Shinwa Densetsu no Eiyuu no Isekaitan Vol.01 – Capítulo 27

Capítulo 27, Regreso del Héroe

Con el ejército de Lichtein ahora suprimido, el campo de batalla estaba cubierto de un extraño silencio.

El área circundante está en un estado horrible. Hay suficientes cadáveres dispersos para llenar el suelo.

En el lugar infernal que erizaría los cabellos de uno, las personas victoriosas del Imperio estaban cautivados ansiosamente por un espectáculo en cierta área.

Estaban tan fascinados por la vista que ni siquiera prestaron atención al fluyente olor a muerte que era suficiente para hacer vomitar a uno.

Un monstruo cinco veces más grande que un humano apareció repentinamente en el campo de batalla. Su piel es de un espantoso azul claro.

A su alrededor danzaba una escalofriante oscuridad.

Los [monstruos] no son raros en Aletia.

Aunque varían en fuerza, los monstruos grandes requieren de un grupo de hombres para suprimirlos.

Si alguien fuera a desafiar a uno solo, no hay duda de que esas personas seguramente se burlarían de su temeridad. Probablemente aún más si fuera un soldado que hubiera recibido varias formas de entrenamiento.

Sin embargo, nadie estaba ríendo ahora. Nadie se burló del joven que se enfrentó al monstruo con determinación.

Un joven alternando entre la ofensiva y defensiva.

―Held[1] Rey Schwarz von Grantz.

Él es un «Héroe» que fue elogiado como «Marte» hace 1,000 años.

Ahora, es un «héroe mítico» que se ha convertido en una «leyenda».

[1] Antes se escribió “Halt,” pero después de darse cuenta, el traductor inglés lo cambió a “Held,” que es la palabra alemana para “Héroe.”

Después de conquistar los países colindantes, él regresó a su mundo original, pero ha vuelto una vez más a este «mundo alterno».

El joven que salió de la leyenda sujetaba una espada plateada en sus manos.

Es una espada que estaba perdida, ni siquiera transmitida en las leyendas.

Espada Espiritual Imperial―«Excalibur».

Es una espada hermosa con guarda y mango de blanco puro, como si estuviera revestida con una capa de nieve.

La hoja brilla como si un número infinito de estrellas centellara en ella.

Un puño enorme pasa por la nariz del joven―Hiro.

Unas hebras de su cabello danzan en el aire por la presión. Hiro giró su cuerpo y blandió casualmente a «Excalibur».

Una aspersión de sangre se dispara del brazo del monstruo.

Sin embargo, la herida se cerró al instante.

Digamos que hubiera una forma de vida que no moriría sin importar cuánto fuera cortada.

¿Qué curso de acción tomaría uno contra tal criatura?

No hay duda de que la mayoría intentaría correr. Pero seguramente hay unos poco que pelearían.

Hiro es el segundo. La opción de escapar no existe en su mente.

No había miedo o pánico en su cara, pero había irritación.

(¡Aún demasiado lento! ¡Todavía me falta!)

Él quiere más.

Aún está muy lejos de su ser anterior.

Esto no es suficiente para acabar con el monstruo.

«¡Vórtice!»

Él blande a «Excalibur» con irritación. Un brazo enorme flota en el aire.

Si su oponente hubiese sido humano, probablemente habría sido una herida fatal.

Sin embargo, aunque imperfecto, el oponente es un monstruo que ha tomado el «veneno» de un espíritu.

『¡GUOOHHH!』

Aunque la sangre del monstruo tiñó de rojo la cara de Hiro, él aumentó su velocidad sin siquiera parpadear.

«¡Maldición!»

Han pasado tres años desde que regresó a su mundo original.

Se podría decir que Hiro definitivamente se había vuelto más débil habiendo disfrutado de la paz.

Pero, habiendo dicho eso, él no quiere usar esto como excusa.

La razón es que la experiencia y otras cosas importantes que ha cultivado hasta entonces aún permanecían.

(No quiero que todo eso se desperdicie.)

Cada articulación de su cuerpo grita. Hiro apretó los dientes y soportó el dolor.

Después de varias batallas, el cuerpo del joven había llegado a su límite.

Sin embargo, Hiro continuó tajando a su oponente.

Los destellos plateados son absorbidos por el monstruo y desaparecen.

Cada vez que lo hace, la tierra es teñida por la sangre del monstruo y un rugido de dolor sacude el aire.

(Tú estabas ahí. Todos estaban ahí. Es por eso que fui capaz de seguir ganando.)

Él se arrodilla en el suelo y golpea sus manos contra la tierra.

(Pero… ahora todos se han ido.)

Un incontable número de armas espirituales aparecen alrededor del monstruo.

『¡¿GUOH?!』

Mientras el monstruo mira de lado a lado, él lanzó a «Excalibur» por encima de su cabeza.

―No sólo por mí, sino por el bien de la «historia» que todos ustedes dejaron también, tomaré la victoria, sin importar qué.

Hiro cierra los ojos y suelta un pequeño suspiro.

El monstruo embistió para atacar al joven que estaba ampliamente abierto.

Si hacía contacto, un solo golpe significaría la muerte. El monstruo blandió su puño hacia abajo por encima de la cabeza del joven, una y otra vez.

Pero sorprendentemente, ni un solo golpe dio en su objetivo.

Hiro abre los ojos, y en ellos no estaba un abismo, sino una luz pura.

Las gotas de lluvia limpian la sangre salpicada como para tranquilizarlo.

Pequeñas partículas que se mezclan con la atmósfera se vuelven más y más brillantes, como para ofrecer su bendición.

Habiendo visto el aliento del mundo, el joven estaba sonriendo.

(Altius… Aunque no estás aquí en este mundo…)

Detrás de él, una joven de cabello carmesí lo observa con preocupación.

(Tu voluntad aún persiste. El pasado y el futuro están conectados.)

Los principios son repentinos y los finales inevitables.

Aun si estamos separados, aun si no podemos vernos de nuevo, estamos conectados.

Un mundo sin ti. Un mundo sin mí.

Me pregunto cómo estás pasando tus días.

¿Estás viviendo días felices?

¿Estás viviendo días tristes?

Si es posible, quiero que vivas días satisfactorios, con sonrisas interminables.

Si piensas lo mismo…

―Esto es lo que tengo que decirte.

(Quiero que estés tranquilo.)

Él se concentra en el monstruo.

(No quiero que te preocupes.)

Cada pulgada de su cuerpo empieza a llenarse con los poderes de un espíritu.

(Me estoy divirtiendo.)

Pateando el suelo a sus pies―

―El joven deja los sonidos del mundo detrás de él.

Una espada, tres espadas, ocho espadas, catorce espadas. Las armas espirituales flotando alrededor del monstruo comienzan a desaparecer a una velocidad aterradora.

Un sonido que atraviesa el aire se propaga por todo el campo de batalla donde la lluvia está cayendo incesantemente.

『¡UGOOHHH!』

El monstruo es atacado por tajadas a velocidad luz mientras su carne es cortada en pedazos.

『¡¿AOGAOH—?!』

Un destello blanco envuelve al monstruo e incluso traga los sonidos de sus gemidos.

Pero aún así, los feroces e intensos ataques no se detienen.

Este es un privilegio permitido sólo al que posee «Excalibur».

Ahora que el joven ha perdido toda la vacilación, la protección divina de «velocidad luz» dada por «Excalibur» exhibió sus verdaderas habilidades.

―Tajadas invisibles.

Cuando todas las armas espirituales desaparecieron, lo que cayó del cielo fue una hermosa espada.

Cuando Hiro patea el suelo y salta hacia arriba, él agarra la empuñadura de «Excalibur».

«¡Haa!»

Él atravesó la cabeza del monstruo, y cuando terminó su ataque, la punta de la espada se clavó en el suelo.

Un rugido estruendoso sacude el aire, y al mismo tiempo, golpea la tierra y el suelo tiembla.

El cuerpo del monstruo es volado en pedazos como si hubiera explotado. Los pedazos se dispersan en todas las direcciones y se hunden en el lodo.

Al centro de todo eso, un joven está peleando por respirar mientras mira al cielo y toma oxígeno.

La lluvia se detuvo. Por los espacios entre las nubes grises retorciéndose siniestramente, el sol brilla cálidamente sobre Hiro como para bendecir su regreso.

«¡Hiro!»

La joven de cabello carmesí―Liz corre hacia el joven y lo abraza.

Habiendo gastado toda su fuerza, Hiro es incapaz de atraparla y cae en su espalda.

Aunque él quiere decirle algo, su prioridad ahora mismo es el oxígeno y no es capaz de mover su boca libremente.

«Hay mucho que quiero decirte… pero me alegra que estés bien.»

Mientras agarra la cara de Hiro con ambas manos y juega con ella, Liz da un suspiro de alivio.

Como siempre, el joven es incapaz de decir algo mientras ella se sale con la suya.

Mientras lo hace, Cerberus viene a Hiro y frota la cabeza contra su hombro.

En la esquina de sus ojos, Aura estaba mirándolo mientras era apoyada por sus soldados.

Alfred aún tenía que recuperar la conciencia y estaba recibiendo tratamiento de los médicos.

Tris y el Marqués Grinda se acercaron con señales de emoción aún persistiendo en sus caras.

«E-Eres sorprendente. Pensar que exterminarías un monstruo así solo…»

El Marqués Grinda pellizca su propia mejilla para saber si había visto un sueño.

Y junto a él…

«Hmm… Chico, ¿quién eres exactamente?»

Tris murmura.

Como si esa fuera la señal de inicio, una explosión de gritos alegres resonó por detrás.

『Increíble… Ese ataque… ¿Fuiste capaz de verlo?』

『Eh, s-sí, por supuesto que pude.』

『No mientas. No hay manera de que fueras un soldado raso si pudieras ver eso.』

『H-Hey… ¿Huh?』

『¡¿Qué demonios―?!』

La emoción de los bulliciosos soldados llegó a su fin.

Un estruendoso sonido de cascos de caballo sacudió el aire e inundó los tímpanos de todos.

Hay una sensación de opresión que aprieta sus pechos cada vez que la distancia se cierra.

『¡¿El Cuarto Ejército Imperial…?!』

Ellos podrían haber huído si no fueran aliados.

Mientras exudaban tan enorme aura de intimidación, todo el ejército, que se extendía hasta donde el ojo podía ver, se detuvo uniformemente.

Dos caballos a la cabeza del gran ejército se acercan a Hiro.

 

 

La Sexta Princesa Imperial y tres más se encontraban ante el General Loring.

Todos estaban mirando al general con ojos de recelo.

El general puede suponer por qué. Probablemente querían preguntarle por qué aparecieron en este momento en particular.

Sin importar cómo lo presionen, él sólo necesita evadir sus preguntas.

Loring desmonta de su caballo galantemente y pone la mano en su pecho. Entonces, se arrodilló ante la Sexta Princesa Imperial.

«Su Alteza Celia Estreya, realmente me disculpo por nuestra tardía llegada. La lluvia que cayó hasta hace poco ralentizó el avance de nuestro ejército y parece que no llegamos a tiempo.»

Cuando levanta la cara, él mira al joven siendo abrazado por la Sexta Princesa Imperial.

Aun si era un fracaso, pensar que él derrotaría a un [brujo]…

Si había alguien capaz de derrotarlo, él pensó que habría sido la Sexta Princesa Imperial, la poseedora de «Laevateinn».

Pero sólo si fuera un esfuerzo grupal.

Él nunca habría imaginado que alguien pudiera destruir al monstruo solo…

Y el joven parecía de la misma edad que la Sexta Princesa Imperial, además.

(Esto es… interesante.)

La batalla del joven encendió una llama dentro del comandante en jefe.

Él quiere probarlo. Quiere saber con sus propias manos qué tan fuerte es.

Pero Loring aprieta sus manos lo suficientemente fuerte para que escurra sangre y resiste su impulso.

No sería divertido derrotar a un oponente debilitado.

Vencer al joven ahora mismo sería tan simple como encargarse de una tarea.

(Guardaré la diversión para después. Ese no es mi objetivo en este momento.)

Y entonces, se dio cuenta. Había sed de sangre emanando al lado de él.

«… Eres peligroso.»

Quien murmuró tranquilamente fue el Primer Príncipe Imperial Schtobel.

Él parecía un líder supremo sobre su caballo mientras emitía una presencia abrumadora.

Su despeinado cabello dorado se asemejaba a una corona.

Sin ocultar nada de su intención asesina, el agudo brillo en sus ojos atravesó al joven.

(Esto es malo…)

La cara de Loring se tensa.

«… Podría volverse una molestia.»

«Por favor, espere. En esta situación actual―»

Un rayo surgió de la mano de Schtobel.

Fue imposible seguirlo con los ojos.

Para cuando se dio cuenta que sucedió, el cuerpo del joven fue arrojado al aire.

Todos observaban desconcertados al joven que volaba como un pedazo de papel.

«¡Hiro…!»

La primera en gritar fue Liz.

Ella corre tras el joven que se estrelló contra el suelo.

Schtobel baja de su caballo y se acerca con grandes pasos. En su mano está una de las Cinco Espadas Espirituales Imperiales, el hacha de batalla «Mjölnir».

«Elizabeth. No estorbes.»

«¡No seas ridículo! ¡¿Por qué hiciste esto?!»

Como si resonara con el enojo de Liz, llamas salen de la hoja de «Laevateinn».

«Mjölnir» se enfurece con descargas eléctricas en respuesta a un oponente digno.

«… Pensar que apuntarías tu espada hacia mí. Realmente no crees que puedes vencerme, ¿verdad?»

«No me importa si no puedo ganar. ¡No te dejaré poner tus manos en Hiro!»

Esto es lo que llaman una situación explosiva. Una pelea a muerte podría comenzar en cualquier momento.

No―Liz probablemente sería humillada y asesinada unilateralmente.

Existe tanta diferencia entre la fuerza de los dos.

«Todo lo que estoy haciendo es intentar exterminar una peste siguiendo a mi querida hermana pequeña.»

«¿Estás diciendo que Hiro es una peste?»

Aunque Loring cree que esta es una mala situación, él es incapaz de pensar en una manera de detenerlos.

Si él termina matando a Liz aquí, sería imposible ocultarlo del Emperador.

Hay demasiados testigos.

Si la poseedora de «Laevateinn» fuera a morir aquí, el trono seguramente se alejaría más.

Él debería ser consciente de esto. Entonces, ¿por qué?

(¡¿Esto significa que sintió tanta amenaza de él?!)

Schtobel abrió la boca molesto.

«¿Ese hombre es tan importante para ti…? ¿O hay una razón por la que tiene que ser protegido tan desesperadamente?»

«Sí, lo hay. Si lo matas, dudo que padre te perdone.»

«¿Qué dijiste?»

Puede haber sido una decisión difícil para ella.

Tras mirar al joven acostado en el suelo, la cara de Liz estaba teñida de una profunda tristeza.

«Él―es un descendiente del Segundo Emperador.»

―Los dados han sido lanzados.

―El mundo comienza a moverse en torno al joven.

 

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