragón sobre el izquierdo—lentamente se levantó.

Ella se estiró… ¡La herida en su lomo había sido sanada!

«Bueno…al final, de todas formas usaste el poder curativo.»

«¡P-Perdón!»

La dolorosa expresión se desvaneció por completo de la bella cara de Luna François.

Su respiración rápidamente regresó a la normalidad. Ella parecía estar en una forma mucho mejor. Ahora que su compañera se había recuperado, el dolor que sintió la bruja a su vez también desapareció.

Sin embargo, Hazumi se disculpó por reflejo. El hacerlo claramente había ido contrario a las órdenes.

«No te preocupes, aunque no creo que necesites disculparte,» dijo la rubia bruja genio con calma.

Ella había recuperado su usual compostura, probablemente debido a que la curación había sido muy efectiva.

«Esto parece ser un asunto muy importante para ti. Además, la misión más importante está cumplida. No tengo razón por la que quejarme.»

Minadzuki había enterrado las katanas gemelas en un punto del desierto.

Con ese punto como el centro, una zona de veinte a treinta metros a la redonda se había transformado en un «océano.»

Lo que claramente había sido un blanco desierto sin fin ahora tenía esta zona de color azul transformada en agua de mar.

En lugar de un brillante azul, era el color de la Bahía de Tokio.

Una vez que la transformación en agua de mar estuvo completa, ellas serían capaces de regresar a su mundo original…informada sobre esto por su instinto, Hazumi escuchó a Luna François.

«En nuestro mundo de las brujas, los resultados son el todo. Sin importar que medios hayan sido tomados, el ganador dictara lo que considera como bueno y correcto. De ahí que, Hazumi-san, bien hecho.»

«Y-Ya veo.»

Luna François le guiñó casualmente un ojo mientras levantaba un pulgar.

Hazumi quedó sin habla por su frívola actitud cuando sucedió.

El pseudo-sol que había estado disparando rayos invisibles sin parar—de pronto se desvaneció.

Quedaban todavía algunos Raptores en el gris cielo. Aunque solo unas pocas docenas, resabios sobrevivientes seguían siendo objetivos. ¿Por qué el ataque se había detenido cuando todavía quedaban enemigos?

«¡¿Nee-sama?!»

Orihime había colapsado en las cercanías.

Mirando el gris cielo todo el tiempo, ella le había ordenado a Akurō-Ō que usara la pseudo-divinidad del Sol. Magia con la que no estaba familiarizada le había desprovisto excesivamente de su fuerza, causando finalmente su colapso.

Akurō-Ō y sus nueve colas a su vez se desmaterializó, desvaneciéndose.

Ahora que los rayos que habían estado matando enemigos cada par de segundos habían desaparecido, los Raptores equipados con espadas y que habían estado volando por todo el cielo, se calmaron.

Había entre cincuenta o sesenta enemigos en el cielo todavía.

Por si mismos, estos volaron en dirección al suelo— ¡Para atacar nuevamente!

Sin embargo, Minadzuki todavía tenía las katanas gemelas enterradas en el «suelo de azul marino.» Vertiendo su propio poder mágico, mientras que Glinda estaba apoyando a la espadachín doble.

«¡¿L-Luna-san, que deberíamos hacer?!»

«Minadzuki necesita controlar las katanas gemelas mientras Glinda necesita seguir con su asistencia. Ninguna de ellas está libre para interceptar a los enemigos…»

A este paso, ellas eran blancos fáciles para ser masacradas por los Raptores.

Justo a medida que contenían su aliento con nerviosismo, una inesperada salvadora descendió desde los cielos.

¡Ruaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!

Rushalka Azul. Su ala perdida había sido restaurada, la oración que Hazumi había emitido anteriormente por la seguridad de todos a los que ella atesoraba no solo había sanado a Glinda sino también a Rushalka.

El dragón heráldico con un solo cuerno en su frente se lanzó de frente a la bandada de Raptores.

Una ventisca y láseres mata dragones. Otro ataque a máximo poder, ella había usado la Runa del Arco.

«Supongo que está intentando compensar en consideración a su espectacular fracaso de recién…» Luna François murmuró.

Al siguiente instante, Hazumi, Luna y la inconsciente Orihime de pronto comenzaron a hundirse. El suelo de color azul marino finalmente se había transformado en «pura agua de mar.»

Las tres brujas gradualmente se hundieron en el mar.

«¡¿…?!»

Hazumi miró hacia arriba a lo que ya no era un gris cielo sino que una tenue agua de mar.

Las docenas de Raptores y Rushalka a su vez se estaban desapareciendo gradualmente de su vista, siendo reemplazado por agua de mar rodeándolas desde todos lados—

Y entonces la vista por encima de ellas se transformó en el azul cielo de la Tierra.

En lugar de arena, su punto de apoyo era la nave escolta de la Fuerza Marítima de Autodefensa que había estado transportándolas hace varias horas atrás—en la cubierta.

Los súper sentidos de Minadzuki detectaron que el aire olía igual al de Tokio en septiembre.

Al usar la Runa de las Katanas Gemelas para rasgar parte de la barrera de Pavel Galad, ellas finalmente lograron regresar a su mundo original.

Naturalmente, el barco escolta que llevaba a Hazumi y compañía estaba flotando en la Bahía de Tokio en lugar de un desierto.

Regresando junto a las brujas, los tres leviatanes—Glinda, Minadzuki y  Akurō-Ō—se desmaterializaron. Las «serpientes» gradualmente desaparecieron.

«¡¿Qué tal está Nee-sama?!»

Hazumi rápidamente buscó a su prima y se sintió aliviada. Orihime yacía cerca.

Un durmiente rostro que se veía en paz. En el momento que ella exhaló, Hazumi se dio cuenta de algo.

«¿Dónde está Asya-san…?»

Ella miró por el lugar pero no pudo encontrar señal alguna de la bruja de cabello plateado.

¿Acaso se escondió? O— Preocupación surgió desde el fondo del corazón de Hazumi.

Encogiéndose de hombros, Luna François dijo muy calmada: «Una vez que terminemos de reunir información para entender con claridad nuestra situación actual, debemos apresurarnos para partir. Es más que probable que Harry esté en una crisis. Necesitamos trabajar tan duro como sea posible.»

Parecía como si ella hubiera elegido a propósito sus palabras con el fin de ignorar a la cuarta persona.

 

Parte 4

«Al fin— Ya terminó, ¿huh?»

Luego de un tiempo, Asya finalmente pudo descansar y relajarse.

Aunque le tomó bastante tiempo, Asya finalmente eliminó a todos y cada uno de los Raptores que Pavel Galad había dejado al interior de la barrera.

Esto fue después de que las tres brujas y los tres leviatanes regresaran a La Tierra juntas.

Asya y Rushalka habían usado la Runa del Arco para atacar a la bandada de Raptores con un fuego continuo durante aproximadamente diez minutos. Luego más tarde, ella estuvo pendiente de que aparecieran refuerzos pero incluso luego de diez minutos no hubo señales de que apareciera nada.

De ahí que, se podía decir que ella se había quedado atrás a propósito para ayudar a sus compañeras a que se retiraran.

El blanco desierto se extendía sin fin en dirección al gris cielo. En este instante, no había seres vivos en este mundo extremadamente extraño aparte de ella misma y Rushalka. Al menos, dentro de lo que podía ver.

Protegiendo la retaguardia para ayudar a que el resto escapara—

Asya había tomado la decisión de que este trabajo debía ser suyo.

«Habiendo dicho eso, el precio es que debo quedarme aquí sola. No había otra manera,» se dijo a sí misma.

De regreso a ese momento, nadie más podía completar dicha tarea. Además, había otra razón que ella no pudo ignorar.

«No seré capaz de dormir en la noche a menos que pague mi deuda con Luna.»

La razón por la que Rushalka y Glinda sufrieran graves heridas durante esta batalla.

En particular, Asya tenía la culpa debido a su error. En ese momento, ella había actuado con la idea de que podría eliminar a todos los enemigos que rodeaban a Glinda con una rápida pasada—al final, dos enemigos sobrevivieron.

Esto causó que las compañeras de las dos brujas de clase maestra sufrieran graves heridas.

«Luna es tan lista. Estoy segura que lo notó.»

Las dos eran iguales. Incluso si Hazumi y Orihime no lo hubieran notado, Luna François debía de haber discernido el error de Asya.

En lugar de ser ridiculizada por Luna más tarde, era mejor ajustar cuentas por adelantado primero.

Ella hubiera estado mintiendo si negaba que tuviera tales pensamientos. De ahí que, Asya dejó el grupo discretamente para responsabilizarse.

La legitima estrella del campo de batalla, el As del Derribe Asya, tenía que ocuparse de este rol tras bambalinas—

«…»

No. A decir verdad, había otra opción.

Heroicamente convirtiendo en juguetes en el aire a los Raptores que se acercaban, luego acelerando rápidamente durante los siete u ocho segundos antes de que sus amigas regresaran a La Tierra, y descender. Encontrarse con ellas al último segundo y regresar como un solo grupo—

El descender muy pronto y ella podría terminar llevando a los enemigos en dirección de sus amigas.

Ella necesitaba que Rushalka volara más rápido que cualquier otro leviatán sin ningún error en el tiempo. Asya y su compañera habrían estado a la altura de esta tarea.

Sin embargo.

En lugar de hacer eso, Asya eligió la opción más segura.

Ella tuvo una premonición. Ella podría estar una fracción de segundo tarde en el tiempo de su descenso, o podría fallar en hacer que Rushalka volara a su máxima velocidad.

«Mi sensibilidad y poder mágico se han apagado un poco, a pesar de que honestamente sea solo un poquito…»

Bajo el cielo gris, Asya estaba de pie sola en este desierto anormalmente blanco.

Quizás debido solamente a que nadie podía escucharla hablando consigo misma, Asya fue capaz de dar voz a estas palabras. Finalmente admitiendo las dudas que había albergado por tanto tiempo, las palabras se vertieron de su boca.

La auto-hipnosis para mejorar su destreza femenina. La pérdida de apetito era aparentemente un efecto secundario. Junto con eso llegaron las dudas de «¡¿Mi poder como bruja parece haberse debilitado?!»

Muchos síntomas habían aparecido durante el último mes aproximadamente, pero Asya había relegado esas cosas al fondo de su mente debido a que había sobrevivido la intensa batalla contra el Rey Dragón Hannibal.

Y más importante—ella estaba reacia a admitirlo.

Era precisamente gracias a su destreza femenina concedida por ese hechizo de hipnosis que ella había encontrado la oportunidad de hacer su regreso en el frente del romance.

Ella no se había atrevido a considerar la posibilidad de que esta magia tuviera efectos secundarios, pero esta vez, el efecto de la hipnosis surgió de esta manera…

«Tengo tanta hambre.»

*Gorjeo**retumbando**retumbando* Su estómago gruñó por primera vez en mucho tiempo.

Luego de usar su magia de hipnosis. El estómago de Asya jamás había gruñido. Lo más probable, había sido la retroalimentación del dolor de Rushalka el que había causado que su naturaleza de bruja se viera expuesta.

Que fastidioso sonido.

Asya deseaba nutrientes con intensidad. Calorías, realización—la fuente de la magia.

«Uuuurgh. Pero todos mis esfuerzos anteriores serían en vano si el hechizo se fuera a desmoronar ahora…»

Asya estaba vistiendo su usual chaqueta militar.

La chaqueta no era para nada linda, la cosa más alejada de lo femenino. Pero era duradera y ella no necesitaba preocuparse acerca de ensuciarla. Adicionalmente, presentaba el inteligente diseño de Asya.

Ella había añadido varios bolsillos secretos en el revestimiento interno.

Debido a su hábito de muchos años—estos bolsillos siempre llevaban pequeños paquetes de comida en todo momento.

Aproximadamente diez dulces, bizcochos, chocolates resistentes al calor entregados comúnmente como parte de las raciones del ejército norteamericano, varios frutos secos, barras de cereal, charqui, gelatinas energizantes, condimentos tales como sal, pimienta y azúcar…

Incluso luego de que su apetito se viera reducido al de una persona normal, Asya siguió rellenando y reemplazando la comida en su chaqueta.

Ella jamás encontró la oportunidad de desengancharse de este hábito. O quizás en algún lugar en el fondo de su cabeza, ella estaba preocupada acerca de si esta comida algún día le podría ser útil.

*retumbando**retumbando***retumbando**retumbando*

Un ruido suave. Su estómago estaba gruñendo nuevamente. Este había sido el murmullo más largo hasta el momento.

Al menos me comeré un dulce—Justo a medida que Asya estiraba su mano en busca de su bolsillo secreto, ella sacudió a la fuerza su cabeza un par de veces. Todo estaría perdido si ella se comía esto.

Ella fue informada por su instinto. Ese dulce bien podría hacer que su magia de hipnosis se debilitara.

¡Si ella fuera a perder su destreza femenina obtenida con tanto esfuerzo, su vida bien podría volverse incompetente!

«Tengo la sensación de que no tendrá éxito incluso si intentara hipnotizarme una vez más…» Asya murmuró.

Este era su instinto como una bruja. En cambio, si la hipnosis podía ser aplicada varias veces—eso también sería bastante peligroso. Después de todo, era una poderosa hipnosis capaz de alterar las personalidades, una especie de lavado de cerebro, incluso llevando al posible colapso del ego[1] de una persona…

«¡C-Como sea!»

Ella levantó su voz intentando distraerse del hambre.

Asya de pronto levantó su brazo derecho. Rushalka bajó desde el cielo, pero no con su usual cuerpo gigantesco cercano a los diez metros de longitud. Asya la había encogido a aproximadamente un tercio de su tamaño.

El ala cercenada había sido restaurada exitosamente.

Todo era gracias a la magia sanadora de Hazumi y Minadzuki.

Asya ya había lanzado un Aumento de Poder en sí misma. Ligera como una golondrina, ella saltó ágilmente sobre el lomo de Rushalka.

A continuación, ella iba a viajar, montada sobre el lomo de su compañera el dragón heráldico.

En frente suyo estaba el misterioso conjunto de ruinas que se asemejaban a una mina a tajo abierto. Su destino era el fondo del abismo, a más de quinientos metros de profundidad de acuerdo a un estimado visual.

«Al fortalecer la Runa de la Espada, Pavel Galad fue capaz de oponerse a Haruomi cuyo poder aumentó al punto en que puede igualar a Hannibal…»

Previamente, una chispa azul había salido desde el fondo de las ruinas.

Esto era lo que había producido la Runa de la Espada y la razón por la que Asya y sus compañeras habían luchado una batalla tan difícil.

«Si el secreto del aumento de poder es tal como sospecho…»

No había aquí otra bruja para que le ayudara usando la Runa de las Katanas Gemelas para ejecutar la técnica de la rivalidad de los opuestos complementarios, así que ella tampoco tenía forma de escapar de esta dimensión. En ese caso, el satisfacer su propia curiosidad sería más constructivo.

De ahí que, Asya y su compañera emprendieron el vuelo, abriéndose camino para confirmar si acaso su hipótesis era o no correcta.

 

Parte 5

Cuando Hal recuperó su consciencia, lo primero que apareció en su mente fue una pregunta.

(¿…Quienes son estas personas?)

Él estaba mirando hacia arriba en el suelo con tres chicos y chicas junto a su lado.

Si esto fuera un cuarto, ellos habrían estado justo al lado de la almohada, pero este era un suave césped.

Hal sintió un agudo dolor en su pecho—su corazón.

Él parecía recordar haber sido apuñalado ahí con una espada…

Un tanto perdido, Hal decidió erguirse primero.

«¡Gracias a Dios! ¡Haruga-kun despertó~!»

«Pero parece que él todavía no está completamente consciente. Él está disperso, no hay luz en sus ojos.»

El trio parecía estar preocupado por él.

Dos chicas y un chico.

Las dos chicas estaban haciendo bastante ruido. Una parecía ser una animada chica de cabello corto mientras que la otra era pequeña usando coletas en su cabello. Ambas parecían conocer a Hal.

La tercera persona, el chico, tenía su cabeza inclinada, mirando a Hal en silencio.

Él estaba usando un gorro de verano. Con una delgada figura, todo su cuerpo exudaba estilo. Pocos de los conocidos de Hal cultivaban esta clase de imagen.

El trio parecía ser de estudiantes de preparatoria. Aunque sus uniformes tenían diferencias debido a los estilos masculinos y femeninos, estos pertenecían a la misma escuela.

Está bien, ¿quien diablos son estas personas? Hal estaba totalmente perplejo.

(Ellos conocen mi nombre, así que después de todo son conocidos, ¿verdad?)

Además, ¿por qué estaba tumbado en el césped?

Este parque parecía bastante grande ¿En qué estaba justo antes de perder la consciencia? Él tenía débiles recuerdos acerca de caer del cielo y su mano derecha agarrando algo…

Hal apretó dicha mano formando un puño inconscientemente y entonces todo le vino a la mente.

Él había agarrado algo suave y elástico al mismo tiempo—recordando ese instante, él recordó el nombre el nombre de las compañeras que estaban en frente suyo.

«Uh. Mutō-san y… Funaki-san. ¿Por qué están aquí?»

«Wow—Haruga-kun, finalmente regresaste a la normalidad.»

«Totalmente. Recién no estabas ni reaccionando. Estaba preocupada, preguntándome si debíamos enviarte al hospital~»

Mutō-san sonrió y Funaki-san suspiró aliviada.

«La presi nos dijo ‘Estoy ligeramente preocupada de que el dragón rojo vaya a perder’ así que vinimos a ver como se daban las cosas. Pero oye, la presi es asombrosa. Ella predijo que ‘puede que se topen con Haruga’ y tuvo razón.»

«La presi—Oh ¿la Presidenta M?»

«Por supuesto.»

Aquella a la que se referían por presi por parte de Hal y Mutō-san era la excéntrica Presidenta M del Club de Investigación OVNI.

Él logró recordar a su vez a la Presidenta M. Sin embargo, él observó al atractivo y silencioso tipo. Este tipo… ¿Quién era? Ni idea.

¿Acaso era su primer encuentro, o acaso Hal groseramente lo había olvidado?

«Oh cierto, Haruga-kun tú jamás lo has conocido. Él también es un miembro del Club de Investigación OVNI. Este es Sakuraba-senpai. Creo que te lo he mencionado antes, ¿verdad?»

«Sí, ahora que lo mencionas,» dijo Hal.

Sakuraba-senpai—Hal definitivamente había escuchado antes este nombre.

Enorgulleciéndose de sus habilidades de investigación superiores, él pasaba todo su tiempo persiguiendo primicias fuera de la escuela.

Dado que él raramente visitaba el cuarto del club, Hal jamás lo había visto antes. Ellos finalmente se habían conocido hoy…

Sin embargo, Sakuraba-senpai permaneció quieto todo el tiempo. Incluso luego de que Mutō-san se lo presentara a Hal, él no dijo ni una sola palabra.

Simplemente mirando el rostro de Hal, él asintió en silencio en reconocimiento.

«¿Quizás él no va mucho al club debido a que es tímido y no le gusta hablar?»

«Correcto. Pero fue gracias a Senpai que fuimos capaces de encontrarte. Cuando el dragón plateado—aquel en que se transformó el sujeto atractivo—y el dragón rojo volaron hacia Nuevo Tokio, él no evacuó. En su lugar, estuvo tomando fotos desde un techo en Kinshichō.»

Mutō-san levantó un pulgar hacia Sakuraba-senpai.

«Cuando la lucha entre los dos dragones fue ganada por el plateado y el rojo cayó aquí—el parque Kiyosumi—él lo captó con su cámara también. Además cuando la presi nos ordenó a todos a buscar al dragón rojo, Sakuraba-senpai nos dijo que el rojo cayó aquí tan pronto como lo llamamos.»

«Wow…»

De seguro, su habilidad para reunir información estaba mucho más allá a la de un estudiante.

Adicionalmente, Mutō-san le dijo que ella y Funaki-san habían llegado en bicicleta desde Ryougoku donde la escuela estaba ubicada.

Una distancia aproximada de dos estaciones de metro, pero el tráfico en el camino y los rieles estaba restringido durante los ataques de dragones. Fuera de las aeronaves, las bicicletas eran el medio más eficiente de locomoción actualmente en Tokio.

«Díganme, ¿cuál era la situación cuando me encontraron?»

«Bueno…Sakuraba-senpai dijo ‘¡Vi al dragón rojo caer en este parque!’ así que le hicimos caso a su testimonio y entramos para revisar las cosas. Entonces te encontramos tumbado al lado del dragón inconsciente.»

«…Pero el dragón rojo ya no está a mi lado.»

«De pronto se desvaneció antes de que despertaras. Eso es lo que se llama ‘desmaterialización’ ¿cierto?» Todavía aprendiendo términos mágicos, Mutō-san le explicó.

Hal concentró su mente y examinó el estado de su corazón—el corazón de metal. Le había estado doliendo desde que despertó.

(La actual cantidad de poder mágico producido…probablemente sea cercana al 30% de lo usual.)

Sin embargo, el daño era más ligero del imaginado. Que increíble.

Su corazón de metal, es decir su corazón, había sido perforado por una profunda puñalada a manos de la runa mata dragones. No habría sido sorprendente si la Reina Carmesí hubiera perecido junto con el alma de Haruga Haruomi que se había fusionado con ella.

Sin embargo, ambos habían sobrevivido. Dado que su corazón de metal estaba bien, él debería ser capaz de volver a invocar a la Reina.

(Fueron Asya y Juujōji quienes me salvaron…)

Por alguna razón, Hal estaba profundamente convencido de esto. Aunque solo por un instante, Hal conectó su difusa consciencia con la mente de las brujas que habían desaparecido de la Tierra.

Luego de ello, él tuvo que haberle confiado el poder de las runas a las brujas quienes parecían estar en su propia crisis.

Esta parte de sus recuerdos era bastante vaga, pero había algo que él recordaba claramente—

Las sensaciones de su mano derecha llegaron en dos categorías. La realmente pequeña pertenecía a Asya mientras que la abrumadoramente abundante era de Orihime.

Habiendo experimentado personalmente como se sentían a su toque, era imposible que su memoria estuviera equivocada.

Por alguna razón, el contacto con las chicas había reducido la sincronización entre el alma de Hal y la Reina.

Esa probablemente era la razón. Cuando la herida fue infringida en el pecho de la Reina, solo el 30 o 40% fue reflejado hacia Hal. Como resultado, afortunadamente pudo sobrevivir.

Dejando a un lado el por qué «la sensación de sus pechos» había tenido esta clase de efecto, Hal pensó en otra pregunta. «¿El dragón plateado no vino a dar el golpe final?»

«No, debido a que parecía estar ocupado. Por ahí.»

Mutō-san señaló al cielo. En la dirección indicada, había una batalla aérea en progreso.

Empuñando la espada mata dragones, el dragón plateado Pavel Galad estaba persiguiendo a un dragón blanco—era la gallarda forma de la Reina Dragón que no había aparecido en bastante tiempo.

La forma dragón de la Princesa Yukikaze era mucho más esbelta que el de la Reina Carmesí.

Sucesora de la Flecha que formaba un par con la Runa del Arco que estaba en posesión de Hal, ella transformó su blanco cuerpo en una solitaria flecha mata dragones. Pavel Galad voló tan rápido como pudo, intentando atacar a la imponente Princesa Yukikaze, pero—

Incapaz de alcanzarla, incapaz de alcanzarla, incapaz de alcanzarla.

La Princesa no solo era rápida sino que su trayectoria de vuelo era a su vez muy complicada.

Zig zags, vueltas repentinas, volando en espiral. Pavel Galad no era vago en el departamento de velocidad, pero él había elegido al oponente equivocado.

«Él está participando en un intenso juego de las traes, por supuesto no tiene el tiempo para venir por mi…»

Parecía como si la Princesa Yukikaze había salvado su vida.

Fiu. Hal suspiró, era tiempo para cambiar de ritmo. En este instante, él tenía que sacar de Tokio a los felices dragones que estaban arrasando el lugar.

A continuación, Hal se inspiró a jugar un pequeño truco que incluso él encontró «ligeramente turbio.»

«¿Supongo que…vamos a intentarlo?»

Quienes lo habían rescatado, Mutō-san, Funaki-san, y Sakuraba-san miraron preocupados a Hal, quien no parecía estar bastante bien.

A pesar de toda una pila de misterios, el trio no intentó indagar al preguntarle. Seguramente, debía ser debido a que ellos sabían que actualmente era una situación de emergencia.

Hablando con normalidad, él debería apresurarse y decirles que evacuaran. Sin embargo, Hal hizo en su lugar la siguiente sugerencia: «Oigan chicos, si está bien con ustedes, tengo un favor que pedirles.»

Mientras tanto, él se preguntó a si mismo ¿Quizás la Presidenta M predijo incluso esto?

 

Luego de separarse de sus compañeros de escuela, Hal quedó solo.

Caminando a paso firme a lo largo del Puente Kiyosu, él se abrió camino hacia el frente donde Pavel Galad y la Princesa Yukikaze estaban luchando.

Actualmente, una alerta de evacuación de emergencia había sido emitida en Nuevo Tokio.

Un gran número—incontables autos se habían detenido en las calles.

Fuera de los vehículos de emergencia designados, todo el tráfico terrestre había sido prohibido durante la alerta. Los conductores inmediatamente abandonaron sus autos y buscaron en sus celulares el refugio más cercano.

Lugares tales como estadios, parques, riveras o los vastos espacios para el deporte en escuelas eran usados como refugios.

Los residentes en este vecindario parecían haber evacuado en su totalidad. Hal era la única persona caminando en la calle, rodeado por el silencio.

A lo largo del camino, Hal de pronto dijo «¿Huh…?»

Que extraño, notando que algo se sentía fuera de lugar consigo mismo, pausó un momento su andar.

En lugar de sentir una incomodidad física, era un asunto de la mente. Aquellos compañeros miembros del Club de Investigación OVNI con quienes había hablado antes—esos tres.

Hal había olvidado sus nombres y caras nuevamente.

Fuera de ello, sus recuerdos acerca de los dieciséis años que había vivido como Haruga Haruomi estaban borrosos.

Ahora que lo pienso. ¿Quién soy? ¿Un humano? ¿Un estudiante de preparatoria? ¿Un cazador de tesoros? ¿Un Tyrannos que había heredado las runas mata dragones?

No puede ser—Hal se dio cuenta de cierta posibilidad.

¿Podía ser que acaso su transformación en dragón había progresado de una sola vez debido a que no había nadie con quien hablar?

Toda clase de recuerdos se habían vuelto borrosos, pero había una cosa que él recordaba con claridad.

La batalla con Pavel Galad. La batalla que había experimentado hace solo unas horas. Hacia el final, él se había fusionado con la Reina Carmesí para chocar de frente con el dragón plateado…

El enemigo era un Tyrannos apasionado. Sintiendo un fervor y un espíritu de lucha de cerca, Hal había luchado intensamente con este.

Él recordó vívidamente cada segundo en su mente.

El enemigo usaba la espada mata dragones para atacarlo y él se defendió con la protección imperecedera. Sin embargo, el impacto y el poder mágico desatado por la hoja fue transmitido inmisericordemente hacia Hal—no, la Reina—sacudiendo su esqueleto y órganos internos…

Lo que recordaba aquellos detalles no era el cerebro de Hal sino su corazón, es decir el corazón de metal, probablemente.

El órgano más importante de un dragón le dijo que esto era lo que la raza dragón considera como dicha suprema y placer.

«S-Seguro, como sea…no quiero experimentar eso de nuevo…»

Con su consciencia desvaneciéndose, Hal negó con todas sus fuerzas.

Sin embargo, estos pensamientos no llegaron a su corazón, ósea su corazón de metal. Los pensamientos sobre ××××ga  ××××omi poseían muy poco poder para dominarlo ahora. Después de todo, él no podía siquiera recordar su propio nombre exactamente, mucho menos los eventos de su vida.

«Oye mocoso, la situación está mala por aquí.»

Él escuchó la aburrida voz de alguien cerca de su oído.

Sin embargo, Hal no pudo siquiera discernir quien estaba hablando. Lo más probable era alguien que conocía a ××××ga  ××××omi…

«Oh.»

Para el momento que lo notó, sus zancadas se habían extendido.

Cada paso lo llevaba a una gran distancia hacia adelante. Sus pisadas a su vez sonaban inexplicablemente pesadas. Hal pisó el suelo con un golpe seco, sacudiendo la superficie de la calle e incluso aplanando el pasamanos.

Antes de siquiera darse cuenta, el nivel de sus ojos también se había elevado en altura.

Mientras caminaba, él podía mirar hacia abajo las luces del tráfico y los postes telefónicos…

Él notó que la longitud de sus piernas, peso corporal, altura—todo se había incrementado a niveles escandalosos. En este instante, él probablemente medía cerca de veinte metros de altura.

Una larga y gruesa cola parecía extenderse desde su coxis…

Él observó su mano, estaba cubierta por escamas de dragón de color carmesí.

Sus brazos, pecho, torso, todo lo que estaba por debajo de la cintura era lo de un dragón.

«Oh…»

*Tud* *Tud* *Tud* Con pesadas pisadas, Hal caminó hacia adelante.

El escenario urbano alrededor del Puente Kiyosu seguía un estilo de «tendencia metropolitana», pero para los ojos de un dragón, no era más que utilería de papel, Destruible de forma instantánea con un ligero toque…

De hecho, definitivamente sería destrozado. Debido a que ahora, suyo era el cuerpo de un Rey Dragón. Sin embargo, sus piernas se sintieron más y más pesadas de mover.

«¿Supongo, que mi condición no es muy buena?»

Su pecho—su corazón de metal—le estaba doliendo. La herida claramente había cerrado—Hal no sabía si alguien le había dado primeros auxilios—pero parecía que ahora estaba abriéndose.

La espada mata dragones había perforado a la fuerza esta fuente de energía del cuerpo de un dragón.

Olvídense de un insignificante humano, en su actual estado, no había forma de que pudiera mover el cuerpo de un Rey Dragón.

» Supongo que…descansaré un poco.»

Pavel Galad y la Princesa Yukikaze estaban enfrascados en una feroz batalla en algún lugar en el cielo por sobre Nuevo Tokio.

Afortunadamente, no era en las cercanías. Él debería ser capaz de encontrar un tranquilo lugar donde tumbarse y dejar que su corazón de metal descansara. Pero el tiempo se estaba agotando.

«Si me tomo demasiado tiempo, la Princesa podría desmembrar a Galad…»

Hablando estrictamente en términos de poder como dragón, Pavel Galad no estaba en lo más mínimo a la altura de la Princesa Yukikaze. Sin importar que, la hermosa doncella de inocente apariencia era una Reina Dragón. Habiendo dicho eso, el dragón plateado no tenía opción. Hal no podía imaginárselo a su vez admitiendo con gracia la derrota.

» Este parece ser un buen lugar.»

Había una escuela secundaria al lado del puente Kiyosu, Hal entró en sus instalaciones.

Entró y tomó una postura para dormir.

Usando el conocimiento de ×××××× ××××omi, él pensó para sí mismo: si esta fuera una novela de J.R.R. Tolkien, podría estar usando la bodega subterránea del tesoro de los enanos bajo una montaña como mi cama…

 

Y así, él se durmió por ahora. No un sueño profundo, nada más que una siesta.

Cuando el dragón carmesí olfateó humanos—y además, hembras—él movió ligeramente su cuerpo. En lugar de una, tres hembras se estaban acercando. También pudo oír pisadas.

Grrrrrr…hhhhhh

Él gruñó como si estuviera hablando dormido. Sus ojos permanecieron firmemente cerrados. Tampoco su postura cambió.

Solo quiero dormir ¿Qué están haciendo estas personas aquí?

¿Acaso están intentando molestarme? De ser así

El durmiente dragón rio disimuladamente ¿Cómo debería lidiar con estas groseras personas? ¿Escupir fuego sobre ellas? ¿Aplastarlas con su cola?

¿O debería darles acertijos para resolver, devorándolas si fallaban en dar la respuesta correcta?

Todo dependerá de cómo, yo, el dragón, se está sintiendo.

Esperando a las visitas humanas, el dragón cuya anterior identidad era ×××××× ××××××× dormitó mientras se entretenía a si mismo con fantasías de su deceso…

 

 


[1] El ego es, para la psicología, la instancia psíquica a través de la cual el individuo se reconoce como yo y es consciente de su propia identidad.

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.