Meiyaku no Leviathan Vol. 05 – Capítulo 3

Capítulo 3: Nueva York, Nueva York

Parte 1

Los dragones habían volado desde la superficie de la luna y las órbitas satelitales para devastar el mundo.

Los sistemas de defensa aérea capaces de detectarlos con rapidez eran básicamente la línea vital de la humanidad y, de hecho, más importante que las brujas y los leviatanes. Por consiguiente, el cielo estaba lleno de satélites espías, redes de radar y aviones de reconocimiento de varios países a cada altitud.

Las amenazas aéreas detectadas eran compartidas globalmente a través de una red de información. Una advertencia de ataque sería emitida inmediatamente en la localidad, mientras las fuerzas eran enviadas a interceptar.

―Es una gran ayuda que los Raptores vuelen tan lento. Al parecer necesitan tiempo para acostumbrarse a la atmósfera de la Tierra ―explicó Christine Hulk a su protegida.

De tono alegre. Nativa del Estado de Nueva York. Dieciocho años de edad. Una bruja. Aunque hablaba como un chico, era indudablemente una chica.

Su largo cabello rubio estaba atado en una refrescante coleta.

La capitana del equipo de porristas en una preparatoria. También tenía una excelente figura.

Como nota al margen, su protegida estaba sentada en el asiento del piloto de un simulador de vuelo mientras Christine estaba detrás de ella.

―Ellos vuelan lento como aves migratorias por una o dos horas, después su instinto de ataque de repente estalla y se mueven a la ciudad más cercana.

―… ¿Sólo ciudades?

La bruja novata ―Marie Thesz― hizo una pregunta.

Con once años, proveniente de Wisconsin, ella aún estaba estudiando en la escuela primaria. Marie era una bruja novata que acababa de formar un pacto con su compañera hace un mes.

En comparación con la locuaz Christine, ella decía pocas palabras sin mucha expresión facial.

―Aunque no se limita a las ciudades, la tendencia a atacar áreas con gran población y alta densidad de edificios es mayor.

―Hmm…

―En la mayoría de los casos, los Raptores pueden ser eliminados mientras están volando tranquilamente, siempre y cuando las bases aéreas cercanas puedan enviar escuadrones de emergencia a interceptarlos. Aunque esta base sólo está equipada con viejos F-16, son más que suficiente para derribar Raptores.

―… Así que, después de todo, este es un modelo viejo.

En la era moderna, donde los paneles táctiles de LCD eran omnipresentes, el anticuado panel de control frente a ella estaba compuesto de treinta y tantos instrumentos con «números, agujas y diales».

Este simulador de vuelo reproducía la cabina del F-16, un viejo avión de combate tripulado.

―Descuida. Aunque es un modelo viejo, aún está en servicio en todo el mundo. En términos de producción, el costo de fabricación de un modelo viejo, que es como una antigüedad, es mucho más barato que el de los modelos nuevos.

―… ¿En serio?

―Así es. En lugar de hacer los últimos modelos ―que cuestan decenas de miles de dólares― para una sola misión, es mejor producir en masa los modelos viejos de bajo costo. En los últimos años, el ejército al parecer ha valorado más la rentabilidad debido al gran número de misiones.

La base de la Guardia Aérea Nacional en East Farm era donde Christine y Marie se encontraban actualmente.

Estaba ubicada aproximadamente a quince kilómetros al suroeste de Albany, la capital del estado de Nueva York.

La Guardia Nacional era la fuerza militar de reserva de América. Sus miembros normalmente vivían como civiles ordinarios. Durante emergencias, ellos participaban como ayuda en caso de desastres y operaciones de seguridad bajo la dirección de los gobernadores estatales, e incluso podrían llevar a cabo misiones de combate.

Las dos chicas estaban actualmente en un centro de entrenamiento dentro de la base.

―Aunque los dragones pueden lanzar fuego, su rango de ataque es prácticamente cero en comparación con los misiles aire-aire. Es tan simple como darle al blanco en un campo de tiro en tanto apuntes y dispares a unos diez kilómetros.

Era medianoche, una hora bastante incongruente con el estilo de vida de Marie como estudiante de primaria.

Sin embargo, este era entrenamiento oficial para un nuevo recluta. Por lo tanto, Christine continuó sin preocuparse.

La pantalla envolvente dentro del simulador mostraba la situación de la batalla aérea. Aunque estaba sentada en la cabina, Marie no estaba operando los controles. La pantalla sólo estaba reproduciendo la batalla simulada contra veinte Raptores de hace poco.

Los misiles guiados de corto alcance, Sidewinders, derribaron a los dragones menores uno tras otro.

―Sin embargo…

Christine se encogió de hombros. Para cuando se dieron cuenta, los Raptores en la pantalla se habían acercado hasta entrar al rango visual, en otras palabras, combate a corta distancia.

Había aproximadamente diez Raptores rodeando el avión de combate.

Al principio aún era posible evadir a los Raptores, los cuales atacaban desde ángulos inesperados, con el uso repetido de maniobras avanzadas tales como giros rápidos, paradas en el aire y aceleración rápida. Sin embargo, en poco tiempo, el fuselaje fue golpeado por un Raptor y después los demás lo destrozaron al instante…

Christine habló tranquilamente:

―La dificultad aumenta drásticamente si entran en combate aéreo cercano. Después de todo, son bestias salvajes. Los humanos no pueden superarlos en agilidad o velocidad de reacción. Olvídate de drones de ataque controlados a distancia; incluso aviones de combate tripulados son incapaces de sobrepasar esa gran barrera.

―…

―Ahora bien. Todos los Raptores atacan la superficie, ¿cierto? Por lo tanto, la misión del escuadrón aéreo básicamente termina una vez que los Raptores alcanzan los asentamientos. Después de todo, los aviones de combate no son adecuados para el combate a baja altitud. Bueno, dicho eso, es posible disparar misiles aire-tierra a los Raptores que están devastando la ciudad.

―Y entonces nos volvemos los que destruyen la ciudad…

―Sí. Con eso se pierde el objetivo principal. En este punto es difícil derribar a los Raptores, aunque se movilicen tanques o lanzagranadas. Así que ahí es cuando nuestras «serpientes» entran al escenario.

―En otras palabras, para ayudar a la fuerza aérea a eliminar los dragones que pasen…

―Exacto. Oh cielos. Hablando francamente, es casi imposible perder contra los Raptores, ya sea en el aire o en la tierra. Excepto si eres lo suficientemente desafortunado para encontrarte con un élite.

―Oh. Recuerdo eso en el entrenamiento…

―Además, los élites son capaces de usar magia de invocación para reunir un grupo de Raptores. Protegidos por magia en estas ocasiones, ellos no padecen el «estado de confusión previo a acostumbrarse a la atmósfera» mencionado antes. ¡Estos Raptores atacarán a nuestras «serpientes» con gran velocidad!

―… Sin Enfermedad de Invocación a pesar de ser Criaturas. Qué injusto.

―Ahahaha ―Ante la respuesta «gamer» de Marie, Christine sonrió irónicamente―. Si un élite aparece, sólo hay dos opciones. Ya sea postrarse y rogar por el apoyo de una bruja de clase maestra o formar un equipo unido como el nuestro y movilizarlo. Precisamente por eso, realmente esperamos el buen desempeño de los nuevos miembros~…

Las candidatas a bruja aptas eran seleccionadas de la Guardia Nacional desde cada estado de la Costa Este para formar un equipo.

Este era el concepto detrás de la unidad llamada WotC. Incluyendo la reciente incorporación de Marie, actualmente tenían cuatro brujas. Christine era su líder de equipo.

―Al parecer existía el plan de reunir a brujas de clase maestra, pero no llegó a nada porque todas ellas son un poco anormales. Al final, el modelo actual resultó a causa de priorizar la eficiencia en equipo.

―… ¿No eres un Maestro Jedi, Christine?

―Nop. Soy del tipo con sentido común y trabajo en equipo. Oh. Pero escuché durante la reunión de la tarde que recientemente un equipo de brujas se formó en Japón. Al parecer tienen dos magas maestras que son de clase As de Destrucción.

Christine sacó su teléfono y abrió la información que había recibido durante el día.

Un equipo que tenía a la vil bruja más fuerte de Norteamérica ―Luna Francois Gregory―, y a la «Gran Comilona» de Europa, Anastasya Rubashvili. También estaba el chico japonés que comandaba a estas dos brujas de primera clase en virtud de su fuerza.

Christine abrió el perfil de Haruga Haruomi en su teléfono. Aparentemente, mientras viajaba por el mundo como cazador de tesoros, se había encontrado con la magia matadragones.

Se decía que había derrotado a varios élites e incluso tenía experiencia de combate contra oponentes de clase Rey Dragón.

En la foto, esta figura legendaria ―Haruga Haruomi― estaba mirando a la cámara con ojos somnolientos.

―Este chico es la mente maestra detrás del equipo de Japón.

―… Un poco lindo. Como un duende o un golem.

―¿Esos no son monstruos? Por cierto, no estoy muy familiarizada con los RPG.

―… Ligeramente diferentes. Probablemente entre los elfos y los monstruos.

―Ya veo. Oh, en fin. Por otra parte, él se ve pésimamente motivado y carente de habilidades de comunicación. Sin embargo, creo que tengo un poco de curiosidad por él…

Para Christine, él era el tipo de chico que nunca había conocido en la escuela o en la Guardia Nacional. Curiosa por algo nuevo, ella sentía una vaga sensación de afecto hacia este chico japonés que nunca antes había visto. Su grupo actualmente debería estar en camino hacia la Costa Este. Sería bueno que hubiera una oportunidad de hablar con él. Justo cuando Christine estaba pensando eso…

Una alarma resonó por los altavoces instalados en toda la base.

―… ¿Es nuestro turno de salir?

―Aún no lo sé. Pero debemos prepararnos de inmediato. ¡Sígueme!

Dando órdenes a Marie, Christine también comenzó a moverse. A continuación sacó su teléfono para llamar a su superior directo, el consultor militar asignado por la Fuerza Aérea de los Estados Unidos al Gobernador de Nueva York.

 

Un sistema de defensa aérea había sido creado para detectar lo más rápido posible la llegada de los dragones.

Desafortunadamente, aún existía la posibilidad de fracaso en su propósito. Y un caso real ocurrió esta misma noche en Nueva York. El Rey Dragón que gobernaba la Concesión de Viejo Manhattan repentinamente comenzó a volar a gran velocidad.

El destino de Hannibal Rojo era la capital del Estado de Nueva York: Albany.

Sólo era una distancia de aproximadamente doscientos kilómetros desde Viejo Manhattan. El tiempo de viaje fue menos de veinte minutos.

Desacelerando después de llegar al espacio aéreo de Albany, él comenzó a descender lentamente.

A pesar de ser una capital estatal, Albany sólo era una pequeña ciudad.

Estaba principalmente rodeada por un paisaje natural como montañas y bosques, excelente para disfrutar de los placeres del senderismo o canotaje. La población local era menos de cien mil. Además, actualmente ya era la madrugada del día siguiente.

Por lo tanto, muy pocas personas presenciaron la llegada del Rey Dragón.

Sin embargo, cada una de estas personas se sacudió hasta los huesos por el miedo, sin excepción alguna.

Al mismo tiempo, las bases aéreas militares en toda la Costa Este finalmente emitieron una tras otra, una «alerta de Hannibal Rojo.»

Además, el Gobernador de Nueva York estaba dirigiéndose al edificio del Capitolio después de recibir un reporte de emergencia sobre la crisis.

Por supuesto, a Hannibal no le importaba la hora o los humanos del reino inferior. Aterrizando tranquilamente frente al Capitolio del Estado de Nueva York, soltó un fuerte rugido.

¡ROOOOOOOAAAAAAAAAR!

Un rugido propio de la naturaleza bestial del Rey Dragón.

El majestuoso rugido resonó en cada esquina de la ciudad de Albany.

Las personas que estaban dormidas fueron despertadas por este ruido. Aquellos que aún no habían dormido estaban paralizados por el miedo que ocupaba sus mentes y cuerpos. Incapaces de soportar tal sorpresa, aquellos que sufrían de problemas cardiacos agarraron su pecho, jadeando. Algunas personas incluso se desmayaron directamente por el miedo.

Lo que siguió inmediatamente después de que terminó el rugido fue una voz plenamente racional.

Usando su sorprendente voz de barítono, Hannibal habló con fuerza:

―Residentes de esta ciudad, así como aquellos de este estado, me gustaría hacerles una propuesta.

Todos los residentes de la ciudad escucharon la voz del Rey Dragón, al igual que el rugido anterior.

Infundido con el poder mágico del Rey Dragón, el discurso definitivamente estaba llegando a los oídos de las personas.

―Personas de los medios de comunicación, les otorgo permiso especial para acercarse. Pero a cambio, les confiero una misión. Cada palabra que diga a continuación debe ser registrada precisa y completamente, para ser difundida entre la gente.

Hannibal incluso había tomado en cuenta a los reporteros que resultaban estar presentes. Para informar sobre este evento, las agencias de noticias y el personal de los canales de televisión ya estaban dirigiéndose a la escena en camionetas.

Era un grupo motivado por un interés mercantil en obtener una noticia exclusiva sobre el gran evento de la llegada del Rey Dragón.

Ante las cámaras y micrófonos ofrecidos por estas personas, Hannibal habló:

―Han pasado veinte años desde que tomé como residencia la tierra conocida como Manhattan. Por lo que he escuchado, este número de años es suficiente para que los humanos como ustedes alcancen la mayoría de edad. Además, después de llegar a la adultez y adquirir la sabiduría necesaria, se les otorga el derecho de presentarse como candidato a elección: este principio es la esencia de la «democracia» que ustedes, humanos, inventaron.

Un discurso inspirador emitido con clara enunciación.

En comparación con el humano promedio, él era más locuaz. Su inglés también era muy fluido.

El gobernante de Viejo Manhattan, Hannibal. No sólo era el dragón más cercano a los humanos, sino también el portavoz digno de representar a la raza dragón.

―Y la elección para decidir al gobernador de este estado a través de medios democráticos llegará pronto. Por lo tanto, les presento mi petición a todos ustedes: permítanme participar en esa batalla.

De la boca de Hannibal salieron varios términos que no correspondían a la imagen de los dragones.

El contenido de este discurso inmediatamente llevó las emociones de la audiencia de asombro hacia mayores alturas.

―Deseo convertirme en el político más poderoso de este país… No, el político más poderoso del mundo. Me gustaría demostrar a todos los residentes de este estado lo afortunados que son por vivir bajo mi protección. Lo repito una vez más: por favor, reconózcanme como candidato a la elección.

Afortunadamente, entre aquellos que escuchaban el decreto del Rey Dragón había personas relacionadas con el ejército.

La Guardia Aérea Nacional había movilizado aviones de combate desde la base de East Farm a quince kilómetros de Albany y envió tres helicópteros de rescate. Uno de ellos estaba transportando a dos brujas: Christine Hulk y Marie Thesz.

Sin embargo, ambas se encontraron cara a cara con la apariencia majestuosa del Rey Dragón antes de poder contactar a las otras dos miembros de WotC.

El máximo adversario que sobrepasa a todos los élites: Hannibal Rojo.

El cuerpo del Rey Dragón estaba exudando un poder mágico y presencia impresionantes, inmovilizando a Christine y Marie. De hecho, las «serpientes» de estas dos brujas ni siquiera podían lograr el miserable acto de ganar tiempo.

―Que esto sea todo por esta noche. Reapareceré ante todos ustedes dentro de poco tiempo. Guarden su respuesta hasta entonces. ¡Humanos, espero su decisión democrática!

Este fue el último mensaje dejado por el Rey Dragón.

Habiendo terminado de hablar, Hannibal extendió sus amplias alas y voló hacia su base de operaciones, la Concesión de Viejo Manhattan. Nadie se atrevió a interponerse en su ruta de vuelo.

La noticia anterior era del incidente de «¡Viene Hannibal!» que había sucedido durante la medianoche del 7 de agosto.

 

Parte 2

Antes del regreso de los dragones, Nueva York estaba dividida en cinco distritos.

Brooklyn, Queens, The Bronx, Staten Island y Manhattan.

Sin embargo, hace veinte años, el distrito Manhattan fue elegido por los dragones como territorio concesión.

Como la «cara» que simbolizaba a Nueva York, el área incluía Wall Street, Central Park, Rockefeller Center, Times Square… Manhattan y sus numerosos lugares de interés cayeron bajo el dominio de los dragones, convirtiéndose en la ciudad castillo del Rey Dragón Hannibal.

No obstante, aparte de Viejo Manhattan, los otros cuatro distritos aún permanecían intactos en la actualidad como «Nueva York».

2 pm, 7 de agosto. Hal y sus amigas estaban actualmente en el vecindario de Bedford en Brooklyn. Mejor dicho, era el aparcamiento de la sede SAURU de Nueva York.

―Este año parece ser las elecciones de mitad de período en América.

―¿Qué son las «elecciones de mitad de período»?

Conduciendo una minivan alquilada, Hal estaba a punto de entrar en un estacionamiento perpendicular cuando Hazumi le hizo una pregunta desde el asiento trasero. Sentada a su lado, Orihime respondió tranquilamente:

―Recuerdo que los resultados de dichas elecciones… pueden ser tomados como algo similar a un índice de aprobación para el presidente de los Estados Unidos.

―Sí, esa es la idea.

Los presidentes de los Estados Unidos desempeñan periodos de cuatro años.

Las elecciones generales realizadas dos años después de una elección presidencial eran llamadas elecciones intermedias.

Los funcionarios aptos para elección estaban dispersos en toda clase de administración pública, incluyendo toda la Cámara de Representantes, una porción de los senadores, así como gobernadores y alcaldes cuyos períodos habían terminado. Todos estos casos estaban clasificados como elecciones de mitad de período.

Los dos principales partidos en América eran los Demócratas y los Republicanos.

Y el número electo de Miembros del Congreso y Gobernadores en el partido del actual presidente era considerado como un indicador importante. Si los números disminuían, eso significaba que la influencia del presidente estaba decayendo.

Esto incluía al Estado de Nueva York, donde una elección para el Gobernador estaba programada para noviembre.

―¿Es posible que Hannibal lea regularmente el periódico?

Con un tono medio bromista y medio serio, Hal comentó mientras bajaba del auto.

Esta mañana, su grupo había tomado un vuelo desde Boston.

El vuelo hacia la entrada de la metrópoli internacional de Nueva York ―el aeropuerto John F. Kennedy― tardó aproximadamente una hora. Posteriormente, el trío se había separado de Asya para comprar provisiones y equipo. Su objetivo era prepararse para infiltrarse en la morada de Hannibal, Viejo Manhattan.

Hal abrió el maletero y descargó las cosas que acababan de comprar.

Debido a las cantidades relativamente grandes, las cosas fueron puestas en tres cajas de cartón. Viendo a Orihime y a Hazumi acercándose para ayudar, Hal dijo:

―En realidad, Hannibal deja su territorio concesión de vez en cuando.

―¡¿Ehhh?! ―exclamaron ambas.

―No es sólo cuando ataca. Es usual que vuele por todo el lugar aleatoriamente y recorra el Estado de Nueva York, donde Viejo Manhattan está ubicado, así como los estados y condados colindantes, como si estuviera revisando su territorio.

Ante las dos chicas sorprendidas, Hal continuó:

―Los residentes llaman a su recorrido «¡Viene Hannibal!» y lo tratan como un evento especial, con muchas tiendas departamentales y centros comerciales haciendo ventas y promociones para conmemorar el día.

―¿L-Las personas no están asustadas?

―¿Acaso no es claramente un rey de los dragones, como la Princesa Yukikaze…?

Moviendo las cajas de cartón junto a Hal, Hazumi y Orihime expresaron su sorpresa.

Después fueron a la sede SAURU de Nueva York. Este era un edificio de cinco pisos cuyo interior era una instalación perteneciente a la organización. El trío entró al edificio por la puerta trasera.

Ya que era bastante viejo, construido en 1980, no estaba muy limpio u ordenado.

Sin embargo, este desastroso lugar, todo cubierto de polvo, era como un hogar para Hal.

―Están asustados, pero no hay nada que puedan hacer. Ya que son impotentes, bien podrían diluir el miedo de esta manera bromista. Además, las personas se han acostumbrado a ello con el tiempo, ya que Hannibal no ha atacado ciudades humanas desde hace mucho. Es inevitable que la gente piense que la próxima vez, y la siguiente también, probablemente no serán ataques.»

¿Por qué los reyes dragón no atacaban a la sociedad humana agresivamente?…

A estas alturas, Hal ya sabía la razón. Ya que no estaban tan interesados en los simples humanos, ellos no los lastimaban activamente. Sin embargo, si alguna clase de razón fuera a aparecer, ellos probablemente asesinarían y masacrarían al hombre sin remordimiento, como si erradicaran una peste.

Pero esta vez, Hannibal repentinamente había mencionado la palabra «democracia»…

―Por cierto, Juujouji, ¿qué piensas sobre cómo ha estado actuando Asya?

―¿Te refieres a su falta de apetito?

Hal asintió afirmativamente en respuesta a la pregunta de Orihime.

Después de volar de Boston a Nueva York, Hal y su grupo habían comido en un café en el aeropuerto JFK.

¡Pidiendo un desayuno ligero, Asya increíblemente sólo comió un bagel!

Hazumi inclinó la cabeza y dijo:

―Ella debe estar sintiéndose mal o tiene un resfriado, ¿cierto?

―Tratándose de Asya, incluso en esas situaciones, ella diría «comamos algo fácil de digerir», antes de devorar un gran tazón de gachas. Pienso que debe haber alguna otra razón.

Mientras charlaban, el trío bajó las escaleras hasta el sótano.

Estaban dirigiéndose al almacén de suministros para dejar sus cajas de cartón. Además, Asya ya había llegado a este edificio de antemano. Debido a la necesidad del consejo de una bruja de clase maestra respecto al incidente de Hannibal, ella actualmente estaba asistiendo a una reunión en la sede de Nueva York.

Alguien ya estaba en el almacén antes que ellos.

―Hola, Hal. Ha pasado un año, ¿no?

―Sí, más o menos.

Un hombre adulto caucásico lo llamó. Era un miembro del personal administrativo que había servido en esta sede por casi tres años. Teniendo un físico que rivalizaba con el de la Presidenta M, él era un tipo completamente obeso.

Ya que ni Hal ni Asya estaban visitando esta sede por primera vez, ambos lo conocían.

―Por cierto, hay algunas cosas que necesito.

―Lo escuché de Asya. Los preparativos ya están en camino.

El hombre bajó una cuerda de Kevlar de un estante.

La amiga de la infancia de Hal era impresionante como siempre. Sabiendo exactamente lo que esta misión requería, ella le había pedido a SAURU que consiguiera suministros lo más rápido posible. Parecía que Asya se había comunicado con ellos de antemano.

―Agrega el mapa más reciente de las ruinas de Viejo Manhattan. De preferencia que sea de hace menos de un mes.

―Déjamelo a mí. Será preparado junto con todo lo demás que se necesite.

Hasta finales del siglo veinte, la sede SAURU de Nueva York había estado ubicada en Manhattan.

El objetivo de Hal era infiltrarse en el lugar y obtener los textos antiguos relacionados con el Rey Salomón. Este hombre y Asya entendían qué tipo de apoyo requería esta misión. A pesar de ser de diferentes profesiones, ellos trabajaban en el mismo campo, después de todo. Esta facilidad de comunicación era muy conveniente.

Mientras Hal estaba lleno de gratitud, el hombre caucásico río y dijo:

―De verdad la tienes difícil. Hay muchos rumores sobre ti. No hay necesidad de ser tímido, sólo hazme saber si necesitas ayuda con cosas pequeñas como esta.

Después de mirar a Orihime y a Hazumi, quienes estaban siguiendo de cerca a Hal, él le dio un pulgar arriba.

Aparentemente, la noticia de la adquisición de una runa matadragones por Haruga Haruomi ya se había difundido dentro de SAURU. Hal sonrió irónicamente en respuesta. La razón por la que la tía Yulia quiso hacer una visita personal a Tokio probablemente fue la misma que la suya.

―Me ayudas bastante. Gracias.

―¿Oh? Puedes pagarme con intereses cuando tengas éxito. Por cierto, Asya… ―El hombre repentinamente frunció el ceño con confusión―. ¿Qué le sucedió? Estaba disfrutando de toda una docena de donas cuando hablaba con ella hace poco. ¡No puedo creer que Asya no dijo «dame un poco»!

―…

Hal frunció el ceño. A su lado, Orihime y Hazumi también mostraron preocupación en sus rostros.

Las dos chicas no eran muy buenas escuchando inglés, pero aun así podían tener una idea aproximada de que el hombre estaba señalando que algo era extraño sobre Asya. Dejando eso de lado, Hal se preguntaba qué pasaba con su amiga de la infancia.

―Veamos qué hace.

Después de dejar sus pertenencias, Hal y compañía tomaron el elevador al quinto piso.

Entraron en la sala de conferencias al final del pasillo después de tocar a la puerta ligeramente. Había tres miembros de la sede de Nueva York sentados en un escritorio ovalado. Asya estaba con ellos, pero…

―Escucha, Asya. Es verdad que emitimos una dura protesta el año anterior porque consumiste todos los suministros disponibles de comida enlatada y fideos instantáneos de la sede…

―Pero nunca te prohibimos comer los aperitivos preparados aquí.

―Estamos muy preocupados por el estado de tu salud. Por favor, toma lo que quieras para comer. Si no hay suficiente, enviaremos a alguien a comprar más. ¡No hay necesidad de contenerse!

Tres varones miembros del personal de la sede estaban hablando con la chica de cabello plateado.

En el centro de la mesa había tres bolsas de papas fritas, incluyendo el básico sabor salado, sabor salsa, así como el moderno sabor teriyaki. Además, había salchichas, aros de cebolla y golosinas de queso cheddar en la mesa.

Comida chatarra con un contenido excesivo de aceite y sal.

Y todos estos eran los favoritos de Asya… Al menos, se suponía que lo eran.

―Fufufu. Gracias a todos por su consideración, pero descuiden, no tengo hambre en este momento. Por favor, guárdenlo para la próxima vez.

¡Sonriendo recatadamente, Asya rechazó la comida!

Hal no pudo evitar sentirse conmocionado. Su amiga de la infancia definitivamente había dicho las palabras «no tengo hambre en este momento». Era la realidad, no una alucinación… ¡¿Cómo puede ser esto posible?!

Hal miró a Asya sin pensar.

Esta podría ser la primera vez en su vida en mirarla tan seriamente.

Y pensar que había un lado de Anastasya Rubashvili que Hal desconocía, aun cuando él creía que ya la había entendido completamente…

Posteriormente, Asya notó la mirada de Hal y giró lentamente la cabeza para mostrarle una ligera sonrisa.

En ese instante, Hal encontró esa sonrisa extremadamente hermosa. Su corazón se aceleró. Esto no era una broma. ¿Qué pasaba con Asya?

 

―Esa Asya está preocupándonos cuando claramente mañana estamos a punto de escabullirnos en Manhattan…

―Pero, Haruga-kun, no creo que haya algo malo con su salud. ¿Tal vez somos nosotros quienes se están preocupando demasiado? Más bien, parece que Asya-san está incluso más animada de lo usual.

Esa noche después de llegar a Nueva York, Hal hizo algo que normalmente nunca haría. Llamó a una chica a su habitación de hotel para empezar una discusión.

La persona en la que estaba confiando era Orihime, quien sonreía con optimismo.

―Piénsalo. Siempre lloriquea por tener hambre y se queja por quedarse sin energía; ella es como un león holgazaneando en la sabana. Pero hoy parece que se convirtió en una persona diferente.

―…

―Aunque todos han estado diciendo lo extraño que es, la cantidad de comida que Asya-san comió hoy sería en realidad lo ideal para una chica tan delgada.

―Hmm. Pero no entiendo en absoluto por qué se volvió así tan repentinamente.

―Haruga-kun, ¿realmente no entiendes?

―Sí, no tengo idea.

En el instante en que él respondió, Orihime suspiró profundamente y entonces lo miró con agudeza.

―Cielos… ¡Es muy obvio que está en una dieta!

―Die… No seas ridícula. ¡Es Asya de quien estamos hablando, ¿sabes?!

―¡Tú eres el ridículo, Haruga-kun! Para el peso de una chica, incluso un kilogramo… no, incluso 500g o 50g de diferencia sería enorme. Si necesitas una analogía, existen chicas que podrían aceptar un pacto con el diablo sólo para volverse cinco kilogramos más ligeras.

―¿I-Incluso tú, Juujouji?

―…

Orihime miró a Hal fijamente.

Hal lamentó profundamente haber preguntado eso. Por primera vez, él sintió miedo y presión de Orihime.

―*Ahem*. Esto no es sobre mí, sino sobre mi amiga. Ella es del tipo… cuyas distintas medidas son relativamente grandes, así que es natural que su peso sea proporcionalmente mayor. Es por eso que, si el diablo llamara a su puerta con esa clase de trato, tal vez ella en realidad podría vacilar un poco…

―Por supuesto, tus medidas son increíbles, Juujouji.

―¡No te confundas! ¡Esto es sobre mi amiga, no yo!

―Ah, sí.

Regañado fuertemente, Hal de inmediato enderezó la espalda.

Aparentemente satisfecha con su reacción, Orihime miró a Hal y cambió repentinamente el tema.

―Dejando eso de lado, Haruga-kun, creo que hay asuntos más apremiantes de los que preocuparse que hacer dieta.

―¿Sí?

―Por supuesto. Para la operación de infiltración de mañana en la Concesión de Manhattan, supongo que tú y Asya-san lo llevarán a cabo solos, ¿cierto? ¿No están siendo muy cautelosos sobre esto? ¿No fue mucho más relajado cuando fuimos a la Concesión de Viejo Tokio?

Partir hacia Viejo Tokio en la tarde después de recién haber tomado la decisión en la mañana: este era un patrón establecido al operar previamente en Nuevo Tokio.

Sin embargo, se había invertido mucho tiempo y energía en reunir el equipo y recopilar información para preparar esta operación.

― Después de todo, el objetivo de esta vez es un lugar que es varias veces más problemático que Viejo Tokio. Este último sólo es un yermo donde es inconveniente desplazarse, pero Viejo Manhattan está habitado por toda clase de monstruos peligrosos.

―¡¿Monstruos?!

―Dicho eso, no debería haber un gran problema. Actualmente poseo una varita mágica ―esa pistola―, mientras que Rushalka también está en su mejor condición. En realidad, será más fácil si sólo somos nosotros dos.

―… Supongo que tienes razón.

Orihime suspiró y sonrió. Esa sonrisa probablemente fue hecha a propósito.

―Al principio, realmente quería acompañarlos porque estaba preocupada por ustedes dos. Pero ahora que siento que podría estorbar, no importa. Si tú y Asya-san de verdad necesitaran apoyo de mí y Hazumi, nos habrían tomado en cuenta al decidir los equipos desde el principio.

―Uh. Bueno…

―Está bien. Puedo entender tus consideraciones.

El uso de poderes de leviatán tenía que ser minimizado tanto como fuera posible durante esta operación de infiltración.

En ese caso, un equipo de dos que consistiera solamente en Hal y Asya sería la mejor opción. Como se esperaba de Juujouji Orihime, quien era buena para leer entre líneas, entendió sin necesitar que Hal lo explicara explícitamente.

Desde que la conoció esta primavera, Hal consideraba que su observadora personalidad era muy útil en cada momento.

Dándose cuenta de este hecho, Hal repentinamente fue golpeado por un pensamiento.

―Hablando de eso, ha pasado bastante tiempo desde la última vez que charlamos solos.

―Después de todo, Haruga-kun, fuiste a Papúa Nueva Guinea antes, y tras venir a América hemos estado saliendo como grupo la mayor parte del tiempo… Oh.

Viendo a Orihime quedarse en silencio repentinamente, Hal preguntó:

―¿Qué pasa?

―Oh. Nada… No es nada. Simplemente recordé algo, ya que mencionaste el estar solos. No prestes atención. También siento que es un poco descortés que pregunte algo tan personal repentinamente…

―De todos modos, déjame escucharlo primero. Responderé en tanto esté dentro de mi conocimiento.

―¿E-En serio? Bueno… ¿Tú y Luna-san pasan tiempo juntos frecuentemente?

―¡¿ ?!

―P-Porque, ¿Luna-san no se te confesó la última vez? Además, ustedes dos viajaron al extranjero e i-incluso hicieron eso

Hal se estremeció. Con eso, ella probablemente estaba refiriéndose a besar a Luna.

Sucedió una vez durante la expedición a Izu. Antes de venir a América hubo otro, mantenido en secreto de los demás. Aunque no era la intención de Hal, la segunda vez había ocurrido bajo el ojo público.

Viendo la mirada de pánico de Hal, Orihime bajó la cabeza en silencio.

―¿Entonces planeas salir con Luna-san…?

―P-Por supuesto que no. Aunque estoy muy agradecido por su propuesta, aún no hemos progresado a esa etapa. Además, ¿tener una relación romántica dentro del equipo no será un obstáculo para trabajar? ¡En lo personal, considero que las relaciones sociales se hacen problemáticas cuando se vuelven muy cercanas, así que es mejor evitar eso como la plaga, después de todo!

Por ejemplo, supongamos que Jefe A y Subordinado B se volvieron una pareja.

Esto podría causar que el Jefe A favorezca excesivamente a B, haciendo que los demás subordinados se sientan descontentos. Por el contrario, B podría exigir trato especial activamente. Las cosas podrían estar bien si Jefe A y B estuvieran en buenos términos, pero si los dos fueran a pelear, la dinámica del grupo caería hasta el fondo…

―¡Para evitar esa clase de predicamento, la prioridad es prohibir el romance dentro del equipo!

―Pero en los dramas escolares de América, ¿las parejas no se forman rápidamente dentro del grupo?

―Ah, sí. Esas son bastante escandalosas. Terminar tras un par de meses y entonces inmediatamente salir con otro amigo… ¡Pero esas son solamente tramas ficticias!

―Pero si son tú y Luna-san, tengo la sensación de que dirían «sólo mantenlo oculto» y saldrían en secreto sin decirle al resto de nosotros…

―Sí, ya que Luna y yo somos taimados, eso es muy posible…

Hal elevó el volumen de su voz, esforzándose por disipar la duda de Orihime.

―Pero esta clase de cosas definitivamente no sucederá. ¡Lo juro por Dios!

―Suenas como un mentiroso cuando juras por Dios o el cielo y la tierra tan fácilmente…

―Oh. En ese caso, déjame dejarlo bien claro. ¡Un cristiano en la misma situación diría «Juro por la Biblia que el testimonio que dé será la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad» igual que frente a un juez!

Hal habló con emoción a la desconfiada Orihime.

Sin embargo, en una esquina de su mente, él encontraba esto increíble. ¿Por qué estaba esforzándose tanto en explicar? ¿Cuál era el problema aun si las sospechas eran dirigidas a él?

Después de todo, él y Luna no eran amantes, y esta era la inequívoca verdad (aunque también era cierto que se habían besado).

Después, Hal lo entendió vagamente.

Esta clase de situación no estaba completamente desvinculada al por qué él había sido capaz de detenerse justo a tiempo cuando casi era devorado por el encanto de la chica americana en varias ocasiones. De hecho, cada vez que el corazón de Hal comenzaba a latir con fuerza debido al cortejo audaz de Luna, él frecuentemente pensaba en Orihime de forma involuntaria.

―Juujouji…

―P-Por cierto, Haruga-kun, si el hecho de que Luna-san te b-besó es lo que te incomoda, compartir un beso con alguien más… ¿arreglaría las cosas?

―¿Huh?

―B-Básicamente, si otra chica fuera a besarte, ¿eso te permitiría tratarla igual que a Luna-san…? Algo así…

―Creo que… probablemente, tal vez…

―…

Los dos estaban solos en una habitación. Mirándose a los ojos en un hotel durante un viaje. Hal tembló ligeramente por la tensión que su cuerpo y mente nunca antes habían sentido. Orihime se sentía muy nerviosa también.

Por alguna razón, Hal estaba bastante seguro. En este momento, ninguno de ellos necesitaba más palabras.

De igual forma, por alguna razón, Orihime también estaba segura de lo mismo: de que podían llegar a un entendimiento mutuo con sólo mirarse.

Después de eso, todo lo que necesitaban era un impulso, sin importar qué tan pequeño. Así es, como lo que Orihime estaba haciendo ahora mismo: mirar a Hal con ojos húmedos y acercarse lentamente a él al mismo tiempo.

Hal extendió su mano derecha, intentando tomar la mano de Orihime. En ese instante…

¡RIIIIIIIIIIIIIIIIIING!

El celular al lado de la cama sonó de repente.

Los dos volvieron a sus sentidos súbitamente y miraron el celular juntos. Hal contestó la llamada rápidamente.

―¿Qué pasa, Asya? ¿Hay alguna clase de emergencia?

―No, pero es por trabajo. Me gustaría discutir el plan de mañana contigo, Haruomi. ¿Puedo ir a tu habitación?

―Oh… Claro. Por supuesto que puedes.

Comprendiendo la situación, Orihime le asintió a Hal, así que él aceptó de inmediato. Sin embargo, aunque sólo hubo una pausa momentánea, la persona al otro lado reaccionó al instante.

―¿De casualidad hay alguien ahí ahora mismo?

―¡¿ ?! N-No.

―¿De verdad? Entonces, iré en seguida. Te veo luego.

Después de que la llamada terminó, Orihime dijo:

―Entonces, me iré primero ―Y se levantó de su silla.

Acompañándola a la puerta, Hal escuchó una pregunta inesperada justo cuando estaban despidiéndose.

―U-Umm. La próxima vez… ¿Aún puedo venir a visitarte? Me… gustaría tener una buena charla contigo cuando tengamos tiempo libre, para relajarnos o algo así…

―¿N-Nosotros?

Hal originalmente quería preguntar «¿sólo nosotros dos?», pero al final cambió a palabras más discretas.

Como resultado, Orihime miró tímidamente a Hal y asintió.

―S-Sí. Mientras no te moleste…

―En absoluto. Eres bienvenida en cualquier momento.

Hal le respondió inmediatamente, provocando una ruborizada sonrisa en Orihime.

Diez minutos más tarde. Hal tuvo una breve reunión con Asya, quien había venido a su habitación. La aceleración de su corazón por pasar tiempo con Orihime aún persistía, pero él lo ocultó cuidadosamente, evitando que se mostrase en su cara.

Después de que Asya se marchó, Hal fue a dormir a las 11 pm. Acostado en la cama, comenzó a pensar.

Él creía que partirían hasta la tarde para infiltrarse en el territorio concesión. En ese caso, debería dormir toda la mañana para conservar plenamente su energía… Sin embargo, esto fácilmente terminó en optimismo de su parte.

Temprano a la mañana siguiente, el cielo de Nueva York fue cubierto por una congregación de casi mil Raptores.

 

Parte 3

La hora a la que ocurrió la anomalía fue las 6:22 am del 8 de agosto.

Casi mil Raptores descendieron en masa y se precipitaron colectivamente como una lluvia de meteoros.

Normalmente habría un margen de tiempo de unas horas entre atravesar la atmósfera y llegar al espacio aéreo de una ciudad.

Sin embargo, esta vez lo que los llamó a la tierra fue la magia de invocación de los dragones.

Solamente un minuto o dos transcurrieron entre la penetración de la atmósfera a las 6:22 y la llegada al espacio aéreo de la Bahía de Jamaica en Nueva York. Era una marca que se burlaba del sentido común y las leyes de la física.

La mayoría de los especialistas en el campo de los dragones se desesperarían ante tal situación, esperando la completa destrucción de Nueva York.

Sin embargo, los Raptores simplemente dieron vueltas en al aire sobre la Bahía de Jamaica sin atacar la superficie, volando de un lado a otro por el cielo.

A las 7:45 am, Hal llegó también a una playa en la Bahía de Jamaica.

Naturalmente, él estaba acompañado por Asya, Orihime y Hazumi. Aceptando la solicitud de la sede SAURU de Nueva York, ellos llegaron a la escena para apoyar en el manejo de la situación.

En el cielo, un aterrador número de Raptores estaban volando en grupos.

Sin embargo, no había élites entre ellos.

―¿Dónde demonios está el élite que los invocó…?

―Hablando de élites en Nueva York, definitivamente hay un Rey Dragón viviendo aquí…

―…

Asya evidentemente estaba pensando en el peor caso. Hal suspiró al mismo tiempo. La posibilidad de un élite «causando problemas» cerca del territorio de un Rey Dragón era extremadamente improbable.

―P-Pero menos mal. Afortunadamente vinieron a un lugar inhabitado ―comentó Hazumi, revisando el escenario circundante en la Bahía de Jamaica.

Ubicada al sur de Nueva York, la Bahía de Jamaica estaba conectada al Océano Atlántico.

Sin embargo, la mayoría de la bahía consistía en humedales. Al mismo tiempo, era una reserva natural protegida. Las vastas zonas húmedas de la bahía estaban llenas de árboles florecientes, con estanques de agua dulce y numerosos pantanos.

El área de esta zona protegida en realidad era de nueve mil acres, aproximadamente trescientos kilómetros cuadrados.

El área era varias veces mayor al de la Concesión de Viejo Tokio.

―¿También es posible que el invocador de los Raptores escogiera deliberadamente esta ubicación?

―¿Para evitar lastimar a los residentes de Nueva York? En ese caso, hay una alta posibilidad de que sea Sr. Hannibal, quien ha anunciado su candidatura en la elección de gobernador…

Escuchando el murmullo de Hal, Orihime se sorprendió.

Las tres brujas de Japón ya habían materializado a sus compañeras. Las tres «serpientes» estaban esperando en la playa de la Bahía de Jamaica.

El más fuerte As de Destrucción de Europa: Rushalka Azul, el wyvern.

El zorro-lobo blanco de nueve colas: Akuro-Ou.

El dragón serpentino de color poco convencional y carente de un cuerno homólogo: Minadzuki.

Rushalka estaba de pie con sus patas traseras como un ave, mientras que Akuro-Ou estaba acostada como un perro entrenado. Por otra parte, Minadzuki había enrollado su delgado cuerpo.

Sin embargo, Hal y su equipo no eran los únicos especialistas en dragones en esta playa.

A varios kilómetros de su ubicación, otro equipo también estaba en espera. Ellas eran las cuatro brujas de WotC y sus compañeras.

Todos sus leviatanes eran felinos de decenas de metros de longitud.

El lince «Tom Cat» con su deslumbrante pelaje plateado. El feroz tigre blanco «Tiger Cat». La pantera negra «Wild Cat», cuyo cuerpo entero estaba envuelto en relámpagos y centellas. Después estaba el felino que parecía un oso corpulento, de pie y caminando erguido con sus patas traseras, «Bear Cat».

Estos cuatro leviatanes representaban el potencial de combate de WotC.

Fuerzas terrestres también fueron desplegadas por la línea costera de la Bahía de Jamaica.

Antes de la llegada del equipo de Hal, el ejército ya había transportado a la escena toda clase de armas imaginables, incluyendo tanques M1, múltiples sistemas lanzacohetes, etc.

Sin embargo, la facción humana aún no había iniciado ningún ataque.

―Eso es para evitar bajas y gasto militar innecesario. No tiene sentido tomar riesgos desconocidos.

Al lado de Hal, Asya le explicó a Orihime y a Hazumi.

―Rushalka y yo podemos eliminar el 90% en cinco minutos si sólo es esta cantidad de Raptores. Akuro-Ou y Minadzuki probablemente podrían acabar con el resto. Los que sobrevivan se les podría dejar escapar. Por supuesto, sería un asunto diferente si pretenden atacar asentamientos…

Mirando fijamente a los Raptores invasores, Asya hizo una declaración audaz.

Más de un mes había pasado desde la resurrección de su compañera y la adquisición del Modo Reina. Actualmente, Asya había comprendido y dominado plenamente los poderes de Rushalka que se había vuelto mucho más fuerte de lo que era.

Por lo tanto, Asya tenía el derecho de jactarse. El fracaso era imposible.

―¿Cómo actuará la mente maestra enemiga…? Eso es lo crucial. Observemos hasta que haya movimiento. Por favor, cúbranme dependiendo de la situación.

El ejército y WotC estaban reunidos en el campo de batalla. Sus órdenes ya habían sido dadas por SAURU: ellos iban a centrarse en su papel como apoyo y tenían prohibido participar en combate imprudentemente para evitar obstaculizar la plena movilidad de Rushalka.

En otras palabras, Asya y Rushalka eran las estrellas principales de la facción humana.

En cuanto al papel principal en la facción de los dragones, él finalmente hizo su aparición gradual por el sur.

Al sur de la Bahía de Jamaica estaba el Océano Atlántico. Saliendo del otro lado del horizonte, Hannibal Rojo estaba dirigiendo a su Ejército de Fuego, volando hacia ellos.

Detrás del Rey Dragón había aproximadamente trescientas «llamas con forma de lagarto».

Las salamandras tenían una longitud de siete metros, parecidas a los Raptores en tamaño.

―¡¿Ese es el Ejército de Fuego de Hannibal?! ―gritó Hal mientras invocaba la pistola mágica en su mano derecha.

Durante los últimos veinte años, Hannibal Rojo casi nunca había aparecido en campos de batalla entre los dragones y la humanidad; las ocasiones se podían contar con una mano. Sin embargo, cuando lo consideraba necesario, él aparecía con el Ejército de Fuego bajo su mando.

Sus sirvientes no eran dragones, leviatanes o subespecies de dragón. En su lugar, eran espíritus de fuego.

Hannibal y su gran ejército se acercaron a alta velocidad hacia la playa donde se encontraba Hal.

¿Planeaba converger con los Raptores para después lanzar una ofensiva total? Cualquiera consideraría esta posibilidad, pero en ese momento Hannibal emitió un rugido estruendoso.

―¡Gracias por su paciencia, humanos! ¡Me ahorraron muchos problemas al reunirse aquí antes de que fueran llamados! ¡Mi campaña electoral está a punto de comenzar en este momento!

―¿Electoral…? ¿Realmente está aferrándose a ese cuento de la candidatura? ―murmuró Hal tranquilamente.

La voz de Hannibal estaba infundida con poder mágico.

Al igual que la última vez, esto era para permitir que todos los ciudadanos escuchen su discurso. En comparación con Albany, Nueva York cubría un área mucho mayor, pero el poder mágico de Hannibal probablemente era suficiente para permitir que el decreto de un Rey Dragón llegue a cada esquina.

Los mil Raptores que estaban dando vueltas en el aire empezaron a actuar de nuevo.

El grupo de dragones había estado volando de un lado a otro sin causar problemas hasta ahora, pero en un instante estalló su instinto de ataque. Los mil Raptores volaron hacia su objetivo.

Así es, las feroces bestias lanzaron un ataque. ¡Su objetivo era el ejército de Hannibal!

―Convoqué del cielo a estos lagartos alados. Buscando convertirme en el gobernante de todos ustedes, mostraré mi nivel de poder al usarlos como mis oponentes. ¡Deseo demostrar el poder de un rey mediante acciones, sin gastar más aliento en palabras!

―¡¿Tan pronto está yendo completamente en contra de los principios de la democracia?!

La declaración del Rey Dragón realmente era digna de burla.

Sin embargo, la batalla ya había comenzado cuando Hal habló… No. En lugar de una batalla, en realidad no era diferente de una masacre. Una matanza unilateral.

En el frente, Hannibal irrumpió en las líneas enemigas, dirigiendo a su ejército de salamandras.

Enfrentando a este llamativo comandante enemigo, los Raptores rugieron con fuerza y lo rodearon.

¡Gahhhhhhhhhhhh!

¡Gahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!

¡Gahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!

Seguramente debido a los efectos de la magia de control mental, el instinto de ataque de los Raptores fue amplificado enormemente. De lo contrario, era imposible que pudieran participar en tal insubordinación contra un Rey Dragón que se encontraba en el pináculo de su raza.

Sin embargo, los pobres Raptors eran incapaces de tocar un solo cabello de Hannibal a pesar del mejor esfuerzo de sus afiladas garras y dientes.

Las trescientas salamandras ―el Ejército de Fuego― desplegaron una línea defensiva alrededor del Rey Dragón en los 360 grados, formando un escudo con sus cuerpos.

En cuanto tocaron a las salamandras, los Raptores se incendiaron inmediatamente.

En un instante, las llamas se extendieron por todos los Raptores tocados por las salamandras y fueron envueltos por una intensa llamarada, incinerándolos por completo y haciéndolos estrellarse en el suelo.

Cualquier cosa tocada por las salamandras se convertía en cenizas al instante. Este era el poder mágico del Ejército de Fuego.

Algunos de los Raptores estaban exhalando llamas de color blanquiazul de alta temperatura.

Sin embargo, las salamandras estaban envueltas en llamas aún más calientes. El aliento abrasador de los Raptores era completamente incapaz de infligir daño.

Al final, los mil Raptores literalmente fueron convertidos en bolas de fuego, estrellándose lentamente en la Bahía de Jamaica. La masacre unilateral terminó.

Viendo esta trágica escena, Orihime dijo suavemente:

―E-Es igual que la Batalla de Nagashino. El ataque de tres etapas de Nobunaga logró una devastadora victoria contra las fuerzas de caballería de Takeda…

―También es bastante similar a la Primera Guerra Mundial. Fortificados en trincheras, los ejércitos defensores usaron ametralladoras para matar a la infantería que se acercaba, cientos, miles a la vez.

―Esta clase de resultado no es inusual, en tanto el lado defensor tenga un nivel mínimo de potencia de fuego.

Asya y Hal empezaron a charlar sobre cosas intrascendentes.

Aunque el trío estaba tratando conscientemente de aligerar la atmósfera, el tono de sus voces era bastante sombrío. Si Hannibal tuviera la intención, podría dirigir esta inmensa potencia de fuego hacia los humanos cuando quisiera.

Mientras tanto, Hazumi bajó la mirada.

―Oh no… ¡Los incendios necesitan ser apagados rápidamente!

Convertidos en bolas de fuego, la mayoría de los Raptores fueron consumidos durante su caída sin dejar huesos.

Sin embargo, algunos lograron estrellarse en el suelo antes de haberse incinerado por completo.

Es verdad que el campo de batalla era el espacio aéreo de la Bahía de Jamaica, pero la bahía incluía más de nueve mil acres de humedales.

Compuesto principalmente de pantanos, bosques y praderas, era un paraíso perfecto para las aves y las bestias.

Si los Raptores en llamas cayeran en los humedales, toda la vegetación ardería por el fuego.

Viendo los humedales encenderse, las aves salvajes volaron sucesivamente para escapar. Presenciando esta escena, Hazumi no pudo evitar gritar:

―¡Por favor, Minadzuki! ¡Date prisa y detén esas llamas!

Una orden abstracta carente de detalles.

Las «serpientes» no podían ser controladas hábilmente sin una clara imagen mental y una firme fuerza de voluntad. Esto era sentido común en el mundo de las brujas.

No obstante, el deseo de Hazumi era puro y sincero. Por lo tanto, Minadzuki le respondió con éxito.

Rahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh…

Enrollada en el suelo hasta ahora, Minadzuki cantó con una maravillosa voz y arqueó su cuello.

Ella invocó inmediatamente la pseudo-divinidad del viento. La leviatán serpentina liberó el poder mágico de todo su cuerpo y voló rápidamente hacia los grandes humedales de la Bahía de Jamaica.

Todas las llamas circundantes fueron extinguidas en un instante.

Aún había decenas de Raptores en llamas cayendo al suelo, pero las llamas desaparecieron sin dejar rastro en el instante en que hicieron contacto.

Usando pseudo-divinidad, Minadzuki había logrado crear una barrera para sellar las llamas.

―Así que eliminó las partículas de oxígeno del aire…

Hal asintió. El viento, en última instancia, consistía en corrientes de aire. Minadzuki había removido del aire las partículas de oxígeno requeridas para la combustión, sellando así las llamas.

―Responder a la plegaria de una joven doncella; qué increíble inteligencia.

―Ya que Hazumi-san y Minadzuki se han encargado de proteger el ambiente, parece que no hay nada que hacer para nosotros… Bueno, veamos qué planea hacer después.

Asya miró a Hannibal en el aire.

El Rey Dragón estaba protegido por el ejército de salamandras. A diferencia de Hal, quien había invocado su varita mágica, Hannibal no portaba un arma matadragones. Para él, la escena previa no era nada más que una declaración hecha como si uno estuviera tarareando una melodía casualmente.

En este momento, sólo quedaban alrededor de cien Raptores.

Con el 90% inmolados, el estado mental de los sobrevivientes parecía finalmente regresar a la normalidad.

Uno tras otro, los Raptores empezaron a huir ante el ejército de Hannibal. Volaron a toda velocidad en direcciones separadas, tratando de escapar de la presencia del Rey Dragón lo más rápido posible.

Con el fin de cazarlos, las trescientas salamandras finalmente se separaron de Hannibal.

Los espíritus de fuego estaban volando aleatoriamente, llevando la cacería de Raptores a su fin. En ese momento, Orihime habló con sorpresa:

―Miren… ¿No están actuando un poco extraño?

El pálido dedo de Orihime apuntaba a los leviatanes en el suelo.

En lugar de las compañeras de las amigas de Hal, eran los cuatro leviatanes felinos de WotC.

Tom Cat, Tiger Cat, Wild Cat y Bear Cat.

Los cuatro leviatanes estaban exudando una sed de sangre anormal, arqueaban la espalda como gatos, mostraban los colmillos y amenazaban vehementemente a las salamandras. Feroces gruñidos estaban saliendo de sus bocas.

Para calmarlas, sus compañeras, las cuatro brujas, estaban llamándolas desesperadamente desde un costado.

Ligeramente sorprendida, Asya usó magia de Inspección de Poder Mágico.

―El Anti-Fuego de Minadzuki no es la única magia emitida en el área. También está el hechizo de Estampida que Hannibal usó en los Raptores. ¡Esa es la magia que está afectándolas ahora mismo!

―¡¿P-Pero por qué Akuro-Ou y las demás están claramente bien?!

―Probablemente están protegidas por la runa de Haruomi. ¡Sin embargo, esas «serpientes» no tienen la misma protección…! ―respondió Asya a la duda de Orihime.

Al final, los leviatanes felinos ignoraron las órdenes de restricción de las cuatro brujas y volaron juntas hacia el cielo para lanzar una ofensiva contra las salamandras.

El equipo de brujas WotC no eran de clase maestra ni estaban protegidas por el poder matadragones.

Sus compañeras no podrían ser rivales para los sirvientes de Hannibal. A este paso, seguramente iban a ser asesinadas trágicamente.

―¡Retírense!

Hal extrajo poder mágico de su corazón y emitió inmediatamente Disipación de Magia.

Imbuyendo este hechizo en las balas de su pistola mágica, él disparó cuatro veces en sucesión con gran velocidad. Las balas de luz carmesí se direccionaron automáticamente, alcanzando a las gatas de WotC.

Las cuatro balas golpearon con precisión a los cuatro felinos.

Dicho eso, él sólo apuntó a sus patas traseras. Para evitar causar heridas graves, Hal deliberadamente había elegido blancos alejados de los corazones, es decir, los corazones de metal.

El dolor y el impacto hicieron que la velocidad de vuelo de las gatas disminuyera repentinamente.

―¡Les dejo el resto!

―No hay problema. ¡Rushalka, acércate a ellas y aléjalas de cielo!

―Cuento contigo también, Akuro-Ou. No las dejes ir ahí.

Respondiendo a la petición de Hal, Asya y Orihime dieron instrucciones.

¡Kyuahhhhhhhhhhhhhhhhhhh!

¡Kuohhhhhhhhhhhhhhhhhh!

Esperando en el suelo hasta ahora, Rushalka y Akuro-Ou aullaron con fuerza y ascendieron inmediatamente. Ellas alcanzaron fácilmente a las gatas de WotC que habían desacelerado.

Entonces, dando vueltas en el aire repetidamente, ellas guiaron a las gatas heridas de vuelta al suelo.

Los cuatro leviatanes felinos siguieron obedientemente a Rushalka y a Akuro-Ou. Habían recuperado su sanidad.

Las balas imbuidas con Disipación de Magia las habían liberado con éxito de la maldición de Estampida.

Mientras tanto, con el disturbio entre las brujas sofocado, la batalla aérea ―o tal vez más acertado, una batalla simulada― ya había terminado. Las salamandras habían aniquilado a todos los Raptores restantes.

―Ahora bien. Dirigentes… ―El soberano de este cielo, Hannibal, anunció sonoramente―. Eso es todo. Espero que esto haya cumplido su papel como mi primer discurso. Aunque he demostrado simplemente la punta del iceberg en cuanto a mi poder, creo que todos ustedes ahora son capaces de entender mi capacidad como un poderoso líder. Después prepararé un lugar para ver y hablar con el gobernador actual. ¡Creo que hay muchos detalles que discutir respecto a mi participación en la elección!

Habiendo dicho eso, Hannibal se retiró inmediatamente.

Dirigiendo su Ejército de Fuego, el Rey Dragón rojo voló hacia el norte.

En esa dirección estaba la Concesión de Viejo Manhattan. No sólo era su residencia, sino también el área donde Hal y Asya iban a infiltrarse después.

 

Parte 4

De esta manera, la farsa de Hannibal en la Bahía de Jamaica llegó a su fin.

Después de que se había ido el Rey Dragón ―quien sirvió como guionista, director y protagonista― además de las salamandras actuando como extras, Hal inexplicablemente fue rodeado por un grupo de chicas y recibido con hospitalidad.

Cuando estaban deambulando para verificar la situación circundante después de la batalla…

Él fue capturado repentinamente por WotC y arrastrado a su centro de mando temporal. Un toldo, comúnmente vistos durante eventos al aire libre en Japón, fue instalado en la playa de la Bahía de Jamaica. Incluso tenían mesas largas de tatami plegable y otros muebles simples.

Vestidas con el uniforme de la Guardia Aérea Nacional, cuatro chicas estaban reunidas alrededor de Hal en este momento.

―¡Muchas gracias por lo de hace poco! Es gracias a ti que nos salvamos ―dijo Christine Hulk con una sonrisa deslumbrante.

Ella abrió una lata de soda con un *pop* y se la entregó a Hal.

Su tono de voz era como el de un chico, pero ella era rubia con una figura sobresaliente. En especial, tenía un pecho magnífico, altamente llamativo por cómo llenaba y estiraba su uniforme de la Guardia Aérea Nacional.

Christine era la líder del equipo WotC.

―Cuando las serpientes se salieron de control, yo ya estaba preparándome para lo peor. Pero tú apareciste galantemente y nos rescataste. Sí, todo es gracias a ti.

―En absoluto. No fue nada increíble.

―¿Esta actitud es lo que llaman la modestia japonesa? ¡Como se esperaba del hombre de la leyenda, definitivamente eres diferente al resto!

―Eres muy amable. Dejando eso de lado, Señorita Christine, ¿no estás demasiado cerca?

―Oh. Lo siento. Eso es porque siempre estamos así entre compañeras de equipo.

Hal estaba sentado en una silla Pipe. Christine rápidamente colocó una silla a su lado y se sentó también.

Sin embargo, casi no había separación entre ella y Hal. La bruja rubia de la Costa Este estaba recargándose herméticamente en el chico japonés. Gracias a eso, la fragancia del perfume de Christine se grabó firmemente en la memoria de Hal.

Debido a su naturaleza de pervertido discreto, Hal era consciente de su propia mirada lasciva e involuntaria.

Dicho eso, él también tenía el orgullo de un caballero. Hal tosió de forma deliberada y tensó su cara de nuevo solemnemente.

―¿Te parece desagradable? Lo siento por eso.

―No me disgusta en absoluto. Mo muntai[1].

―Ahaha. ¿Por qué de pronto estás hablando chino? Oh. Y sólo Christine, por favor. ¿Puedo llamarte Hal?

―Por supuesto.

Mientras Hal estaba asintiendo, una chica que parecía estudiante de primaria se acercó.

Ella era la más joven en el equipo, Marie Thesz: doce años de edad, carente de expresión facial y con cabello castaño. La joven dijo «toma» y le presentó una caja de pizza a Hal.

―Aquí tienes. Gracias por lo de hace poco.

―De nada…

Marie parecía ser lo que era conocido como el arquetipo silencioso. Por otra parte, la pizza era una margarita con todo cubierto de queso mozzarella. Hablado de eso, Hal se había precipitado a la escena sin tiempo para desayunar.

―Un descuento por la aparición de Hannibal… Pronto se convertirá en una de especialidad de Nueva York.

Tomando una rebanada de pizza, Hal comenzó a comer, disfrutando de la hospitalidad.

―¿Así que las entregas de pizza se extienden a los campos de batalla hoy en día?

―Se acostumbran con el tiempo… Supongo que la razón probablemente es algo como eso ―Quien le respondió fue el tercer miembro de WotC, Maneesha Kaul.

Con dieciséis años de edad, ella era una chica hindú de tez olivácea, vestida con un uniforme militar y con la cabeza y los hombros ocultos bajo un chal rosado. Su hermoso cabello largo, lustroso y negro, llegaba hasta su cintura.

Maneesha sonrió elegantemente. Su compostura y manera de hablar eran muy solemnes.

―El servicio de entrega de pizza que usamos en esta ocasión ofrece 50% de descuento si las ordenas en menos de treinta minutos tras la aparición de Hannibal.

Hal especuló que Maneesha seguramente era una distinguida señorita de la clase alta.

Un *thud* sonó repentinamente. Hal vio una lata de cerveza colocada con fuerza sobre la mesa delante de él.

Con 185 cm de estatura, una escultural bruja Afroamericana con la figura de una modelo: Kate Patterson.

Ella fue quien había puesto la cerveza. Abriendo otra lata de cerveza con la mano izquierda, ella reclinó la cabeza para un vigoroso trago.

―Aquí está tu recompensa. Bebe un poco.

―Es una lástima, pero aún soy menor.

Asintiendo con un «¿en serio?» a la respuesta firme de Hal, Kate continuó bebiendo su cerveza enérgicamente. Pareciendo tener unos veinte años y usando un par de gafas de sol espejadas, ella indudablemente era el arquetipo de la serenidad. La genialidad personificada.

―¿Cuánto ganas? Salario anual.

―¿Huh?

Hal estaba sorprendido por la pregunta repentina de Kate.

Christine, Marie y Maneesha también miraron en su dirección con interés.

―Eres un hombre capaz tal como escuchamos. Y hoy lo confirmamos nosotras mismas.

―Después de saber esto, nos gustaría mucho tener a alguien talentoso como tú, por lo que estoy preguntando para ver cuánta remuneración se requiere para firmar un contrato exclusivo contigo.

Kate y Christine dijeron de forma alterna.

―Aunque nuestro poder mágico es menor que el de las magas maestras, nos llevamos bastante bien juntas. Nuestra compatibilidad y trabajo en equipo son excelentes a pesar de nuestras peculiaridades. Básicamente, mi equipo no recluta brujas que tienen problemas de personalidad o carecen adaptabilidad.

―Eso es verdad.

Hace dos años en Copenhague, Hal había compartido una mesa con cinco brujas de clase maestra, incluyendo a Asya.

En ese entonces, él estaba actuando como escolta para brujas de nacionalidades, edades, personalidades, intereses y creencias religiosas ampliamente distintas. Le asignaron la tarea de sacarlas a cenar.

Cada vez que Hal encontraba un posible restaurante en internet y preguntaba «¿qué tal éste?», alguien aparte de Asya inevitablemente expresaba su descontento y decía «¡¿vas a hacerme comer esa clase de comida?!». Estas brujas claramente no eran niñas de preescolar, pero ninguna de ellas estaba dispuesta a ser transigente.

Recordando las dificultades de esa ocasión, Hal en cambio consideraba a las chicas de WotC tan encantadoras como ángeles.

Dicho eso, Hal también tenía sus propias consideraciones. Le dijo a la líder, Christine:

―En este momento no tengo intención de unirme a algún grupo exclusivamente, así que debo declinar tu amable propuesta.

―Entendido. Creo que habrá muchas más oportunidades para trabajar juntos en el futuro, así que esperaré eso. ¿Puedes darme tu número de teléfono?

―Claro.

―¿Puedo llamarte para charlar de vez en cuando e invitarte a citas fuera del trabajo?

―Por supuesto… ¿Qué acabas de decir?

―Citas personales. Salir, sólo nosotros dos.

―¡¿Por qué?!

―Porque has despertado mi curiosidad. Estaría encantada de que no declines cuando te invite a salir. Bueno, te veo en unos días, Hal. ¡Creo que nos reuniremos para una discusión sobre Hannibal!

Después de ser sorprendido por la sonriente Christine, Hal salió del toldo.

Pero se sorprendió de nuevo: Asya se acercaba caminando.

―Perfecto. Estaba buscándote, Haruomi. Viniste aquí, como se esperaba.

―¿Como se esperaba? ¿WotC te dijo?

―No, sólo fue intuición.

―…

Encontrarlo sólo por intuición… Eso está por encima del sentido común. Sin embargo, Asya era una bruja. Además de eso, contaba con su sexto sentido e intuición bestial.

Llegando a la conclusión de que no había nada extraño, Hal escuchó la fría voz de su amiga de la infancia.

―Tu cara lasciva está mostrándose, Haruomi.

―¡¿Huh?!

―Debes haber pasado un buen rato con esas chicas… ¿Me equivoco?

―N-No seas ridícula. Démonos prisa. Aún hay tiempo hoy, así que escabullámonos en Viejo Manhattan como se planeó.

Todavía no eran las 10 am, así que no había necesidad de cambiar sus planes para la tarde.

Después de ser cuestionado por Asya, Hal inclinó la cabeza discretamente. Tras reducir su consumo de comida, algo parecía haber cambiado con su amiga de la infancia: este pensamiento surgió en su mente.

 

La Concesión de Viejo Manhattan.

Situado en la desembocadura del Río Hudson, este vasto banco de arena era la Isla de Manhattan.

Este solía ser el centro de Nueva York, una metrópoli urbana llena de enormes rascacielos. Una tierra cuya cada pulgada estaba cubierta de edificios. Los edificios de gran altura, poniendo en vergüenza incluso a la Torre de Babel, eran demasiados para contarlos.

Sin embargo, los rascacielos en esta isla estaban desprovistos de residentes humanos. Se había convertido en una ciudad de ruinas abandonadas.

―Bueno, es hogar de monstruos, por otra parte.

―Prepárate para activar la vista mágica en cualquier momento, Haruomi.

Después del evento inesperado, ellos finalmente llegaron a su verdadero destino.

Hal y Asya estaban conduciendo un gran vehículo militar todoterreno.

La Concesión de Viejo Manhattan estaba ubicada en una isla fluvial en la desembocadura del Río Hudson. Ya sea por mar o por aire, traspasarla estaba explícitamente prohibido de acuerdo a los términos del tratado original que establecía esta isla como territorio concesión.

En el lado norte de Manhattan ―a partir del Bronx― todas las calles habían sido firmemente bloqueadas.

Todos los puentes que llegaban hasta aquí habían sido demolidos o desmantelados, con sólo una excepción: el Puente de Manhattan en el extremo sur de la Isla de Manhattan.

Solamente este puente permaneció abierto y sin restricción.

… En cuanto a por qué este puente había sido conservado, había una leyenda urbana circulando.

«Una puerta necesita estar abierta para permitir el diálogo con los humanos cuando sea necesario.»

Hannibal había expresado tal mensaje.

Independientemente de si en realidad era verdad o no, Hal y Asya se dirigieron al territorio concesión a través del Puente de Manhattan.

Asya era quien agarraba el volante mientras que Hal vigilaba desde el asiento del copiloto con su pistola mágica en mano. Esta fue la distribución de papeles para evitar que los habitantes locales los atacaran.

De hecho, ellos inmediatamente descubrieron algo en cuanto entraron al territorio concesión.

Un orbe de luz blanca estaba dando vueltas, deambulando en las calles.

Aproximadamente del tamaño de un balón, este tipo de ser sobrenatural era llamado el «elemental de fuego» por los especialistas.

Llegando al Barrio Chino cerca del Puente de Manhattan, Hal dijo:

―Asya, quiero hacer un disparo de prueba para ver el nivel de los efectos. Es necesario confirmar.

―Tienes razón. A pesar de ser una absurda arma mágica, aún entra en la categoría de arma de fuego.

Después de detener el auto, ambos bajaron. Hal y Asya activaron la vista mágica.

Ellos terminaron descubriendo problemas aparte de los elementales de fuego que vieron hace un momento.

Espíritus sin forma física estaban recorriendo el territorio concesión como peatones.

Vórtices grises, sombras negras amorfas, figuras humanoides con contornos ambiguos… La vista mágica de Hal y Asya les permitía discernir la apariencia de los espíritus.

―Fantasmas, espíritus vengativos, espíritus malignos, espíritus elementales, espíritus misceláneos… Probablemente sería una larga lista si uno tuviera que categorizar a todos los diversos espíritus reunidos en Viejo Manhattan. Parece que podrías contraer alguna clase de maldición desconocida aunque pasaras discretamente junto a ellos.

―Oh, bueno. Tú eres una bruja de clase maestra, Asya, mientras que yo tengo la protección imperecedera ―respondiendo a los murmullos de su amiga de la infancia, Hal se encogió de hombros―. La cuestión de los espíritus debería ser solucionable de alguna manera. Los elementales de fuego aún tienen prioridad, después de todo.

Hal apuntó el cañón de su pistola hacia el suelo y entonces sacó un silenciador para fijarlo de forma segura.

Después disparó dos veces. *Bang, bang*. Las balas de luz fueron expulsadas con sonidos más débiles de lo usual y desprendieron un pedazo del asfalto. Hal y Asya inmediatamente miraron a su alrededor.

El orbe de luz blanca ―el elemental de fuego― se multiplicó de uno a tres.

Se había dividido durante el instante del impacto de las balas mágicas.

―En comparación con hace un momento, la temperatura también ha aumentado dos grados.

Asya sacó un termómetro electrónico y le informó a Hal.

Esta Concesión de Viejo Manhattan era el territorio de Hannibal, donde el Ejército de Fuego se encontraba.

Naturalmente, los espíritus de la alineación de fuego residían dentro del territorio. Si llamas de alta temperatura fueran a aparecer, los espíritus de fuego cercanos se activarían.

No habría nada de qué preocuparse si lo único que hicieran estos orbes parecidos a luciérnagas fuera multiplicarse, pero…

Hal y Asya regresaron al auto y continuaron conduciendo.

―Como sospechaba, incluso mi pistola mágica estimulará a los elementales de fuego.

Era imprescindible evitar usar herramientas y maquinaria que produjeran fuego o calor.

Hal compartió la primera pieza de información que había obtenido después de infiltrarse a la Concesión de Viejo Manhattan.

En ese caso, en realidad deberían evitar usar autos que dependieran de motores de gasolina. Sin embargo, incluso el calor de los motores eléctricos o el calor corporal humano eran suficientes para activar a los elementales de fuego.

Usar medios de locomoción de baja velocidad y temperatura incrementaría la duración de su estancia.

Por el contrario, usar transporte de gran velocidad y calor disminuiría la duración de su estancia.

Con los riesgos siendo similares, Hal y Asya decidieron el segundo. Su objetivo era Upper East Side, una zona residencial que contenía su destino final: la antigua sede SAURU de Nueva York.

Después de dejarle por completo el trabajo de conducir a Asya, Hal se hundió en el asiento del copiloto.

Manhattan era un área alargada que se extendía de norte a sur.

Su área era aproximadamente la suma de los distritos de Viejo Tokio: Chiyoda, Shinjuku, Chūō y Minato. Upper East Side estaba situado a la mitad de Manhattan, mientras que el puente que cruzaron Hal y Asya estaba en el extremo sur.

―Necesitaremos hacer un enorme desvío desde aquí hasta nuestro destino.

―Porque muchos caminos ya no son utilizables. Después de todo, es una ciudad caótica en la que es fácil desorientarse. Por favor, entiéndelo.

Poco antes de convertirse en un territorio concesión, Manhattan había sufrido un ataque a gran escala por los dragones.

Como resultado, habían edificios colapsados y escombros dispersos por todas las calles.

Debido a que muchas calles estaban bloqueadas y a los numerosos obstáculos, era difícil aumentar la velocidad de conducción. Al final tuvieron que seguir tomando desvíos.

Además, Asya ya estaba usando la ruta más corta determinada por las más recientes imágenes satelitales.

Aun cuando estaban conduciendo desde el Barrio Chino en el sur de Manhattan hacia la mitad del área, ellos tuvieron que hacer un gran desvío hacia la parte oeste de la ciudad. Si se les dijera sobre esta ruta a los ciudadanos de Nueva York del siglo anterior, probablemente terminarían completamente confundidos. En este momento casi no había calles utilizables en el sur de Manhattan.

Su velocidad variaba desde treinta a cincuenta kilómetros por hora, cambiando continuamente dependiendo de las condiciones del camino.

De esta manera, el par estaba conduciendo en la parte oeste de Viejo Manhattan…

Para cuando se dieron cuenta, ya había más de cien elementales de fuego siguiendo el calor que emanaba del vehículo militar.

―Ya casi es hora de escapar, ¿cierto?

―Este es el límite…

Un instante después de su conversación, los elementales reunidos comenzaron a fusionarse.

Los más de cien orbes de luz que estaban presentes hasta ahora se fusionaron para tomar la forma de un «lagarto» y comenzaron a arder. La luz resplandeciente se concentró para convertirse en llamas abrasadoras.

El nacimiento de una salamandra.

Los espíritus que viven en Viejo Manhattan eran los soldados del Ejército de Fuego. ¡Tratando de devorar las fuentes de calor cercanas para alimentarse, la salamandra voló hacia el auto que Hal y Asya estaban conduciendo!

Hal levantó la pistola mágica en su mano derecha, la sacó por la ventana y disparó.

¡Bang!

Golpeada en la frente, la salamandra fue destruida en un instante.

Sin embargo, debido a este disparo ―además del calor generado por la salamandra― aproximadamente doscientos elementales de fuego fueron creados como resultado. Se fusionaron al instante, dando origen a dos nuevas salamandras.

―El juego del topo comienza… ―Asya pisó el acelerador mientras murmuraba.

A menos de que fuera absolutamente necesario, ella no quería llamar a Rushalka. Invocar a una «serpiente» en Viejo Manhattan haría que las salamandras se reunirían en un esfuerzo por eliminarla.

La razón al dejar a Orihime y a Hazumi era la preocupación por su habilidad de manejar las cosas sin usar leviatanes.

Parecía que Hal y Asya iban a enfrentar momentos difíciles.

 

Parte 5

Después de eso, Hal y Asya fueron atacados por salamandras en seis ocasiones distintas durante media hora.

A pesar de su apariencia de lagarto, las salamandras eran diferentes de los Raptores y no eran bestias con forma física. Flotando en el aire, eran llamas que imitaban la apariencia de criaturas vivientes.

Aparte de eso, sus patas no tocaban el suelo aun cuando se movían a baja altitud; en su lugar atacaban mientras mantenían su estado de flotación.

Las salamandras que los atacaban podían ser derrotadas usando la pistola mágica. Sin embargo, cada vez que Hal lo hacía, los elementales de fuego se multiplicaban y continuaban persiguiendo a Hal y Asya implacablemente.

A pesar de eso, los dos lograron llegar al lado sur de Central Park.

Este era un parque metropolitano situado en el corazón de Viejo Manhattan. Si uno fuera a ver las instalaciones desde el aire, descubriría que todo el parque tenía forma de un rectángulo perfecto. Cuatro mil metros de largo y ochocientos metros de ancho; era bastante espacioso.

En el pasado, este solía ser un hermoso parque público cubierto de vegetación abundante.

Hoy en día estaba lleno de hierba y árboles, dando una atmósfera escalofriante.

―Cambiemos por aquí.

―Qué desperdicio, aun cuando esperábamos que llegaría a esto.

Sintiendo que era el momento correcto, Hal hizo su sugerencia. Asya asintió con un tono de voz relajado.

Los dos bajaron del auto y tomaron el mínimo equipo necesario, pretendiendo abandonar el vehículo aquí. Después de eso, aunque Asya lo había llamado «un desperdicio» hace un momento, ella fue la primera en sacar un barril de plástico y vertió el líquido preparado de antemano, sobre el vehículo militar.

El penetrante hedor de la gasolina podía olerse.

Después de mantener una distancia segura, Asya usó magia de Ignición.

Ella arrojó una fuente de fuego mágico al auto cubierto de gasolina, encendiéndolo fácilmente con una explosión.

Sacrificando el vehículo militar todoterreno, las llamas estallaron al instante y comenzaron una intensa llamarada. Debido a una nueva fuente de calor más caliente, los elementales de fuego empezaron a aproximarse a las llamas.

Los orbes de luz blanca definitivamente sumaban más de mil.

Al principio parecía fuego de San Telmo, y posteriormente alcanzó una cantidad ridícula como fuego fatuo. Seis salamandras nacieron del gran número de espíritus.

―¡Ahora veamos cuánto puede durar esta hoguera!

―Conseguir veinte minutos o más sería suficiente. ¡Hazlo rápido, Haruomi!

Hal y Asya subieron a sus respectivas motocicletas.

Estas eran pequeñas motocicletas con cilindrada de 50cc. El vehículo entero sólo tenía 140 cm de longitud, más bajo que la cintura de Hal, y pesaba menos de 70 kg. Además, también podían plegarse.

Con tal tamaño podían ser transportadas en auto.

Por lo tanto, estas dos motocicletas habían sido guardadas en el asiento trasero del gran vehículo militar.

Hal y Asya encendieron inmediatamente sus motocicletas y aceleraron.

Del lado sur de Central Park hacia Upper East Side era un viaje que requería de aproximadamente media hora.

Antes de convertirse en un territorio concesión, esta área era parte de una tranquila zona residencial, pero casi no había casas independientes. La mayoría de las residencias consistían en condominios y apartamentos.

El objetivo de Hal y Asya era un viejo edificio hecho de ladrillo.

Era un lugar que había servido como la sede SAURU de Nueva York hasta hace veinte años.

Sin embargo, Asya frunció el ceño cuando llegaron a su destino. Ella probablemente había notado la atmósfera inusual que exudaba del antiguo edificio de la sede de Nueva York.

Hal se dio cuenta también. Activando la vista mágica, él intentó examinar el edificio en general.

Poderosas energías espirituales estaban saliendo de todo el edificio.

No… Sería mejor llamarlo miasma. Con sólo estar cerca del edificio, había una ligera sensación nauseabunda. Se sentía como si llantos y gritos estuvieran viniendo del subsuelo. A pesar de ser un día soleado de agosto, se sentía escalofriante.

Hal desplegó la protección imperecedera alrededor de ambos.

El resplandor perlado formó una esfera de tamaño adecuado para rodear a los dos. Las náuseas, el sonido desagradable en sus oídos y el escalofrío horrible disminuyeron instantáneamente.

―La misma calle es un punto de reunión para malos espíritus.

Hal se encogió de hombros.

―Ya que las instalaciones que tienen relación con la magia atraen fácilmente a esa clase de cosas, una sede SAURU naturalmente se convertiría en un gran lugar paranormal.

―Aunque existe la opción de entrar y buscar como en un juego de misterio, preferiría acabar rápido ―murmuró Asya mientras revisaba el área.

Hasta hace poco no había señales de elementales de fuego visibles en esta área. Pero, para cuando se dieron cuenta, un gran número de orbes de luz blanca habían aparecido como luciérnagas reuniéndose a la orilla del agua.

Además, una salamandra había aparecido en la esquina de la calle opuesta en busca de su presa.

―… Es hora de terminar con esto, ¿cierto?

―… No todos los días obtengo una nueva arma, después de todo. Veinte segundos deberían ser suficientes para encargarse.

Mientras los dos estaban conversando con murmullos, la salamandra en la esquina también estaba aproximándose.

Posteriormente apareció otra por detrás. Al mismo tiempo, tres salamandras recién nacidas llegaron a la escena desde arriba, volando a baja altitud, aparentemente listas para atacar a los humanos en cualquier momento.

Sin embargo, actualmente la protección imperecedera estaba protegiéndolos.

Su defensa era perfecta. Hal asintió a su amiga de la infancia.

―¡Oh antiguo sello de la pureza! ¡Envía al fugaz dragón azul a mi lado! ―Asya recitó una canción de invocación con gran fuerza.

El dragón heráldico azul se materializó ante los dos, pero con la mitad del tamaño normal; aproximadamente en la misma escala que un Raptor o una salamandra. Asya debe haber hecho ajustes deliberadamente.

Para mantener su promesa de «veinte segundos», ella buscó velocidad y agilidad.

Hal dio órdenes al instante.

―Te confío el poder de la reina también. ¡Hazlo rápido!

El cuerpo de Rushalka se equipó con la armadura del Modo Reina, con brazos mecánicos que servían como extremidades delanteras.

Además, hubo un cambio en la pistola mágica que Hal tenía en la mano: bajo el cañón con el silenciador puesto, una bayoneta apareció. Al mismo tiempo, una ōdachi surgió en la mano derecha de Rushalka y a su vez en la izquierda una kodachi.

Las dos espadas, una grande y una pequeña, tenían hojas ligeramente curvadas, con forma similar a las espadas japonesas.

La Runa de las Katanas Gemelas también surgió al mismo tiempo en la palma derecha de Hal y en el dorso de la mano izquierda de Asya.

―¡Rushalka!

Los preparativos ya estaban completos, así que todo lo que faltaba hacer era atacar. Asya gritó:

―Usa la Runa de las Katanas Gemelas con pseudo-divinidad. ¡Purificación de Espíritus!

Las dos espadas empuñadas por Rushalka brillaron con un resplandor azul.

Bañadas con esta luz, las salamandras que se aglomeraban (las cuales ya eran quince) dejaron de moverse, quedando paralizadas. Esta era la luz sagrada de una maldición de contención.

La sola exposición al resplandor de las espadas duales dejaba inmóviles a los espíritus malévolos…

Al mismo tiempo que la maldición de contención se activaba, Rushalka hizo su movimiento.

Serpenteando, saltando, y volando entre las quince salamandras, ella realizó movimientos de alta velocidad en todas las direcciones. Obviamente no olvidó blandir sus dos espadas. Cada vez que pasaba junto a una salamandra, Rushalka blandía la ōdachi en su derecha y la kodachi en su izquierda, cortando en dos a su presa.

En casi diez segundos, una silueta similar a un dragón se volvió un relámpago azul en un feroz ataque.

El resultado final fue la aniquilación total de las quince salamandras. Obteniendo una victoria abrumadora mediante muertes instantáneas, Rushalka a continuación levantó la ōdachi hacia el edificio frente a ella y la blandió hacia abajo, cortando la pared de la antigua sede de Nueva York.

Un destello. Un segundo destello. Una marca en forma de cruz fue tallada en la pared.

En ese instante, el miasma del edificio donde los malos espíritus se reunían fue eliminado limpiamente.

El poder mágico del par de espadas sagradas purificó esta tierra.

―Rushalka, eso es suficiente. ¡Desmaterialízate! ―Asya procedió a dar órdenes.

Junto con las dos espadas, el dragón heráldico azul se desvaneció.

Lo que atraía a los espíritus malignos de Viejo Manhattan y a los elementales de fuego no sólo era el calor, sino también la energía espiritual de una leviatán. Para evitar riesgos innecesarios, era esencial terminar la pelea y la invocación en el menor tiempo posible. Este era un trabajo que sólo la bruja maestra, Asya, podía lograr.

Además, Asya siempre era capaz de permanecer en calma y compuesta después de una batalla, sin importar el sorprendente poder de combate que exhibía.

«Claramente tan confiada, pero siempre perfecta e intachable». Hal no expresó su impresión, simplemente la guardó para sí mismo.

Después revisó su reloj. De hecho, él había presionado el cronómetro en el instante en que la invocación comenzó. Él podía hacer esto tranquilamente debido a la confianza en su amiga de la infancia y en Rushalka.

Sin embargo, Hal inclinó la cabeza.

Veintitrés segundos. Los prometidos veinte segundos habían sido excedidos ligeramente.

Que Asya rompa una promesa en una batalla nunca antes había sucedido…

―En fin, supongo que está dentro del margen de error.

Hal se encogió de hombros y decidió no mencionar esto por ahora.

 

La búsqueda de la antigua sede de Nueva York terminó rápidamente.

Tal como se escuchó de antemano, el objetivo se encontraba en una mesa en el almacén de libros subterráneo.

Era un libro que la tía Yulia y el padre de Hal habían adquirido en algún punto de su juventud hace veinte años. Descubierto junto con el pedernal, era un grimorio escrito personalmente por el gran mago Salomón.

Escrito en griego, el título del libro en la carátula era: Las Escrituras Póstumas del Progenitor Salomón.

En términos de categorización moderna, sería más grande que el tamaño A3 con el libro abierto. El grosor era aproximadamente del tamaño de la palma de Hal. Las páginas estaban hechas de pergamino.

Usando una tela para envolver el pesado texto antiguo, Hal lo guardó apropiadamente en su mochila.

Aunque numerosos textos antiguos permanecían latentes en esta biblioteca subterránea, el tiempo era esencial. Por lo tanto, Hal y Asya tomaron la decisión de ignorar estos libros. Los dos salieron de la biblioteca con éxito y subieron las escaleras.

Esta habitación fue construida a gran profundidad. El anticuado edificio no tenía un elevador.

Lo único que podían hacer era caminar diligentemente, subiendo las escaleras un paso a la vez.

El calor abrasador del verano en el exterior parecía una mentira. Ya sea la biblioteca subterránea o estas escaleras, ambas tenían una temperatura bastante baja.

― Después de todo, a pesar de su estado deteriorado, es una instalación de SAURU. ―comentó Hal mordazmente.

―Aun cuando claramente no hay aire acondicionado, no se siente húmedo en lo absoluto. Qué lugar tan ideal para almacenar.

―Ya que lo que daña a los libros es la humedad, los insectos y la luz… Tal vez el excelente entorno de almacenamiento se preservó después de que la electricidad fue cortada y porque el mismo edificio es muy viejo.

―Después de todo, fue en la segunda mitad del siglo que el aire acondicionado se generalizó.

Asya y Hal asintieron entre sí.

Al principio ellos habían decidido recuperar el objetivo, aunque significase tomar riesgos, solamente porque habían escuchado que estaba guardado en una biblioteca subterránea especializada en textos antiguos. Aunque una parte del edificio en la superficie fue destruida junto con las salamandras, había una alta probabilidad de que los libros mantenidos bajo tierra permanecerían intactos.

Ellos finalmente llegaron a la planta baja. Después de salir del edificio, Hal y Asya tomaron aire fresco.

La hora actual era las 2 pm. Deberían ser capaces de regresar a Brooklyn antes del anochecer.

Sin embargo…

Un personaje inesperado apareció ante Hal, el cual lo sorprendió y lo hizo invocar su pistola mágica inmediatamente.

Al lado de Hal, Asya también se preparó para entrar en modo de combate. Además, residiendo dentro de la pistola mágica, Hinokagutsuchi soltó un «¿oh?», siendo ese el primer sonido que emitió hoy.

Bajo el escrutinio de todos, el personaje problemático levantó la mano derecha ligeramente y dijo:

―Hola.

Un saludo extremadamente casual. Incluso una sonrisa amigable apareció en su rostro.

Si esta persona realmente era quien Hal creía… En lugar de levantar su pistola para apuntar, Hal recurrió a la indagación, haciéndole preguntas.

―… ¿Qué periódico lees usualmente? ¿El New York Times? ¿O el Wall Street Journal?

―Ambos. También leo USA Today, sólo que no todos los días.

El hombre alto pelirrojo con la chaqueta roja soltó una carcajada.

Dejando de lado las calles de Upper East Side que se habían convertido en un yermo, parecía que él estaba bastante familiarizado con las ciudades humanas. También afirmó que a menudo le daba un vistazo a tres importantes periódicos americanos.

―Aunque es poco profesional, NY Daily News tampoco está mal.

Las palabras del hombre sorprendieron a Hal por un momento. Sin esperar que el sujeto incluso leyera tabloides, Hal dijo con exasperación:

―¿Así es cómo estudiaste a los humanos y te enteraste de la elección de gobernador?

―Estudiar… No del todo. Simplemente recorro las calles en busca de diversión, encontrando así toda clase de experiencias. Oh. Cierto, eso me recuerda… ―El hombre alto pelirrojo continuó con picardía―. Mi orden favorita en el café que frecuento consiste en un café expreso, pan tostado integral y un huevo frito, más un poco de crujiente tocino encima y eso es aún mejor.

―¿A-Acaso no es un estilo de vida con estándares de comida más altos que el mío?

Mientras Hal se sentía agotado por la inesperada confesión, Hinokagutsuchi se materializó a su lado.

Vestida con un kimono escarlata, la joven sonrió malévolamente y le dijo al hombre fornido de la chaqueta roja:

―Aún eres el mismo de siempre, Emperador de la Llama.

―Sólo llámame Hannibal, Reina. En realidad, me gusta bastante este nombre.

El hombre alto finalmente dijo su nombre.

Hannibal Rojo. El gobernante de la Concesión de Viejo Manhattan. Hal no pudo evitar suspirar.

Naturalmente, alguien que podía dar vueltas intrépidamente en el territorio concesión no sería un personaje ordinario. Aunque Hal había supuesto que podía ser la transformación de Hannibal… ¡Preferiría haberse equivocado!

―… Esta es la tercera vez que veo un dragón tomando forma humana ―dijo Asya con nerviosismo en su cara.

Como maga maestra, ella había vivido muchos años terriblemente consciente de lo aterradores que podían ser los élites y los reyes dragón. En comparación con el personal no combatiente como Hal, su impresión debe ser mucho más clara.

Por otra parte, Hannibal le sonrió sinceramente a la bruja humana.

―Aun para aquellos con conocimiento sobre cómo transformarse, la mayoría de mi raza no lo pondría en práctica. En este aspecto, hmm, no soy muy particular. Quiero ser libre de ir a dónde quiera ir y conocer a quién quiera conocer. Por lo tanto, en esta ocasión también… ―El Rey Dragón rojo miró felizmente a Hal―. Vine a dar un vistazo ya que sentí la nostálgica presencia de la estrella de las katanas gemelas. ¿Y el resultado? No sólo puedo ver de nuevo a la difunta Reina Carmesí, sino también al Tyrannos a quien le confió el Arco. Hohohoho. Nunca pensé que incluso obtendrías también a las Katanas Gemelas…

―Después de todo, tengo que aumentar el número de armas con el fin de compensar la desventaja absoluta de fuerza. Eso es todo ―Hal se encogió de hombros―. Sin embargo, parece que los dragones verdaderamente poderosos no piensan en tales cosas.

―Así es. Para un Rey Dragón en posesión de suficiente valor, un estilo matadragones está bien. Por cierto, usar cantidad para compensar la falta de fuerza, esa es una idea bastante interesante.

Entrecerrando los ojos como si mirara a un juguete exótico, Hannibal dijo:

―Oh Tyrannos del Arco. Debes saber que en este momento estoy haciendo preparativos para la elección de gobernador. Si estás de acuerdo, espero que puedas prestar tu ayuda a esos humanos.

―¿No deberías pedirme que ejerza presión en lugar de prestar ayuda en esta clase de situación?

―Al contrario. Instigué este incidente específicamente por el bien de disfrutar la verdad de la «democracia».

La sonrisa en la cara de Hannibal cambió de naturaleza.

El fornido hombre con la expresión amigable se volvió naturalmente un guerrero audaz.

―De ser posible, entre más obstáculos, mejor. Así es cómo puedo divertirme plenamente.

―…

La mayoría de los llamados dragones de élite eran lunáticos a los que les apasionaban las batallas.

Sin embargo, encontrándose en la cúspide de la raza dragón, Hannibal parecía sobresalir de diferente manera. ¿O tal vez, al final, su verdadera naturaleza no eludía los preceptos de los dragones?

Independientemente de la verdad, Hal no tenía oportunidad de elegir.

―Bueno, ya que estoy ocupado con mis propias pruebas y planes profesionales, aun si no lo hubieras pedido, al final, probablemente se volvería una situación donde debo asistir a aquellos relacionados con el Estado de Nueva York.

Cuando Hal habló con un suspiro, Hannibal asintió satisfecho.

… Después de eso, el Rey Dragón rojo despidió a Hal y a Asya con una sonrisa mientras ellos partían. En todo el camino hasta Brooklyn, ningún elemental de fuego los atacó de nuevo.

Probablemente Hannibal lo había arreglado de esa manera para permitir el viaje seguro de Hal.

De ser posible, Hal realmente quería regresar a Nuevo Tokio de inmediato e ignorar los diversos problemas en el Estado de Nueva York. Pero seguramente las cosas no iban a salir a su manera.

 


[1] “No hay problema” en chino.

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